Quiero empezar el comentario dando la enhorabuena a la actual Junta Directiva del Athletic por su triunfo incontestable en las dos votaciones (tanto la gestión y las cuentas del 2012 como el presupuesto del 2013 han sido aprobadas por una mayoría absoluta). Y la enhorabuena no es sólo por los votos recibidos sino por el traer antes los socios unas cuentas y presupuestos ajustados, prudentes y creo también transparentes. Aunque de nuevo sea una venta de un jugador la que nos haya permitido estar más holgados, reducir la deuda, y seguir con las aportaciones a San Mamés Barria sin que nos apriete el cuello.
De entre los de la Junta que participaron debo destacar al contador Alberto Uribe-Echevarria que estuvo claro y directo, e incluso haciéndonos comprender cosas a los no entendidos en el tema económico. Así mismo he de agradecerle su sinceridad cuando un socio comentó lo saneado y bien que estaba el club, que él le contestó que los peligros o posibles amenazas que pueden acechar a la economía de nuestro equipo, si se pusiesen en una lista, ésta sería enorme. Gracias por la sinceridad. Estamos bien comparativamente, pero cuidado a ver qué pasa en adelante.
Y tras esta pasada de manos por la espalda para darles la enhorabuena, algo que comentaron les gusta oír, también quiero criticar hoy una cosa que no me gustó. (Otro día criticaré más)
El primer compromisario que salió a hablar (Fernando San Martín), consiguió una respuesta que no fue nada afortunada por parte de Javier Aldazabal. Si bien estoy de acuerdo con Aldazabal en que Fernando no estuvo muy atinado en la forma en la que se refirió a los compromisarios, lo que no acepto fue el resto de la respuesta que le dio. Me explico. Le dijo al compromisario que le permitió seguir hablando sobre el tema LLorente por educación, que no le cortó el comentario a pesar de que no era de lo que había que hablar, porque sólo se debía hablar de las cuentas y el presupuesto. Error. Y error claro y desde mi punto de vista grave por venir de un directivo. Los compromisarios podían hablar sobre lo que competía al primer y al segundo punto del orden del día y aunque a los integrantes de la Junta Directiva se les olvide con una facilidad pasmosa, en el primer punto del día se tratan, no sólo las cuentas del año 2012, sino también la gestión. Es decir, el tema LLorente es un tema claro de gestión (añadiría yo también de gestión horrorosa). E incluso, es un tema de cuentas, porque el hecho de no venderlo hizo que el Club perdiera un dinero claro, que se podía haber ingresado. Por tanto, ni el contenido, y menos el tono de Aldazabal fueron los correctos. Una segunda vez que el mismo compromisario salió a plantear más temas y a pedir explicaciones por la respuesta, Javier pidió disculpas pero se reiteró en que según los estatutos el moderador puede cortar una intervención de un compromisario si no viene al caso. Pues ahora, soy yo la que le responde al secretario diciéndole que siga leyendo los estatutos, en los cuales pone que los compromisarios debatirán los puntos que se indiquen en el orden del día. Por tanto, como Fernando San Martín hablaba tanto de gestión como de cuentas, ese tema de LLorente venía al caso, y muy al caso, diría yo.
De todas formas este problema viene de antiguo y desde mi punto de vista surge de lo que considero un error importante, y que es el unir en un sólo punto del orden del día dos cosas tan distintas como la gestión y las cuentas. De hecho en los estatutos que están vigentes a día de hoy, la gestión y las cuentas vienen en dos puntos distintos. El que dichos temas se separen es algo que ya solicité en una anterior asamblea en época de García Macua. Solicitud que también hicieron otros compromisarios. Son dos cosas distintas y se deberían tratar por separado. Pero, desde que se unieron por la decisión arbitraria de una Junta, las demás lo han tomado como propio y así sigue, repito, a pesar de las continuas peticiones por parte de compromisarios para que ello no sea así. De hecho, la última vez que se ha pedido, ha sido por medio de una carta remitida al Club con fecha de agosto de este año y firmada por 18 socios, todos compromisarios. Para acabar, ahí van mis preguntas: ¿Por qué no interesa separarlos? ¿Será que no gusta que se hable de la gestión? No lo entiendo.