La falta de responsabilidad

Todos cometemos errores, pero me niego a creer que Beatriz Talegón sea tan necia como para perseverar en esa práctica con semejante empeño: después de que le hayan colado unas cuantas noticias falsas (incluso la de que Rajoy es pederasta), vuelve a la carga con un vídeo en el que se ve a un político repartiendo identificaciones en un parlamento para que el voto de los diputados ausentes cuente. Talegón, que lleva toda la vida comentando la política española y catalana tiene que saber que en el Congreso no se vota así. Aun así tuitea el vídeo y la falsa noticia.

La falta de oportunidades

Es fácil detectar en Twitter a quienes viven con un dolor dentro porque no corrieron delante de los grises. Dolor que se agrava cada vez que se les escapa una oportunidad para protagonizar un pequeño hito actual. Dolor que mitigan tuiteando como si con ello colaborasen en alguna resistencia. Los que llevan la cuenta @CervantesFAQs (siempre he creído que la actualizan varias personas) lo demuestran: en Italia cantaron la antifascista “Bella Ciao” a Matteo Salvini, pero no lo protagonizaron ellos, y eso les hiere, les duele, les obliga a tuitear casi como si la idea hubiera sido suya.

Sí, el francés es de ocupadores

Solo había que tener un mínimo de sensibilidad y de cultura para darse cuenta de que, cuando Carles Puigdemont hablaba en francés desde Flandes, estaba expresándose en la lengua de los ocupadores. Pero igual que para algunos todo lo que hace el catalán es obra del demonio, para otros cada acto es el de un ángel, y en ese gigantesco océano que unos y otros dejan entre sí, nadar no te lleva a ningún lado. Hasta ahora: el plan de Puigdemont para convertirse en eurodiputado tiene un “pero”: no conoce la lengua flamenca, propia de la región en la que se quiere presentar, como obliga la normativa belga.

Kepa Arrizabalaga nos ocupa el verano

Mi compañero y amigo Iker Fernández hizo lo que tocaba: repasar las páginas webs de los medios deportivos y generalistas ingleses para comprobar si, en efecto, el nombre y apellido de Kepa Arrizabalaga estaba entre los que mencionaban para el Chelsea, que da por perdido a Courtois. Puede que nos libremos de las garras de los de Londres, que necesitan un recambio para el belga, que acabará en el Real Madrid presumiblemente, pero en el dominó de buenos porteros alguna pieza puede ser la de Arrizabalaga: ¿por qué no iba a quererlo el Atlético si Oblak termina en Chelsea?

El método Bielsa

No soy objetivo con Marcelo Bielsa: todo lo que haga me parece bien hasta que me demuestren con mucho empeño lo contrario. Así que también me parece una lección estupenda la que ha dado a los jugadores del Leeds, que ahora entrena: averiguó que con el salario medio en la ciudad un trabajador necesita tres horas para pagar su entrada al campo cada quince días, así que obligó a los futbolistas a limpiar las instalaciones del equipo durante ese tiempo para que apreciasen el valor de los tickets. Bielsa intenta que los jugadores conecten con la afición, y eso es enorme.

Un facha es un facha

Me sobran, nos sobran todos los que justifican a Matteo Salvini, el ministro de interior de la extrema derecha italiana que llama “cantidad de carne humana” a las más de doscientas personas que han sido rescatadas por el Lifeline. Según El Español, Salvini asegura por medio de las redes sociales digitales, esa caja de resonancia de lo peor que somos, que no tocarán suelo italiano y llama “desgraciados” a los tripulantes del barco holandés, miembros de una ONG de salvamento, a los que recomendaba haber dejado en los botes a los inmigrantes.

Cuando la justicia no cumple

La justicia española no ha cumplido con su cometido de hacer que la sociedad a la que sirve se sienta protegida. Al contrario: la libertad condicional a los miembros de “La Manada” con una fianza de 6.000 euros ha generado inquietud y cabreo, después de una sentencia que ya nos había indignado a todos. Pero, perdónenme: la ciudadanía no es la más importante en esta historia porque lo es la víctima que ha sido violada, señalada por el abogado de los acusados y foros de Internet, y su sufrimiento no ha sido reparado por la justicia. Y si otros jueces están en desacuerdo, que alcen la voz.

En este caso, tampoco

Parece que vamos a poder comprar de nuevo Fariña, el libro de Nacho Carretero en el que aparecían nombres y apellidos de políticos gallegos relacionados con el narcotráfico, como el exalcalde de O Grove, José Alfredo Bea Gondar, que había solicitado el secuestro de la obra. Y lo consiguió. En Libros del KO tendrán que responder ahora a la demanda de libros y espero que ésta les desborde. Pero me temo que no va a ser así: ya no está tan de moda, la historia ha perdido parte del “punch” que tenía durante la emisión de la serie, y todo “gracias a” la justicia que ha dirimido tarde.

