«Conclusión»

Para Rocío Monasterio que Iván Espinosa de los Monteros (también conocido como: su marido) no haya pagado aún a quien ejecutó la reforma de su casa pese a que una sentencia le obliga a ello es un “incumplimiento contractual” que parece que no puede ser confundido con “incumplir la ley”. Lo dice ella misma, no es de El Mundo Today. No solo eso: quienes pensamos que el diputado de Vox es un diputado condenado por un delito que dice mucho de él somos todos “sociatas” que no sabemos nada. Yo solo sé que mientras Vox siga moviendo este tema todo va bien para quienes estamos enfrente de los fascistas.

¿Sí pagan favores?

Ha quedado claro vía sentencia que un diputado de Vox no paga las obras de su chalet (que comparte con una parlamentaria en la Asamblea de Madrid) ni aunque un juez se lo requiera. Pero que Espinosa de los Monteros y Monasterio no paguen a esa España que madruga, de la que tanto hablan, no tiene que significar que Vox sea un partido mal pagador. Cojamos una noticia al azar: “Vox rechaza retirar a Putin la Llave de Oro que Madrid le concedió en 2006 (…) Javier Ortega Smith, ha justificado que no han apoyado la retirada del reconocimiento porque tenían dudas sobre si la Llave se concedió a Putin o al pueblo ruso” (El Huffington Post).

Son dos y «en solitario»

¿Mal pagador? ¿Prorruso? Lo que sin duda es Vox es el partido milagro: puede unirse al PP y, según El Independiente, gobernar “en solitario”. Lo cierto es que la misma capacidad para obrar lo imposible es atribuible al PP, que gobernaría “en solitario” pero con Vox, según una encuesta. De lo que me caben pocas dudas es de que el colaboracionismo se ha extendido por España como lo que es: un virus mortal, una enfermedad a erradicar. Hablar de Vox como de una opción legítima de gobierno es como hablar de la legitimidad de Putin para gobernar Rusia e invadir Ucrania. Y quien no lo vea así es el colaboracionista.

Mientras tanto, en el PP…

Nadie más interesado en que la imagen de Vox se ablande, aunque representantes suyos deban dinero a trabajadores y no paguen, aunque pongan excusas para no oponerse a Putin, aunque sean ese partido xenófobo y misógino que demuestran ser a cada paso, que Núñez Feijóo, que deja que la prensa colaboracionista haga lo suyo mientras él resuelve sus propios dilemas internos. Por ejemplo, qué hacer con Díaz Ayuso, la pepera que mejor hace frente a Vox porque adopta su discurso y posicionamientos con facilidad, pero que también es una quintacolumnista declarada y sobre la que ya habrían advertido al gallego, según Vozpópuli.

Y a la izquierda, lo rancio

Si la derecha española hoy solo se entiende como un bloque de nostálgicos del franquismo (y por lo tanto, necesariamente fachas), la izquierda española, o por lo menos una parte de ella, se empeña en representarse a sí misma con valores caducados: no es nuevo que Eneko Andueza es un taurino que defiende su condición a viva voz, pero no por eso deja de ser rancio. El tándem que montó con Carmen Calvo en defensa de una modernidad casposa y que recoge Abc es para poner en un marquito la página. Andueza y Calvo pueden ser taurinos, pero que defiendan que serlo es ser de izquierdas condiciona todo lo que digan o hayan dicho.

Lo que somos

Lo primero que hay que escribir sobre la agresión a un chaval en Bilbao por parte de otros dos es que ese vídeo y los datos de esos menores no pueden ser difundidos alegremente. Hacerlo no alivia la mala hostia que brota como aita o ama, y solo genera morbo además de un posible delito. Y lo importante es aceptar que se trata de nuestro fracaso, el de todas y todos, sí, porque eso ha sucedido en nuestras calles, y es nuestra responsabilidad que nuestros hijos no sean ni el agredido, ni el agresor, ni el que alienta, ni el que graba, ni el que lo difunde por las risas, ni el que se ríe. Esta espiral es tan dolorosa como larga, así que nos toca en algún punto.

¿A juicio?

