El día que te aplaude Vox

Bildu y ERC han preferido sacarse una foto junto a Vox y PP antes que sacársela junto al PNV. PSOE y Podemos no son problemáticos, lo hemos visto esta misma semana: los de Mertxe Aizpura han echado un capote al gobierno español desviando la atención de Marlaska a la Guardia Civil. Pero la foto con el PNV no se la podían permitir, por eso han inclinado la balanza hacia la Ley Mordaza de Mariano Rajoy, y por hacerlo han recibido el aplauso en la comisión de Vox y PP. Hay que decirlo, hay que mostrarlo y hay que señalarlo. ¿Explicaciones? No las necesito tanto como Gabriel Rufián, empeñado en defender su actuación.

Esto es lo que permiten

Uno de los indignados con que no saliese adelante la reforma de la Ley Mordaza impulsada por el PNV es Javier Bauluz. El fotoperiodista y Premio Pulitzer lanzó un hilo con evidente enfado porque Bildu, ERC, Vox y PP han decidido mantener esto: “¿Para qué sirve la Ley Mordaza? Para que los ciudadanos no puedan ver a 2.700 personas, muchas detenidas ilegalmente, hacinadas en 3.000 metros cuadrados en Arguineguín. ¿Cómo? Sencillo, se impide a periodistas ser ojos de ciudadanos y te multan sin juez”. En el acuerdo había más puntos que se reformaban que los quedaban sin tocar. Ahora siguen todos como los diseñó Rajoy.

Actualización a día de la fecha: sobre este párrafo el propio Javier Bauluz me explica que he interpretado mal su tuit. Solo puedo estar de acuerdo con él en su afirmación: «Tener miedo a Policía armada no es digno de una Democracia»

¿A quién importamos?

Soy un firme defensor de la democracia porque la conozco bien. Todavía hoy, después de más de veinte años observándola tan de cerca como puedo, sigo aprendiendo. Así que, por supuesto, confío en la mayoría de políticas y políticos, en sus buenas intenciones y en su preocupación real por la ciudadanía. Sin embargo, ante algunas evidencias contemporáneas, como esta que resume Quique Peinado en un tuit, a veces me pregunto quién vela por la ciudadanía: “Los bancos centrales pensándose si bajar los tipos porque ha quebrado un banco, porque lo de estar ahogando a todo dios con las hipotecas, eso da igual”.

Difícil de justificar

Entiendo la lógica: anunciar beneficios es bueno para el negocio. Pero no puedo dejar de pensar como parte de “la ciudadanía” entendida como la mayoría de las personas, las que conducimos Citroën y no Tesla, las que sabemos cuánto gastamos a la semana en el supermercado o el bar de al lado del trabajo. Por eso este titular en Las Provincias me molesta, me indigna, incluso, porque no soy accionista ni inversor, solo soy un cliente que calcula lo que ha subido una docena de huevos: “Mercadona gana 718 millones de euros, un 5,6% más que el año anterior”. Quien saca pecho de esto no forma parte de la mayoría.

Se retira un importante

Para muchos, Félix Linares es la voz del cine en ETB2. Y lo es con merecimiento porque nadie nos ha explicado mejor la parte más atractiva de la industria. Pero para mí la de Linares es una de las dos voces de aquel maravilloso Pompas de Papel que copresentaba junto a Kike Martín. Intentaba no perdérmelo porque nadie ha sido capaz de hacer de la literatura algo tan bien medido entre lo canallesco y lo interesante. Linares es mucho, mucho más que una voz estupenda y una dicción y una entonación impecables: la cultura está en deuda con él porque ha conseguido que muchísimas vascas y vascos nos acerquemos a ella sin pudor ni temor.

Y punto

Solo puedo estar de acuerdo con Irene Montero cuando dice alto y claro esto: “El movimiento feminista es un movimiento transinclusivo. Vamos de la mano y las mujeres trans también están en la primera línea de la luchas por las conquistas de nuestros derechos”. Y quien le acuse de que se pone de perfil en algunas luchas para no restar apoyos puede revisar, también, cómo respondió a las chicas que negaron que una mujer trans es una mujer en uno de los actos oficiales de su ministerio. Montero respondió con la pausa de quien ha tenido a fascistas en la puerta de su casa y la sencillez de quien tiene las ideas claras.

