Viaje por el sur de Francia: Midi Pyrénées (1)

He estado unas cuantas veces en esta región francesa, pero casi siempre en escapadas cortas teniendo como centro Toulouse, Albi, Millau, Rocamadour, Auch o Tarbes. En esta ocasión, como tenía que gastar las vacaciones, me animé a realizar un viaje de dos semanas recorriendo buena parte de esta variada región. Eso sí, cometí un fallo, viajar en agosto, pues pasamos mucho calor. La primera etapa fue la más larga, 452 km desde Leioa. Nos quedamos en Toulouse, ciudad que ya conocíamos, así que supuso realmente el punto de partida del viaje. En esta ocasión nos limitamos a recorrer la Place Capitole, donde se encuentra el Ayuntamiento y visitar sus dos principales templos, la basílica de Saint-Sernin y el convento de los Jacobinos.

De Toulose nos dirigimos a Millau, realizando cuatro paradas por el camino, la primera de ellas en Ambialet, pequeña población situada en uno de los meandros del río Tarn, a cuyo departamento pertenece. Su emplazamiento es precioso, presumiendo de estar construida sobre el istmo más pequeño de Europa. Llevamos 100 km. Pasamos al departamento de Aveyron y 25 km después nos volvemos a detener en Brousse-le-Château, pueblo con un rico patrimonio medieval, destacando la iglesia de Saint Cirice y el castillo, construido entre los siglos XIII y XVIII. Está clasificado como uno de “les plus beaux villages de France”. En este viaje veremos unos cuantos de “los pueblos más bellos de Francia”. Abandonamos este pueblo y poco después, en un alto, vemos un taller en el que elaboran diferentes figuras, sobre todo animales, con materiales reciclados. 35 km más tarde nos volvemos a detener en Saint-Rome-de-Tarn, pueblo que fue fortificado en el siglo XI, conservando restos de la muralla y de sus puertas de acceso. Concluimos la jornada en Millau. La etapa de hoy ha sido de 179 km.

Hemos elegido el Millau Hotel Club para pasar las tres próximas noches. Tiene un buen precio y cuenta con piscina, algo de agradecer con el calor que hace. Desde Millau visitaremos los alrededores, dedicando las tardes para recorrer esta población y acercarnos al viaducto de Millau, espectacular obra de ingeniería diseñada por Norman Foster, construida entre 2001 y 2005. Es el viaducto más alto del mundo, al discurrir a 245 metros del suelo, teniendo su pilar más alto 336 metros desde su base hasta la punta. La longitud total del viaducto es de 2.460 metros. De Millau me quedo con el río Tarn y su entorno, el Puente Viejo y el Molino, pero también con la torre de la iglesia de Notre Dame de l’Espinasse y el Campanario (Beffroi). Como es habitual, también nos acercamos al mercado. Millau es una ciudad agradable y tranquila.

De Millau nos acercamos al pequeño pueblo de Peyre, distante poco más de 7 km, construido sobre un escarpe rocoso, por lo que cuenta con casas trogloditas, así como su iglesia fortificada. Desde este pueblo, catalogado como uno de los más bellos de Francia, se tiene una magnífica vista del viaducto de Millau. La siguiente cita la tenemos en Roquefort-sur-Soulzon, pueblo que da nombre al famoso queso Roquefort, elaborado en las cuevas cercanas. Por segunda vez visitamos la fábrica de la Société, aprovechando para comprar queso. Me encanta. Llevamos 78 km de viaje cuando nos detenemos en La Couvertoirade, otro de los pueblos más bellos de Francia, que me ha encantado principalmente por su espectacular recinto amurallado, el castillo y la iglesia de Saint-Christol. Aprovechamos para comer en este agradable lugar.

La tarde la dedicamos a recorrer las Gorges de la Dourbie, hermosas gargantas en las que se encuentran pequeños pueblos como el de Cantobre, construido en el sitio de un castillo del siglo XII. En la actualidad el edificio más relevante es la iglesia de Saint-Etienne. Seguimos recorriendo las gargantas y realizamos la última parada del día en otro pequeño pueblo, La Roque-Sainte-Marguerite, que cuenta con un castillo y una pequeña iglesia. Lo mejor de estos pueblos es su emplazamiento. Finalmente regresamos a Millau, tras haber recorrido 128 km.

Unos de los motivos de alojarnos en Millau es porque estamos a solo 19 km de un lugar que nos encantó en un anterior viaje y al que hemos vuelto, Montpellier-le-Vieux. El agua y el viento han esculpido en la piedra gris del Causse Noir una fantástica ciudad, el Parc du Chaos de Montpellier-le-Vieux, “la Ciudad de las Piedras”, un parque del estilo de la Ciudad Encantada de Cuenca, en la que la erosión ha dado curiosas formas a la piedra. Existen 6 senderos marcados. Recomiendo efectuar el llamado Le Belvédère (hora y media), que conduce a la roca más famosa del parque, la “Porte de Mycènes”. Hay opción de regresar en un pequeño tren, reduciendo a la mitad el recorrido. El precio de la entrada es de 7 €, existiendo una entrada combinada con l’Aven Armand (17 €), que visitaremos a continuación. Más información en www.lacitedepierres.com.

Continuamos el viaje durante unos kilómetros por las gargantas de la Jonte rumbo a la cueva de l’Aven-Armand, que desde el año 2011 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En funicular descendemos a cien metros de profundidad para contemplar el bosque de estalagmitas. La sala principal tiene 110 metros de largo, 60 de ancho y una altura media de 45 metros, albergando más de 400 estalagmitas. La más grande tiene 30 metros de altura, por lo que está considerada como la mayor del mundo. Accedemos después a las preciosas gargantas del Tarn. Circulamos bordeando meandros y disfrutando de espectaculares vistas y algunas edificaciones como el castillo de La Caze, de estilo renacentista del siglo XV, o el pequeño pueblo de Hauterives, de donde parten excursiones en piragua. La excursión de hoy ha sido de unos 130 km.

Quinto día de viaje. Hoy tenemos tan solo 67 km para llegar a la capital del departamento de Aveyron, Rodez, en la que pasaremos dos noches, así que disponemos de casi todo el día para recorrer esta ciudad de unos 24.000 habitantes, en la que su principal monumento es la Catedral de Notre Dame, obra maestra del gótico, construida entre los siglos XIII al XVI. Al su lado está el Palacio Episcopal, de finales del siglo XVII. Alrededor de la Catedral se encuentra el casco antiguo, que cuenta con notables edificios como la iglesia de Saint Amans, la Tour de Corbières, la Tour de Maje o la Maison d’Armagnac. El viaje continúa.

2 comentarios en «Viaje por el sur de Francia: Midi Pyrénées (1)»

  1. La verdad que repasando tus correos,creo que me había saltado éste.Siempre me gusta dar una vueltita para que no se me pase ninguno.Como te he comentado en la segunda parte, que fue similar en esta primera no. Sí es cierto que empezamos en Toulouse,pero fue muy diferente y me quedé con las ganas entre otras cosas de ver el viaducto de Mullau,todo no puede ser, menos mal que a través de tí, recuerdo muchas cosas.Un besote.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *