Ya estuvimos en la calle contra el fascismo

Muchos vascos ya nos hemos manifestado contra el fascismo. Lo hacíamos cuando ETA pegaba un tiro en la nuca al que pensaba diferente a los terroristas y quienes les justificaban. Eso también es fascismo. De libro, para más señas. Y uno es antifascista en todo momento, en todo lugar y contra los fascistas de allí y de aquí. Lo demás es postureo. Un postureo que cansa y cabrea. En el vídeo en el que Otegi llama a manifestarse contra Vox se les ve a Matute y Urizar. Ellos ya se manifestaron contra el fascismo de ETA y podrían explicárselo a Otegi. Pero aparecer en los vídeos también tiene un precio.

Esto es fascismo

Espero que en la manifestación contra el fascismo que planea Otegi haya una expresión directa y sin matices de rechazo a la agresión fascista en Gasteiz que conocimos ayer: un estudiante de la UPV/EHU fue agredido por defender la unidad de España. Ese o esa joven tiene todo el derecho a hacerlo, el mismo que yo a rebatirle e intentar explicarle los beneficios de las haciendas territoriales y el autogobierno. Y ambos tenemos todo el derecho del mundo a seguir opinando distinto en Euskadi después de nuestro intercambio de ideas. Todo lo demás es fascismo.

Percival Manglano por fin acierta

Hay dos maneras de leer este tuit del concejal del PP en el ayuntamiento de Madrid: “Lo del Ku Klux Klan es una vergüenza. Lo de Bildu apoyando la investidura de Snchz es normalidad democrática”. Podemos leerlo en serio y podría parecernos bien. Y podemos leerlo como si Percival Manglano, famoso por hacer el ridículo en Twitter, hubiera querido ser irónico. Entonces, estaríamos hablando de algo grave porque el del PP estaría intentando legitimar al Ku Kux Klan y, al mismo tiempo, deslegitimar una decisión política absolutamente democrática.

Zorionak a Ada Hegerberg

Se llama Ada Hegerberg, juega de delantera en el Olympique de Lyon y es el primer Balón de Oro del fútbol femenino. Por desgracia lo que conocemos de ella es que sufrió, una vez más, discriminación: cuando recogió su premio a mejor futbolista del año un imbécil llamado Martin Solveig, conductor de la gala, le preguntó si podía hacer “twerking” o “perrear”. Hegerberg decidió abandonar el escenario indignada. Antes de ese vergonzoso momento lanzó otro mensaje a las niñas de todo el mundo: que si creen en sí mismas serán capaces de hacer lo que quieran. Me quedo con eso.

Berasategui y Atxa reinan en TripAdvisor

El Martin Berasategi de Lasarte es el segundo mejor restaurante del mundo según TripAdvisor, que se basa en las opiniones de los usuarios (en función de su relevancia en este portal) para establecer su ranking anual mundial. En el puesto 19 aparece el Azurmendi de Eneko Atxa. En total son 25 los restaurantes que se colocan en esta lista que lidera Au Cocodrile, en Estrasburgo, y que ubica en el tercer lugar del podio a El Celler de Can Roca, en Girona. En este ranking Euskadi vuelve a demostrar que nuestro pequeño país recoge un talento gastronómico extraordinario.

Aupa Athletic!

La situación del Athletic es jodidísima. Estamos para un 4-4-2, presión, contragolpe y vuelta a empezar, haya gol o no. Estamos para hacer lo que sabemos hacer sin titubeos ni regates. Este equipo ha llegado a finales y ha jugado en Europa casi todos los años de la era Urrutia: solo le pedimos que se recupere y la temporada que viene, ya veremos. La jugadora Nekane Díez reclamaba en Twitter que entre todos apretemos las filas, y no se me ocurre un mensaje mejor. Lo lanza quien se golpea contra el césped las veces que haga falta por nuestros colores. Yo estoy en ese barco.

No es solo un gesto

Estoy de acuerdo con Francesc-Marc Álvaro en que la huelga de hambre que están llevando a cabo los independentistas catalanes presos por sus ideas políticas (porque los delitos parece que los inventen sobre la marcha) debería de alterarlo todo. Pero no en que es un gesto: el modo de protesta pacífica que han emprendido Sànchez, Turull, Forn y Rull es el más extremo que existe y tiene que mover a la acción, para empezar, de los suyos. Todas las acciones políticas posibles, sin excepción, tienen que estar sobre la mesa para ser estudiadas e intentadas con urgencia.

Esto, tampoco

Según la BBC, “David Duke es el rostro más conocido del grupo racista más famoso de Estados Unidos: el Ku Klux Klan”, y acaba de felicitar en Twitter a Vox por sus resultados en las elecciones del pasado domingo. Lo hace, además, asimilando y traduciendo al inglés el argumentario de los de Abascal, como si alguien cercano se lo hubiera pasado: abajo el régimen socialista y la reconquista empieza en Andalucía. Duke hace solo unas semanas también felicitaba a Jair Bolsonaro. Lo que me sorprende, sinceramente, es que un tipo así pueda estar en Twitter.