A molestar, a tu casa

Quiero creer que las chicas que irrumpieron en el acto del ministerio de Igualdad para negar que una mujer trans sea una mujer con argumentos que te firma un afiliado de Vox y el sindicato Solidaridad, dentro de un tiempo se avergonzarán de sus actos. Igual que quiero creer que las chicas de Nuevas Generaciones que fueron a hacerse un hueco en la manifestación del 8-M de Madrid para gritar el nombre del “tito Berni” y la ley del “solo sí es sí”, cuando se vean en el vídeo y las fotos dentro de un tiempo también se avergonzarán. Porque ser la abanderada de una chorrada tiene que provocarte bochornito antes o después.

Defiéndeme esto

Para quienes no guardo esperanza es para quienes optaron hace un año por defender la invasión por el morro de Rusia sobre Ucrania y se han mantenido en una injustificable equidistancia, cuando menos, desde entonces. Su falta de visión, de empatía y de humanidad están fuera de toda duda. Y todavía encontrarán argumentos para explicar que es necesario “un nuevo ataque masivo contra Ucrania” que deja “al menos nueve muertos y parte de Kiev sin luz” por medio de “decenas de misiles de crucero disparados desde el Mar Negro” que tenían “como objetivo las infraestructuras eléctricas” (República).

Una buena noticia

Aunque las buenas no suelen ser noticias, para variar, vamos a hablar de una: “El juez estrella de Vox fracasa en su intento de sentar a infoLibre en el banquillo”. “En su auto, la jueza sostiene que las noticias publicadas por este medio no se refieren a la vida privada de Francisco Serrano, sino a comportamientos que ‘forman parte de la esfera de lo público’, sobre todo cuando se refieren a un representante de la ciudadanía, que conlleva ‘un deber moral de ejemplaridad’”. Así que, enhorabuena a InfoLibre y a Ángel Munárriz, que han ganado legitimidad para seguir contando lo que ven y han ayudado a todos los medios.

Y otra

Sí, me alegro de que el Bayern haya echado de la Champions al PSG. Me alegro de que un club, por muy hinchado de millones que esté, haya señalado la puerta de salida al videojuego personalizado de unos qataríes. Me alegro de que un equipo trabajado (porque en el Bayern hacen muy bien las cosas) haya eliminado a un conglomerado de estrellas desorganizado, liderado por un jugador que, por muy bueno que sea, nunca podrá estar por encima del conjunto. Me alegro de que el fútbol de toda la vida, representado hoy por Bayern y Real Madrid, quién nos lo iba a decir, venza al nuevo, el del PSG, el City o el Newcastle. Me alegro de que las grandes fortunas sigan sin entender el deporte de las personas normales.

Ni un día sin su error

Puedes cometer un error. No pasa nada. Nadie va a juzgarte duramente si te das cuenta, lo admites e intentas arreglar el desperfecto que hayas podido originar. O puedes cometer un error e insistir en él, y cometer otro e insistir en los dos. Es lo que está haciendo Podemos con su ley estrella, como primera equivocación, y sus manifestaciones en los medios, con la colaboración del PSOE, como segunda. Cada día, un titular (el de ayer, este en EPE: “Irene Montero culpa al PSOE de que las negociaciones sobre el ‘solo sí es sí’ estén paradas: ‘Yo no me he levantado de la mesa’) y una alegría en la sede del PP. Ellas y ellos sabrán.

La izquierda se equivoca

Dirán que yo no puedo opinar de lo que hace la izquierda ni medir el tamaño de sus errores, pero yo seguiré diciendo lo que me dé la gana. Y es evidente, no porque lo diga yo, sino porque puede verlo cualquiera, que la izquierda se equivoca (la española y la vasca), primero, intentando apropiarse de banderas como la del feminismo. Después, por intentarlo para acabar como leemos en República: “El movimiento feminista volverá a partirse este 8-M: habrá dos manifestaciones. Comisión 8M, cercana a Podemos, recupera este año el recorrido por la Gran Vía madrileña que en 2022 ocuparon las feministas cercanas al PSOE”.