Por fin leemos una buena noticia: “La justicia británica retira la inmunidad al Rey emérito y abre la puerta a ser juzgado” (República.com). Y quien no vea que lo es tiene un problema: el síndrome del cortesano, que no sé si se llama así pero que hemos visto en innumerables ocasiones ya. Juan Carlos I se libró del banquillo en España porque sus delitos prescribieron o fueron cometidos bajo el manto de la inviolabilidad, no porque no hubiera hechos y pruebas suficientes para juzgarlo. Si tenemos suerte, en el Reino Unido no funcionarán estas patrañas y, por lo menos, tendrá que defenderse por el acoso a Corinna Larsen.

¿Y en Euskadi?

En Motorpasión no se meten en charcos políticos pero explican claramente que la plataforma convocante del paro de transportes retomó su actividad hace solo unos meses después de haber cesado en 2010 y “por parte de personas fuera del ámbito de los fundadores de la asociación” interesadas en “hacer alguna acción utilizando el nombre de la Plataforma”. Esta plataforma “no cuenta con el respaldo del Comité Nacional del Transporte por Carretera, la gran patronal, ni tampoco lo han apoyado los sindicatos” en España. Pero sí los vascos, y ante ellos deberíamos de ser exigentes, prensa y ciudadanía, para pedir explicaciones.

Núñez Feijóo empieza fuerte

El PP de Núñez Feijóo se mantiene liberal, muy liberal, en lo económico, y aguerrido en lo populista: “De cada 100 € que echas de gasolina, 57 € se los lleva Sánchez. El Gobierno hace caja mientras los españoles cada día se empobrecen más”, tuiteaban hace solo un par de días, ya con el gallego tomando decisiones. ¿Este va a ser el nivel: confundir la recaudación de impuestos del Estado con el enriquecimiento personal del presidente del gobierno español, se llame como se llame? Y sí, uno puede ser un desinformado o un desalmado y estar en contra de los impuestos, pero lo que no puede ser un partido político es antisistema.

De postre, asesinatos selectivos

En la serie de comentarios que nos hemos visto obligados a iniciar sobre la invasión rusa hoy toca hablar del “double tap” y del asesinato selectivo. El “double tap” consiste en lanzar misiles sobre una zona y volver a hacerlo cuando acudan equipos de rescate, personal sanitario y periodistas. Es decir, en ser el master del universo en hijoputismo. Es la guerra, amigas y amigos. Pero parece que no es “Double tap” lo que ha hecho Rusia para cargarse a Oksana Baulina, una periodista rusa crítica con el Kremlin que trabajaba para una televisión letona, y cuyo coche recibió un único misilazo cuando fue a grabar en un centro comercial destruido.

Pero, ¿qué dices, Santiago?

Este tuit de Santiago Abascal solo hay una manera de agarrarlo: “Ni la guerra, ni la pandemia: el Pacto Verde firmado por populares y socialistas en toda Europa es la verdadera causa de la hiperinflación. La secta climática destruye nuestra capacidad productiva, nos hace dependientes de países inestables y hunde a clases medias y trabajadores”. La única manera de cogerlo es por las solapas, porque es difícil ser más irresponsable que el líder de Vox. Y sí, donde pongo “irresponsable” escribiría otras cosas que no puedo porque, aunque la mala uva me corroa por dentro, las y los lectores no deben ser quienes la reciban.

Si no es una será otra

La conflictividad laboral es un arte que en Vox hacen tan bien como en ELA: si el sindicato se ve obligado a desconvocar una huelga preventiva ante la ley vasca de Enseñanza porque solo la ve mal la propia ELA, el mismo Vox, Ciudadanos y el PP, automáticamente activan otra de tres días entre el personal de cocinas y limpieza en la enseñanza pública. Yo no nací ayer ni esta concatenación de convocatorias es una casualidad. Hace tiempo que los vascos no son sindicatos de clase porque no les importa fastidiar a trabajadores ni subir sueldos públicos altísimos que pagamos entre todos. Son sindicatos de target, de sus propios targets.

No sabe distinguir a un dictador

Seguimos con los que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino: algunos no distinguen un dictador de un presidente elegido pero dan lecciones en Twitter. No saben que detrás de las palabras “socialista” y “solidaridad” se esconden movimientos de extrema derecha en toda Europa pero llaman fascista a Zelenski. No son capaces de entender que el presidente ucraniano se ha visto obligado activar la ley marcial pero señalan a los demás como proconflicto mientras ellos son los pacifistas. No creen a las y los periodistas de todo el mundo sobre el terreno pero sí a la prensa rusa sostenida por el Kremlin que emite desde Moscú.

