Limpia, fija y da esplendor

Arnaldo Otegi se mostró contundente (en Twitter) ante las pintadas aparecidas en Hondarribia. Lo dejó muy claro: “No cuentan ni con la comprensión ni el apoyo de Bildu” expresiones que “siembran en nosotros dudas razonables sobre su autoría” por sus flagrantes faltas gramaticales en euskera. Muchos del entorno de quienes siempre las han hecho son capaces incluso de acusar a Ertzaintza y al PNV de realizarlas para culpabilizarles. ¿Les ven incapaces de usar correctamente el euskera… O sugieren que quien pretenda imitarles sabe que tiene que escribir un mensaje que insulte a la inteligencia?

Hablemos de Cospedal

Esta semana ha estado más justificado que nunca leer La Razón. Si en algún sitio conocen bien al PP, sobre todo a aquel que era coetáneo a Luis Bárcenas, es en el periódico en el que encontrábamos esta noticia: “Rajoy teme que Bárcenas vaya a por Cospedal y le deje sin escudo”. En efecto, Cospedal es una pieza muy importante en el dominó del tesorero: ella fue la que quiso acabar con su poder y el riesgo al que exponía al partido con ese manejo del dinero y la situación… Y él ahora querrá acabar con ella porque le culpa de sus desgracias después de haberse beneficiado de sus repartos, supuestamente.

¿El motivo? El business

En la truculenta historia de dinero y mujeres que protagoniza Juan Carlos I hay una actriz secundaria de la que se habla menos de lo debido: Sofía de Grecia, cuya dignidad está siendo vapuleada. Por supuesto, ella decidió aguantar los desprecios y el escarnio, y evidentemente lo hizo por el business: ¿qué hubiera sido de la familia real griega sin ella como reina de España? En Vozpópuli ponen el precio: “Si la princesa se separaba debía devolver su dote de nueve millones de dracmas al pueblo griego”, que pagó sin saberlo por sostener el último reducto de su monarquía. Un negocio entre familias pagado por los estados y los impuestos.

Semanas de mierda

Ana es ilustradora, autónoma y una tuitera muy conocida por sus reflexiones sencillas que nos representan: “Iba a decir que ojalá se acabara ya esta semana de mierda pero es que la siguiente va a ser igual. Y la siguiente”. Así es, nos está tocando vivir semanas de mierda autoconfinados, teletrabajando quien pueda y pendientes de que no llegue por WhatsApp alguna mala noticia en forma de contagio de un familiar, amigo o en el aula de alguno de nuestros hijos. Además, llueve. Un momento de la historia de cada una y uno que nos está poniendo a prueba… Pero que vamos a superar.

Una época para la historia

Antes del coronavirus ya estábamos viviendo tiempos intensos, inimaginables solo unos años antes: el Brexit o Trump agitaron nuestro mundo “macro”. Los partidos que se autoproclamaban de la nueva política irrumpieron tan cerca que empezamos a notar sus ecos con una sucesión de elecciones inusitada. Y el virus hizo saltar por los aires nuestro círculo más próximo. Vuelvo al principio: para no olvidar lo que supuso Trump, en Flickr han creado una gran galería con las fotos de su mandato. Un mandato para la historia pero no por bueno. Para la suya y para la nuestra. Y que no debemos olvidar.

Después de Olentzero y Mari Domingi…

Después del vídeo en las redes sociales en el que se veía a Olentzero y Mari Domingi afiliarse a Bildu, la campaña de captación pasa ahora por las cárceles: Arnaldo Otegi ha enviado una serie de cartas a los presos de ETA para instar “a que se hagan militantes de la coalición” (El Independiente). La noticia me ha recordado la aseveración de Groucho Marx de que no sería socio de un club que le admitiese como socio, y me he preguntado si tendrán dudas quienes sí son socios e incluso representantes de ese colectivo que no es precisamente heterogéneo ni mucho menos cómico. ¿O todo vale por el escaño?

El rastro del dinero de Juan Carlos I

Me da pena que no haya sido un periodista el que haya difundido lo que ha hecho público Jaime Gómez-Obregón: este ingeniero ha creado un programa para ir archivando todo lo relacionado con “el rastro de los 100 millones de dólares que el Rey Juan Carlos recibió de Abdullah bin Abdulaziz”. Su trabajo no ha concluido y lo están financiando pequeños contribuyentes anónimos. De momento, lo que está claro es que tanto Juan Carlos I como Corinna Larsen pusieron mucho empeño, en forma de tramas societarias, para ocultar los movimientos y las consecuencias fiscales del dinero.

Todos menos Iglesias tenemos la culpa

Tuiteaba Juan Soto Ivars que el titular de Vertele significaba que Pablo Iglesias creía que el poder que iba a tener en el gobierno era de otro tipo: “Me he dado cuenta de que estar en el gobierno no es estar en el poder”. Yo creo que simplemente el líder de Podemos echa balones fuera. Mi lectura es mucho más mundana, lo sé. En cualquier caso, está claro que Iglesias se apresura a ponerse parches mucho antes de empezar a pelear y que salgan las heridas. El ejecutivo es un poder muy complejo, y me sorprende que un politólogo como él, que tantas lecciones gratis ha dado, no lo supiera antes de alcanzarlo.

Mucho más realista

Este otro titular en El Nacional es mucho más realista: “Ningún país ha llegado a la independencia con el 50% en contra”. Lo dice Oriol Junqueras en la semana en la que hemos visto en números el resultado del desgaste del proceso independentista catalán. Empecemos por el principio: la independencia hoy es una quimera. La lucha tiene que ser por un estado integrado en Europa interrelacionado con su entorno pero completamente autónomo. Y sigamos por el final: solo se conseguirá ganando a cada persona para la causa. Una a una. En medio, las formas: ni de golpe ni con golpes será posible.

