Hacer el canelo

Voy a ser bueno y voy a pensar que Borja Sémper supo que se había pasado cuando definió como “hacer el canelo” esa cosa tan salvaje de hablar en euskera en la tribuna del Congreso de las y los diputados. Por eso él mismo lo hizo. Tres frases. Pero menos es nada, literalmente. Celebro sin dobleces la rectificación de Sémper a sí mismo porque me parece especialmente significativa: el avance de posiciones cavernícolas hacia una normalidad que ya se da en parlamentos autonómicos con representantes de muchos y muy diversos partidos. Yo, que estoy por civilizar, sigo pensando que ayer ganó España haciendo suyas lenguas que no lo son.

Otro detector de trogloditas

Creo que Joseba Agirretxea lo clavó: “Los que se han marchado son los mismos que antes nos echaban de clase, nos multaban o nos metían en la cárcel por hablar euskera. Ahora se han ido ellos. Algo hemos avanzado”. El diputado nacionalista vasco se refería a las y los diputados de Vox que en un gesto propio de niñatas y niñatos, dejaron los receptores de la traducción simultánea en el escaño de Pedro Sánchez. “Ahí lo llevas”, debieron pensar, pero lo cierto es que se lo llevan ellos: esos aparatos amontonados se convirtieron automáticamente en útiles detectores de trogloditas capaces de negar lo que no comprenden.

Otra vez, no

Precisamente los representantes del PNV están demostrando una gran cortesía parlamentaria diciendo “no” de la manera más amable una y otra vez al PP, que se empeña en arrancarles un “sí”. Es más fácil rechazar las reuniones, no mirar a la cara y dar una rueda de prensa en el mismo Congreso, pero es mucho menos político. Lo que me sorprende es que no haya ningún periodista que reclame a esas y esos de las ruedas de prensa y las entrevistas en carrusel una respuesta: ¿por qué mintieron en campaña con aquellos anuncios, repetidos cada día, de un pacto entre PP, Vox y PNV? ¿Por qué ahora ni se sonrojan?

Si no me gusta el resultado, elecciones

Yo creo que el PP pide elecciones como quien tiene la partida perdida pero tira los dados y espera tener una suerte increíble para avanzar de oca en oca y de puente a puente hasta la casilla final. Porque si se repiten lo más probable es que Sánchez pegue un par de bocados a derecha e izquierda y suba un poco más (librándose de algún partido nacionalista). Pero los de Núñez Feijóo, insisto, dan la batalla por perdida: antes de su propio intento de investidura ya piden que Sánchez convoque elecciones… Incluso aunque la ley lo prohíba, ya que es presidente en funciones y ahora todo marcha con los plazos que arrancó Felipe VI.

Es imposible hacerlo peor

Es imposible hacer las cosas peor que en la RFEF. No sé si la era Rubiales ha desnortado a todas y todos o si el dimitido presidente sigue mandando y equivocándose, fiel a su estilo. La convocatoria de Montse Tomé, dejando fuera a Jennifer Hermoso y llamando a jugadoras que habían avisado de su renuncia, es un despropósito. Creo que las futbolistas exigen más de lo que les corresponde (lo del cambio en la gestión del marketing no corresponde a ninguna jugadora o jugador), pero lo básico es inapelable. Y es en lo más elemental en lo que la Federación sigue haciéndose un daño cada vez más difícil de reparar.

¿Por qué no ha dimitido Rubiales?

Además de porque es un machista insoportable, Luis Rubiales no ha dimitido porque, según The Objective, “la dimisión les abocaba a una convocatoria inminente de elecciones”. Y para mantener el control de la RFEF ha urdido un plan: “Destituye a todos sus vicepresidentes menos uno para dejar atado su relevo”, Pedro Rocha, que tras el esperado cese ocupará la presidencia siendo, como es, hombre de máxima confianza de Rubiales. Así que esto va de mantener la indignidad (que no la dignidad) pero también de mantener el poder de una federación que, claramente, maneja demasiado de esto último.

Con dinero y más dinero

La jugada es hábil, pero también muestra una vez más a un Rubiales codicioso que solo quiere lo que tiene: dinero y poder. En su discurso, en el que se negó a dimitir y señaló el feminismo como su problema (cuando lo es el machismo propio), Rubiales ofreció en público al seleccionador español del equipo femenino una renovación de contrato al alza. Algunas fuentes indican que incluso triplicando el sueldo hasta el medio millón anual. Su modo de operar quedaba así al descubierto y, para sorpresa de nadie, consiste en forrar de dinero que no es suyo a los demás. Eso ayuda a explicar que haya llegado tan lejos.

¡Pero si lo vimos!

Si la grandeza de una obra está en los detalles, “las explicaciones de Luis Rubiales por el beso a Jenni Hermoso” son inmensas: “Ella fue la que me subió en brazos y me acercó a su cuerpo. Y yo le dije: ‘¿un piquito?’ y ella me dijo, ‘vale’” (la SER, en Twitter). Hay que tener la cara muy dura para decir esto cuando todas y todos hemos visto, si no en directo sí decenas de veces en los informativos, la secuencia del beso y cómo Rubiales se tomó el deseo a su manera, sin importar lo que quisiera Jennifer Hermoso. Ese es el nudo gordiano, y no hace falta deshacerlo, pese al empeño de Rubiales: todos sabemos qué ha pasado. No hay discusión.

“La honorabilidad de Rubiales”

Si el machismo de Rubiales y quienes le defienden o apoyan es de libro, la revictimización que produce en Jennifer Hermoso es también de manual. Le presiona para que comparezca junto a él justificando lo injustificable, le acusa de mentir y, por su fuera poco, Luis Rubiales pone el aspersor de mierda al máximo: “La Federación Española de Futbol ha anunciado cuantas acciones legales correspondan en defensa de la honorabilidad de Rubiales” (República). Lo de “la honorabilidad de Rubiales” me parece ya un despropósito sideral. Una fórmula de jefe de prensa vago que, en este caso, no da más que para chiste.

“Contigo, Jenni”

El fútbol español, la RFEF y el propio gobierno, que ha dejado hacer a Luis Rubiales demasiado, tienen un problema enorme de machismo e imagen: la selección española de fútbol llegó a lo más alto y el machismo de Rubiales, también. En el partido de la liga estadounidense, históricamente la más importante del fútbol femenino, entre San Diego Wave y Orlando Pride, “los equipos de Alex Morgan y Marta Vieira portaron brazaletes con un mensaje de apoyo a la jugadora española” (Relevo). Así que, sí, el presidente de la RFEF ha generado, él solito, el “me too” español, en este caso, el “se acabó” acuñado por Alexia Putellas.

No quieren entenderlo

Creo que en el Diario As (que en su portada afirma: “Jenni deja caer a Rubiales”), como en muchos otros medios, algunos periodistas no entienden realmente el machismo que demostró Luis Rubiales besando en la boca a Jenni Hermoso tras la final del Mundial. Pero lo peor es que otros no quieren entenderlo: argumentarán que solo es un capítulo más en la caza de brujas al presidente de la RFEF y callarán los favores y prebendas que este les otorga. Porque solo desde la falta de sensibilidad más bruta o el clientelismo más ruin podemos explicar que alguien no entienda que el único responsable de un acto machista y repugnante es él y no ella.

¿Es la oferta o la demanda?

El que no es capaz de entender por muy bien que se lo expliquen todo lo que tiene que ver con la factura y la tarifa de la luz soy yo. He llamado a Iberdrola varias veces y su jerga me impide conocer cómo puedo optimizar mi consumo y mi gasto. Y en lo global no voy mejor: me explican empresas, gobierno y medios que las tarifas se calculan en función de la energía que se genera, pero veo que en el día de más calor del año, con las placas solares echando humo, se dispara el precio por el consumo del aire acondicionado. Entonces, ¿nos cobran en función de la demanda o de la oferta? Lo que sí alcanzo a entender me lo deja bastante claro.

Y ahora, ¿qué?

Podemos dedicar todo el tiempo del mundo a elucubrar si Rusia está detrás del fallecimiento jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, tras estrellarse su avión. Podemos discutir todo lo que queramos de si está bien que el Kremlin tome represalias militares (si es que lo ha hecho) contra unos mercenarios que el mismo gobierno contrató para avanzar en una invasión violenta e injusta. Pero el análisis que yo estoy esperando es el que me explique qué puede pasar a partir de ahora con una milicia armada, entrenada, que ha contado con mucho dinero, que está librando guerras previo pago y que ahora mismo está descabezada y desnortada.

¿Y si es una cortina de humo?

Nos lo señalaba esta semana a varios periodistas uno que sabe mucho de lo que pasa en Madrid: es cierto que los votos a favor de EAJ-PNV pueden hacer presidente del gobierno a Núñez Feijóo, pero la abstención de Junts, también. Con esta idea rondando mi cabeza leo de otra forma el titular en El Periódico de España: “Feijóo demora la investidura porque sigue empeñado en el voto del PNV”. ¿Y si el empeño público del PP en los abertzales pese a sus repetidas negativas es una cortina de humo y así nadie pregunta por las conversaciones discretas entre las y los populares y las y los de Junts?

¿Son profesionales o deportistas?

Creo que los líderes de opinión en Twitter de parte de la afición del Athletic que sugerían que el fichaje de Laporte para nuestro equipo era posible han dejado claro cuál es el nivel de la información que manejan. En el caso del exrojiblanco como en muchos otros, especialmente el de Gabri Veiga, de 21 años, lo que me interesa es cómo toman la decisión: son profesionales del fútbol y quieren ganar mucho dinero con su talento, vale, pero, ¿no son también deportistas de élite que quieren competir en las mejores ligas y contra los mejores jugadores? ¿Todo ese dinero se disfruta más en Europa o en una cárcel de cristal árabe?

El tablero político

Mientras la prensa conservadora, en España; y Bildu y Podemos, en Euskadi, intentan colocar  a EAJ-PNV en el bloque que posibilitaría a Núñez Feijóo ser presidente, Andoni Ortuzar y las y los suyos, parece que están a otras cosas, justo a las contrarias, como explicaba en Twitter Fernando H. Valls: “El PNV ha actuado de intermediario entre PSOE y Junts, confirma Aitor Esteban. Es decir, Sabin Etxea ha hecho posible que Puigdemont vuelva a jugar en el tablero político (acuerdo de la Mesa). Esa conexión es clave. El escenario es: investidura de Sánchez o segundas elecciones”.

El trazo fino

Ignatius Farray lo ha vuelto a hacer: pese a sus espectáculos intencionadamente grotescos, su trazo es fino como el de pocos. “Lo más gracioso de todo esto es que ni Rubiales ni la mayor parte de la prensa deportiva tienen todavía muy claro qué coño está pasando”, tuiteaba aflorando una gran verdad. El presidente de la RFEF y los periodistas que le justifican realmente no se han dado cuenta de la gravedad de sus actos, les parecerá que estamos hinchando un globo y seguro que creen que queremos mover la silla de Rubiales aprovechando este escándalo. Pero no: su machismo es lo grave y el motivo.

¿Qué está pasando?

¿Qué pasa por la cabeza de un octogenario para lanzar una piedra contra un helicóptero que recogía agua de su pozo de regadío para apagar el fuego que está devorando una parte de Tenerife? Según El Plural, el agresor, que dejó inutilizado el vehículo y, por lo tanto, agravó la situación, ya ha sido detenido. Pero también explican que Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife “atribuyó esta acción a los bulos que se habían difundido”. Quienes tienen que estar detenidos son quienes difunden esos bulos, quienes sin nada que perder utilizan cada noticia para desgastar a las y los responsables políticos de turno.

De lo local y lo global

No tengo ni idea de a quién ha votado el que se ha liado a pedradas contra un helicóptero, pero la noticia me ha hecho recordar el estudio que se ha publicado este verano: en EE.UU., “el 97% de las noticias falsas publicadas en Facebook las ven usuarios conservadores” (Público). Hay dos elementos en la noticia para mí más importantes que ese altísimo porcentaje: que se trata de lectores estadounidenses y que se trata de Facebook. Pero creo que es innegable que los bulos activan el voto, especialmente el radicalizado (de un extremo y del otro, en mi opinión). Y estas sí son tendencias globales.

