Dejaba hace dos semanas el relato del viaje por Australia y Nueva Zelanda, cuando nos dirigíamos a la localidad neozelandesa de Wanaka, en la que pasamos por fin dos noches seguidas, alojándonos en el Wanaka Hotel *** (138 € las dos noches), magníficamente situado, que cuenta con un excelente restaurante, en el que unos cenamos salmón y otros cordero. Estamos a un paso del lago que lleva el nombre de la ciudad, que tiene como telón de fondo las cumbres nevadas de los Alpes, entre las que destaca el Mount Aspiring (3027 m), la segunda mayor montaña del país. Antes de llegar al hotel nos detuvimos para tomar unas fotos de la colorista y única atracción del mundo de este tema, el Puzzling Word.
16 de octubre. Día 24 de viaje. Iniciamos una nueva jornada con un potente desayuno tipo británico y haciendo unas compras para comer de bocata. Hoy nos toca mucho coche (426 km), que por cierto ha respondiendo fenomenal, pues aunque tuvimos buenas carreteras, también tuvimos que circular por pistas, así que creemos que fue un buen acierto alquilar el Toyota Highlander. Esperamos seguir con buena suerte con el tiempo, pues hoy estaremos todo el tiempo en medio de la nada y con extraordinarios paisajes de montaña. A los pocos kilómetros de salir de Wanaka nos dan el alto, pues de frente aparece un transporte especial con una casa prefabricada, que pronto se orilla y podemos continuar.
Cuando llevamos recorridos 80 km hacemos la primera parada. Estamos en el Lindis Pass, situado a 971 metros de altitud, que divide los valles de los ríos Lindis y Ahuriri. El lugar no nos dice gran cosa, pues es un paisaje bastante árido, con laderas de hierba de color amarillo-marrón. Un cartel nos indica que a 200 metros, caminando por una empinada cuesta, tenemos un mirador, así que allí vamos, pudiendo contemplar desde arriba la nevada cumbre de Longslip Mountain (1494 m).
80 km más tarde volvemos a efectuar otra parada, para fotografiar el lago Pukaki, aparcando el coche en una pista que bordea una gran pradera verde, situada a orillas del lago. Justo al lado tenemos un gran rebaño de vacas, el primero que vemos, así que pasamos un buen rato tomando unas fotos, ya que se acercan a la valla que nos separa, especialmente las chalas, que chupan el dedo de mi mujer cuando les acerca la mano.
Comentaba que nuestro siguiente destino fue el Lke Pukaki, al que cortejaremos ampliamente, pues nos ofrece un espectáculo impresionante, con una amplia panorámica de cumbres nevadas que se reflejan en sus aguas de color azul turquesa. ¡Qué suerte estamos teniendo con el tiempo en una isla muy lluviosa! Bordeamos el lago por tres de sus lados, circulando finalmente muchos kilómetros por una pista de tierra en busca de la foto del Mont Cook (Aoraki), reflejado en el lago, cosa que no conseguimos pues queda muy lejos y aunque lo contemplamos aparece muy difuminado. Pese a todo hemos disfrutado de unas vistas espectaculares. Ha sido uno de los puntos fuertes del viaje.
En busca de la foto del Mont Cook (3754 m), el techo de Nueva Zelanda, nos hemos perdido en el entramado de pistas, así que tenemos que tirar de Google Maps para buscar la ruta a nuestro siguiente destino, el lago Tekapo, pero antes de llegar a él nos dirigimos a la montaña sobre la que se encuentra el observatorio astronómico Mount John, la estación que Estados Unidos construyó para tener una visión del cielo nocturno sin contaminación lumínica, lo más al sur posible del planeta. Desde arriba tenemos una visión casi aérea del lago y de las montañas que lo rodean. Además cuenta con un bar, así que fue un placer tomar un vino neozelandés en un marco tan especial.
Finalmente llegamos al último destino de la jornada, el Lake Tekapo. Pese a que me ha gustado más el lago Pukaki, este también es espectacular. Se ha echado la hora de comer, así que aprovechamos para dar cuenta del bocata en una mesa de picnic, con unas vistas impresionantes, que me recordaban a algunos lugares de Islandia. Enseguida se nos acercan patos y gaviotas para ver «lo que cae», terminando alborotándoles, al tirarles patatas fritas. Tenemos por delante 199 km para regresar al hotel, efectuando una sola parada en Omarama, el único pueblo de la ruta, situado a mitad de camino, para tomar un café en un bar de estilo americano. No olvidaremos fácilmente este día tan radiante que ha salido y en el que tanto hemos disfrutado.
17 de octubre. Día 25 de viaje. Antes de desayunar y de abandonar la ciudad, me dirijo al cercano lago Wanaka, el lago más grande de Nueva Zelanda, que se estima que tiene unos 300 metros de profundidad. En maorí su nombre significa «El lugar de Anaka», un jefe tribal local. Observo que los patos deben dormir mucho, pues les vi durmiendo al atardecer en Christchurch y esta mañana aquí. Junto al lago hay un pequeño parque con varias esculturas y unas placas que, año a año, recuerdan diferentes acontecimientos históricos, como la ascensión al Everest del neozelandés Edmund Hillary.
Ya solo nos quedan por delante dos noches en Nueva Zelanda. El viaje continúa.