Viaje a Andalucía (7): Málaga capital

Continúo el relato del viaje realizado por tierras andaluzas del 17 al 28 de marzo, que dejaba la pasada semana tras recorrer varios lugares de la provincia de Málaga. El 26 de marzo lo dedicamos a “patear” la capital malagueña. Para ello nos dirigimos al cercano Centro Comercial Plaza Mayor, donde dejamos aparcado el coche para tomar un tren de RENFE Cercanías hasta la estación Málaga Centro Alameda. Desde ella caminamos 550 metros hasta nuestro primer destino, el Mercado Central de Atarazanas, un amplio local con numerosos puestos de productos frescos y algunos de hostelería. Particularmente nos detuvimos en los de frutas, verduras y hortalizas y en los abundantes de pescado.

Salimos del mercado en busca de la Alameda Principal, por la que caminamos unos metros para llegar al monumento al Marqués de Larios, que se encuentra en la confluencia que da acceso a la emblemática calle malagueña del mismo nombre, que tenía ganas de conocer pues suele ser famosa por sus luces de Navidad. Pese a que dicen que es la quinta calle comercial más cara de España, no me dijo nada, así que la abandonamos por la calle Moreno Monroy, contemplando un curioso banco, enseguida los paneles de la “Farola de Orellana” y, más adelante, un mimo.

Pronto divisamos la torre de la Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación, nuestro siguiente destino, aunque antes nos detuvimos ante el Palacio Episcopal, de finales del siglo XVIII, cuya elegante fachada luce con los rayos del sol. El origen de la Catedral se sitúa en 1487, aunque su construcción se alargó varios siglos. Lo primero que hicimos fue subir por una interminable escalera a lo alto de la torre campanario, de 87 metros de altura, para ver la proyección de realidad virtual, que no me dijo nada. Su interior cuenta con varias capillas, destacando la Capilla Mayor y el Coro.

A unos pasos de la Catedral, en la calle San Agustín, se encuentra nuestro siguiente destino, el Museo Picasso Málaga, cita obligada cuando se visita esta ciudad, pues responde al deseo del artista de que su obra estuviera presente en la ciudad de Málaga, en la que nació en 1881. La colección reúne 233 obras de la amplia variedad de estilos materiales y técnicas que dominó. También pudimos ver dos exposiciones temporales ya concluidas, la proyección de sombras “More Sweetly Play the Dance”, de William Kentridge y “Picasso: los cuadernos de Royan”.

Consultamos cuáles eran las mejores zonas de Málaga para picar algo, así que como se había echado la hora de comer, nos dirigimos a una de ellas pues la teníamos muy cerca. Se trata de la animada calle Granada, peatonal y con numerosos locales hosteleros. Casi en la esquina con la plaza del Carbón, degustamos un par de raciones en La Quintonería Majreta, para luego continuar nuestro recorrido, observando unos murales, hacia los Cines Albéniz, frente a los que se encentra la estatua dedicada al filósofo y poeta local Salomón Bel Gabirol. No había mucha gente en la calle pero, cuando volvimos dos días después, viernes, estaba abarrotada.

Enfrente tenemos uno de los pocos teatros romanos que han sobrevivido a los siglos, construido en el año 51 de nuestra era. Por él se accede al monumento que más me impresionó de Málaga, pues fue un grata sorpresa. Se trata de la Alcazaba, fortaleza medieval cuyos orígenes se remontan al siglo X, aunque fue ampliada durante la ocupación musulmana. Está rodeada de murallas de estilo árabe, contando con varias puertas, salas y patios con jardines y fuentes. Es como una Alhambra en pequeño. Desde lo alto se tiene unas magníficas vistas del puerto, la Catedral y la plaza de toros.

Tuvimos que caminar luego 800 metros, atravesando el parque de Málaga y la zona del Muelle Uno, para llegar a otra construcción emblemática, el Cubo, que alberga el Centre Pompidou Málaga, inaugurado el 28 de marzo de 2015 como primera sede del Centre Pompidou París en el exterior. Fue una pena pues estaban renovando las exposiciones temporales, por lo que solo pudimos contemplar la permanente, que ofrece un recorrido por el arte de los siglos XX y XXI y la exposición “Place-Ness. Habitar un lugar”, ya clausurada, con obras de gran formato.

Avanzaba la tarde cuando abandonamos el Centre Pompidou, teniendo a nuestra salida el Muelle Uno, centro comercial al aire libre inaugurado en noviembre de 2011, dentro de un plan de integración del puerto de Málaga con la ciudad. Aprovechamos para tomar un café en uno de sus bares, para luego dar un paseo por el Palmeral de las Sorpresas y el Parque de Málaga, pasando ante el edificio de la Autoridad Portuaria y enfilando la Alameda Principal para dirigirnos, tras caminar 1,5 km, a la estación Málaga Centro Alameda, donde cogimos el tren de RENFE Cercanías hasta la estación Plaza Mayor, el centro comercial situado cerca del Parador Málaga Golf.

De esta forma concluyó esta ajetreada jornada por la capital malagueña, pero todavía nos quedaban dos jornadas para seguir conociendo nuevos lugares. El viaje continúa.

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