NORUEGA en marzo (1): Embarcamos en Hurtigruten

Había estado en Oslo y los fiordos noruegos pero tenía una asignatura pendiente, ver las auroras boreales. Dicen que los mejores meses para ello son marzo y octubre, así que, aprovechando una oferta de la naviera Hurtigruten, volamos a la ciudad de Bergen, puerto de embarque. En esta ciudad se encuentra el barrio antiguo de Bryggen, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que recuerda la importancia que tuvo la ciudad en los siglos XV y XVI: Es la ciudad más hermosa de cuantas hemos visitado en el viaje, pero empezamos a sentir el frío que nos espera.

Barrio de Bryggen en Bergen

En Bergen embarcamos en el Richard White, barco de Hurtigruten parecido al de la foto. A bordo de él permaneceremos 11 días. Esto barcos son ante todo cargueros, siendo el único medio de comunicación posible en invierno entre muchas localidades. También llevan pasajeros, como si fuera un crucero, pero en camarotes por lo general pequeños pero muy bien aprovechados. Eso si, los precios son muy caros. También ofrecen servicio de ferry, principalmente a los que se dirigen a las islas Lofoten. Como la navegación es costera, suele haber cobertura de móvil terrestre y wifi gratis.

Cada día un barco sale de Bergen para realizar la ruta hasta Kirkenes, invirtiendo 11 días en el trayecto de ida y vuelta. Como queríamos garantizar ver las auroras boreales, nos apuntamos al viaje de ida y vuelta, algo poco habitual. Ya he comentado que ante todo el barco es un carguero, por lo que navega día y noche realizando una treintena de escalas. Salvo en ciudades importantes, como Alesund, Trondheim y Tromso, en las que la escala es de 3 a 4 horas, la duración de cada parada depende del tiempo de carga y descarga, pudiendo efectuarse incluso de madrugada. Tienen el detalle de que lo que a la ida se navega por la noche, a la vuelta se hace de día. Nosotros salimos del barco en la mitad de las escalas.

Viajar en el Hurtigruten es una gozada, pues siempre estás cerca de la costa, navegando por los fiordos y a veces por lugares muy estrechos o especie de canales dragados para hacer posible la navegación. Por la noche hay tantas luces que parecen las balizas de las pistas de los aeropuertos. Por el día contemplamos pequeños faros, aunque en la imagen parezcan grandes, que hacen también de baliza. Paso muchas horas en cubierta contemplando el espectáculo.

El segundo día de navegación por fin el barco hace una parada de tres horas en la ciudad de Alesund, construida sobre siete islas, de la que tengo un buen recuerdo de mi anterior viaje. Aprovechamos la escala para caminar hasta el centro, en concreto hasta el canal de Alesundet. El día está radiante y obtengo la más hermosa imagen urbana del viaje.

Seguimos navegando hacia el Norte, así que cuando el tercer día nos detenemos en la tercera ciudad más poblada del país, Trondheim, tenemos que caminar por sus calles cubiertas de nieve. Como disponemos de tres horas y media, nos dirigimos a uno de los lugares más típicos de la ciudad, el Bryggen (embarcadero en noruego), para contemplar los edificios de madera parcialmente construidos sobre el río Nidelva, que fueron antiguos almacenes, hoy restaurados y convertidos en viviendas.

Estando en Trondheim no podíamos dejar de visitar su principal monumento, la Catedral de Nidaros. Se trata de la catedral gótica más boreal y la segunda iglesia más grande de los países nórdicos, después de la catedral de Upsala en Suecia. El edificio original fue construido entre los siglos XI y XIV. El viaje continúa.

INFO: Hurtigruten (http://www.hurtigrutenspain.com/) realiza a diario la travesía entre los puertos de Bergen y Kirkenes. Se puede contratar para la ida (lo más habitual), ida y vuelta o por tramos, ya que realiza más de 30 escalas, dando gran flexivilidad al viaje por los fiordos noruegos.

Día de viento en Ereaga

Hoy ha amanecido un día con mucho viento sur, pero a media mañana ha cambiado a oeste, soplando con fuerza y dejando un cielo espectacular. Sacada desde el muelle de Arriluze, en la imagen podemos ver como el cielo cubre la torre de control del puerto de Santurtzi, en el momento en el que pasa junto a ella el barco de Aduanas.

