El chiste

Tuitea Ane Lindane que “sólo los españoles y los miembros del PNV consideran imprescindible tener apellidos vascos para ser vasco. Son igual de xenófobos pero los españoles además, tienen un complejo de inferioridad que flipas”. Sí, se refiere al PNV de Esteban y Pradales, de Mendoza y González, de Díez y Regúlez, de Vaquero y Beltrán de Heredia. Puede que sea un chiste pero yo creo que es trumpismo. En Euskadi, hablemos claro para variar, la posverdad y las manipulaciones, son cosa de las Ane Lindane o los Gure Bideoak, que hacen la misma función que Bari Weiss y los MAGA Lance Johnston o Cam Higby con su ‘Today is America’.

El trumpismo

El mundo está en manos de las malas personas: Putin, Netanyahu y, ahora Trump, son tres agresores imperialistas cortados por el mismo patrón. Nada bueno en su interior y mucha fuerza militar: “Trump anuncia ataques por tierra contra el narco en Venezuela y Colombia ‘muy pronto’: ‘Acabaremos con esos hijos de perra’” (El Periódico). No creo que estén las cosas para seguir discutiendo si Europa debe o no invertir en seguridad, sino para ponernos de acuerdo en cómo vamos a generar proveedores propios que disuadan a quienes atacan de que se fijen en Europa. La guerra, el imperialismo y las invasiones, van en serio.

TikTok

Y mientras todo esto pasa, mientras en el mundo se normalizan las agresiones de estados fuertemente armados, mientras en Euskadi nos inundan los discursos de mierda, nos preparamos para que la próxima batalla electoral se libre en TikTok. Pocos ejemplos habrá mejores de lo mal que va todo. Según Xavier Tomás en X, Pedro Sánchez “está cogiendo una ventaja, hábito y audiencia cada día mayor” en la red social china, en la que “su ritmo de publicación de videos no ha parado de crecer, hasta casi uno al día”. Asegura el consultor que “quien no se adapte, de forma muy urgente, perderá un potencial enorme”.

El tabú

Un vídeo al día en TikTok (uno bueno, bien pensado, guionizado y grabado correctamente), como hace Pedro Sánchez, es mucho trabajo. Generarlo lleva tiempo y sirve para llenar el espacio con el relato que a Sánchez le conviene. Así evita también responder a lo que sucedía en la sede del PSOE: “Se subía la bragueta en tu cara, escenificaba felaciones y pedía vernos el escote” (El Diario, en una exclusiva que hay que reconocer). Estas son “las denuncias contra Paco Salazar” y que “desaparecieron del canal antiacoso habilitado por Ferraz”, según los socialistas, solo circunstancialmente. “Comportamientos de acoso sexual”, en resumen.

El rico

Cuando Dani Martín dice esto en un concierto: “Os animo a que no votéis” (El Plural), lo dice porque puede, y puede porque tiene una cuenta corriente saneada (gracias a su trabajo, no lo discuto). A los pobres y a la clase media lo que nos queda es votar y hacerlo con mucho cuidado, descartando los intentos de manipulación en la red de Elon Musk, a quien hereda la gestión de lo ya construido para no hacer nada después, y a las malas personas, evidentemente. Cuando los pobres y la clase media no votamos ganan los extremos y los populistas, y a los ricos nunca les pasa nada.

25 años después

Leo esto en Diario Red, el digital que dirige Pablo Iglesias que “la Ertzaintza abre la puerta a la criminalización por origen y rompe 25 años de consenso informativo”, y pienso en lo que hemos cambiado en estos 25 años. Yo también aprendí en la universidad que no había que informar del origen, pero entonces la extrema derecha no se exhibía como ahora y el volumen de inmigrantes no era comparable. Hoy, informar de ese origen, junto a otras medidas y otra pedagogía, puede ser un primer paso para neutralizar discursos racistas, para entender lo que supone la falta de arraigo y para poner en valor a quien viene y se integra.

¿Y el Catalunya-Palestina?

Lejos de lo que ha supuesto en Euskadi el partido de nuestra selección ayer, el Catalunya-Palestina está pasando desapercibido. Con su habitual practicismo, allí la noticia es cuántos jugadores del Barça van (solo uno: Marc Bernal), y la reivindicación nacional pesa más que la solidaridad: “El presidente de la Assemblea Nacional Catalana, Lluís Llach, ha hecho una llamada a llenar de ‘estelades’ el estadio” (Segre). Entre los seleccionados solo hay “12 jugadores de primera división” y “se han vendido ya unas 15.000 entradas”, con lo que el Estadi Olímpic Lluís Companys quedará mucho más deslucido que San Mamés.

¿Qué fue de Valeria?

Hace unos días, mi hija, de once años, me preguntó por una chica ucraniana sobre la que le enseñaba vídeos y que, durante la invasión rusa, contaba en su Instagram, cómo sobrevivía en Kiev, después, su salida del país y, finalmente, la muerte de su hermano en el frente. Busqué a Valeria Shashenok y comprobé que sigue mostrando en TikTok cómo es la vida entre los restos que dejan los ataques, las sirenas, y cómo son sus saltos constantes a Londres. Valeria usa su “influencia” (más de un millón de personas seguidoras) para sensibilizar y para hacer activismo contra Trump (que viene a ser lo mismo) para que no nos olvidemos de sus tragedias.

Pero, ¿quién es capaz?

Ya sé que suena a que acabo de caerme de un guindo cuando pregunto con admiración: “Pero, ¿cuánta gente es capaz de escribir un libro?”. Sé que la edición de novelas, ensayos o poemarios está inflacionadísima y, según me contó un gran conocedor de la industria, el modelo de negocio es justo ese volumen. Al respecto, Ángel L. Fernández Recuero escribe en Jot Down sobre “la sociedad narcisista” en la que “todos escriben, nadie lee”. Atención al datazo: “La autoedición de empresa publica más que la industria editorial entera”, por culpa, en parte, de la inteligencia artificial. Así concluye que escribir es “la versión literaria del selfie”.

“Y no necesitas tener experiencia”

Gracias al algoritmo, esta misma semana llegué a un carrusel en Instagram de una marketer, Fernanda Camargo, en el que daba su receta del éxito: apoyarse en la inteligencia artificial para descubrir los temas de los que habla la gente, para saber lo que la gente quiere saber, y para hacer los contenidos que respondan a esa necesidad. Ella misma anuncia: “Y no necesitas tener experiencia”. ¡A la porra con todo! Ya no hace falta ni saber de lo que uno habla, ni conocerlo, ni haber trabajado en ello para dar consejos básicos. Vivimos en una era en la que la calidad no importa, solo importa el volumen, y mierda a paladas es lo más fácil de hacer.

Solo quien no deje la política podrá ser político

Las puertas giratorias en política están mal, indiscutiblemente. Pero necesitamos saber qué es una puerta giratoria antes de endurecer aún más el regreso al tejido profesional de las y los políticos, como proponen ERC y Bildu. Lo que no podemos aceptar es que todo sea “puerta giratoria” menos lo que hacen los representantes de la izquierda abertzale: colocarse en lo público (Permach, Ainhoa Ozaeta), seguir de por vida en política (Otegi, Matute, Barrena, Rodríguez, Inarritu, Ruiz de Pinedo) o convertir la política en una puerta giratoria (Pla, Elena Beloki, Oihana San Vicente, Iñaki Goioaga e incluso Mikel Antza).

Las sobras las recogerá Bildu

Sin esforzarse, Bildu se ha convertido en el faro de la izquierda española y en su refugio. La guerra intestina que Podemos y Sumar siguen librando, buscando solo que el otro obtenga un resultado peor, tiene un claro vencedor en Euskadi: Bildu. Y por lo que vimos con la victoria de Pernando Barrena, en España hay un montón de gente deseando votar al populismo vasco de base fascista. En España será el PSOE el que absorba los votos de los hastiados por tanta carrera entre galgos y podencos a ninguna parte. Pero en Euskadi, Catalunya o Galiza, serán las sucursales de Bildu las que lo hagan. Es tan evidente que me sobran caracteres.

¿Quién va a arreglar el problema?

Vivienda. Es el gran tema. Casi, el único hoy. En España y en Euskadi. Pero, ¿quién está haciendo algo por solucionar el gran problema? En Euskadi, los ayuntamientos de Bildu no aplican la ley del suelo (los constructores privados son el anatema y la VPO municipal sale muy cara al ayuntamiento) y se conforman con la ley de vivienda que solo limita el incremento de los alquileres. Y en España, “la abultada deuda pública no deja margen a Moncloa para solucionar la crisis de vivienda” (Vozpópuli). Pero no solo es la vivienda: “La deuda pública supera el 100% del PIB y es el principal punto de vulnerabilidad de la economía española”.

Otro

Este es otro problema que en Newtral (poco sospechoso de ser un medio “ultra”), por ejemplo, tienen perfectamente identificado: “El islamismo radical cautiva a jóvenes en TikTok con dinero fácil y autoayuda”. Estos canales con miles de seguidores y dirigidos a una juventud migrante muy concreta, “aprovechan una combinación de crisis de identidad y de perspectivas”, y en ellos podemos ver “mentorías sobre crecimiento personal, Islam y consejos para ganar dinero con negocios halal”. Con esa excusa, “no les están enseñando una religión, que sería el Islam, sino una interpretación ultraortodoxa como es la ideología salafista”. Es la “estrategia” “que siguen otros colectivos radicales como la extrema derecha”.

Trump me representa

No pensaba que fuera a escribir estas palabras pero Donald Trump me representa, en este caso, como señor mayor al que le cuesta mantener los ojos abiertos cuando lo que tiene delante le aburre. En su caso, le resulta aburrida una presentación de 20 minutos sobre la reducción del precio de los medicamentos. Ese era el evento en el que se quedó “traspuesto” el presidente de EE.UU., según The Washington Post. Y vamos más allá: quien no dudó en señalar las debilidades de Joe Biden (y hoy todavía sigue diciendo que el demócrata se quedaba dormido en las reuniones) hoy se ve cayendo con la espada… en brazos de Morfeo.

¿Qué cambio?

La victoria de Zohran Mamdani en las elecciones a la alcaldía de New York nos ha dado cierta esperanza a todas y todos: ante Trump, la ciudad menos estadounidense ha reaccionado. Y Bildu, que intenta cazar todos los hypes, quiere subirse al carro. Pero, ¿de qué cambio habla en su tuit si el anterior alcalde, Eric Adams, también era demócrata, como Mamdani? Seguimos: el partido vasco que más vinculo tiene con el Partido Demócrata no es precisamente Bildu, sino el PNV, que ha estado incluso en las convenciones. Termino: ¿cuál es el único partido que felicitó oficialmente a Trump tras su primera victoria? Ahí, sí, la respuesta es: ¡Bildu!

Y ahora, ¿qué?

La política consiste en que las y los representantes que hemos elegido se pongan de acuerdo, aunque piensen diferente, para mejorar la vida de todas y todos. Quien anuncia un bloqueo, por lo tanto, no está ejerciendo la política. Por eso no me parece lógico ni acertado lo que hace Junts. ¿Qué saca? Seguimos: ¿qué alimenta en la sociedad con ese planteamiento? Y termino con lo básico: y después, ¿qué? ¿Pretende forzar un adelanto electoral? ¿Es la mejor manera de presentarse ante su electorado? ¿A qué electorado se dirige? Y hasta entonces, ¿Junts votará en contra de todas las iniciativas aunque pueda estar de acuerdo?

¿Con estos?

Ojo, me parece muy bien no casarte con Sánchez y darle su apoyo, o no, fuera de un bloque que ya no es progresista, sino asimilado. Pero tenemos que ser realistas: la alternativa a un Sánchez que no es bueno, es lo que suman Núñez Feijóo y Abascal. Es decir, algo mucho peor. “Salen a la luz las primeras exigencias para la sucesión de Mazón: ni pacto verde ni inmigrantes. El líder de Vox pide rechazar el acuerdo climático y la inmigración ‘masiva’” (El Plural). Y esto es solo el principio: Vox sabe que no gana nada alargando la legislatura y que su lista de exigencias también seguiría vigente después de unas elecciones en Valencia.

Lo que preocupa

Mientras hablamos de su novio, “Ayuso recorta a los ayuntamientos casi la mitad de fondos para luchar contra la violencia de género” (Público). La oposición le acusa de ejecutar “recortes es la prevención y sensibilización en violencia de género” (Más Madrid) y de “el ‘desmantelamiento’ de las acciones educativas en igualdad y prevención de violencia machista” (PSM). Esto es importante en sí mismo, pero en este momento en el que los mensajes de extrema derecha, ultras también en el machismo, se propagan por redes sociales con más facilidad que nunca, la prevención y la educación son, también, más importantes.

Lo que comunica

No tengo pruebas pero tampoco dudas de que Pedro Sánchez ya está descartando domingos para quedarse con los que más le pueden favorecer electoralmente por lo que sea. Lo bueno que tiene Sánchez es que sabe cuáles son sus fortalezas: los ultras que tiene enfrente, que va capitalizar el voto de izquierdas (aunque compita con los partidos que más fácil se lo ponen: Bildu, ERC y BNG), y que comunica mejor. Xavier Tomás ha hecho una comparativa muy interesante en X sobre los canales en TikTok: “Casi todos los vídeos de Pedro Sánchez son vídeos hechos para redes, y casi todos los vídeos de Alberto Núñez Feijóo son refritos”.

Ayuso, entzun!

El lehendakari Pradales es “trendy” en TikTok y, de rebote, en Instagram. Su “Ayuso, entzun: Euskadi, euskaldun”, ha sido convertido en una especie de trap por Euskalakari y ha sido, también, utilizado en 400 vídeos (de momento) de gente joven que quiere dejar un mensaje a Isabel Díaz Ayuso, en particular, y a las Díaz Ayuso de la vida, en general. Un grito de guerra, de identificación, de diferencia, de orgullo ante quien busca uniformizar y quien desprecia lo que no es capaz de entender. La idea feliz de Imanol Pradales en el Alderdi Eguna ha desencadenado una reacción igual de feliz. Pocas cosas habrá mejores.

Lo que me preocupa

Hace tiempo que no me meto con Patxi López y hoy tampoco voy a hacerlo. Reconozco que me sorprendió su torpeza: el socialista afirmó “que el Congreso paga gastos en efectivo y el PSOE se ve obligado a corregirlo” (El Debate). Me sorprendió, de saque, porque Patxi López, igual que fue un lehendakari breve, fue un presidente del Congreso aún más breve, pero estuvo al frente de la cámara que, según él, hacía abonos en monedas y billetes. Pero lo que me preocupa de lo leído y visto no es el patinazo, sino lo que intenta tapar. Ese intento, precisamente, tan apresurado, es lo que más dudas me genera de los sobres para Ábalos.

Me parece bien, pero…

Me parece muy bien esto que leo en El Diario: “Bob Pop se postula a alcalde de Barcelona con los Comuns: ‘Estoy harto de que parezca que la política solo la hacen los demás’”. Pero me parece injusto: si a Bob Pop se lo parece es porque ha vivido ajeno a la actividad de los partidos políticos, y no hay nada reprochable en ello salvo el adanismo al que huele siempre cerca de Podemos. Lo que me gustaría es poner en valor el activismo de quien lleva años, en algunos casos desde los dieciséis, militando en partidos políticos por convicción e ideología. Hay mucha gente que sabe quién hace la política, simplemente, porque la hace.

Ellas sí hacen política

Insisto en que me parece bien el paso que quiere dar Bob Pop, pero creo que no es honesto: él mismo sabe que hace política con lo que escribe y lo que dice. La hace tanto como Tamara Falcó cuando “difunde el bulo de Vox sobre el aborto en El Hormiguero”. El subtítulo de la pieza en El Plural es maravilloso: “La marquesa de Griñón quiso demostrar que hay base científica en el ‘sindrome postaborto’ que Almeida tuvo que rectificar”. Falcó, que tiene pinta de haber cantado eso de que “las chicas bien hechas son las de derechas”, es hoy muy famosa, “ganadora de Masterchef Celebrity”, y conoce perfectamente su alcance.

Igual que Musk

Ya podemos aprovechar las oportunidades quienes tenemos una visión del mundo diferente a la polarización izquierda-derecha, como hace el lehendakari en TikTok, porque entre unos y otros en los polos, se han hecho con los canales de difusión. Patxi López, Bob Pop, Tamara Falcó o Elon Musk, cada uno a su manera, tienen unos altavoces extraordinarios y lo saben: “Elon Musk ha sido muy crítico con la censura y la cultura de la cancelación. Ahora pide el boicot a Netflix por un personaje trans” (Xataka). Lo hace en X, claro, y lo hace porque culpa al hype de haber perdido a su hijo, que decidió hacer su transición hacia Vivian Jenna Wilson.