Escapada africana (y 2): Zambia, Botswana y Zimbabwe

Poco más de hora y media de vuelo, operado por South African Airlink, separa Nelspruit de Livingstone, capital de la provincia del Sur de Zambia y de la antigua Rodesia del Norte. Con más de 100.000 habitantes, la ciudad tiene poco interés, así que tan solo damos un paseo por su calle principal, tomamos algo, echamos un vistazo a los puestos de artesanía y observamos a las vendedoras de fruta. También vemos por primera vez una escultura dedicada al explorador escocés, David Livingstone. En esta ciudad pasaremos tres noches en un sencillo alojamiento de tres estrellas, el Green Tree Lodge. Nada tiene que ver con el lujoso hotel de Sudáfrica, pero las gestiones que le encomendamos por correo electrónico para lo que pensamos hacer en los tres días de estancia, resultaron perfectas y muy baratas.

Hemos llegado al hotel sobre las 14 h y prácticamente solo tenemos tiempo para instalarnos en la habitación y comer algo, pues en menos de dos horas pasan a recogernos para acercarnos al Mosi-oa-Tunya National Park, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El objetivo consiste en navegar durante unas dos horas y media por el río Zambezi, a bordo del Cruise Makumbi, por lo que hemos pagado 55 euros. Incluye barra libre de bebidas, aperitivos y una cena barbacoa. Desde el barco contemplamos varios grupos de aves y tenemos muy cerca un grupo de hipopótamos, pero lo mejor fue contemplar una espectacular puesta de sol típicamente africana.

Para no variar, de nuevo toca madrugón. Hoy tenemos viaje hasta el Chobe National Park. Menos mal que aquí amanece muy pronto, aunque tenemos que despertarnos de noche, para coger la furgoneta que nos trasladará hasta el río Zambezi (unos 70 km), en el punto en el que confluyen cuatro países: Zambia, Zimbabwe, Botswana y Namibia. En un barco-taxi cruzamos el río, pasando de Zambia a Botswana, donde están construyendo un puente. Cerca de Kasane, en la misma frontera, cogemos un vehículo todo terreno con el que recorreremos el parque, De camino, vemos baobabs y monos.

Con una superficie de 10.698 kilómetros cuadrados y situado en el desierto de Kalahari, Chobe es la tercera reserva más grande de Botswana. Pronto vemos como entre los buitres y los marabúes dan cuenta de los restos de un búfalo. También observamos enormes hipopótamos relajándose en el río Cuando, que parecen grandes rocas. Hay manadas de impalas y otras clases de antílopes, gigantescos cocodrilos, monos y tántalos africanos.

Continuamos el safari por Chobe National Park observando desde muy cerca las enormes manadas de elefantes, algunas con sus crías, que tanto abundan en este parque. También hay jirafas, búfalos, facóqueros, antílopes sable y bandadas de gallinas de Guinea.

Tras comer en un lodge situado a orillas del río Cuando, embarcamos para realizar la segunda parte del safari navegando por el citado río, a caballo entre Botswana y Namibia. Ahora toca el turno a las enormes manadas de búfalos que acuden al río a beber, pudiendo ver también varias clases de aves, lagartos, elefantes y diferentes especies de antílopes.

Navegando por el río Cuando, desde el barco continuamos viendo hipopótamos, dentro y fuera del agua, elefantes, cocodrilos, manadas de impalas, varias clases de aves y, lo que más nos ha gustado, la gracia con la que beben agua las jirafas, abriendo las patas delanteras. Qué pena no haber planificado un día más en Chobe, porque este parque nacional nos ha encantado. Pese a no ver rinocerontes, leones, leopardos ni cebras, hemos observado gran cantidad y variedad de fauna. Ahora nos toca viaje nocturno hasta Livingstone, en Zambia, nuestro campamento base para esta segunda parte del viaje.

El viaje está tocando a su fin. Hemos dejado para el final las Cataratas Victoria (Victoria Falls), nombre que les dio el explorador escocés David Livingstone en homenaje a la reina Victoria, aunque localmente son conocidas como Mosi-oa-Tunya, nombre que recibe el parque nacional en el que se asientan, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Las cataratas tienen una anchura aproximada de 1.700 metros y 108 de altura. Hoy no hemos madrugado, pues hemos contratado un taxi para todo el día. Primero nos dirigimos a la parte situada en Zambia, donde las cataratas no tienen mucha agua ya que la primavera austral (estamos en septiembre) ha sido muy seca. Al otro lado del puente está Zimbabwe.

El taxi nos deja en la frontera de salida de Zambia, así que bajo un sol de justicia cruzamos caminando el puente sobre el río Zambezi, frontera entre Zambia y Zimbabwe. 30 USD de visado y otros tantos de entrada, es lo que cuesta el magnífico espectáculo de ver las Cataratas Victoria (Victoria Falls) desde el lado de Zimbabwe. Nada tiene que ver con las imágenes anteriores, pues aquí se percibe mucho más el rugir del agua al desplomarse. Ha merecido realmente la pena el esfuerzo y el precio. Hay dos cosas en común con el lado de Zambia, las esculturas de Livingstone y los monos. Mañana iniciamos un largo viaje de más de 24 horas para regresar a casa: Livingstone- Johannesburg-Frankfurt-Bilbao. Ha resultado un viaje intenso y fantástico, de los de no olvidar.

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