Desde el muelle de Arriluze era un espectáculo contemplar este impresionante cielo y los tonos que tomaba la mar, teniendo como telón de fondo la zona de La Galea, Algorta y el Puerto Viejo.

GRAN CANARIA: Del mar a la montaña

En febrero realicé mi undécimo viaje a Canarias. He estado en las siete islas principales, en Graciosa y el islote de Lobos, repitiendo viaje a varias de ellas. Con Gran Canaria tenía una asignatura pendiente, pues en mi anterior viaje la niebla y la lluvia se adueñaron del centro de la isla la semana que estuve. En esta ocasión, el de más larga duración, los diez días han sido radiantes, aunque uno de ellos estuvo un poco nublado. De esta forma he podido recorrer casi 1.000 km por las carreteras de la isla.

No soy de playa, así que en ninguno de mis viajes he ido a tomar el sol a ninguna de las playas de las islas que he visitado. Para playa, ya tengo Ereaga al lado de casa y tampoco la utilizo. Si que he caminado por varios de los paseos marítimos, pareciéndome el mejor el que une la charca de Maspalomas y la playa de Meloneras, pasando por el faro de Maspalomas. Puesto a recomendar una playa me quedaría con la de Amadores, más tranquila y recogida que las de Playa del Inglés o Maspalomas, que varios días tuvieron bandera roja o amarilla, además de fuerte oleaje. Desde Amadores puedes realizar un agradable paseo costero hasta Puerto Rico.

Puesto a escoger me quedo con el centro de la isla, la zona de montaña en la que se encuentran los pueblos más hermosos y un lugar tan emblemático como el Roque Nublo, siempre abarrotado de gente. Desde La Goleta hay que caminar 1,5 km, según los paneles, pero que se hacen mucho más largos para llegar a la base del Roque. Lo malo es que la estrecha carretera que sube desde Maspalomas, pasando por San Bartolomé de Tirajana, está llena de ciclistas. Como hay muchísimas curvas tienes que ir bastantes tramos al paso de ellos, hasta que puedes adelantar, soportando como otros ciclistas kamikazes te pasan. Bajando da miedo ver los adelantamientos que realizan. Otros lugares de montaña que me gustaron son Los Azulejos, montaña de colores, en Mogán y el Barranco de Guayadeque, entre Agüimes e Ingenio, lugar preferido por muchos isleños que acuden a comer en restaurantes instalados en cuevas de la zona.

De los pueblos visitados me quedo con tres: Agüimes, el más cuidado de todos pues tiene hasta las fachadas de los bares decoradas, Teror, con sus balconadas y Arucas, con su inmensa iglesia de San Juan Bautista, conocida como la Catedral. También merece la pena visitar Agaete, con su Puerto de las Nieves y la Necrópolis de Maipés. Muy cerca de Gáldar se encuentra el curioso Cenobio Valerón.

Bastantes municipios están plagados de esculturas urbanas, que encontramos al recorrerlos. Hubo dos que fuimos a verlas expresamente, el Atlante de Las Palmas, al que llegamos tras caminar 1,5 km por un paseo marítimo desde el Auditorio Alfredo Kraus y el Neptuno de Telde, ubicado en la playa Melenara.

Uno de los días nos desplazamos a la capital, Las Palmas, recorriendo ante todo el barrio de Vegueta, el núcleo fundacional de la ciudad. De lo allí visto me quedo con la monumental Casa de Colón. También destacan la Catedral y las Casas Consistoriales. Eso si, lo primero que hicimos, como acostumbro a hacer en los lugares que visito, es adentrarnos en el mercado. Luego nos desplazamos hasta el Auditorio Alfredo Kraus, situado en un extremo de la playa de las Canteras.

Para concluir, la imagen que más me ha gustado de la isla. Está sacada desde la Cruz de Tejeda, cerca del Parador de Turismo, destacando la mole del Roque Bentaiga.

INFO: La forma más cómoda para llegar a la isla es con la compañía Vueling, pues enlaza a diario los aeropuertos de Bilbao y Gran Canaria en 3 horas. Para alojaros os recomiendo la zona de Playa del Inglés-Maspalomas.