Claro que sí, Alberto

Algunos no se esconden en cuentas anónimas para dar credibilidad a lo que no se sostiene y lo hacen a cara descubierta. Por ejemplo, lo hace Alberto Núñez Feijóo: “No creo que han de tener más derechos los que tienen más, pero tampoco creo que se les deba señalar por haber trabajado más” (El Huffington Post). ¿”Por haber trabajado más”? ¿En serio? Como si las grandes fortunas españolas, salvo excepciones, no se hubieran transmitido por herencia, y algunas ligadas al franquismo. No creo que el elegido como presidente del PP no conozca el país que quiere gobernar, pero sí creo que empieza mal tomando por tonta a la ciudadanía.

Esto, también

La huelga del transporte está alentada por la extrema derecha: solo hay que ver el apoyo que reciben de políticos y partidarios de Vox. Eso es innegable. Tanto como que la gasolina y el gas han subido y el gobierno competente (el español) debe tomar medidas cuanto antes. Y es tan cierto como esto otro que tuitea Yeyo del Bote: “Es maravilloso leer a liberales quejarse por el precio de los productos”. En efecto, los liberales solo quieren libertad cuando baja inicialmente precios o les permite enriquecerse, y cuando el mercado se muestra tan salvaje como es piden que bajen los impuestos y el ejército intervenga porque a infantiles no les gana ni Abascal.

Que nadie se mueva…

Nadie quiso moverse el lunes en el PP, todas y todos estaban estáticos, fijados por la foto que se sacaban y tuiteaban, ipso facto, votando al nuevo líder, al aclamado Núñez Feijóo. ¿El 99,63% de los votos? Pues me parecen pocos, igual Pablo Casado voto en blanco, o nulo, haciéndolo a Homer Simpson o con una rodaja de chorizo en el sobre. Nadie sabe quién será la díscola o el díscolo que no ha permitido ese 100% redondo en el haber del nuevo presidente del PP, que lleva ejerciendo como tal desde que Vox entró en el gobierno castellano y leonés. El nuevo PP empieza a la búlgara, por el bien de todos, que no acabe a la madrileña.

Que ya lo hacen otros

Nadie se mueve en el PP porque todas y todos quieren ser inmortalizados votando correctamente a Núñez Feijóo, y porque los de los vaivenes tienen que ser los del PSOE. Miquel Roig, una vez más, clavaba su tuit: “El Gobierno dice que ha informado a Argelia de lo del Sáhara y Argelia responde que es mentira (ahora el Gobierno dice que ya tal). El Gobierno anuncia que ya ha llegado a un acuerdo con los transportistas y a los 20 minutos tres nuevas patronales se suman al paro. El Gobierno anuncia la semana pasada que limitará el precio de la luz a 180€ el MW. El Gobierno anuncia hoy que ya no se plantea limitar el precio de la luz”.

No es un pedazo de tierra, es su ciudadanía

Cuando Zelenski habla de no ceder territorio ante Rusia no se trata de un pedazo de tierra, que en sí mismo es importante, por cierto. Se trata de una parte de la ciudadanía ucraniana que quedará bajo el yugo de un país al que rechazó democráticamente en 1991. Eduardo Saldaña recuerda en Twitter el mapa de aquel referéndum, en el que hasta en las zonas más prorrusas los votos a favor de la independencia fueron el 80% o más. Cuando hablamos de países hablamos de las personas que los habitan, que nadie olvide esto al mostrarse a miles de kilómetos templado contra invasiones o belicoso contra el derecho a defenderse.

Y no es Meta, es Rusia

Finalmente, no ha sido necesario que Meta (la empresa propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp) tome la decisión de abandonar el país de Putin: “Un tribunal prohíbe Facebook e Instagram en Rusia por ‘extremismo’. Acusa a estas redes sociales de difundir informaciones sobre Ucrania que no coinciden con lo que Moscú considera oficialmente ‘verdad’ y por contribuir a la difusión de manifestaciones por la paz” (Xavier Colás, en Twitter). Es Rusia quien aísla mediáticamente a su población para intoxicarla, para manipular el aislamiento económico y moral que está sufriendo la dictadura rusa (a la que algunos aún siguen justificando).

