El seny nunca se perdió

El mismísimo Puigdemont, personajes de tercera como Bea Talegón o una masa acrítica entrenada para seguir los dictados de personajes más eficaces en lo comunicativo que en lo discursivo, nos han llevado a pensar que el seny en Catalunya se acabó el día que quisieron hacernos creer que habían proclamado la República. Por suerte, hay autores como Agustí Colomines y políticas como Marta Pascal que nos recuerdan su cordura: Catalunya necesita un Govern, no otras elecciones.

Los líderes, sí

Uno de los principales problemas de Catalunya, insisto, viene de permanecer demasiado tiempo en una intensa crisis. Eso hace que cambien algunas escalas y que algunos aprovechados se conviertan en líderes sin la madera ni la visión necesarias para hacerlo. Ramón Cotarelo se traga una noticia de El Mundo Today y ni siquiera pide perdón a sus 160.000 seguidores, que siguen teniéndolo como un faro aunque tuitee como un indocumentado.

El Pocero lo vio venir

Durante los años de la crisis las urbanizaciones vacías que “El Pocero” había levantado a las afueras de Madrid eran, según decían, un monumento a la especulación inmobiliaria. Lo que solo sabía aquel constructor, al parecer, es que llegaría el momento de recoger los frutos: hoy sus pisos son reclamados por las clases medias, desplazadas del centro de Madrid por el aumento de los precios de la vivienda que beneficia, sin duda, a los que siempre benefició la burbuja.

Abramos un debate

“¿Es ético que los partidos políticos hagan chistes sobre otros partidos políticos en sus canales oficiales?”, se pregunta Antonio Agredano a cuenta, precisamente, del meme de Cristina Cifuentes del que les hablaba ayer y que tuitearon por error en la cuenta del ministerio español de Hacienda. El mismo meme de Cifuentes como portada de un catálogo de “Mango” fue subido, con toda la intención, por IU a su cuenta en Twitter, generando la duda de Agredano. Yo lo tengo claro.

¿Crisis en Facebook?

Manu Moreno se fija en las cifras: en el primer trimestre de 2018 ha logrado un incremento de un 13% en el número de usuarios y de un 67% de ingresos respecto al mismo período del año anterior. Pero la crisis de reputación es evidente, ese incremento de usuarios puede venir de países en vías de desarrollo y los ingresos, simplemente, porque en Facebook cada vez más hay que pasar por caja para que algo funcione mínimamente. Parches, en definitiva, que no sabemos si taponan.

Cuando falta la vergüenza

Cuando uno no tiene vergüenza la política a corto plazo es más fácil. A largo plazo, la cosa se complica, pero en lo inmediato es sencillo reorientar las velas y el sentido del viaje sin que nada importe. Rivera lo mismo se sube al carro feminista de la mañana a la tarde como pasa de la abstención a liderar una reforma de la prisión permanente revisable más restrictiva que la de su impulsor, el PP. Lo importante para los de Ciudadanos es estar en la corriente mayoritaria, la coherencia se la dejan a otros.

La tele gana

El dato es absolutamente extraordinario: el lunes el programa de Ana Rosa Quintana y el de Susana Griso superaron el 26% de cuota de pantalla, según Vertele, después el asesinato de Gabriel Cruz. Volvemos ahora al debate del huevo y la gallina: ¿la audiencia lo reclama o lo consume porque Telecinco y Antena3 lo ofrecen? Sinceramente, qué más da: el hecho es innegable. Me refiero a que es innegable que la turba vive su mejor momento gracias a Internet y la televisión.

La dignidad de las víctimas

Nos falta reposo, es evidente. Internet nos ha sumergido en una intensidad informativa y “opinativa” tremenda, y la televisión no quiere quedarse atrás. Así que los fabricantes de antorchas viven tiempos de gloria. Por suerte, hay fogonazos de racionalidad que son los que deben iluminar el camino: Patricia Ramírez, la madre de Gabriel Cruz, y Pilar Manjón, víctima del 11-M, nos han dado una lección de dignidad, eso sí, hace falta humildad para recibirla. Y de eso en Twitter parece que no hay.

¿Qué es justo?

