Me representa

Aitor Esteban me representó cuando negó el saludo a Iván Espinosa de los Monteros al final del debate del viernes en La1. Hizo bien el portavoz en el Congreso en repeler el apretón de manos de quien solo 10 minutos antes le había llamado «racista». Del mismo modo que no solo se lo llamó a él, sino que vino a decir que todos los vascos nacionalistas lo éramos, el desprecio de Esteban también fue, en parte, el mío. Y me consta que el de muchos y muchas (el tuit va camino de los 10.000 retuits y 30.000 «likes») . Al fascismo no se le combate con cortesía. Se le combate, y punto.

El empobrecimiento de la política

La política es un sector empobrecido aunque parezca todo lo contrario, y esta sucesión de procesos electorales solo está poniendo en mayor riesgo las estructuras de los partidos y sus relaciones con proveedores. La culpa la tiene, como en casi cualquier proceso productivo, la externalización y la contratación de asesores que no piensan en la política sino en las campañas, que no necesitan a los partidos sino a los candidatos. Y así hemos llegado a este punto ridículo de la política española que nos arrastra a los vascos. Sobre estos asesores, en El Confidencial han publicado un extenso e interesante reportaje.

¡Que no todo es la tele (ni Internet)!

Hemos llegado a un punto en el que la preocupación de un partido es que le mencionen en los programas de televisión o en Twitter. Este titular de Vozpópuli no puede ser más elocuente: “Podemos arremete contra LaSexta: ‘Ni el Gran Wyoming nos menciona’. La cúpula del partido morado cree que la cadena de televisión que les aupó en su momento ahora defiende las tesis del PSOE y Errejón. En redes critican abiertamente sus informativos”. Solo quieren presencia, la que sea, y si no van a Internet a quejarse. ¿Y la política? Si uno hace un buen uso de sus habilidades no necesita de ese modo la tele.

Y sí, los medios hay que pagarlos

Justo antes de las elecciones también hemos visto cómo El Mundo daba un paso importante: ha puesto un muro de pago (ya somos torpes los periodistas, que trabajamos con palabras y elegimos “muro” para cobrar por nuestro trabajo). Cuando lo hace un grande respalda lo que ya hemos hecho los pequeños (DEIA incluso empezó así su andadura digital) y abre el debate. Hemos malacostumbrado a la ciudadanía que cree que con la publicidad on-line se paga todo (y aun así se quejan de ella) y que, sobre todo, los periodistas no necesitamos comer y nuestras parejas pagan toda la hipoteca y la ikastola de los niños.

Aunque para ver algunas cosas…

Y en este debate de los medios, la subsistencia del oficio, la importancia de la información y lo mucho que cuesta mantener una redacción periodística… Se nos ha colado, otra vez, Cristina Pedroche y su vestido para las campanadas. La presentadora de LaSexta ya ha anunciado que volverá a enseñarnos todo lo que pueda de su cuerpo y que hasta sus padres se han mostrado un poco contrariados en la prueba del traje de este año. Pues vaya. Lo peor es que, además, su apuesta por mostrar más que sugerir irá acompañada de un argumentario feminista que a estas alturas no se traga nadie… Y de publi, de mucha publi.

No te flipes, Jack

El fundador de Twitter, Jack Dorsey, hizo ayer un anuncio que algunos les impactó mucho: a partir de finales de noviembre (es decir, para esta campaña que empieza hoy no es aplicable), Twitter no permitirá promocionar tuits con contenido político. ¿Y qué? Su red social es la menos efectiva para la movilización por el tipo de público (convencido ya) que la frecuenta, y por eso es en la que menos invierten los partidos con diferencia. Lo verdaderamente revolucionario hubiera sido que Dorsey anunciase el fin de los contenidos maliciosos o falsos, y no prohibir a los partidos que promocionen sus spots.

