Y Zelenski dijo «Gernika»

La referencia de Volodímir Zelenski a Gernika en su alocución al Congreso de los Diputados era lógica: si en otros parlamentos y foros ha buscado una referencia específica para tocar la fibra de la audiencia y que conectara lo que sucede en Ucrania con un episodio doloroso, injusto y brutal, en la historia de España, como en la de Euskadi, mencionar el bombardeo sobre Gernika resulta inevitable. Pero en esta era de la postverdad y el aspersor de mierda en continuo funcionamiento hay imbéciles (porque no se les puede llamar de otra manera) que están rebuscando episodios para minorizar una agresión injustificable desde hace 85 años.

Ni un minuto de sus tonterías

He estado tentado a traer a la columna las muestras de miseria moral que han exhibido, entre otros, Santiago Abascal o Hermann Terstch, pero creo que este tuit de Pablo Iglesias les retrata igual de bien y evita que difunda mierdas fascistas: “Que la derecha convierta Paracuellos en trending topic después de escuchar a Zelenski mencionar el bombardeo de Gernika, demuestra básicamente que se dan por aludidos cuando se nombran los crímenes del fascismo. En realidad no está mal que reconozcan de dónde vienen…”. Estoy de acuerdo con el de Podemos: si se empeñan en dejar claro lo que son, adelante.

Zelenski también dijo “Porcelanosa”

El presidente ucraniano no solo pronunció “Gernika” en su alocución y organizó un gran revuelo (por cierto: debe de sentirse muy orgulloso por haber irritado a sus enemigos, que en este caso también son los míos), también cuando dijo el nombre de “Porcelanosa” y otras empresas que siguen operando en Rusia pese al bloqueo mundial lanzó a esas marcas a unas crisis reputacionales como no han vivido en años. La azulejera se ha puesto manos a la obra para limpiar su imagen, pero es difícil justificar que sigan con sus negocios. Pero lo más destacado, claramente, es el poder que tiene hoy Zelenski en sus apariciones.

La “feria” de Sevilla

El revuelo que han organizado, por su parte, los “caseteros” de Sevilla porque no pueden contratar a camareros en condiciones de esclavitud es una de las polémicas más interesantes de las muchas que hemos vivido últimamente: primero, nunca han podido hacerlo. Segundo, no existe el “derecho” de saltarse los de las y los trabajadores. Tercero: vaya amigos y amigas ultraderechistas que les han salido. Cuarto: ¿de verdad que todos los políticos, sindicalistas e inspectores de trabajo que llevan décadas disfrutando de la feria de abril también acaban de enterarse de las condiciones laborales de quienes les ponían los rebujitos?

Y la de Ceuta

En un concurso de clasismo, solo la delegada del gobierno español en Ceuta puede competir hoy con los caseteros de la feria de Sevilla. Salvadora Mateos “lamenta” el cierre de la frontera entre España y Marruecos porque “las amas de casa estamos deseando que venga la muchacha”, desde el lado marroquí, evidentemente. La noticia en El Mundo ha hecho que Javier Duran ponga en un tuit algo que llevo mucho tiempo pensando: “Algún día habrá que abrir el melón de las Delegaciones del Gobierno. Puede ser hoy mismo…”. Desaparezcan o no, la que no puede seguir ni un minuto en una es la propia Mateos.

La legión de idiotas

Quienes niegan la masacre de Bucha, la destrucción de Mariupol y la invasión por el morro del ejército ruso sobre Ucrania, forman esa “legión de idiotas” de la que nos avisó Umberto Eco, que en las redes sociales de Internet eran capaces de negar la opinión de personas expertas o, en este caso, de periodistas sobre el terreno. Profesionales como Mikel Ayestaran, que hablan con las víctimas que han perdido a hijos, hermanos, maridos y padres (lo escribo así porque, según las crónicas, el ejército ruso se ensañó con los hombres), y que, por supuesto, “no tienen tiempo para montajes” después de seis semanas de horror absoluto.

