Gabriel, ya vale

Gabriel Rufián sigue siendo diputado porque la independencia de Catalunya no se ha materializado, y su partido es hoy la tercera opción de los catalanes por mucho que se haya empeñado en dejar a los pies de los caballos a Puigdemont. Así que lo lógico sería que este político recapacitara sobre su actividad, pero no espero nada bueno de él ni siquiera cuando ya hay cierto consenso en que sus formas no son recomendables sino ridículas, como desgranan en Magnet.

Es un buen tuit

No creo que sea fruto del espíritu navideño ni de la indigestión del 26: de verdad creo que Toni Cantó, por fin, ha hecho un buen tuit. Por probabilidad, alguno le tenía que salir, ¿no? Cuando Jorge García Castaño fue nombrado nuevo concejal de Economía de Madrid, el de Ciudadanos (antes UPyD) recordó socarronamente (“es amigo mío”) que el propio García Castaño, entonces tuitero conocido, consideró que había “llegado el día de empalar a Toni Cantó”. ¡Ay, Twitter, qué contradicciones nos guardas!

La alegría del triste

Hace bien el usuario de Twitter “Arte o Muerte” en criticar a quienes han aprovechado estos días navideños para compartir fotos de una pareja consumiendo cocaína, supuestamente, después de verles haciendo el ridículo en un vídeo sobre hipotecas a plazo fijo. Es la alegría del triste, la misma que experimenta el que débil cuando encuentra a alguien más débil con el que meterse. Es la miseria de Twitter, donde nadie se preocupa del daño, solo de ser el gallo del corral durante cinco segundos.

La lección de Guillermo del Toro

Guillermo del Toro dio una lección a todos en Twitter cuando una usuaria de Guadalajara, como él, le pidió que retuiteara la petición de ayuda de una amiga de Texas que necesitaba 900 dólares para una biopsia y estaba intentando recabar fondos por Internet. El director mexicano de cine en vez de hacerlo abonó los casi 700 dólares que faltaban para cubrir la factura. Déjense de cuentos de Navidad que, a veces, la realidad nos supera y asombra… Para bien.

Los goles que marca un pueblo

Un eslovaco en Italia podría haber entendido mucho mejor que varios vascos lo que es jugar en un equipo diferente, lo que es marcar un gol o detenerlo y compartir la alegría con un pueblo. En Panenka recogen las palabras de Marek Hamsik, que ha mejorado los números de Maradona en Nápoles: “Cuando ganas aquí es mejor que ganar en cualquier otro lugar del mundo. Porque nosotros no ganamos solo como jugadores, lo hacemos como ciudad y pueblo. Eso es lo que lo hace tan especial”.

La naturaleza del Santander

Jesús Cacho ha sido amarillista en su columna: Ana Botín no está liquidando la fortuna que consiguió su padre, sino a sus colaboradores, a los que va reubicando en lugares menos relevantes del mastodonte financiero. Pero en el texto Cacho desliza una idea muy interesante: uno de los últimos en salir, Matías Rodríguez, es una excepción en la entidad por su humanidad. Lo normal en el Santander es el cuchillo entre los dientes, rebanar euros y llevarse por delante lo que sea necesario.

El modelo de negocio

Una empresa rentable parte de un modelo de negocio definido: si no sabes lo que vendes y el beneficio que sacas después de los gastos de producción, no tienes una empresa, tienes una ONG o una compañía que acabará embarrancando, como GoPro, según su propio CEO, Nick Woodman, por jugar a ser lo que no eran. Los problemas técnicos de sus drones y el fracaso de su productora de contenidos han dilapidado una marca que salió a bolsa de un modo prometedor.

Pero, ¿cómo?

Ojo a la historia que leemos en Magnet: un periodista, Oobah Butler, ha conseguido colocar un restaurante ficticio como el mejor en Londres según TripAdvisor, la web en la que encontrar referencias de establecimientos dejadas por sus usuarios. Lo que no cuenta, tampoco en la fuente original del post, es cómo logró colar reseñas falsas que tuvieran tanto impacto o verdaderas si nadie había acudido al lugar. Yo veo dos burbujas aquí: la gastronómica y la de los periodistas avispados.

¿Nanoinfluencer?