El Carnaval de Guadalupe

La caribeña y francesa isla de Guadalupe (Guadeloupe) está llena de encantos, resaltando sus fantásticas playas y su generosa naturaleza, en forma de montañas, bosques y cascadas. He estado en esta isla dos veces pero, dado las fechas en las que nos encontrarnos, en esta ocasión me voy a centrar en su vistoso Carnaval. Lástima que esta isla esté tan lejos.

Creado por iniciativa de los colonos europeos en el siglo XVII, el Carnaval de Guadalupe es una de las principales fiestas de las Antillas. Las fiestas duran dos meses y dicen que la más importante se celebra en la pequeña localidad de Basse-Terre, la capital de la isla, pero, una vez estudiado el programa, optamos por acudir el domingo de Carnaval a su principal ciudad, Pointe-à-Pitre.

La isla de Guadalupe se paraliza durante el Carnaval y, como pude comprobar (se averiaron los ascensores del hotel), los servicios languidecen. El Jueves de Carnaval es festivo y hacen puente hasta el domingo, día en el que todos los autobuses son gratuitos, poniendo servicios especiales a las zonas hoteleras. Por ello optamos por no utilizar el coche, decisión acertada pues todo el centro de la ciudad estaba cerrado al tráfico. El desfile dura unas 8 horas y acuden multitud de personas, tanto a participar como de espectadores, así que van preparados con sillas e incluso mesas para comer. Nosotros estuvimos un par de horas bajo un sol de justicia.

El desfile del domingo se llama «Dimanche Gras» y comienza con los patrocinadores y el vehículo que ocupan Miss Carnaval y la dama de honor. Intercalándose entre las peñas carnavaleras se integran grupos de animación musical.

Los tambores no pueden faltar en los desfiles de Carnaval de Guadalupe. Dicen que el objetivo de la percusión es ahuyentar a los malos espíritus. Además, el “gwoka” es una expresión cultural que combina los cantos en criollo guadalupeño, las danzas y los sones de tambores llamados “ka”. Por ello está declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO.

Los más pequeños también participan de forma activa el desfile de Pointe-à-Pitre. Muchos van disfrazados y maquillados como adultos, desfilando orgullosos y con gran bullicio ante miles de espectadores. Mañana volverá a ser el día grande en la caribeña isla de Guadalupe.

INFO:

Desde Bilbao la mejor forma de llegar es volar con Air France, vía Paris, pero hay que cambiar de aeropuerto, pues los vuelos a Pointe-à-Pitre salen de Orly. Para este vuelo, el autobús que une De Gaulle y Orly es gratuito, pero necesitas un bono que te tiene que proporcionar la compañía aérea. La primera vez perdí mucho tiempo buscando en De Gaulle el lugar en el que lo entregan, así que en el segundo viaje lo peleé y lo conseguí en Loiu.

Aeropuerto de Bilbao

EREAGA: La nevada de hace un año

A veces la memoria es frágil y no recordamos lo que sucedió hace tan solo un año, máxime con el veranillo que estamos teniendo. Yo lo tengo todavía fresco en la memoria y os lo recuerdo.

Había visto en otra ocasión la playa de Ereaga con nieve, pero como lo sucedido el 28 de febrero de 2018, no lo había visto jamás. De hecho no me atreví a llevar el coche desde Leioa, ya que amaneció todo blanco y, sobre las 8 de la mañana, descargó una buena tormenta que dejó mucha más nieve todavía.

Cuando llegamos caminando a través de Artatza y Neguri, la mayoría de los bares y los servicios estaban cerrados, porque los trabajadores no habían conseguido llegar. El espectáculo fue corto, pues a media mañana salió el sol y a mediodía no quedaba nada de nieve. Dejo tres fotos de ese día para el recuerdo.

ADELAIDA, puerta de entrada en Australia

Con 1.300.000 habitantes, Adelaida (Adelaide) es la capital y la ciudad más poblada del estado de Australia Meridional. Esta ciudad no suele entrar en los circuitos turísticos, pero la elegimos por dos motivos, por su ubicación, ideal para visitar Kangaroo island e iniciar la Great Ocean Road hasta Melbourne y porque una de las mejores compañías aéreas del mundo, Emirates, ofrece una buena tarifa y una excelente conexión desde Madrid, vía Dubai, tan rápida que en poco más de una hora hay que cambiar de avión y volver a pasar el control de seguridad. Para entrar en Australia es necesario un visado gratuito, que se obtiene a través de la web de la Embajada y luego no hay que presentar en ningún sitio.

