El procés tenemos que tomárnoslo en serio porque la situación se ha vuelto grave: la prisión preventiva que ha aplicado la justicia española, a instancias del fiscal y con cálculo previo de la rotación en la Audiencia Nacional, nos ha obligado a convertir las legítimas críticas en necesarias reivindicaciones. Pero no todo vale: Ramón Cotarelo nos invita en Twitter a firmar en Change.org para pedir la inhabilitación de Carmen Lamela. La banalización daña a todo el independentismo.
Cierra La Tuerka
El canal de televisión en Internet con el que saltaron a la fama Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero o, más recientemente, Facu Díaz, va a cerrar. Así lo ha decidido el propio Monedero, que es su máximo responsable actual. Confieso que solo conozco de La Tuerka algún corte recuperado en Facebook o Twitter para destacar las contradicciones de sus protagonistas, pero como en el caso de todos los medios, creo que su cierre nos empobrece.
Las Juntas Generales, por la Igualdad
Con la mesa del Parlament declarando a la hora a la que escribo esta columna, no quiero tardar más en traer a ella uno de los hitos de Bizkaia, cuyas Juntas Generales incorporaron a finales del mes pasado en su web un apartado específico para fomentar políticas de Igualdad después de convertirse, tras el de Nafarroa, en el segundo parlamento del Estado en aprobar un plan específico en esta materia. Esta política también es necesaria aunque resulte menos atractiva para los focos.
No ha gustado a todo el mundo pero…
Los nuevos tuits de 280 caracteres que comentábamos ayer en esta misma columna no ha gustado a todo el mundo. Uno de los tuiteros más célebres, Stephen King (el novelista, sí), expresó con un exabrupto su disgusto a sus más de cuatro millones de seguidores. Entre los usuarios más populares de esta red, que fuera de ella son desconocidos, también hubo sobre más críticas que loas. Pero es innegable que todos o casi todos ya hemos empezado a usar el espacio extra.
Otros conflictos, otras ideas
Si alcanzan a ver estos días una noticia originada en el Reino Unido apreciarán que una buena parte de la ciudadanía de este país, no solo sus representantes, luce una amapola en su solapa. Lo hacen porque en noviembre se recuerda a todos los caídos británicos en todos los conflictos. Y ese “todos” es precisamente lo que hace que el futbolista James McClean, un irlandés de Derry, rechace su uso y se gane las críticas hasta de la hinchada de su club, el WBA. Lo cuentan en La Media Inglesa.