Espainaren morroi

Bildu se ha plegado al PSOE en Madrid: “Unidas Podemos, ERC y EH Bildu ceden y salvan la ley de bienestar animal: ‘Hoy vence el PSOE’” (El Plural). Yo lo entiendo porque la política lleva siendo así toda la vida: hoy apruebas algo que te importa menos que lo que vas a reclamar mañana. Pero la izquierda abertzale lleva también toda la vida asegurando que ceder en el legislativo español era venderse por un plato de lentejas. Literalmente. Pero aún hay más: consiente allí (y en Nafarroa), pero no lo hace en la CAV. Y no acaba aquí el asunto: ¿cede porque a Bildu le parece bien o porque lo hace ERC? ¿Y si ERC no hubiese accedido?

El nivel

PSOE y Podemos discuten lanzándose los trastos en televisión. La oposición que se autoproclama de izquierdas se ablanda haciéndose seguidismo por el qué dirán. Y la que se sitúa orgullosamente en la derecha también ha decidido tirar el nivel de la política al suelo: opinar públicamente que la conocida como ley del “solo sí es sí” puede ser “el Prestige de Sánchez” (Nius) me causa bochorno. Que el PP hable en esos términos, considere que algo que ellos gestionaron tan mal sea una especie de tumba política, puede estar ubicado entre el ridículo y la vergüenza. Pero sin duda entra en el terreno de la torpeza política.

Mayor y lento

Vox ha elegido a un octogenario que militó en el PC para encabezar su moción de censura. O no. Pase lo que pase, sea Ramón Tamames el elegido finalmente u otro, el candidato de la ultraderecha ya sale a la carrera con los dos pies enredados. En el caso del economista, además de mayor para lanzarse a correr, especialmente lento porque ahora “Vox paraliza la candidatura de Tamames hasta que no detalle su programa de gobierno” (The Objective). Seguimos recopilando pruebas del bajísimo nivel de la política española actual, Bildu incluido por propia voluntad, por supuesto, desde su poder ejecutivo a los partidos en el legislativo.

¿Y qué?

Es año electoral, pero estamos en enero y las elecciones generales, las que parece que son las únicas que interesan a prensa y política españolas, serán en diciembre. Así que el bajón en las encuestas que sufre ahora Pedro Sánchez no parece muy importante. Y más cuando lleva aparejado que el PP sumará con la ultraderecha. De lo que sucede esto es lo más importante y para lo que el tiempo sí corre: no podemos permitir que durante estos meses, prensa y política, otra vez, vayan naturalizando que Vox es un partido que puede entrar en la gobernabilidad de España. Y esta, solo esta, es la baza de Núñez Feijóo.

Estos. Son estos

El candidato de Vox a la Generalitat Valenciana, Carlos Flores Juberías, ha sido condenado por “violencia psíquica” hacia su exmujer: “Secuestradora de niños, más que ladrona, te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo”, le dijo a las puertas del colegio al que van los hijos en común, según Levante. La sentencia también recoge la “nefasta situación emocional de los menores” y agresiones a su exsuegro: “Vete con las putas que es lo que tienes que hacer”. Flores Juberías estaba en el Consell de Transparència a propuesta del PP y este partido quiere sacarlo de él ahora por su candidatura con Vox, y no por su moral.

Sí, eres incapaz

Si eres el alcalde de Madrid y tuiteas que “seré incapaz, pero lo que no haré nunca será pactar presupuestos con filoetarras e independentistas como el gobierno del que es usted ministra”, en respuesta a Reyes Maroto, pareces un incapaz. Porque es evidente, a todas luces, que en el ayuntamiento de la capital de España no hay partidos como el PNV, Bildu o ERC. Así que, lógicamente, José Luis Martínez-Almeida nunca pactará con ellos en esa institución. Lo que sí hace es pactar con la extrema derecha española, y eso quedará para su historia política, incluidos los peajes que le imponía Vox con deleite.

Dar trigo

“Alimentación, automóviles, transporte aéreo, autopistas, taxis, hipotecas, telefonía, plataformas de streaming, tabaco… incluso los ya casi olvidados sellos de correos suben este año”, leemos en El Periódico de España con resignación. “El resumen es que todo, o casi todo, va a subir en 2023, aunque sea en menor medida o a menor ritmo que en 2022”. Ya sé que las razones son globales (la cara dura de algunos es mundial) y que el gobierno español sigue inyectando dinero para salvar el corto plazo, pero pocas veces fue tan claro eso de que no es lo mismo predicar (desde la oposición, las tertulias o los atriles) que dar trigo.