Definitorio

Tiene razón Borja Barba cuando tuitea que esta noticia de Europa Press: “El Defensor del Pueblo recibe quejas de ciudadanos que han invertido en ‘criptos’ y ‘han perdido todo’”, es un rasgo “definitorio de una sociedad que nunca jamás es responsable de nada y siempre exige explicaciones por sus propios errores”. Es así de sencillo: nos hemos convertido en una sociedad que solo exige y que hasta cuando una pandemia mundial limita su acción se queja, vía sindicatos, cómo no, ante los gobiernos, como si estos no fueran parte de la sociedad, sino entes a los que señalar, reclamar y seguir exigiendo.

Feijóo ya ha perdido

Núñez Feijóo ha empezado realmente mal su etapa como líder del PP en toda España… Y eso que todavía no ha sido designado. Titulares como este en El Independiente describen una derrota por KO en el primer asalto y ante un rival de risa: “Feijóo y Abascal pugnan por liderar la alternativa económica a Sánchez en 2023”. Si el gallego es percibido como un par del alavés, y además en el área económica, en la que Vox ni ha plantado batalla más allá de cuatro ideas básicas y poco realistas, es percibido como un líder político de bajísimo nivel al que no veíamos como tal solo porque Galiza queda lejos de los focos.

Como todas y todos

Núñez Feijóo habrá perdido en lo político, pero como sociedad estamos perdiendo todos: estamos secuestrados por bandas de intermediarios que se han hecho dueñas de todo mientras consumidoras y consumidores nos hemos dejado convencer con migajas de comodidad. En plena escalada de los precios de la gasolina sin que suba el petróleo, “las gasolineras se hacen de oro en el inicio de año y facturan un 40% más” (La Información). Y ahora nos secuestran los transportistas sin que sepamos si se trata de los sindicatos de extrema derecha o la patronal en busca de más beneficio.

Ya basta

Las y los trabajadores normalitos y, a la vez, consumidoras y consumidores abnegados, vemos cómo se ponen en fila para extorsionarnos quienes, encima, dicen hacer las cosas en nuestro nombre o por nuestro bien (y al final todo se reduce a “págame más”), mientras tanto, la radio o la televisión está puesta de fondo y oímos el horror de la guerra: el vídeo que Volodímir Zelenski exhibió ante el Congreso estadounidense muestra una Ucrania que bien podía ser Euskadi antes y después de los bombardeos. Con estos ingredientes estoy agrio y no necesito más cabreos de los que llevo encima ni que me den lecciones de nada. Y solo es lunes.

La vida de Valeria

Se llama Valeria Shashenok pero es conocida en TikTok como “valerisssh”, y es muy conocida: casi 900.000 seguidores tiene esta chica que lo ha perdido todo. Valeria ha contado en esta popular red social cómo ha cambiado su vida en menos de un mes: ha vivido el asedio y los bombardeos en Kiev y lo ha mostrado, también nos ha enseñado cómo ha salido de Ucrania y cómo ha llegado a Polonia. Y lo ha hecho todo con el estilo habitual de TikTok, haciendo visible la invasión rusa y sensibilizando a cientos de miles de chavalas y chavales que, como millones de personas adultas, no pensábamos que esto podía volver a suceder.

Y en el fondo, tenemos suerte

Mi hija tiene siete años, lleva casi un mes viendo cómo yo sigo la actualidad de la invasión de Ucrania con preocupación y en más de una ocasión me ha hecho una propuesta para resolverlo: “Que en Rusia elijan a otro ‘lehendakari’ y ya está”. Por un lado, me enternece, por otro me satisface ver que ella concibe el mundo con libertad de elección y con la posibilidad de intervenir sobre lo que sucede gracias a su voto. Pero ella, yo, nosotras, nosotros, somos una excepción, realmente: “Sólo el 13 por ciento de la Humanidad vive en democracias”, destacan en Europa Press en un titular que es un puñetazo en nuestro eurocentrismo.