España elige. Nosotros, también

Brian Cutts, un inglés afincado en Catalunya, ironizaba sobre la muy limitada oferta política española: cinco hombres de 40 años son los candidatos (a los que se sumaría un permanente “wannabe”: Errejón, que siempre quiere ser algo más). Y estos hombres tan similares entre ellos, pese a coletas y barbas, hacen ofertas también muy parecidas: el PSOE juega a ser Podemos y PP, Ciudadanos va de Podemos hasta Vox; el PP, de Vox al PSOE; en Podemos juegan a ser patriotas y en Vox, a cuidar de los españoles siendo ultraliberales. Por suerte para Cutts y para nosotros, en Catalunya y Euskadi tenemos otras opciones.

Errejón también elige

Como les decía, Íñigo Errejón siempre quiere ser algo más: algo más atractivo para ser elegido, algo más líder que lo que le dejaban en Podemos, algo más mayor… O algo más joven, por ejemplo, respondiendo a Rosalía en Twitter. La cantante preguntaba: “Q hacéis?” (sic). Y el político respondió: “Desbloquear el país”, junto a un par de emoticonos. ¿Mola, eh? O igual no, igual en vez de “molar” resulta un poco ridículo, un poco “campañero”, un poco fuera de lugar, un poco cogido por los pelos… Pero así completa Errejón la oferta política a los españoles, desde la ligereza en las formas… Y en el fondo.

Ciudadanos ha elegido al bebé de Arrimadas

Siempre pensé que no fue casual que se hiciera público poco antes de la campaña de abril que Albert Rivera y la cantante Malú salían juntos: el de Ciudadanos entraba así en otros espacios informativos, los del corazón, y su presencia aumentaba. Ahora, esta relación ya no es noticia, pero en Ciudadanos han vuelto a apostar por el comentario familiar para colarse en conversaciones televisivas o de cafetería: Inés Arrimadas está embarazada, no ha querido darle importancia… Pero en la sede del partido han puesto una lona de tres pisos con este mensaje: “Felicidades, Inés”, y otras vez un par de emoticonos.

¡Qué casualidad!

Cuando Pedro Sánchez decidió repetir las elecciones sabía que la precampaña coincidiría con la sentencia del Procés, la exhumación de Franco y la sentencia del juicio por los ERE en Andalucía que puede implicar a antiguos altos cargos socialistas en la Junta. Las dos primeras las ha gestionado mal: en Catalunya ha querido ser el PP y en el Valle de los Caídos le colaron un “¡Viva Franco!” indignante. Más suerte ha tenido, qué casualidad, con la prórroga que ha pedido el magistrado Juan Antonio Calle para redactar la sentencia que podría implicar a Chaves y Griñán, que conoceremos, ya, después del 10-N.

El tema

El Tribunal Supremo ha anulado la sentencia condenatoria a Atutxa, Bilbao y Knörr. Un mero trámite que ha costado varios años y que supone hacer efectiva la absolución ante lo que, sin duda ya hoy, fue una sentencia política. Porque, sí, en España hay sentencias judiciales que corrigen la tibieza (según esos jueces que más bien parecen ajusticiadores) de algunos políticos y, quieran o no, hacen política (y parece que quieren). Lo hemos visto aquí y en Catalunya. Lo que no hemos visto, sobre Atutxa, es a nadie de la izquierda abertzale celebrar que se haga justicia con quienes no les ilegalizaron en el Parlamento.

¿Sánchez tiene algo claro?

Sánchez se ha rectificado a sí mismo y parece que ha vuelto a incluir el federalismo y la plurinacionalidad en el programa del PSOE. Para esta campaña también ha eliminado del texto el incremento de impuestos a las rentas más altas y las limitaciones a los precios del alquiler. Igual vuelve a ponerlo en función de lo que digan los sondeos. Nadie lo sabe ya. Lo que sí nos va quedando claro es que Pedro Sánchez se mueve de un modo menos armónico de lo que él mismo imagina: él se ve a sí mismo grácil, posándose en ideas bajo una suave lluvia de votos… Y los demás le vemos como un elefante en una cacharrería.

Tuits ridículos, SL

Iván Espinosa de los Monteros ha tirado de testosterona en varios discursos políticos. Recuerdo ahora ese en el que preguntaba a sus simpatizantes a quién elegirían para defender su casa si entraban a atracarles y el foro, por supuesto, respondía que a Abascal. En Vox sacan referentes como Blas de Lezo y apoyan a las fuerzas armadas quienes se maniobraron, sí, pero para librarse de la mili. Todo esto para terminar leyendo ayer un tuit ridículo del mencionado al principio alagando las notas en la universidad de su mujer, Rocío Monasterio, con la que también formó una sociedad promotora ahora cuestionada desde los cimientos.

El enorme error de Ciudadanos

Los de Ciudadanos están gafados. Los sondeos les colocan en la espiral hacia la irrelevancia y cada paso de la campaña parece que les lleva al precipicio del ridículo, no como final inesperado a lo Espinosa de los Monteros, sino como modo de vida con vídeos e ideas desastrosas. Hasta el spot ha sido un enorme error: se les ha colado la marca de audio que indica que han usado una música por la que no han pagado (aún) los derechos. Se les ha colado a todos los que lo han visto y lo han enviado a las agencias para su difusión. Requetecagada con forma, ya, un epitafio.

Y Bescansa, haciéndose la gallega

Otros que coquetean con el ridículo son los de Más País para evitar esa sensación de que se van a quedar en poca cosa (puede hasta que en el Grupo Mixto). En Euskadi se les ve muy poco (y eso que en Bizkaia tenían cierto apoyo) y en Galiza por fin hemos visto a Carolina Bescansa, a la que Gabihey ha definido en Twitter de este modo: “Cuando llevas 20 años en Madrid y te presentas por Coruña y haces como que eres una señora de Boiro de toda la vida”. Intrigado, di al play… Y les juro que el sonrojo que no padeció Bescansa me subió a mí: su acento gallego es tan impostado como su conciencia de clase obrera.

«El dinero de las teles»

El fútbol, además de como deporte, me apasiona como fenómeno. Y el caso de la huelga de jugadoras es uno de esos que ayudan a explicarnos como sociedad. Es muy sencillo: si nos creyésemos la igualdad real nadie dudaría de que piden lo que les corresponde, y clubes, federación y liga pondrían encima de la mesa los cuantiosos fondos que genera el deporte sin diferenciar entre ellas y ellos. Andrea Menéndez Faya señala en Twitter el nudo gordiano de la cuestión: “El dinero de las teles” que los clubes no quieren soltar y que podría solucionar la situación. Si el consumo televisivo, además, crece, ellas también lo harán.

Los trogloditas andan sueltos

Solo había visto pantallazos de unos tuits de José Manuel Soto sobre la exhumación de Franco. El cantante se ha convertido en un friki recurrente en Twitter, y la última exaltación franquista daba pie para un montón de montajes. Pero ayer se me ocurrió buscar el tuit… Y resulta que existe. No solo el tuit: ¡es que escribió un hilo! Un hilo lleno de pensamientos cavernícolas con los que Soto intenta dar argumentos a lo que resumió Mayor Oreja de que con Franco se vivía muy bien. Vivieron bien Soto, Mayor Oreja y muchos más como ellos, pero no la mayoría. ¿Se acuerdan de cuando el cantante salía en todas las teles? ¿Y de cuando lo hacía el político?

Mientras tanto, en Chile…

Yo mismo he retrasado el tuit de Javi Vizcaíno hasta hoy, dejando que el drama de Chile pase a un cuarto plano mediático imperdonable. En el país americano las fuerzas del orden están matando a su propia ciudadanía desesperada. El estado del milagro neoliberal ha degenerado una sociedad partida en varios trozos y sin miedo a nada. Mientras tanto, los medios callan. Los mismos que hablan recurrentemente de la dictadura de facto en Venezuela y, casi en las mismas jornadas, del pucherazo en Bolivia, no nos cuentan qué está pasando en Chile porque le geopolítica americana sigue siendo más importante que las vidas.

El recopago de Ciudadanos en Andalucía

Andrés Samper ha tenido suerte: gracias a Franco su nombre no ha salido en los puestos de honor de los digitales, siempre más abiertos a los chascarrillos. Pero su atrevimiento ha sido tan relevante que merece un hueco aunque sea unos días después de que lo conociéramos: el que fuera portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Salud y Familias del parlamento andaluz ha acabado dimiendo después de que le pillaran cobrando por sus trayectos entre Almería y Sevilla en la plataforma BlaBlaCar. Trayectos por los que ya ingresaba las dietas de la cámara por desplazamiento y que ofrecía a 24,50 por pasajero.

Carmena como ejemplo de todo

Termino ya y les hablo de elecciones, claro, aunque no quiera. Esta semana empieza la campaña de solo ocho días y toca: empiezo por Manuela Carmena, la entrañable señora que hacía madalenas los domingos, mientras gobernaba Madrid y partía por la mitad Podemos en su gran feudo. Hoy, esa abuelita, endemoniada para unos los morados, sigue sin dejar claro con quién irá en la campaña y después: Errejón no acaba de atraerla a su parroquia después de agrandarla hasta el ámbito nacional y ella parece que espera la defensoría del pueblo de manos del PSOE, según La Información. Y así, casi todo en España.

¿De qué es esta foto?

Me han hinchado las narices todos esos que andan sacando la cara al PSOE e intentando convencernos de que la exhumación de Franco no fue un acto de exaltación franquista porque EFE publicó la tarde del jueves una foto aérea en la que se veía a la familia portar el féretro en soledad y porque a las puertas de El Valle de los Caídos había un puñado de frikis. Miren: lo que vimos en La1 (no en LaSexta o Trece TV) fue un “¡viva Franco!” como la copa de un pino, y las fotos que han publicado los medios internacionales son las de un dictador que sale a hombros con solemnidad y en presencia de una ministra.

Son frikis, sí. Pero también millonarios

Y que no me vengan con que los Franco están solos, porque no lo están. Esa banda de herederos de palacios robados y fortunas acrecentadas en democracia, en el entierro de El Pardo (que no fue televisado pero su mantenimiento sí será pagado por todos), acabó gritando: “¡Esto es una dictadura!” cuando un agente quiso requisar los móviles para que nadie lo grabara. Que sí, que todos esos franquistas que estaban allí, incluido Tejero, al que el cordón policial dejó pasar, tenían pinta de frikis. Pero los franquistas peligrosos son los que mantienen la memoria y el poder, y a esos nadie les para los pies.

¿Quién mantuvo a Tertsch?

Pocas dudas tengo, por ejemplo, de que Hermann Tertsch tiene más de personaje de freak show que de cualquier otra cosa. El hoy eurodiputado de Vox gritó “¡profanadores!” mientras el socialista Javier Moreno intentaba colocar su claim de campaña en el parlamento de Bruselas. Así está el patio. Pero, ¿quién ha puesto a Tertsch en ese escaño? ¿Cuántos están dispuestos a aupar a Vox hasta la cuarta fuerza? Y lo que más me preocupa: ¿quién ha mantenido a Tertsch todo este tiempo? ¿Quién le ha publicado su bazofia y quién la ha leído? ¿Por qué ese pensamiento se ha mantenido e impulsado?

Peor me lo pone, ministra

Y si todo lo que acabo de contarles sigue sin callar a los de la campaña socialista que defienden que no hubo esos honores a Franco que todos vimos, por favor, que me expliquen la frase de la ministra que fue testigo: “La exhumación de Franco no fue un funeral sino un acto de todos”. ¿Qué tiene mío ese “¡viva Franco! ¡Viva España!”? ¿Qué tiene de mi aita ese poroso cordón policial que dejó pasar a Tejero? ¿Qué tiene de mis antepasados represaliados esa salida a hombros del cadáver? ¿Qué tiene de los históricos socialistas la segunda oportunidad que los actuales están dando a la extrema derecha?

Sí, le fue útil para la campaña

En cualquier caso, no creo que la exhumación de Franco saliera como quienes mandan en el PSOE soñaron. Últimamente todas sus fantasías salen mal: seguro que imaginaron que después de la sentencia del procés su apropiación del discurso del PP supondría el desplazamiento de los de Casado, y no fue así. Al contrario. Y hace solo unos días fantaseaban con descubrirse como la verdadera izquierda a un montón de jóvenes, y tampoco. Por lo menos, la última exaltación franquista ha servido a Pedro Sánchez para tapar unos malos datos de empleo. Con eso se queda. Los parados se quedan con menos.