Esperen, que hay más aire en esta burbuja internetera que, al final, acoge la gastronómica, la de periodistas avispados o la de políticos como Rufián. No hemos acabado de demostrar la capacidad de influencia real de los influencers y ya tenemos que empezar a pensar en los “nanoinfluencers”, esos usuarios de redes sociales que impactan a poca gente. Vamos, si esperamos lo suficiente, es cuestión de tiempo de que a todos nos paguen por nuestros tuits o fotos en Instagram.

Trump también va de farol en lo de la Luna

Según Antonio Villarreal en El Confidencial, Donald Trump también va de farol en su jugada para relanzar la carrera espacial y colocar en la Luna una base estable que sirva de salto a Marte. Solo es el último intento hasta ahora de un presidente americano de obtener notoriedad gracias a la NASA. Yo albergaba una esperanza pequeña de que la brabuconería de Trump llevase de nuevo al hombre a la Luna y que, de paso, el presidente se enredara en esta historia dejando al mundo en paz.

Rechaza el cupo porque no lo entiende

Agárrense: Susana Díaz rechaza el cupo como modelo de aportaciones de las autonomías al Estado español porque, según ella, se rompería la caja única de la seguridad social y eso supone romper un país. O la líder socialista no ha entendido nada… O sabe muy bien que con lo que pagamos los vascos (más de lo que nos corresponde por población y PIB) se genera el excedente que tan bien le viene a su comunidad, Andalucía. Que recauden, gestionen y aporten, o que callen.

Nos toman por tontos

Podría abrir una serie con los párrafos que llevo titulados de la misma manera: “Nos toman por tontos”. He recurrido a esta fórmula cada vez que he visto a un político decir una mentira tan flagrante que, o nos toma por tontos, o el tonto es él. Por ejemplo, el portavoz del gobierno de Madrid y secretario general del PP de esa comunidad: “Nuestro código ético es el más duro de los que existen. Creemos que en este momento tenemos que dar ejemplo y estar en la cabeza de la lucha contra la corrupción”.

Crisis de liderazgo

Ni Puigdemont, ni Rovira, ni Arrimadas, ni Iceta, ni Domènech, ni mucho menos Albiol. Los líderes de la política catalana, permítanme la opinión, son bastante flojos. Así que la pieza en Vozpopuli sobre la fragilidad de la de ERC, que hace que la fortaleza con la que salía el partido en las encuestas se resquebraje, es extrapolable al resto. Sí, también a Puigdemont, el líder al que le temblaron las piernas cuando tuvo que convocar las irremediables elecciones. ¡Ay, los rescoldos del procés!

Podemos vuelve a pinchar

Ayer les contaba que Bescansa se desmarcaba de Pablo Iglesias y que había iniciado su propia gira para dar a conocer un proyecto político (suponemos que dentro de Podemos) alternativo al del líder morado. Parece que lo hace con un éxito muy escaso. Pero no es menos cierto que el propio proceso iniciado por Podemos, oficial, para dar a conocer su visión de una España plurinacional (justo lo que enfrentó a Bescansa con Iglesias) pincha también. En La Rioja solo asistió una docena de simpatizantes.

No, no es por Angelina

Igual esta semana han leído que una caprichosa chica iraní ha deformado su aspecto para parecerse a la actriz Angelina Jolie y ha acabado convirtiéndose en la viva imagen de la muerte. Pues bien, no es cierto. En Magnet lo explican, como siempre, muy bien: se trata de una artista, Sahar Tabar, que ha querido reflejar con operaciones, maquillaje y Photoshop, la degradación del aspecto por las modas. The Sun cazó una foto, amarilleó la historia y el resto hicimos el eco.

Para que ganen los buenos

La campaña en Catalunya ha arrancado con una aberración democrática: María Dolores de Cospedal soltaba que “se han convocado elecciones para que gane el constitucionalismo” y se quedaba tan ancha. Cuando lo cazó Jokin Bildarratz en Twitter todos pensamos que le había fallado el subconsciente y había descubierto la realidad a ocultar. Pero, no: es el titular que han elegido en el Twitter del 24h de TVE. Vamos, que el mensaje del día del inicio de la campaña, era ese.

Para que se vayan los malos

Y si a alguien le queda alguna duda que atienda a las palabras del candidato del PP ya en Catalunya: “¡A por ellos!”. Esperen, ¿quién es aquí el que clama por una limpieza? ¿Quién es aquí el que quiere que una idea política derrote a otra? ¿Quién es el que ya como candidato a alcalde mandó un mensaje xenófobo contra la inmigración en su municipio? ¡Anda, pero si es el mismo! Un Albiol que está ahí para que el PP no pierda el voto duro en Catalunya. Y con eso está todo dicho.

