BERMEO (Bizkaia): Mirador del Cantábrico

Dejamos las islas y nos quedamos cerca de casa, en concreto a 36 km de Leioa. La cita es en uno de los pueblos que más me gustan de Bizkaia, Bermeo, población fundada en el año 1236 que llegó a ser la principal del Señorío. En su escudo se recoge parte de la historia de la villa. Antes de llegar a su centro urbano acostumbro a detenerme en un lugar emblemático, el alto de Sollube, desde el que se tiene una magnífica vista de la localidad, teniendo como telón de fondo la isla de Izaro. Aunque me gustaba más como estaba antes, en el puerto hay un recuerdo al ciclismo y al corredor Jesús Loroño.

Estamos en un importante puerto pesquero, así que a él corresponde la primera imagen que tenemos cuando accedemos a Bermeo por el parque Lamera, dejando el coche aparcado al lado de la Cofradía vieja de San Pedro, junto a la que se encuentran la Oficina de Turismo y la Biblioteca. Enfrente tenemos el busto dedicado al poeta madrileño Alonso Ercilla, que pasaba temporadas en Bermeo. A un paso se encuentra la iglesia de Santa Eufemia, la más antigua de la villa, reconstruida en el siglo XV, en cuyo interior encontramos la sepultura de los Mendoza. El globo terráqueo instalado en el muelle recuerda al navegante local Juan de Acurio, embarcado en la vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, de hace 500 años.

El centro de la localidad se articula en torno el precioso Portu Zaharra, donde aprovechamos para hacer el hamaiketako en uno de los bares de la zona. Como telón de fondo de las embarcaciones, tenemos la Torre Ercilla, Santa Eufemia y el Chalet Kikunbera, más conocido como casa-barco. En este paseo portuario contemplamos la fuente más antigua de Bizkaia (Las dos Fuentes) y varios grupos escultóricos: “Última ola, último aliento”, de Enrike Zubia, “Olatua”, de Nestor Basterretxea e “Itzulera. El regreso”, de Carlos Solano, que se presentó al público en el Pabellón de Euskadi de la Expo 92, celebrada en Sevilla.

Abandonamos el puerto subiendo las escaleras que conducen a la Torre Ercilla, que parece datar de finales del siglo XV y que alberga en la actualidad el Museo del Pescador. Frente a ella se encuentra el grupo escultórico que más me gusta “Badatoz!”, del bermeano Enrike Zubia, que representa a parte de una familia esperando al resto que viene de la mar. Continuamos subiendo hasta la plaza Sabino Arana, a la que se asoman dos monumentos histórico-artísticos, el Ayuntamiento, de 1732 y la Iglesia de Santa María. Continuando la subida encontramos algunas interesantes casas en la calle Doniene.

Seguimos subiendo. La calle Doniene nos conduce al Portal de San Juan, que data del siglo XIV y constituye el único vestigio que queda de las murallas de la villa. A ambos lados de este arco encontramos las esculturas “Vendedoras de pescado”, del bermeano Enrike Zubia, Pasamos ante el Hospital y enseguida llegamos a nuestro destino final, el parque de la Tala, magnífica atalaya sobre el mar Cantábrico, con la isla de Izaro y el cabo de Ogoño como telón de fondo. En el parque se encuentra un monumento en homenaje a Benito Barrueta, obra de otro bermeano, Nestor Basterretxea, así como varios murales sobre la pesca de la ballena.

Descendemos ahora en busca del punto de partida. Pasamos por la Mikel Deunaren enparantza y llegamos al convento de San Francisco, uno de los más antiguos de Bizkaia, pues fue mandado construir en 1357 por el conde Tello y su esposa Juana de Lara. Destaca su claustro, frente al que se encuentra la histórica fuente de Taraska. A un paso tenemos un grupo escultórico más reciente, “La lechera”, del bermeano Enrike Zubia.

Nuestro recorrido por el casco histórico de Bermeo esta llegando a su final. Ante nosotros tenemos el monumental edificio del Casino, obra de Severino Achucarro, con aspecto de palacete francés. Fue construido en 1894 como sede de la Sociedad Bermeana. El Casino se asoma a Lamera parkea, donde concluye nuestra ruta. En este coqueto parque nos detenemos a contemplar “Euskal Kosmogonia”, del bermeano Nestor Basterretxea, obra compuesta por 18 esculturas,

Aunque sin salir del municipio, abandonamos el centro de Bermeo en dirección a Bakio. Nuestro destino se encuentra a poco más de 6,5 km, en el cabo de Matxitxako. Si hace poco estuvimos en el extremo más septentrional de Cantabria, cerca del faro de Ajo, ahora lo hacemos en el de Bizkaia, que cuenta con un faro con varios edificios anexos. También se conserva la torre del viejo faro, que me gusta más y data de 1852. Desde él contemplamos una impresionante vista del mar Cantábrico y su agreste costa, teniendo como telón de fondo el islote Akatz y San Juan de Gaztelugatxe, que más tarde volvemos a ver de más cerca desde el mirador.

7 km más adelante aparcamos el coche en el parking habilitado para la enorme demanda que tiene nuestro siguiente destino, San Juan de Gaztelugatxe, ermita situada sobre un peñón del Cantábrico, unido al continente por un sencillo puente. Para llegar a la ermita tenemos una subida por una escalinata de 231 peldaños. Es uno de esos lugares mágicos cuya fama se vio acrecentada por la serie “Juego de Tronos”, donde era “Rocadragón”. Es por ello que desde entonces hay limitación de aforo, teniendo que reservar día y hora en https://web.bizkaia.eus/es/gaztelugatxe. Tras un largo cierre por un desprendimiento, espero que haya vuelto a abrir cuando leas estas líneas.

Aunque no pertenece a Bermeo sino al barrio de San Pelayo de Bakio, aprovechando la visita a San Juan de Gaztelugatxe os recomiendo comer en el restaurante Eneperi (https://eneperi.com/es/). Merece realmente la pena.

4 comentarios en «BERMEO (Bizkaia): Mirador del Cantábrico»

  1. El recorrido es muy completo, pero tienes un olvido muy importante. Al nombrar el Museo del pescador no haces ni siquiera una mención a un magnífico cuadro que se encuentra en el mismo y muy cerca de la entrada del pintor vasco Anselmo Guinea, te ruego que subsanes este error.

  2. Casi lo bordas . Bueno , lo has bordado . Solo dos comentarios . Uno que al chalet Kikunbera nadie lo llama en Bermeo Casa Barco sino Kikunbera , que en euskera bermeano significa echarse de cabeza al agua . Y dos que San Juan de Gaztelugatze sigue cerrardo sine die .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *