No tienen razón

Parece que cuando algún representante de izquierdas pronuncia la palabra “vivienda” empieza a tener razón, pero la realidad es que no. Estefanía Molina también lo tiene claro: “Se ha extendido en España un discurso de extrema izquierda preocupante: se dice que no hay que construir más para que bajen los precios, que las casas ya están en algún lado y solo queda expropiarlas. Los datos muestran que es falso”, tuitea. En Euskadi, Bildu no aplica la ley del suelo (que permite a los ayuntamientos generar viviendas) para aplicar la ley que aprobó al PSOE y que se limita a topar el incremento del alquiler en las zonas tensionadas.

¿Se habrá reinsertado?

¿Un condenado por colaborar con ETA que sale de la cárcel, se convierte en casero y acaba llamando a una empresa de desocupación con pinta neonazi, se ha reinsertado? Aún hay más: “Josu Álvarez, durante el desaloje, pidió ayuda a la Ertzaintza tras las amenazas de los vecinos por haber invitado a ‘nazis’ a su barrio” (Vozpópuli). Repregunto: ¿un condenado por colaborar con ETA que sale de la cárcel y llama a la Ertzaintza para protegerse, se ha reinsertado? “Josu Álvarez Pérez, exmiembro de la banda terrorista, aceptó una condena de 6 años de prisión por ayudar a otros miembros de la organización terrorista a huir a Francia”.

Las “smartcosas” siempre han sido tiendas portátiles

Cuando Steve Jobs sacó el iPhone metió en el bolsillo de todas las personas usuarias una tienda. Esa fue una de las grandes claves empresariales de Apple. Y desde entonces todo ha ido a peor, hasta llegar al punto que explica muy bien Enrique Dans: “Es difícil imaginar a alguien dispuesto a pagar tres mil euros por un electrodoméstico que le interrumpe con un anuncio de yogures. Pero además envía un mensaje inequívoco de que ningún producto conectado es realmente tuyo, y que deberías pensártelo mucho antes de adquirirlo”. Se refiere a los frigoríficos Samsung con pantalla que ha empezado a proyectar anuncios.

No compres un Tesla

Las ventas en Tesla van muy mal y difícilmente van a remontar: son coches más caros que sus principales competidores fabricados en China, tienen menos complementos y peores reparaciones, y lo que es peor, su marca está vinculada para siempre a Elon Musk, un líder faraónico amiguísimo de Donald Trump y al que es fácil adivinar intenciones perversas. Por si todo esto fuera poco, “los accionistas de Tesla aprueban un sueldo billonario para Elon Musk para la próxima década” (Business People), un sueldo vinculado a objetivos. Para mí, claramente, es el momento de rechazar a Tesla y optar por las alternativas europeas.

Metapublicidad

Este titular en Xataka cumple con su función: resumir la pieza. Ahí va: “Que Instagram y Facebook estén plagadas de anuncios fraudulentos es malo. Que Meta se esté haciendo de oro con ellos es aún peor”. Amparo Babiloni lo desgrana así: “Meta estimó que un 10% de todo el volumen de ingresos vendría de anuncios fraudulentos, que sumaría 16.000 millones de dólares”. ¿Y qué hacen en Facebook e Instagram? “Subirle la cuota al anunciante para supuestamente desincentivarle. Es decir, que si siguen anunciándose, Meta gana aún más dinero con los fraudes”, por su permisividad es “el sitio favorito de los estafadores”.

El tema

Suelo leer con atención piezas como la de Vozpópuli: “Ripoll, el laboratorio ‘xeno-indepe’ de Orriols que sacude a Junts”. Yo también me pregunto: ¿es posible que en Euskadi aparezca un partido similar a Aliança Catalana? No lo sé, pero creo que hay tres factores clave que lo dificultan: primero, que el nacionalismo catalán tradicional es mucho más conservador y menos humanista que el vasco; segundo (para mí, el más importante), que los ultras ya votan a un partido nacionalista que odia al que piensa diferente; y el tercer componente es local: ERC y Junts (ambos, sí) han generado indignados tras el fracaso del Procés.