Si no me votas eres tonto

Seguimos con la colección de excesos del españolismo en Cataunya, que parece no tener fin. Albert Rivera considera que los votantes nacionalistas lo son porque les han lavado el cerebro. No como los suyos, que son los racionales, los inteligentes, los que han logrado sobrevivir al adoctrinamiento en las escuelas y los medios de comunicación. Albiol es un troglodita, pero Rivera no debería dejarse llevar de vuelta a la caverna: tampoco él puede insultar así al que piensa diferente.

Bescansa de desmarca

Esta película ya la hemos visto: la de un partido con multitud de organismos internos que deciden sobre una cosa cada uno, con una lucha constante por el poder interno, con sutilezas que cambian ideologías y relaciones personales que se toman como defensas de posiciones genuinas, no como la de los amigos de mi enemigo. Esta definición, tan propia de regímenes y partidos que han acabado mal, es en la que encaja Podemos: Bescansa presenta ahora su propio proyecto político observada por Iglesias.

“¿Yo soy guapa?”

Me hago viejo: no encuentro la gracia a algunos chistes que, sin embargo, corren por Internet como la pólvora. Pero sí me siguen atrapando las historias sobre la historia. Por eso no les he hablado del “trap” de moda: el “Yo soy guapa” que una de las meninas le pregunta a Velázquez en un montaje audiovisual que ha saltado de tuit en tuit. Pero lo hago hoy porque en Magnet han encontrado a su creador, con Christian Flores, de Playground, que vive su momento de gloria.

Nos toman por tontos

El tuit de Cospedal me generó sorpresa. Pero cuando vi la noticia en la prensa española sentí indignación: “Voy a proponer a la Comisión de Defensa del Congreso la creación de un grupo de trabajo que reúna a diputados y editores de los principales medios de comunicación para estudiar a fondo la amenaza de la desinformación contra nuestra democracia”. No puedo despegarme de la impresión de que la de la “indemnización en diferido” quiere aprovechar las dudas para atajar las ideas.

Los consejos, desde dentro

En El Confidencial a mala leche destacaban las palabras de Artur Mas: el expresident asegura que él no acataría el 155 pero que entiende que lo estén haciendo ahora los miembros del Govern en prisión preventiva para salir de la cárcel. Esas afirmaciones son de las que solo valen si están hechas desde la parte interior de los barrotes. Pero el juego de España es aún peor: acatar una imposición para salir de la cárcel no tiene nada que ver con la legalidad, sino con pasar por el aro español.

La buena vida de “El pequeño Nicolás”

Hace tiempo que no les hablo de Francisco Nicolás Gómez, más conocido como “el pequeño Nicolás”, y que, si no recuerdo mal, ahora mismo está pendiente de juicios y sentencias por sus reiteradas estafas. Sin embargo, parece que el personaje sigue logrando por la cara lo que al resto de los humanos nos resulta inalcanzable: esta semana ha estado en el palco del Camp Nou invitado por el Real Murcia al partido de Copa. En La Vanguardia aparece trajeado, listo para una nueva andanza.

Lo dice un youtuber

Cuanto más contacto tengo con el fenómeno de los youtubers más interesante me parece. Y creo, sinceramente, que somos los periodistas viejos, los que no sabemos comunicar como esta parte de la chavalada, los que nos atontamos con el fenómeno. Un youtuber ha dicho que “The Big Bang Theory es basura”, y en una web de Público abren el debate: ¿tiene razón? Entre la lucha por el clic y el tráfico, y lo que hinchamos los globos es evidente que una parte del periodismo va mal.

Construyendo estrellas

Igual se acuerdan de Abraham Mateo, aquel niño sonriente que durante unos pocos años (¿dos o tres?) cantaba y bailaba pare regocijo de preadolescentes. Pues ahora es un malote, musculado, que emula como bien señalan en Magnet a los artistas estadounidense (Justin Bieber, Miley Cyrus o Selena Gómez) que han querido dejar atrás su imagen de estrellas infantiles por medio de exageraciones y coqueteos con drogas y delincuencia. Todo prefabricado.