También en 2023

Aunque no esperábamos otra cosa no podemos dejarlo pasar: Kiev ha sido durante bombardeada durante las primeras horas de 2023, al parecer, “con drones de presunta fabricación israelí”. Así que, sí, la invasión rusa sobre Ucrania continúa, y no solo eso: en un especial de Nochevieja, entre actuación y actuación y con militares condecorados en primera fila del show, el presentador aseguró que Rusia seguía expandiéndose, le guste a Occidente o no. Cambiamos de año, cambiamos el calendario en la cocina pero no perdemos de vista, por desgracia, a quienes justifican una agresión por el morro.

Déjalo, Isabel

Isabel Díaz Ayuso se ha pasado de rosca. Ya ni siquiera llama la atención, que es lo peor que le podía pasar, con sus apelaciones constantes a ETA, algo que no le toca ni por tiempo ni por lugar. Pero ella insiste, y esa una señal más de su debilidad, de su desgaste e incluso de su fragilidad. La mujer fuerte, la única del PP que mantenía el pulso con la extrema derecha se ha quedado sin argumentos y empieza a dar vueltas en círculos: el gobierno de Sánchez lo hace todo mal y ETA vive, la lucha (la de ella) sigue. De ahí no la sacas. Si algo he aprendido estos años es que al político hay que darle tiempo antes de decidir que sabemos cómo es.

La cosecha de los vientos

Para parar a la fascistada es necesario hablar claro, llamar a las cosas por su nombre y señalar lo que necesitemos señalar, para bien y para mal. Y si el tono en el Congreso ha subido hasta lo insoportable no es por casualidad: porque el PSOE ha dejado hacer, porque al PSOE le interesaba que Vox sacara la cabeza, porque al PSOE le venía bien que Abascal le comiera la tostada a Casado, porque si el PSOE es el objeto de la ira de Vox, y esta es visible, es bueno para el PSOE. Pero ahora toca recoger las tempestades: los discursos se han ido de lo permisible y la cámara se le ha ido de las manos a la Mesa. Pero todo ha sido por un motivo.

La dictadura china, en plenitud

Nunca me he creído el relato de China sobre el surgimiento, la expansión y la mortalidad del coronavirus en su propio territorio. Y la política de “cero covid” del gobierno me invita a pensar que en aquel país el impacto de la pandemia fue terrible (no quiero imaginar lo que puede estar pasando en Corea del Norte), sobre todo por la terquedad de la dictadura. ¿A qué tiene miedo? ¿Qué sabe el gobierno chino que ocultó y sigue ocultando que le mueve a actuar de esta manera? Confinamientos forzosos, violencia, señalamiento… En El Confidencial lo resumen así: “Intimidación y secretismo: la táctica silenciosa de Xi para minar las protestas”.

Así tiene que ser

No, Elon Musk no está obrando el milagro, no está consiguiendo que Twitter funcione con menos personal después de haberse librado de quienes querían que su trabajo fuese compatible con su vida, Musk está dejando cosas sin hacer. Las más peligrosas. Y la Unión Europea, como cualquiera que no se enamore rápidamente de los latigueros con mucho éxito, se ha dado cuenta: “El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, pide al magnate que Twitter destine ‘suficientes recursos humanos’ para cumplir con las nuevas reglas de Bruselas sobre control de contenidos” (La Información).

Un trabajo mal hecho

La mayor parte de las y los aficionados a la selección española de fútbol se enteran de lo que dice Luis Enrique Martínez en Twitch gracias a la prensa tradicional. Después de ver durante años la acción de las y los grandes prescriptores en redes sociales o plataformas tengo claro que estas necesitan a los medios tradicionales como complemento, por lo que no entiendo el “miedo” que, como bien apuntan en Magnet, “evidencia” la manipulación de la COPE a una emisión para presentar como burdo al seleccionador asturiano, que lo está haciendo muy bien como streamer amateur. Ese nerviosismo de la radio deja ver, sobre todo, desconocimiento.