Asesinadas y asesinados

Mientras algunos seguían buscando justificaciones a la invasión del Kremlin sobre Ucrania, otros denunciábamos sin ninguna duda cada acción militar de Israel sobre Gaza sin subterfugios, sin la necesidad de limpiar nuestro pasado, con la seguridad de que siempre hemos estado contra el fascismo, en todo momento y lugar. En Yemen, “Israel asesina a 35 periodistas”. “El bombardeo israelí del pasado 10 de septiembre sobre la capital yemení, Saná, dejó 35 muertos y 131 heridos, incluyendo a un niño que acompañaba a un periodista”. Es “el segundo ataque más letal contra la prensa jamás registrado”.

Alcemos la voz

Todas y todos sabemos que Pedro Sánchez está convirtiendo el genocidio de Israel sobre Palestina en una cuestión de política local para presionar al PP y, una vez más, enfrentarse a Vox (luego se preguntará quién alimenta al fascismo). Pero da igual, lo que estamos viendo exige que alcemos la voz, que nos manifestemos: “Así se castiga a Rusia y se calla ante Israel”, denuncian en Público. “Del deporte a Eurovisión”, los organismos internacionales han demostrado un doble rasero intolerable. Hasta aquí hemos llegado: la democracia consiste en que el poder lo tiene la mayoría por medio de representantes, y la mayoría ha hablado.

Hasta aquí

En una cosa tengo que dar la razón a Donald Trump: Europa está lastrada por su buenismo y la corrección política. Precisamente en ese espacio templado, tan blanco que al final es gris, parafraseando al guionista bizkaiano Raúl Díaz, y que ha sido el terreno en el que ha crecido el fascismo. Tenemos que girar cuanto antes y empezar a señalar lo que está mal y también lo que es ridículo. Esto de Javier Milei, curiosamente, reúne las dos características: “Probablemente me den el Nobel de Economía” (La Nación). Y Trump se postula para el de la Paz. Lo normal si nadie les demuestra lo profundamente equivocados que están.

A cerrar

Ojalá escribir con la contundencia con la que lo hace Enrique Dans, que define a Meta como “la fábrica de abusos digitales que nadie se atreve a cerrar”. Dans denuncia “el uso de fotos de niñas vestidas de colegio para anunciar a adultos que se unan a Threads”, lo que considera “el resultado inevitable de un modelo de negocio irresponsable, avaricioso, sin escrúpulos”. Cree que la empresa es responsable de “una normalización social del abuso tecnológico”, y concluye: “Meta ya ha demostrado que no se arrepiente, que no tiene planes reales de cambiar su forma de actuar, y que continuará empujando los límites de lo permisible”.

Sí es rentable

Dicen que la desinformación es rentable, pero me cuesta ver el modelo de negocio, así de pobre soy, no como Alvise Pérez, que “se retracta de su primera declaración de intereses y admite ingresos de más de 800.000 euros desde 2021” (Newtral). En concreto, 821.000 eurazos: “639.200 corresponderían a dinero recibido en donaciones por su actividad como influencer, 129.000 euros corresponden a pagos de las plataformas Meta y Patreon, y 15.000 euros corresponden a su actividad como dueño y administrador de la empresa Resistencia Popular SL en 2021”. “Al incorporarse a la cámara, Pérez no declaró ningún ingreso”.

Una emergencia

Es urgente que la oferta de vivienda sea mayor, es urgente que quien tiene casas vacías tenga las certidumbres que necesita para sacarlas al mercado de alquiler (el de toda la vida) o compra-venta, es urgente que quien ha comprado pisos para ponerlos en Airbnb sienta el repudio y la vergüenza social, y la presión administrativa para que abandone su especulación. Es necesario porque “Alquilar una habitación ya cuesta la mitad del salario mínimo interprofesional y casi lo mismo que la cuota de una hipoteca” (Infobae), en España y en Euskadi, con la ley de Vivienda del PSOE, Bildu y Sumar, a todo trapo (electoral).