Algunos, ilustrados. O eso creen ellos

Así que, sí, voy a tratarles como lo que son, idiotas, y no pienso perder ni un segundo en discutir con quienes forman esa legión capaz de negar, desde sus casas, el relato de decenas de periodistas de medios de comunicación de todo el mundo que se juegan la vida en Ucrania. Y me da igual que se llamen Bea Talegón, que no es más que una friki, o Pascual Serrano, que no se ha cortado durante décadas en darnos lecciones de comunicación y ética, para el que la revolución de la comunicación es, atención, contrastar la información de todos esos periodistas en el lugar de los hechos con fuentes gubernamentales, en este caso, rusas.

Las preguntas

Me voy a 5W porque Santi Palacios, que sí ha estado en Bucha, ha visto con sus ojos qué paso y ha hablado con quién lo sufrió, creo que expresa muy bien lo que tiene que suceder, y porque es un medio de comunicación de esos alternativos que tanto gustan a los Serrano y las Talegón, y les pintan la cara: “Las caras de shock no mienten. Por eso es necesaria una investigación. No para poner los testimonios en tela de juicio, sino para lo contrario: para saber, de forma pormenorizada, qué pasó en Bucha. Quiénes dieron la orden en la cadena militar rusa si la dieron, cuáles son los motivos, quiénes son las víctimas”.

La respuesta

Es tiempo de periodismo y del mismo modo que durante la pandemia me llevé un chasco con mi propio oficio, la mayoría de los trabajos que estamos viendo durante la invasión rusa dignifican la profesión. Ane Irazabal ha estado en otro punto caliente este fin de semana en esta tercera guerra mundial latente que vivimos: Hungría. Y desde allí ha informado del resultado de las elecciones, también vía Twitter: “En su discurso del vencedor, Orban ha dicho que sus enemigos son: burócratas de Bruselas, la izquierda liberal húngara, George Soros, ONG, medios de comunicación, Zelenski”.

Los colaboradores

Orban abandona su pose de neutralidad y, una vez ganadas las elecciones, vuelve a abrazar virtualmente a Putin, que le ha felicitado. Pero según cuenta Steven Forti en Twitter, el ruso no es el único que se alegra por el húngaro: “Tertsch se ha desplazado a Budapest y celebra la victoria de Fidesz encantado de la vida, cargando contra Von der Leyen y la UE, además de Soros (…) Buxadé ha pillado un avión, se ha plantado en Budapest y lleva doce horas celebrando como si no hubiese un mañana la victoria del autócrata húngaro, además de contar lo que ve ahí como si estuviese hablando del paraíso terrenal”.

No soy capaz

No soy capaz de traer a la columna un pantallazo de las muchas fotos que estamos viendo de Bucha después de ser recuperada por el ejército ucraniano. La masacre que nos muestran las y los periodistas sobre el terreno, que han ido por sus propios medios o, con suerte, enviados por sus empresas, son terribles, tristísimas, devastadoras. Al secretario general de la ONU le han dejado impresionado y, si no te mueven, no sigas leyendo, esta columna no es para ti. Lo menos que podemos hacer es pedir lo mismo que António Guterres, precisamente, una investigación exhaustiva sobre los cómos, los porqués y el quién.

Qué fracaso

Puedes mostrar tu estupefacción por las imágenes que llegan de Bucha y reclamar que una institución internacional lo investigue, o puedes escribir este tuit, como Bea Talegón: “Desde Kiev acusan a los rusos de asesinar a civiles en Bucha. Desde Rusia desmienten la acusación y señalan que esas imágenes son falsas y que no hay tropas rusas desde el 31 de marzo allí. Ni confirmo ni desmiento ninguna versión. No he estado allí para comprobarlo. ¿Usted?”. Talegón es una periodista que desprecia a las y los compañeros en Ucrania y que necesita ponerse a sí misma en el centro de la acción para que los demás podamos valorarla. Qué fracaso.

La respuesta

No soy quien para responder a Beatriz Talegón si un tuit de Almudena Ariza, que sí estuvo en Bucha y contó en el Telediario lo que vio, me sirve para hacerlo: “Cuánto duelen los comentarios de los negacionistas desde aquí”. La de RTVE tuiteó esto antes de partir a la ciudad que recordaremos como una de las carnicerías de la invasión rusa. ¿Qué pensará ahora Ariza de colaboradoras en medios de comunicación como Beatriz Talegón? ¿Y de la legión de idiotas (no lo digo yo, lo escribió Umberto Eco) que tuitean cómodamente desde su casa “la verdad” que leen en canales de Telegram?

No es casualidad

No es mala suerte que Ctxt publicara, solo unas horas antes de que viéramos la atrocidad de Bucha, un hilo de declaraciones cogidas al vuelo en una manifestación contra la guerra en Madrid. Bueno, contra la guerra, no: la manifestación jugaba a la equidistancia (“ni Putin, ni OTAN”) y clamaba ese pacifismo que señala a quien se defiende más que a quien agrede. No es casualidad, es inevitable: porque todos esos discursos de antifascistas wanna-be que cuando se encuentran con un fascista de frente no lo reconocen, chocan contra la realidad frontal y dolorosamente. No estamos para permitirnos chorradas. Y en Ucrania, menos.

Así

“Noureddine Zidane, hermano de Zinedine, expulsa de su club de fútbol al político Zemmour, líder de extrema derecha, que este año se postula para las elecciones presidenciales”. No tengo nada más que añadir al tuit de Fútbol y Política salvo un: “Así se hace”. Así se trata al fascismo, se esconda bajo la piel que se esconda, en Francia, en Rusia o en Euskadi (me hago viejo y cada vez tolero peor el gluten y a quienes blanquean a fascistas vascos a cambio de perpetuarse de escaño en escaño). Así. Sin más. Ni menos, por supuesto. Al fascismo y al colaboracionismo, puerta, calle y, mira, si cae un empujón, qué caiga.

Un liderazgo sólido. O casi

Ya está, ya es oficial, ya no puede decir eso de “no he sido proclamado todavía”: Alberto Núñez Feijóo ya es el nuevo presidente del PP. Por delante tiene sus dos primeros retos: asistir a la investidura de Fernández Mañueco de la mano de Vox, y los juicios de turno por corrupción en el PP. Por detrás, cómo llegó al despacho más grande de Génova 13, según Vozpópuli: “Feijóo y Rajoy llamaron a dirigentes del PP para pedir la cabeza de Casado y precipitar su caída. Núñez Feijóo estuvo en contacto permanente con los demás presidentes autonómicos del partido (…) para que todo el mundo saliera en tromba pidiendo ese congreso”.

La tragedia en TikTok

Ya hemos hablado en esta columna de Valeria Shashenok, la joven ucraniana que está mostrando al mundo en TikTok cómo la invasión rusa ha truncado millones de vidas. Primero, fueron sus vídeos sobre cómo se entretenía durante los bombardeos, o qué comía, después la destrucción de Kiev, luego, su viaje a Polonia y su vida allí como refugiada. Pero el último de sus vídeos es desolador: su hermano de 18 años ha sido asesinado por Putin. No directamente, claro, pero sí por medio de la guerra injustificable que ha montado y que está machacando a una población que hasta hace un mes vivía exactamente igual que nosotras y nosotros.

O en los medios

Si alguien se atreve a banalizar el sufrimiento de Valeria porque ella misma lo exhibe en TikTok, que se pase por la cuenta en Twitter de la agencia France-Presse, por ejemplo, y observe el sufrimiento de las niñas y niños que sobreviven a los bombardeos pero acaban heridos en los hospitales, luchando muchas veces por su vida y con secuelas que serán para siempre. Esto es la guerra. Y quienes justifican al bando agresor o buscan para señalarlos los excesos del bando atacado son unos mierdas, así, directa y bruscamente. Porque no me sale escribir algo más suave después de ver esas fotos y aquel TikTok.

Y la nuestra, claro

La noticia sobre cómo María Soledad Iparragirre ha aceptado 70 años más de cárcel por el asesinato de dos personas, agentes de la Policía Nacional, en Araba, me ha sonado a autobiografía: el relato lo conocemos y habla de nosotros, de nuestro sufrimiento pasado y también presente, y de sus consecuencias. La larga lista de vidas arrancadas o desgarradas, empezando por la que fuera jefa en ETA, solo invita a preguntarnos por qué. Algunos de los que entonces justificaban esos delitos hoy no pasan de tuiteros populistas aferrados a cualquier carguito. ¿En eso acaba todo? ¿De verdad?