Una foto estupenda

Pepo Jiménez ha llevado a su Twitter la foto de Doug Mills durante el encuentro de los reyes de España y el autoerigido emperador de EE.UU., Donald Trump. En la instantánea se ve a Melania, su esposa, sentada en un sofá y rodeada de parte de los periodistas que seguían la cumbre y querían la imagen de Trump con Felipe VI y Letizia Ortiz, y pasaban de la de la primera dama… Igual que ella les ignoraba. Un retrato estupendo de nuestra profesión en estos tiempos de sobreinformación, y de la suya, la de acompañante sin relevancia, ni siquiera para algunas fotos.

Y una mala noticia

Fotogramas es una revista que conocíamos todos los que hemos tenido cierta inquietud por el cine en algún momento de nuestra vida. Personalmente, siempre me gustó más Imágenes, con un tono más canalla, y es verdad que hace años que no compro ninguna de las dos como hace años (tanto como soy padre) que no voy al cine regularmente. Ayer supimos que la editorial, Hearst Magazines, ha decidido cerrar la redacción de Barcelona, donde nació y siempre estuvo, y hacer la revista con personal de la empresa en Madrid, no necesariamente especializado, según parece.

Sí hay diferencias

La política exterior de Trump es un drama y la interior, una tragedia. Y a los sigan diciendo que Clinton no era mejor podremos considerarles defensores de este multimillonario con actitud de adolescente gilipollas. Nada es defendible en él, ni siquiera aunque algunas imágenes de menores entre verjas usadas esta semana correspondan a la administración Obama, porque los casos no son parecidos: hace dos años publicaron un reportaje sobre un centro de menores inmigrantes no acompañados, pero nadie arrancó a los hijos de sus padres como sucede hoy para vergüenza mundial.

Fascistas de aquí

Empiezo a estar harto de los “cagapoquito”, como los llama Antonio Agredano: hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre, precisamente, para que no aparezca un Trump o un Salvini vasco que gane el relato apoyado en indignados de postal y quienes no saben diferenciar el fascismo de verdad del simulado. Y en Euskadi hay fascistas: los que nos quieren escribir la historia y hacer pasar a terroristas como luchadores, tipos que sensibilizan con causas justas, y demás falsedades. El que participa en el asesinato a quien piensa diferente ya deja claro lo que es.

Rivera simplifica la ecuación

En España no se quedan cortos en lobos con piel de cordero. Lo que nunca podremos reprochar a Rivera, sin embargo, es la salvajada que han cometido algunos vascos matando o justificando al que mataba. Aún así, creo que Jaume Asens está acertado en Twitter: “Rivera no quiere ver nacionalismos que no sean españoles en el Congreso. Igual luego solo quiere ver gente de derechas… Y así hasta quedarse ellos solos allí. Eso ya nos suena”. Eso parece: que el de Ciudadanos quiere cambiar la ley electoral para invisibilizar otras sensibilidades primero y aplastarlas después.

La “brillante” oposición

Los integrantes de los partidos de “la nueva política” española creen que la democracia empezó con su compromiso. Así, a veces se la inventan sobre la marcha y acaban haciendo saltar las costuras del traje político que, se pongan como se pongan, es y tiene que ser elegante: la portavoz de Podemos en Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, tuiteó desde el avión que le llevaba a Colombia como observadora del proceso electoral. En el tuit se mostraba claramente favorable a Gustavo Petro, así que, tan pronto como llegó, tuvo que coger un vuelo de vuelta a la clase de primero de democracia.

En Twitter cabe todo el odio

Yo lo he vivido, igual que cualquiera que lleve un par de años en esta red social y sea un poco constante. Pero lo que tienen que sufrir las personas conocidas (las que salen en la tele) en esta red social no es ni justo ni justificable. El último que lo denuncia es Quique Peinado: un odio inexplicable, un insulto gratuito, una cuenta anónima, y una inacción por parte del soporte, Twitter, imperdonable. No me extrañaría que este presentador anuncie dentro de poco que, como cada vez más “celebrities”, abandona esta red social. La culpa será de quien permite que quepa tanto odio.

Acaparar no es de izquierdas

Acaparar tanto morro no es de izquierdas. Pero Arnaldo Otegi lo hace en el tuit de mayor “postureo” de lo que llevamos de Mundial. Quien no fue a San Mamés en 2016 para no sacarse la foto de la megahostia de aquel partido de la selección masculina sin público, y quien no fue a Ipurua en 2017, a aquel frío encuentro de la selección femenina, tuitea en plan buenrollero, colega, máquina, crack: “Kaixo lagunak! Cómo celebraríais el primer gol de la Selección de Euskal Herria en un Mundial? ¿Cual sería vuestro equipo titular?” (sic). Política de tuit: compromiso de tuit.

La indignación tiene que invadirnos

Bernie Sanders, el político demócrata más a la izquierda de EE.UU., criticaba en Twitter la decisión de Donald Trump de separar a los hijos de sus padres y madres en los centros de detención de inmigrantes ilegales: lo califica de “inhumano” y “antiamericano”. Por su parte, el republicano John McCain apela a los valores fundacionales de los Estados Unidos para reclamar el final de esta política. Trump nos vuelve a recordar lo que es: un tipo sin valores morales ni empatía capaz de cabrear a propios y extraños, y para el que “los americanos, primero” es solo una excusa.