Aeropuerto de Dubai

El centro de Adelaida resulta muy acogedor, con unas cuantas calles comerciales, como la peatonal Rundle mall, que cuenta también con varios bares y restaurantes y diferentes esculturas, destacando el grupo escultórico de bronce formado por cuatro cerdos.

Como estamos todavía con el jet lag, optamos por pasar la mañana en un sitio acogedor y tranquilo, el Linear Park, amplio espacio verde, en el que hay varios bares y restaurantes. A él se asoma el Adelaide Convention Centre, formado por varios edificios modernistas.

Adelaide Convention Centre

A orillas del citado parque se encuentra el Adelaida Oval, considerado por mucho tiempo el estadio de cricket más bello del mundo. En él se celebró la Copa del Mundo de 2015. Notables artistas han utilizado el estadio como sede para sus conciertos en Australia.

Por medio del Linear Park discurre el Torrens river. Se puede dar un relajante paseo por las orillas del pequeño río, disfrutando de una gran variedad de aves: cormoranes, pelícanos, fochas y patos.

No podemos abandonar Adelaida sin acercarnos a su mercado central (Central Market). En él podremos comprobar la gran variedad de frutas, verduras y vinos que hay en el país e ir haciéndonos idea de que en Australia los precios no son nada baratos. Un dólar australiano equivale a 0,63 euros.

De Leioa al mundo

En el Franz Jose Glacier (Nueva Zelanda)

Hola. Mi nombre es Antonio Ortega. He nacido en Bilbao, pero vivo en Leioa. Tras haber publicado más de mil páginas sobre viajes en DEIA, haber colaborado en más de mil programas en Radio Euskadi y haber sido durante 35 años director de la revista Pyrenaica, inicio esta nueva singladura, en la que espero daros a conocer el mundo desde el km 0, las localidades máscercanas a mi lugar de residencia. He estado en 109 países, en algunos de ellos varias veces, pero también he recorrido los 112 municipios de Bizkaia y todas las provincias y departamentos de España, Francia y Portugal. Mi concepto del viaje es muy amplio.

Le he llamado así al blog porque en él os informaré, casi en directo, de cuanto suceda en la playa de Ereaga y su entorno, ya que es mi campo de entrenamiento. Siempre que estoy aquí suelo realizar la «ruta del colesterol», caminando hasta el Puerto Viejo para desayunar un buen pintxo de tortilla. No voy nunca a la playa, pero caminar junto al mar me relaja mucho y me permite admirar un paisaje que cambia con mucha frecuencia, pues a veces hay olas, otras se divisa la llegada del temporal o aparece la playa helada como en la imagen.

En Ereaga y su entorno se realizan muchas actividades deportivas, culturales y festivas: surf, volleyball, GetxoPhoto, conciertos, fiestas de San Ignacio y del Puerto Viejo. También acuden muchos cruceros, como Asuka II, barco japonés que, realizando la vuelta al mundo, nos visitó el pasado año.

En 2018 he estado más de 80 días fuera de Euskal Herria, 32 de ellos en Australia y Nueva Zelanda, siendo el punto más lejano que nunca había alcanzado, como podéis ver en ersta imagen tomada en Christchurch (Nueva Zelanda.

También he pasado dos semanas en varias islas del Caribe, nueve días en Rumania y el resto repartido entre Tarragona, La Rioja, Norte de Palencia, las lagunas de Neila y Galicia (en la imagen A Lanzada).

Todavía no os he comentado que todos los viajes me los preparo yo y los realizo con mi esposa, lo que nos da mucha independencia. Además disfruto mucho preparándolos. En algunos de ellos viene también una pareja de amigos. El blog va a ser muy visual, pues tengo infinidad de fotos que, en Google Maps han superado ya los dos millones de visualizaciones, como la de este cormorán secándose en Arriluze.

Si tuviera que resaltar algo de los viajes realizados el año pasado, me quedaría con esta imagen, el fiordo de Milford Sound, en la isla sur de Nueva Zelanda. Es un lugar en el que llueve muchísimo, pero el pasado
18 de octubre nos tocó la lotería, pues amaneció con lluvia y niebla, pero al llegar al fiordo quedó un día espectacular, que ni de encargo.

Espero que os guste.