Había estado en la Grecia continental pero no conocía ninguna isla, así que aproveché un crucero para, entre otras cosas, volver a visitar Atenas y conocer Olimpia y las islas de Creta y Rodas. Esta última, de 1.398 km², es la mayor isla del archipiélago del Dodecaneso y la cuarta de Grecia. Se encuentra muy lejos de Atenas, pero a sólo 18 km de las costas turcas. El 23 de marzo de 2017 nuestro crucero atracó en el puerto de la ciudad de Rodas, que se encuentra a unos pasos del casco antiguo medieval. Aquí estuvimos tan sólo 8 horas, pero veréis lo bien que las aprovechamos.
Para no perder tiempo, contratamos con una agencia externa al barco un tour que incluía la capital de la isla y el pueblo de Lindos, situado a 47 km y considerado uno de los más hermosos de la isla de Rodas. Antes de llegar, nos detuvimos para contemplar una vista panorámica y los tres niveles con que cuenta esta población. En el primero está el mar y la playa, en el segundo, las casas altas de su centro urbano y en el tercero, el superior, la Acrópolis. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en Lindos se rodó la película “Zorba el Griego”. Por 6 € se puede subir en burro-taxi hasta la entrada a la Acrópolis, pero lo hacemos caminando tras despedirnos del guía, pues preferimos ver la ciudad por libre.
La Acrópolis es la principal atracción de Lindos. Los precios de las entradas son bastante caros en Grecia, costando aquí 12 €. Accedemos a ella por el Palacio de Administración, fortaleza medieval de la época de los Caballeros de San Juan, encontrando enseguida los restos de la iglesia ortodoxa griega de Agios Ioannis (San Juan). Subiendo unas escaleras llegamos a la última terraza, donde se encuentra la parte más importante del complejo, el templo de Atenea Lindia, la diosa de Lindos. Los restos que hoy vemos datan del siglo III aC.
Contemplamos tanto la costa como el pueblo desde la parte superior y nos introducimos en su casco urbano, con sus casas blancas y varias iglesias, entre las que destaca la bizantina de Panagia, del siglo XIV, con su alto campanario. Pese a su aspecto externo sencillo, su interior resulta espectacular debido a los frescos pintados por Gregorio de Symi en 1779. La entrada es gratuita pero no se puede tomar fotos, así que la que aquí aparece está sacada de Internet. Pasamos por una calle en la que el color azul de los vestidos, en contraste con el blanco de las casas, me recuerda a la tunecina Sidi Bou Said. Un vistazo a las tiendas de recuerdos y todavía tenemos tiempo para tomar un vino en una terraza, antes de que llegue el grupo para coger el autobús de regreso a Rodas. Nos ha gustado Lindos.
Regresamos a la ciudad de Rodas. El autobús nos deja cerca de uno de los accesos más notables al interior del recinto amurallado, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de la Puerta de Amboise, una de las once existentes en los tres kilómetros de murallas de hasta doce metros de espesor. Su interior se divide en dos zonas, el Collachium, barrio de los caballeros, y el Bourg, donde vivía el resto de la población. Pasada la logia de la antigua iglesia vemos el emblemático Palacio del Gran Maestre, al que luego volveremos. En la puerta nos despedimos del grupo, para visitar la ciudad por libre.
Pasada la puerta accedemos al recinto de la ciudadela amurallada, un lugar lleno de encanto formado por estrechas calles empedradas, a la que se asoman numerosas construcciones de piedra, como palacios, torres medievales y minaretes de mezquitas. En una pequeña plaza de Chora, donde se juntan los barrios judío y turco, aprovechamos para comer unos calamares en la terraza de un bar, para luego continuar la ruta por la calle Sokratous, una de las más comerciales y animadas de la ciudad antigua, en la que se encuentra la mezquita de Solimán el Magnífico, construida en 1523 tras la conquista de la ciudad por los turcos, aunque el edificio rosa que ahora vemos data de 1808.
En lo alto de la calle de los Caballeros tenemos el edificio más emblemático de la ciudad medieval de Rodas, el Palacio del Gran Maestre, que data del siglo XIV pero que no tenemos tiempo de visitar por dentro, aunque si para recorrer la citada calle y llegar a la plaza Argyrokastro, donde se encuentra el antiguo Hospital de los Caballeros, del siglo XIV, que también fue Palacio de la Armería. Otro edificio de interés está ocupado por el Museo de Artes Decorativas.
Abandonamos la ciudadela amurallada y salimos a la ciudad nueva, uno de los rincones de Rodas que más me ha gustado. Estamos en el viejo puerto de Mandraki, emblema de la ciudad, teniendo a ambos lados de su bocana las esculturas del ciervo y la cierva. Cuenta la leyenda que en este lugar se encontraba el Coloso de Rodas. Al fondo tenemos la fortaleza Agios Nikólaos, convertida en faro, y tres antiguos molinos de viento. Esta zona, construida por los italianos, cuenta con notables edificios, como la catedral ortodoxa Evangelismos (Iglesia de la Anunciación), de estilo gótico. Poco más adelante nos detenemos ante la estatua de Alexander Diakos, primera víctima griega en la segunda guerra mundial.
Tenemos que acelerar el paso, pues nuestro barco zarpa a las 5 de la tarde. Todavía nos falta por recorrer el hermoso y largo paseo marítimo, teniendo a nuestra izquierda el puerto deportivo y a la derecha el impresionante recinto amurallado, deteniéndonos para tomar una foto de su acceso más conocido, la Puerta de la Marina, que cuenta con dos monumentales torres gemelas. Poco más adelante nos detenemos para fotografiar la hermosa escultura Delphinia. Nuestro barco se encuentra al fondo.
Pasadas las 4 de la tarde estamos a bordo del MSC Magnifica tomando un café, mientras contemplamos desde lo alto el recinto amurallado. Habréis visto que 7 horas dan para bastante, pues hemos visitado dos preciosas poblaciones declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una hora después de nuestra partida contemplamos otra preciosa puesta de sol. El viaje continúa. Próximo destino Heraclion, en la isla de Creta, de donde os hablaré en otra ocasión.