Aviso a la izquierda

Los buenos resultados de Vox no son una buena noticia para Podemos. Primero, por lo mismo por lo que no son una buena noticia para nadie. Después, porque cuando los extremos crecen la ciudadanía recurre al centro, y de ese espacio han huido los de Pablo Iglesias. Así que a la izquierda más le valdría hacer autocrítica por la situación general en la que se encuentra ahora… Y por la suma de las particulares: “Por cierto, Podemos pierde la mayoría de sus votos allá donde gobierna: en Cádiz”, tuiteaba Ícaro Moyano poniendo, como siempre, el acento donde toca.

Sigue siendo “la gente”

Mi admirado Antonio Agredano también ha bajado al barro político después del 2-D andaluz para recordarnos que “la gente no vota mal. La gente vota lo que quiere votar. Si no te votan a ti, el problema es tuyo, no de la gente. Sólo echándole un poquito de ‘milagrito’ a la soberbia se puede construir una alternativa política de calidad. A las elecciones se va llorado de casa”. Entre los 400.000 votantes de Vox, por supuesto, habrá ultraderechistas, pero también votantes de otras opciones, incluso de Podemos que siguen indignados y sin respuesta. Los votantes son sagrados.

No entendéis nada, Ramón

Si Ramón Espinar piensa en serio que PP, Ciudadanos y Vox son los partidos de “los ricos” es evidente que no tiene ni idea de su negocio: la política. Si sabe que miente y, aun así, mantiene el tuit, nos toma por tontos. Es Podemos precisamente el partido de las clases altas, de los altos funcionarios y, como el propio Espinar, de los hijos del establishment. Se pongan como se pongan. Y quien crea como dice Espinar que a Abascal, Rivera y Casado solo les votan los señoritos andaluces se está engañando porque quiere. Pero la actualidad no está para ponerse vendas, precisamente.

Al contrario

Javier Domínguez acertaba con el inicio de su desglose de los resultados en Andalucía por municipios: “El Ejido como ejemplo, como síntoma, como indicador y como explicación”. En este pueblo, famoso por su industria agrícola y la difícil integración de la mano de obra inmigrante, ha ganado Vox al PP, el tercer partido ha sido Ciudadanos, después el PSOE y, finalmente, Podemos Andalucía (con su sopa de siglas). Al final, la ultraderecha ha vencido incluso donde saben que es imposible subsistir sin la inmigración. El bulo ha ganado al pensamiento y eso es peligrosísimo.

“Superficialidades tuiteras”

No lo digo yo, lo dice Nacho Carretero, pero me hubiera encantado sintetizarlo tan bien: “La culpa la tiene una izquierda ocupada en invertir sus energías y discursos en superficialidades tuiteras mientras unos fascistas nacionalistas llenaban de miedo y banderas a obreros que no llegan a fin de mes”. Ante la irrupción de la extrema derecha y la pérdida de relevancia de la izquierda, estos días los representantes de esta última opción se pondrán estupendos y mostrarán una indignación monumental en Twitter, pero la realidad les ha pasado por encima y siguen sin darse cuenta.

Un ejemplo

Desde que Podemos e IU anunciaron su unión en la famosa “foto de los botellines” con Pablo Iglesias y Alberto Garzón brindando con dos San Miguel en el centro de Madrid (dos hombres, ningún guiño a la periferia, lo típico de la vieja política), los resultados electorales les han dado la espalda. ¿Es por la unión o es porque Podemos nació tocando techo? Sobre todo es porque, pasada la efervescencia, ni los protagonistas del pacto ni sus equipos han sabido leer el momento político. El cartel de Teresa Rodríguez a lo Juego de Tronos no es una anécdota: es el ejemplo de que a la nada le sigue la nada.

¿Podemos permitirnos una banalidad?

Ante este panorama Tania Sánchez presentaba la nueva cuenta en Instagram de Manuela Carmena con este comentario en Twitter: “Igual esta es hoy la única buena noticia de la noche”. ¿Podemos permitirnos una banalidad así? No sé la respuesta, pero sí el hecho: la alcaldesa de Madrid se suma a la red social de moda con una foto de sí misma haciendo madalenas en su casa. ¿Era lo que tocaba? ¿La campaña en Madrid va por otro carril y por eso no importa esta coincidencia de “noticias”? ¿O la izquierda, definitivamente, ya no sabe lo que es relevante?

Ya no hay velo

El modo en el que el digital de Pedro J. Ramírez trata la reclamación de una mujer que asegura que Juan Carlos I es su padre biológico, demuestra que en España se ha rasgado el velo sobre su monarquía. Una buena noticia. Pero me da la impresión de que se ha pasado con demasiada velocidad de las noticias cortesanas a las anécdotas frikis: eso es lo que parecen, al final, María y el resto de personas que han intentado abrir camino judicial hacia una prueba de ADN de Juan Carlos I que les resolvería si algunos recuerdos de la infancia corresponden a una paternidad.