Que lo expliquen

Es hora de que los sindicatos den la cara, que dejen de hablar en nombre de todos cuando están defendiendo los intereses de unos pocos, y no, no me refiero precisamente a las personas trabajadoras. Por ejemplo, los sindicatos del sector del transporte en Euskadi, a los que hemos visto incluso agredir a periodistas, tienen que explicarnos muy despacito y con total claridad por qué se han sumado a una huelga alentada por la extrema derecha española y en condiciones como esta que encontramos en Ruta Del Transporte: “Empresas de transporte obligaron a sus conductores a consumir vacaciones durante el paro”.

El PP que viene

No soy nada optimista con el PP que nos viene: Núñez Feijóo va a ser el presidente de ese partido que meta a Vox en un gobierno autonómico (los de Abascal han sido muy hábiles retrasando la investidura de Fernández Mañueco), y los nombres que ha deslizado para su proyecto no dicen nada ni nuevo ni bueno. Cuca Gamarra es el botón de muestra de un PP centrado en la retórica parlamentaria y no en los problemas de una ciudadanía de la que siguen alejadísimos. Un PP elitista y tan escorado a la derecha que abraza ya sin esconderse a los más ultras. Un PP del que poco podemos esperar, así que nos puede sorprender.

El PSOE que está

La traición del PSOE al Sahara Occidental quedará para los libros de historia, lo que no veremos en las memorias de Pedro Sánchez, porque será un capítulo que querrá borrar, es cómo le toreó Mohamed VI sin piedad. El dictador marroquí no dudó en utilizar a menores de edad contra España, lanzándolos a su territorio con mentiras, se ha salido con la suya para oprimir aún más al pueblo saharaui y, para colmo, humilla públicamente al presidente español: Marruecos habría despreciado la visita del ministro de Exteriores y estaría forzando una reunión entre Sánchez y el propio Mohamed VI a la que el socialista no podrá negarse.

Shanghai se confina

Julen Asua ha escrito un hilo interesantísimo en Twitter sobre cómo afrontaba el confinamiento al que iba a estar sometido en un suburbio de la Shanghai, con racionamiento de verduras y hortalizas por parte del gobierno chino, y su propio acopio de vino, para pasar lo que les espera. Los suyos no son los únicos tuits que hemos visto estos días, alguno realmente llamativo, como el de Zigor Aldama, en el que muestra cómo funcionarios sueldan las puertas de acceso a un edificio para que no salga nadie. La política de “cero COVID” de la dictadura asiática parece hoy excesiva, con las vacunas y la relajación (excesiva) del resto del mundo.

No ser noticia pero sí ser inspiración

Lo peor que le puede pasar a un periodista o a un medio de comunicación es convertirse en noticia. Pero creo que la entrevista a Óscar Mijallos y Miguel de las Fuentes en el 24h, que junto a Hugo Úbeda nos contaron a diario y durante un mes cómo Rusia amenazó primero e invadió después a Ucrania, era necesaria. Porque el trabajo de Óscar, Miguel y Hugo resulta inspirador, y su testimonio puede animar a quienes están estudiando periodismo hoy a lanzarse a zonas de conflicto y contar al resto del mundo qué demonios está pasando. Su labor resulta imprescindible, que su cadena no se rompa, también.

Al final, Rusia sí ha traído a de vuelta al astronauta estadounidense

Como leemos en Microsiervos, al final, Rusia sí ha traído de vuelta a La Tierra a Mark Vande Hei, astronauta de la NASA que, junto a Pyotr Dubrov, ha estado casi un año en la Estación Espacial Internacional. Junto a ellos regresaba también Anton Shkaplerov en la Soyuz MS-19, que ha aterrizado en Kazajistán, por lo que el regreso a EE.UU. de Vande Hei será más sencillo. Solo hace unos días, el director de la agencia espacial rusa, Dmitry Rogozin, amenazaba con dejar al estadounidense en órbita. Lo que nadie sabe hoy es cómo se desarrollará en el futuro la colaboración entre Rusia y EE.UU. para el espacio.