Todos con los jeques

Poco a poco están colocándonos la idea de que las grandes ligas de fútbol son la inglesa, la alemana, la española, la italiana, la francesa y la árabe. Y nos están informando de los partidos y las competiciones con naturalidad, más allá de los fichajes que nos sorprenden cada vez menos: el “sportswashing” funciona. O lo que es lo mismo: la carísima campaña de imagen que están comprándose los jeques va bien porque no se habla de la dictadura o la falta de derechos civiles básicos en Emiratos Árabes, sino de los goles de sus equipos, sobre todo, a las plantillas europeas con dinero a patadas.

¿Qué es “fake”?

Me deja con cara de pasmo la caradura de quienes señalan que es un “fake” que Bildu en Ribera Alta ha asegurado “con esta broma tenemos que acabar” en referencia a que su alcalde y candidato, Javier Gallego, se transforma en La Polaka, canta y baila. Es evidente que Andoni Ortuzar, presidente del partido por el que se presenta Gallego, lo tiene que denunciar. Y es indiscutible tanto que la responsabilidad es de Bildu como que la fobia en ese partido, en ese municipio, existe. Acusar de mentiroso a quien señala los hechos deja una cosa bien clara: la mecánica de la victimización en Bildu y la falta de honestidad y sensibilidad de quienes acusan.

Hacemos la campaña a la fascistada

Siempre empiezo una campaña desde el principio: no puedes tratar a la ciudadanía como si fuera tonta porque no lo es y no puedes infantilizarla porque es madura (aunque estemos dando muestras como civilización de volver a la adolescencia irresponsablemente). Como parto de esa base me sorprendo cuando veo que a la izquierda abertzale de toda la vida le está yendo muy bien con su operación de blanqueo, y la poca capacidad de algunos individuos de entender que le están haciendo la campaña a la fascistada, a la de aquí y a la de allí, como quien se lio a puñetazos en la carpa de Vox en Gasteiz. ¿Qué más quieren los ultraderechistas?

Les importamos un pimiento

A los partidos españoles, empezando por Vox, la ciudadanía vasca le importa un pimiento o menos. Por supuesto, también al PSE: el modo en el que han entregado sus votos a Bildu como mal menor para no erosionar a Pedro Sánchezen España habla muy mal de Eneko Andueza y esta dirección, que ha hecho buena a la de Idoia Mendia (y estoy hay que empezar a decirlo alto y claro). Pero el premio se lo lleva el PP: se limitan a conservar su núcleo duro y dejan hacer a Díaz Ayuso o son incapaces de imprimir una camiseta en la que ponga correctamente “San Sebastián” (porque escribir “Donostia” es de etarras). Eso les importa la ciudad.

“El primer dogma de cualquier liberal”

Da igual lo mal que lo hagan en el PP actual, que el listón de la jeta de hormigón armado lo dejó bien alto José María Aznar, capaz de vender esta mandanga: “El primer dogma de cualquier liberal es no aceptar ningún privilegio, no aceptar ninguna situación de favor, apostar por la igualdad… Si hoy tenemos que apostar por eso, en Madrid ‘libertad y progreso’ se llama Isabel Díaz Ayuso”. Aznar, marido de Botella, alcaldesa de Madrid por méritos propios. Suegro de Alejandro Agag, de profesión, sus negocios. Y padre de los Aznar, profesionales también en llevar su apellido. Si algo llevo mal es que me tomen por tonto. Y más, una banda de pijos.

El VAR, ese chollo

Mi amigo y compañero Miguel Ángel Puente ha dejado esta temporada una gran frase sobre el Athletic: “La filosofía es un chollo”. Pocas veces un puñado de palabras invita a pensar tanto. Pero si hay un chollo gordo en el fútbol actual es el VAR, el invento de los árbitros para ganar más dinero (para qué vas a contratar a 4 árbitros por partido si puedes contratar a siete) y que solo ha servido para que veamos, a cámara lenta y con líneas de colores, lo rematadamente malos que son. “La RFEF despide a Iglesias Villanueva, el árbitro que seleccionó las imágenes del VAR del golpe a Vinicius”, leemos en Vozpópuli. Ojalá se universalicen los despidos.