¿Y qué pide la turba? Como siempre, hay que leer a Antonio Agredano: “La cadena perpetua y la pena de muerte están ahí. Si algún partido político considera que son necesarias en nuestro ordenamiento jurídico, que las tome y las lleve en el programa. (…) Estaría bien que representantes políticos y ciudadanos no se anduvieran con eufemismos (…) Si usted no cree en la justicia o dice que ‘la justicia es un cachondeo’ o que ‘no es igual para todos’, ¿dejaría en manos de los jueces la vida de una persona?”.

La hora del té

En medio de este marasmo siempre hay alguna opinión valiosa en Internet. Sinceramente, no sé si merece la pena pasar por todo ese océano de barro para llegar a los oasis de agua cristalina del tamaño de un charquito: “Un héroe cívico también es ese personaje que cuando todos sus vecinos salen con antorchas a la calle él se sienta en la mecedora y se toma un té. Igual lo interpretaba Charles Laughton”, el director de ‘La Noche del Cazador’ que tan bien retrató a esa turba.

La puta verdad

Les recomiendo leer la protesta de Antonio Agredano contra “los cagapoquito”. De aperitivo, estas líneas: “Están ganando los que nunca tuvieron nada que decir. Los que encontraron en el tono de los demás una excusa para callarlos. No es generacional, no es ideológica, esta batallita entre la nada y el algo se libra en cada mesa de bar, en cada pupitre, en cada reunión de trabajo. Siempre tiene razón el que niega la razón a los demás. Si hablas poco te equivocas menos (…) Ojalá una forma elegante de estar hasta la polla”.

¿Esto no es populismo?

Andaban muy cómodos el PP en su papel de que ellos son el orden frente a los populismos y al desnortado PSOE… Hasta que se han visto verdaderamente asediados por Ciudadanos. Y ahora que a los de Rajoy les toca hacer oposición a los de Rivera, eligen las mismas armas: golpe de timón, soplo de viento a favor y refrendo rápido de las encuestas o cambio de estrategia. Así llegamos al “golpe de efecto” que en el PP estarían preparando para taponar la vía de agua que les han hecho los pensionistas.

Boadella, al final del camino

Aquel Albert Boadella de Els Joglars que nos sorprendió primero con espectáculos artísticos y, después, con posiciones políticas abiertamente contrarias al nacionalismo catalán (ese para el que, por cierto, no tenía reparo en trabajar), ha acabado siendo un líder ideológico de la derecha española, presidente de Tabarnia, el invento que engordan Carlos Herrera, Jiménez Losantos y Libertad Digital, y junto a Tomás Guasch o Carmen Thyssen. Ese es el final del camino del artista y el enfant terrible.

Trump, en medio

Cuando uno empieza hablando de líderes políticos sin norte y con la prensa más casposa de su lado, siempre acaba hablando de Donald Trump, que ya no sabe si es rubio natural u oxigenado, de derechas o de izquierdas, liberal o socialista. Después de decir que para acabar con los tiroteos en las escuelas lo mejor es armar a los mejores profesores, y con una balacera protagonizada por un docente de por medio, ahora apuesta por la regulación en la venta de armas. A ver lo que le dura.

Jóvenes y con mucho dinero

En El Independiente explican cómo algunos asesores (algunos, exfutbolistas) intentan salvar las fortunas de los deportistas de élite. Las cifras de partida son abrumadoras: “El 50% de los futbolistas de las ligas europeas se arruina poco después de dejar el terreno de juego. En EEUU (…) el 78% de los jugadores de la liga de fútbol americano se queda sin nada dos años después de dejar el deporte. Y, en el caso de la NBA, el 60% de los jugadores de baloncesto pasan penurias económicas a los cinco años de retirarse”.

¿Era broma?

Era tan evidente que esto iba a pasar que reconocer que en esta misma columna lo advertimos da hasta cierto rubor: al final, Marta Rovira reconoce que no proclamaron la república catalana, que aquella puesta en escena no tenía ninguna consecuencia política. Ya lo sabíamos cuando lo vimos, cuando mantuvieron la bandera de España o cuando empezaron a desdecirse rápidamente. Este “sí pero no” por las consecuencias hace, además, un daño difícil de reparar al movimiento independentista.

Nacionalistas acomplejados

Mariano Rajoy, Albert Rivera, Rosa Díez, Santiago Abascal, Alejo Vidal-Quadras y la Fundación José Antonio Primo de Rivera, entre muchos otros, han compartido y aplaudido en Twitter el vídeo de Marta Sánchez cantando con su propia letra el himno de España. Todos ellos, con un sentimiento nacionalista legítimo, alababan el espectáculo y el momento españolista. Pero todos ellos negarán su nacionalismo y acusarán a otros de padecerlo. Ya sabemos que no hay peor nacionalista que el acomplejado.