La mitad de las y los niños, sin pediatra

“Casi la mitad de los menores en Andalucía no tienen pediatra asignado”, leo en El Salto Diario y me quedo con cara de pasmo. La verdad es que la segunda parte del titular (“mientras la Junta presume de inversión”) me parece lo de menos. En este tema también hay apreturas evidentes: urge que las facultades amplíen el número de estudiantes (la EHU ha reducido el número de nuevas plazas que el anterior equipo rectoral había comprometido) y urge que los sindicatos médicos admitan que cuando hablan de “inflaccionar el número de facultativos” se equivocan. Si ese titular se da en Euskadi, ¿qué diría el PP?

Hay alternativa

New York es una isla, no solo en sentido geográfico: su población es mucho más progresista que el resto de EE.UU., por eso es posible el ascenso de personajes como Zohran Mamdani, que será el candidato demócrata a la alcaldía con propuestas como estas que resumen en El Diario: “Autobuses gratis, más vivienda y apoyo a Palestina”. Hay más: quiere “construir 200.000 nuevas viviendas en los próximos 10 años” (de nuevo, aumentar la oferta) y gravar a quien gane más de un millón al año. Por supuesto, “el ascenso de Mamdani se ha visto impulsado por unos seguidores en las redes sociales que eclipsan a los de sus rivales”.

El negocio somos nosotras y nosotros

Vuelve a confirmarse eso de que cuando en Internet hay algo gratis es porque el producto somos nosotras y nosotros. Enrique Dans lo explica con claridad meridiana en el caso de WhatsApp: “El verdadero negocio no está en esos anuncios (que, tarde o temprano, terminarán llegando al resto de la aplicación), sino en la gigantesca colección de metadatos que la compañía extraerá de cada uno de tus movimientos”. “Meta no es precisamente tímida a la hora de explotarla: cuando una multa millonaria cae sobre sus arcas, la tratan como un simple ‘coste de hacer negocios’ y siguen adelante”.

El futuro (muy cercano)

Esta reflexión de Antonio Ortiz en Error 500 me ha resultado apasionante: cree que será “inconcebible” en el futuro “que tu médico no use inteligencia artificial o que un humano conduzca un coche”. Los asistentes con inteligencia artificial (si no hemos abrasado antes el planeta) serán habituales claramente, según su proyección, en esos dos sectores: los coches autónomos y los asistentes para medicina. Ortiz ofrece datos: al parecer, los vehículos sin conductor humano tienen menos accidentes graves y el acierto de las y los facultativos que usan asistentes con IA es un diez por ciento mayor.

Un nuevo modelo

Antonio Ortiz aloja su blog en Substack, una plataforma que ha conseguido algo que parecía imposible: monetizar los blogs y los newsletter con un modelo de negocio parecido al de Twitch y Onlyfans, una suscripción a cambio de contenido… ¡escrito! Esto sí que no me lo esperaba. Me centro: en Xataka explican muy bien cómo funciona y dan algunas cifras: “Hace dos años ya había dos docenas generando al menos medio millón al año”. Pero las cifras reales son otras: “Para ganar 50.000 dólares anuales cobrando 8 dólares al mes, un escritor necesita 900 suscriptores de pago. Y además, añadir 31 al mes para compensar los que se irán”.

¿Y su modelo de negocio?

“Google ha roto su propio buscador y esto es una noticia pésima para muchas pymes y sitios web orientados a contenido”, titulan en Pymes y Autónomos. Y estoy de acuerdo, es una evidencia que ya hemos notado: hacemos una búsqueda en Google y en vez de resultados en diferentes webs nos ofrecen un resumen hecho con su IA. El problema es grave, pero a medio plazo es devastador: si Google desprecia el posicionamiento, ¿de qué va a vivir? ¿De qué vamos a vivir los demás si nuestros contenidos son absorbidos sin nada a cambio? Y en el largo plazo: sin fuentes diversas, ¿quién queda? Los pocos que tengan dinero para ofrecer su relato.

La esencia

Hay unas cuantas explicaciones técnicas en las que me pierdo pero sí entiendo la esencia: según Enrique Dans, Meta mantiene “una carrera premeditada contra la ley y la privacidad de las personas para ser capaz de colonizar todos los resquicios del ecosistema”. Por eso es durísimo con la empresa de WhatsApp, Instagram y Facebook. “Si de verdad creemos que la privacidad es un pilar democrático, debemos actuar en consecuencia: cerrar la empresa, sentar a su fundador en el banquillo, e inhabilitarlo para que no pueda crear ninguna compañía más”. “La multa, por alta que parezca, es ya una partida presupuestaria más”.