Los círculos, para la foto

Los círculos de Podemos son ya parte de la historia política de España: su existencia fue breve, intensa y muy fotografiada. Pero la realidad avanza tozuda y Podemos es hoy un partido con más estándares tradicionales, incluso, que los partidos más tradicionales. Si en Aragón deciden que Pablo Echenique no les representa, Iglesias muestra su intención de reconvertirlo en diputado por esta comunidad para que siga al frente del partido en Madrid. Decisiones de “arriba” sin contar con los de “abajo”, recolocaciones y reconversiones; fotos y cuneros, la España política de toda la vida.

La lotería de Vox

En el momento en el que escribo esta columna desconozco el resultado de las elecciones andaluzas y si la ultraderecha comienza su camino parlamentario en España o no. Pero el que sí ha iniciado es el judicial: este fin de semana leíamos en Vozpópuli que un afiliado a Vox en Cáceres ha denunciado al partido porque no había comprado el número de lotería de Navidad de 2015 cuyas participaciones sí había vendido. La buena (o mala) suerte quiso que a ese número le cayera una pedrea que nadie cobró. Los de Abascal aseguran que se trató de un error humano del lotero.

La utopía del autónomo

No me quejo de ser autónomo, aunque soy plenamente consciente de que las diferencias respecto a los asalariados son tan insalvables como, en muchas ocasiones, incomprensibles. Lo que tampoco hago es fomentar los falsos mitos de los que se ríe Rocío, uno de mis últimos descubrimientos en Twitter: nunca hablo de emprendedores, ni de elegir tus jefes, ni de la libertad de horarios, calendarios y proyectos. Todas esas falsedades solo generan frustración y, estoy seguro, que nos salga todo más caro por la mayor presión fiscal que siempre se impone a los más “afortunados”.

No tenemos miles de amigos en Instagram

Ni en Instagram, ni en Facebook, ni en Twitter, ni mucho menos en Linkedin: Juan Ignacio Pérez Iglesias insistía recientemente en The Conversation en que la capacidad de relacionarnos con otros seres humanos se reduce a 150 personas que, sinceramente, ya me parecen muchas. Por supuesto, conocemos a muchas más, pero los círculos cercanos, los de confianza, los que generan un espacio de conocimiento y reconocimiento mutuo, son mucho más pequeños. Internet nos genera una falsa sensación de relaciones que, por otro lado, a veces genera oportunidades.

Las peores elecciones en Marinaleda

Andalucía vota hoy con algunas novedades: dos mujeres luchan en la izquierda por ser la que más fuerzas retiene, y tres hombres en la derecha han viajado a Andalucía como tres francotiradores para disparar sus mensajes y salir sin arrugarse el traje. En entornos más tradicionales, habrá que ver cómo resisten las grandes familias socialistas, cómo actúan los señoritos y qué pasa en Marinaleda, esa excepción comunista española. Su alcalde y líder no está en su mejor momento y el pueblo, uno de los más endeudados de la comunidad, podría empezar a buscar hoy su transición a la normalidad.

Así, no

La política es un trabajo que se hace remangado: tiene mucho más de laborioso que de artístico. Y a veces hay que mancharse, pero siempre tiene que ser lo mínimo posible: una campaña hecha con una sonrisa transmite optimismo y valores positivos, y demostrar pulcritud y excelencia, aunque se den por hechos, siempre suma. Al contrario, cuando las campañas cuentan con fuentes de descrédito y se hacen a cara de perro, puede que la novedad te dé votos, pero persistir te lleva al olvido. Así que el departamento de maldades de Ciudadanos es solo un síntoma negativo.

15.000 libros en “B”

Es la historia de un fracaso: todos los personajes y todos los capítulos se ven perjudicados por el fracaso. Más que una historia podría ser un tratado. Un tratado sobre el fracaso, claro: fracasa el libro sobre el ascenso de Rajoy hasta llegar a Moncloa, fracasa el sistema que permite a un partido político manejar decenas de miles de euros de “dinero negro” en España, y fracasan hoy Aznar, Rajoy y Bárcenas, aunque en 2004, momento en que el tesorero gastó 88.000 € para comprar 15.000 copias del libro sobre el que iba a ser sustituto de Aznar, estaban en la cumbre.

¿Es necesario?

Sigo sin encontrar sentido a que la RAE se ponga a definir tecnologías cambiantes ni, mucho menos, una red social que puede dejar obsoleta su descripción en la siguiente actualización. Pero lo hace. Más valioso me parece estar al tanto de lo que publican Javi Sánchez y otros redactores como él, acostumbrados a escribir para que leamos en una pantalla (que tiene más mérito del que parece), con olfato para los temas que más interesan a una generación informada y conocedores del famoso “código” que Internet ha modificado: hay modismos y retóricas nuevas que sí necesitan definición.

Un carné por puntos… Para la vida

No creo que la vida se pueda regular con puntos de buen ciudadano, ni mucho menos me parece oportuno que lo haga un estado según su enfoque. Imagínense lo mal calificados que podrían estar los nacionalistas catalanes cultos, educados y civilizados, y lo bien puntuados que podrían estar los “buenos españoles” que se manifiestan en defensa de lo que aún hoy es patrimonio nacional: la tumba de Franco. Pues en China pasa: hay cada vez más experimentos locales para poner en marcha finalmente un sistema por puntos que da y quita derechos y privilegios.