Anna Gabriel, refugiada

Al parecer, Anna Gabriel explicará hoy la estrategia de su defensa que, de momento, empieza con su viaje a Suiza para darnos desde allí los argumentos. La de la CUP, eso es innegable, ha preferido ahorrarse el paseíllo y la comparecencia ante el juez, marcándose lo más parecido posible a un Puigdemont pero en el corazón de las cuentas bancarias opacas, que tiene su gracia para una antisistema. Del mismo modo que en el caso del President, me parece un error la decisión y ridícula la justificación. La que sea.

Somos pobres porque tomamos café

En Espejo Público, de Antena3, tuvieron el cuajo de llamar a una experta para explicarnos que somos pobres porque queremos: si nos ahorramos el café de cada día tendremos una jubilación mucho mejor. Hagan números. A partir de aquí, los cálculos son infinitos: si no comemos, ahorramos. Si no compramos ropa hasta que nuestra única camisa esté agujereada, ahorramos. Porque no somos pobres por la rebaja de las condiciones y el de la cafetería no merece trabajar.

Empezar por el final

Antonio Agredano habla de Córdoba en su post sobre el cambio de nombre de las calles, pero en realidad es aplicable a cualquier ciudad. Esa y cómo está escrito es la grandeza de este texto. Agredano no niega la necesidad de borrar un pasado fascista, pero sí mete el dedo en la llaga de lo que vendrá después. Nombres comunes huecos (amistad, fraternidad) y batallas por imponer nuevos nombres propios que acabarán desbaratando no solo el callejero, sino también la necesaria reparación.

Por Catalunya. Sí, claro

Me desasosiega ver cómo la mayoría de medios españoles han comprado la justificación de que la inestabilidad en Catalunya es lo que ha empeorado la previsión de crecimiento económico de España, según el FMI. Casi todos los titulares iban en ese sentido… Cuando en el cuerpo no aparecen referencias del organismo a la cuestión catalana. Catalunya, sin duda, ha sido una gran pantalla para el PP al que incluso el crecimiento de Ciudadanos le ha compensado.

Iberdrola, investigada

Solo espero que, en el caso de que haya habido delito, este no prescriba aunque la UCO esté investigando una subida de la luz de Iberdrola en 2013 que, según parece, fue solo motivada por el interés de la compañía en aumentar el precio. Leemos en Público que Iberdrola disminuyó la energía que generaban sus hidroeléctricas sin motivo aparente para encarecer el kilowatio. Si les han pillado, que paguen, que la ciudadanía ya paga peajes en cada factura que benefician a las empresas.

Detector de tramposos

Me he pensado mucho el tipo de persona que podemos detectar cuando hablamos de Tabarnia, y creo que al final el adjetivo que es inapelable es el de “tramposo”. Porque Tabarnia es una trampa que tiende el unionismo y que permite a quienes no tienen más discurso que el “no” buscarse una justificación. Tabarnia es un zurullo y quien lo usa, un removedor de zurullos, como Fermín Javier Alonso, de UPN, al que ya le han colado merchandising de un invento que huele a acomplejado.

El fútbol pasado tampoco fue mejor

Lo que ha escrito Antonio Agredano en Diarios de Fútbol es, sencillamente, delicioso: intenta romper esa tendencia a idealizar el pasado y recuerda que también antes había pillos, tuercebotas y avispados que hacían mucho dinero. También deja una cosa clara: no importa lo que opinemos ni cuánto mostremos nuestro desagrado ante el fútbol moderno porque el fútbol no nos pregunta, porque a deportistas, agentes y gestores les da igual lo que pensemos. Un baño de realidad bien escrito.

Zorionak!

Ya sé que la industria del cine en Euskadi es grande y que cuenta con buenos profesionales. Pero uno cuya labor ha sido reconocida en los Premios Feroz es amigo mío y estoy muy orgulloso. Es amigo, es un gran profesional y es humilde: David Herranz dejó claro desde el primer minuto que el cártel de Handia era obra del diseñador Iñaki Villuendas… Sobre una foto suya. Aprovecho, además, para reivindicar al colectivo de los fotógrafos, no siempre justamente valorado en Euskadi.