Neville empezó la jugada

Como en aquel Manchester United de finales de los 90 cuyas alineaciones nos sabíamos todos, Gary Neville empezó la jugada en su banda, Sky Sports, que ha acabado con la Superliga: el exjugador y ahora comentarista fue beligerante y claro, la misma noche del domingo, contra la competición que su equipo, junto a otros once, habían anunciado. Neville no se cortó un pelo, habló en caliente y habló bien de la importancia del fútbol y de las competiciones a las que se accede por méritos deportivos y no solo económicos, y lo hizo ante grandes audiencias y en contra del club al que anima cada domingo. Neville, en mi equipo.

El show de Florentino Pérez

Por su parte, el máximo valedor de la Superliga, Florentino Pérez, eligió un show llamado “El Chiringuito” para explicar en qué consistía el negocio. Solo unas horas después, sus afirmaciones empujaron a quien guardaba un mínimo de dignidad a abandonarle. En su “debe” quedará para siempre que su alejamiento de la realidad social y futbolística se cargó en solo unas horas su obra magna. Miguel Quintana resumía las declaraciones del madridista: “¿Por qué no hacer competiciones más igualadas y emocionantes? Si este nivel económico es insostenible, ¿por qué no reducir los sueldos absolutamente disparatados?”.

El mayor negocio del mundo

El fiasco de la Superliga y el modo en el que se precipitó el desastre podía haber servido para parar los pies a esos clubes que, por ricos, se creen los dueños del fútbol. Pero no va a ser así. El Norteño en Twitter, que se declara “madridista irreductible”, hace un interesante resumen de cómo la UEFA ha “solucionado” esta crisis: “Se saca de la manga 7000 kilos. Cómo, no importa”, “un silloncito para Rummenigge”, “vamos a cambiar el modelo del Fair Play Financiero por otro más flexible y comprensivo con las circunstancias de clubes como el PSG y el City” y “para el resto de los ingleses, pasta gansa”.

Pero los mismos gestores

No puedo añadir ni quitar nada a este tuit de Outconsumer: “Que los clubes más grandes del mundo representando al deporte más grande del mundo estén arruinados igual debería dar para una reflexión sobre cómo se sostiene el deporte profesional”. El fútbol, está claro, lo sostiene el aficionado cercano, que es el que se gasta la pasta indecente en una camiseta, el carné de socio y la cuota mensual de televisión para ver los partidos. No lo sostiene la falacia esa del público oriental hambriento de fútbol por el que se modificaron los horarios, ni quienes se compran camisetas falsas a miles de kilómetros.

Spain is different

Esta semana tiene que servirnos para coger la matrícula a esos periodistas que lanzaron las campanas de la Superliga al vuelo, esos contertulios que abrazaron un modelo exclusivista y esos opinadores que pusieron sus voces al servicio de quienes tienen el dinero y el poder. Pero también a los aficionados: en las redes sociales ha quedado claro que mientras en Inglaterra no querían que a ningún club le regalasen estar en la Champions, en España a muchos les parecía bien comprar ese derecho. Por no hablar de esos jugadores que han callado hasta que todo ha estallado. El fútbol nos explica y a algunos la Superliga fallida les he definido.

¿Es solo cuestión de dinero?

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He tenido que leer dos veces la noticia de ‘El Confidencial’ sobre el supuesto intento de amaño para la adjudicación del contrato (de 9 millones de euros) de la empresa que hará el recuento de votos de las próximas elecciones generales. En el medio digital juegan un poco a dar gravedad a un asunto que, de por sí, ya la tiene, ya que la concesión (para el recuento de votos) es bastante alarmante, y la imagen del Gobierno español empeora en cualquier caso.

Pablo Iglesias celebrando una canasta

La imagen de Pablo Iglesias va camino de desgastarse sin remedio. Twitter reacciona a cada traspié suyo, pequeño, mediano o grande, desmesuradamente, como si de cualquier otro político que va de “guay” se tratase. No hace falta ir más allá de hace un par de días para observar los “memes” (montajes sobre una foto con mensajes divertidos que podemos ver en ‘Diario Crítico’) sobre la foto de él mismo celebrando la victoria de España… Porque ser un revolucionario de izquierdas no es incompatible con ser nacionalista “deportivo”.

Pedro J. dice lo que quiere

No sigo a Pedro J. Ramírez en Twitter, pero a veces me encuentro con sus tuits porque los relanzan otros usuarios. Por ejemplo, ayer leí cómo mezclaba deporte y política: “Pau Gasol demostró anoche lo lejos que puede llegar Cataluña si sigue unida al resto de España”, pero también cómo en 2012 se expresaba así: “Reitero que utilizar actos deportivos para dar imagen de uniformidad al servicio del nacionalismo es propio de regímenes totalitarios”.

Aduriz, jugador de la semana

Yo ya he votado para que Aritz Aduriz sea elegido el jugador de la semana de la Europa League. El delantero del Athletic se merece este y otros reconocimientos por su aportación al equipo y al club: un jugador que siempre ha querido volver (no como otros compañeros suyos de puesto) y que, cuando lo ha hecho, ha aportado más y mejor fútbol y goles. Un jugador de esos que hacen que los niños griten: “¡Yo me pido Aduriz!”, antes de soltar el balón y empezar a jugar.

Ana Pastor, la niña bonita

Iñaki López se ha ganado mi respeto y mi aprecio profesional a pulso: semana tras semana, temporada tras temporada, ha demostrado y demuestra que es un trabajador incansable y un valiente que se atreve con lo que le echen, como un especial de las elecciones catalanas. Un programa que se emitiría esta noche, según ‘El Confidencial Digital’, y que no hará porque ‘LaSexta’ ha cambiado de opinión y ha decidido dárselo a Ana Pastor, la que convierte las entrevistas a sus invitados en exhibiciones de sí misma.