Salvini haciendo cosas de nazis

Si un gobierno de extrema derecha hace censos específicos de grupos poblacionales como los gitanos es lógico que nos acordemos del gobierno nazi haciendo listas de judíos… Y de lo que vino después. Si, además, Matteo Salvini acompaña su decisión con declaraciones en las que afirma que listará a todos los gitanos de Italia “aunque desgraciadamente nos los tengamos que quedar”, estamos ante un racista de libro. Un racista de libro… En el gobierno porque, como recuerda Margaret Castor en Twitter (con más de 11.200 seguidores), así de nazi lo han querido una parte de los italianos.

Macron no me gusta, pero…

No me gusta Macron, pero reconozco que uno de sus últimos episodios me parece ejemplar: un joven francés le llamó “Manu” y, como recogen varias crónicas que hacen una traducción más o menos fiel de la conversación que se oye claramente, el presidente francés se detuvo y le corrigió. Emmanuel Macron le recordó que al presidente de la república hay que llamarle “Monsieur” por respeto a la institución, y le recomendó estudiar un poco de historia. La irreverencia no es llamar por un diminutivo a un político que no conoces personalmente, eso es una chorrada.

Cantona sigue siendo el mejor

Ya sé que los futbolistas son, por norma general, un poco horteras, como todos los millonarios muy jóvenes por lo que vemos en Instagram (donde algunos se exhiben sin pudor). Pero Neymar es un tipo con un gusto especialmente poco recomendable. También es poco recomendable por otros asuntos que, ahora mismo, tampoco vienen al caso. Y el caso es su horroroso peinado en el Mundial de fútbol que un tipo que ya está de vuelta de todo como Éric Cantona ha imitado para una foto en sus redes sociales poniéndose un puñado de espaguetis cocidos en la cabeza.

Fuera fascistas

No solo tenemos que aguantar que la extrema derecha haya llegado a un gobierno europeo (de la mano de esa nueva izquierda que nos da lecciones contantemente), también tenemos que soportar sus asquerosas formas: el vicepresidente Matteo Salvini, de la Liga Norte lanzaba un tuit con una foto de él, con traje azul oscuro, los brazos cruzados y semblante serio, ante un fondo negro, y solo un mensaje: “Cerramos los puertos”. De ese modo hacía público que Italia había impedido atracar a un barco humanitario con 600 personas a bordo, pese a que le corresponde hacerlo.

El Athletic comete el error

Me apena que Gorka Angulo me tenga bloqueado en Twitter (y lo digo completamente en serio), pero he podido ver el tuit del periodista (sobre los minutos de silencio que no se guardaban en San Mamés) al que se refería Maite Pagazartundua antes de escribir: “Si el Athletic hubiera dicho ‘no’ a los asesinatos, ETA no habría matado durante décadas”. Tiene razón Angulo y no la tiene la eurodiputada: los errores que han cometido los presidentes del Athletic no tienen nada que ver con que ETA matara ni dejara de matar… Pero ensucian la imagen de la institución.

La marca es sagrada

Sigo: me gusta que los deportistas hablen de política y se metan en el barro. Pero las instituciones tienen que ser exquisitas y no pueden salir ni salpicadas. Quien tomara la decisión de que el Athletic hiciese explícito su apoyo a la “giza katea” del domingo cometió un error, el de entrar en política donde no tocaba después de no haberlo hecho cuando todos sangrábamos, como recordaba Aner Gondra en Twitter. Y la consecuencia no es leve: una marca zarandeada hoy por quienes necesitan mover árboles para ser vistos, y relacionada con valores negativos.

La importancia de los fotógrafos

La reunión del último G7 nos ha dejado a un Trump que solo piensa en lo que le da votos y al resto de potencias alineadas frente a un enemigo común. Y nos ha dejado una foto extraordinaria que Dori Toribio asignaba al portavoz de Merkel porque la había tuiteado primero, pero en realidad es de Jesco Denzel (que colaboraba durante la cumbre con el departamento de comunicación de la alemana). Gracias a la foto descubrimos a un fotógrafo extraordinario y recordamos la importancia de estos profesionales sin los que la comunicación no sería nada.

Tenemos que inventarnos dramas

Cada día estoy más lejos de lo que “se cuece” en Twitter y soporto peor la levedad de muchos de los trending-topics. Uno de los temas que más me ha sorprendido recientemente es la corriente de discusiones sobre los “emojis”, esos dibujitos que ponemos en el WhatsApp para ilustrar nuestras conversaciones. Algunos piden la retirada del huevo de la ensalada por respeto a los veganos y otros que se retire el del vaso de plástico para salvar los océanos. Con el debido respeto: ¡qué ajenos a la realidad viven algunos que convierten en sus problemas verdaderas tonterías!