Sí, nos hemos pasado

No tengo claro si en 3D Juegos se están quejando o no ante esta posibilidad: “La generación beta vivirá como los niños de los años 50 y los padres no podrán hacer nada al respecto”. Se refieren a las y los nacidos a partir de este año, y a la legislación restrictiva que prepara Francia, como punta de lanza, para frenar el acceso a las pantallas de las y los menores. Yo estoy de acuerdo. Nos hemos pasado: viajamos, comemos (aguacates todo el año y en todos los países), lanzamos misiles y cohetes, y sobre todo hemos accedido a redes sociales mucho, mucho más de lo que necesitamos y nos beneficia. Debemos parar todo ya.

La juventud nunca puede ser un problema

La juventud son nuestras hijas e hijos, y sus amigas y amigos, es nuestra esperanza y nuestra oportunidad. Pero la juventud nos inquieta. Aníbal Malvar deja claro en Público que no es la simple distancia o lógica la incomprensión: “Es razonable que unos padres no entiendan a sus hijos de 15 años. Pero si no los entiendes cuando tienen 25 y 30, es que algo ha funcionado mal durante mucho tiempo en una sociedad”. Le preocupan (y me preocupan) sus “evidentes pulsiones antidemocráticas y negacionistas, antisistema, desertores de la razón, de sus profesores y, ya no digamos, de sus políticos”, que se extienden por todas las democracias.

Una buena guía hacia el futuro

Mientras en las democracias nos preocupamos por el tipo de sociedad y, especialmente, por el tipo de juventud que hemos generado, permeable a los populismos de base fascista, aquí y allí, en las dictaduras lo tienen claro: la juventud está para guiarla y generar así unas oportunidades y una esperanza globales. La dictadura china, como leemos en Xataka, no se ha andado con paños calientes: “Tiene 39 programas universitarios de química especializados en las tierras raras” que permite al Partido Comunista gobernar el país que “refina el 99% de las tierras raras pesadas del planeta”, el mercado y el negocio del presente y el futuro.

Y puede que tengan la solución

No me fío un pelo de la dictadura china, por dictadura, no por china, evidentemente. No me fié de ningún dato que ofreció de la pandemia. No me fío de la base de su desarrollo tecnológico. No me fío de su información, ni de sus intenciones, ni de sus acciones (su presencia en África ni es casual ni es altruista). Pero Enrique Dans sí se fía de los estudios que afirman que China ha logrado “revertir su tendencia de emisiones de dióxido de carbono” gracias a “una estrategia deliberada, masiva y sistemáticamente implementada” basada en “el despliegue masivo e intensivo de energías renovables” “y una transformación estructural del mercado energético”.

Calentamos el planeta por las risas

Mientras la dictadura China trabaja para controlar al 100% el mercado del futuro y electrifica su sistema como si no costara, en el mundo desarrollado y libre no dudamos en calentar el planeta como si pudiéramos por las risas: “Zuckerberg apuesta por la energía nuclear para impulsar el desarrollo de la IA en Meta” (El Independiente). Porque convertirnos en muñecos con accesorios, bien vale un lago seco. Porque hacer fotos de futbolistas vascos con camisetas de Vox, bien vale un bosque calcinado. Porque preguntar a la IA lo que tardas un minuto en buscar en Google bien vale una especie animal menos.

¿Pero no era todo bromi?

Yo pensaba que solo por las risas era también Eurovisión: al final, ¿sí importa en qué puesto quede España? Al final, ¿sí importa que un estado se organice para influir en el voto popular? Al final, ¿sí importa cómo se comporte la cantante española? Entonces, que alguien se tome todo en serio. Y no me refiero a lo que cuentan en Vozpópuli (“el ganador no podrá ‘saltarse’ los programas de RTVE ni ir a la competencia”), que me parece bien, me refiero a que la fiesta por la fiesta puede salir bien una vez, pero no es un sistema sostenible ni siquiera en televisión. Y la prueba irrefutable la proporcionó Israel.