Os dejaba el pasado martes en el Museo del Louvre, abarrotado de gente en el momento de abandonarlo. Hemos tenido suerte de que hoy, con la huelga de transporte público, dedicáramos la mañana a visitar museos, pues el siguiente destino lo tenemos a un paso, en un lateral del Museo del Louvre, accediendo desde la misma rue de Rivoli. Se trata del Musée des Arts Décoratifs (Museo de las Artes Decorativas), costando la entrada 10 euros (https://madparis.fr). La colección permanente del museo está formada por más de 6.000 elementos decorativos de todo tipo, desde muebles, hasta vajillas, joyas, juguetes o alfombras, aunque la parte más interesante del museo son algunas salas de época, en las que se muestra cómo vivían los ciudadanos franceses desde finales de 1400 hasta principios del siglo XX. También hay mobiliario actual. Me ha parecido muy interesante y una gozada verlo sin gente, pues había muchos más empleados que visitantes. Dicen que ha sido debido a la huelga del metro.
Debido a la huelga del transporte hemos decidido pasar la tarde en la zona, así que comemos en una calle lateral la peor carne a la milanesa que recuerdo y nos dirigimos a la plaza de la Concorde, en la que destacan la Fuente de los Mares y el Obelisco de Luxor. Caminamos por el Promenade Tours-de-la-Reine, hasta un lugar que me gusta mucho, el puente de Alexandre III, desde donde se tiene una buena vista del Sena y del Gran Palacio de París. Luego nos tomamos un polvoriento café en el Jardin des Tuileries (Tullerías). Digo lo de polvoriento pues los parques y muchos paseos de París tienen el suelo de arena. Menos mal que aquí no dejan entrar patinetes, que levantan una gran polvareda.
Hoy toca caminar, así que lo hacemos por la orilla del río Sena, bajo un sol de justicia, bordeamos el Louvre y seguimos hasta el pont Neuf, por el que accedemos a la isla de la Cité. Continuamos por la orilla del Sena hasta tener al otro lado el Ayuntamiento, desde donde nos dirigimos a la Catedral de Notre-Dame, pues queríamos ver en qué situación ha quedado tras el horrible incendio. Cruzamos sucesivamente los puentes Saint-Louis y Louis Philippe, nos tomamos otro café y nos dirigimos a la estación de metro Hotel de Ville, por donde pasa la línea 1 de metro, una de las dos que funcionan. Entre pitos y flautas, el reloj me indica que hoy hemos andado 20.044 pasos (14,15 km).
Sábado 14 de septiembre. Hoy toca “exteriores”. Iniciamos una nueva jornada viajando en metro hasta la estación de Abbesses, ubicada en el corazón del barrio de Montmartre, lugar de mucho ambiente. Esta estación dispone de ascensor, cosa que no me extraña pues nos metimos entre pecho y espalda unas 250 escaleras para salir a la calle. Parece que habíamos subido a la cima de Gorbeia. Detrás de la estación se encuentra la pared de los “je t’aime” y me apetecía volver a sacarnos la foto junto al “Maite zaitut”. En mi anterior viaje, en este lugar no había nadie y esta vez estaba abarrotado de gente. Hay que tener mucho cuidado, pues mientras sacábamos una foto a una pareja de japoneses, a él le hurtaron la mochila que había dejado en un banco. Menos mal que a ella le advertimos que cogiera el bolso. Más tarde nos acercamos al resplandeciente Moulin Rouge, otro emblema parisino.
Me apetecía mucho volver al Sacré-Coeur, la basílica del Sagrado Corazón ubicada en una colina sobre Montmartre. Subimos en funicular, para el que sirve el billete del metro. Cuando sacas la foto a la iglesia, hay que tener mucho cuidado con las gitanas rumanas que se te acercan con cualquier pretensión, con objeto de hurtar a los incautos. Particularmente me gusta la place du Tertre, frecuentada por pintores que te pueden hacer un retrato en un momento.
Frente al Moulin Rouge está la estación de Blanche, donde cogimos el metro hasta la de Opéra. Nada más salir tenemos enfrente el reluciente edificio de Ópera Garnier, también conocida como Palacio Garnier u Ópera de París. Napoleón III ordenó su construcción al arquitecto Charles Garnier, quien lo diseñó en estilo imperio. Nuestro destino son las Galeries Lafayette, que reciben más de 20 millones de visitantes al año. No teníamos intención de comprar nada, pues los precios son elevados, pero merece la pena verlas por dentro y subir a la última planta, que cuenta con un excelente mirador.
Hoy no nos ha quedado más remedio que comer en un MacDonald’s, así que lo compensaremos cenando un buen solomillo de cerdo en la Brasserie Les Cascades, en Porte Dorée. Caminamos por el Boulevard Haussmann, con sus imponentes fachadas y nos acercamos a la plaza Vendôme, donde, como en Lafayette, se encuentran las tiendas más selectas de París y el Hotel Ritz. En el centro se alza la columna Vendôme, de 44 metros de altura, realizada entre los siglos XVIII y XIX y coronada por una estatua de Napoleón I vestido de general romano. Nuestro recorrido a pie concluye en la iglesia de la Madeleine, uno de los templos más curiosos de París, debido a su diseño más propio de los templos de la antigua Grecia.
En la estación de Madeleine cogemos el metro hasta la de Odéon, cerca de la cual se encuentra el teatro del mismo nombre. Nuestro destino está al lado. Se trata del Jardín de Louxembourg, que toma el nombre del palacio del mismo nombre que lo preside. Una vez en el parque nos acercamos a la monumental fuente Médicis, dedicándonos luego a pasear contemplando a los niños que juegan con pequeños veleros en el estanque, mientras otros hacen pequeños recorridos en póneys. El Jardin de Louxembourg es un lugar muy concurrido los sábados por la tarde y, como hace calor, mucha gente se relaja tumbándose en el césped o preparando la merienda.
Tenemos un largo recorrido a pie para llegar al barrio latino, deteniéndonos en primer lugar en el edificio neoclásico del Pantheón, para luego dirigirnos a la cercana iglesia de Saint-Étienne-du-Mont, que guarda la tumba con los restos de Santa Genoveva, patrona de París. Ha llegado la hora de tomar algo y atravesar el barrio latino camino del metro para regresar al Hotel. Al final, pese a haber transporte público, hemos caminado más que ayer, 20.388 pasos (14,18 km).
Resulta imposible ver París en tres o cuatro días, así que os dejo en imágenes de mi viaje anterior, algunos lugares que también me parecen interesantes. De izquierda a derecha y empezando por la fila superior: Arco del Triunfo, escultura de Miró, Arco de la Defense, Centre Georges-Pompidou y Grande Halle. En el centro: St Germain l’Auxerrois, Palacio de Soubise, Plaza de los Vosgos, Pabellón de la Reina y Forum des Halles. En la parte inferior: Ciudad de la Música, la Geode en el Parc de la Villette, Moulin Radet, ceremonia en la iglesia San Juan Evangelista y el barrio latino, un buen lugar para cenar.