Fe absoluta

Me hago viejo y cada vez más me refugio en la religión: me entrego a San Mamés y acudo a la catedral siempre que una pandemia mundial no me lo impida. Y allí, sentado, vivo una comunión con mis hermanos de iglesia, me emociono, sufro catarsis y hasta recibo alguna hostia. Mis mesías son Iker e Iñaki. Digan lo que digan los fariseos. Y si este último me manda leer la Biblia, lo hago: “Samuel 17:1-54. Fe”. Eso tuiteó Williams después del milagro del viernes que me hizo levitar, y corresponde al pasaje en el que David vence a Goliat. Tengo fe en ti, Iñaki, y en todos los tuyos, que son los nuestros. Aupa Athletic!

El hito de nuestra vida

Antes de que conociéramos la existencia del coronavirus escribí en varias ocasiones que la presencia de antivacunas o negacionistas se explicaba porque a nuestra generación le quedaba demasiado lejos una guerra mundial o una pandemia. Ya hemos tenido lo segundo, espero que no tengamos que esperar a lo primero para que se nos quite la tontería. La vacunación real que empieza hoy es el hito de nuestra vida: la humanidad ha desarrollado un antídoto en menos de un año, lo hemos vivido y hemos sobrevivido. A partir de ahora, al gilipollas conspiranóico podremos llamarle por su nombre.

No, no es gracias a Sánchez

He defendido a todos los gobiernos que han mostrado un poco de responsabilidad durante esta pandemia. A las personas que han estado al frente de las instituciones les ha tocado gestionar el reto más complicado de su vida política… Y de la de cualquiera. Y lejos de tener ayuda, enfrente han tenido a oposición parlamentaria, periodistas, sindicatos y hasta judicatura encendiendo a la sociedad porque lo que define a un carroñero es que nunca deja pasar una oportunidad de engordar. Pero nada de esto justifica que la diputada socialista Pilar Cancela atribuya en Twitter a Pedro Sánchez la difusión de la vacuna.

La vacuna no es noticia para Otegi

Arnaldo Otegi es el único político en todo el mundo que sabía lo que había que hacer para frenar las crisis sanitaria y económica planetaria. La seguridad con la que siempre ha hablado levanta suspicacias en extraños y hasta propios que saben de qué va la gestión. Y ha hablado mucho, muchísimo… Hasta que ha llegado la vacuna. Parece que la definición del ministro Illa de que ese primer pinchazo era “el principio del fin” le ha afectado, como si a él también se le acabara el filón del virus. Y ahora, ¿qué? Pues ahora vuelven los retos de Bildu con crudeza: sus enormes contradicciones y sus atávicos problemas internos.

El “milagro” madrileño

El “milagro” de Madrid consistía en mantener abierta la hostelería, no hacer PCR y que Isabel Díaz Ayuso distrajese la atención a lo político constantemente. Nada define mejor lo que estaba pasando y ahora, por fin, se visibiliza, que este párrafo en La Vanguardia: “La reducción de los contagios fue innegable, como también que el número de muertos en esta segunda ola casi duplica a los fallecidos en Catalunya”. Como explican en la web del periódico: Ayuso exigía al gobierno español PCR en Barajas mientras ella usaba test de antígenos en las farmacias para dar las cifras. Y ahora la pandemia se come lo político y lo sanitario.

El antideportista

No me gusta Neymar. Ni como futbolista ni como deportista. Si sobre el césped el regate tiene que ser el medio y no el fin, en la cabeza del deportista la competición y el cuidado de sí mismo tienen que ser la prioridad. Pero Neymar no cumple con nada de esto y si es uno de los mejor pagados en el fútbol mundial es porque es el epítome de la industria que se ha creado en torno a un deporte muy tonto para jugadores muy listos, como lo definió Jorge Valdano. La última noticia del futbolista brasileño es la indignación que ha generado en su propio país “por una fiesta navideña para 500 invitados” (El Confidencial).

Y con él llegó la República Vasca

Una cosa es que Arnaldo Otegi sepa que tiene el discurso comprado antes de pronunciarlo porque los suyos se mueven más por el odio al PNV que por cualquier otro impulso político o social, y otra es que el líder de Bildu piense que toda la ciudadanía es igual de permeable. Porque, si votar “sí” a unos presupuestos españoles, con todo lo que eso conlleva, es avanzar en la República Vasca, ¿no llega 40 años tarde la izquierda abertzale? ¿O es votar “sí” a estos PGE lo que ayuda a avanzar en esa independencia? Entonces, Otegi se sumaría a la tan española tradición de pensar que la política llegó con él.

Rafa Cabeleira nos lo resume

Creo que esta sentencia de Rafa Cabeleira va a convertirse en una de mis preferidas, por lo menos, hasta que dure la pandemia: “No pasa nada por ser un poquito hijo de puta, lo imperdonable es ser profundamente subnormal”. El periodista se refería al tui de Alfonso Rojo en el que criticaba a la hija de Ernest Lluch por legitimar lo evidente: la acción política de Bildu. Otra tradición española parece ser la de los señores que explican lo que le sucede a quien vive en primera persona los hechos. Por suerte, seguimos contando con cronistas como Cabeleira que dejan claro, con un hablar llano, lo que todos pensamos de muchos.

Así va España

Lo que a Bildu más le cuesta admitir es que su entrada en el posibilismo político llega 40 años tarde sin ninguna buena razón que justifique ese retraso. De hecho, la política, por definición, es posibilista. Si se basa en el enfrentamiento solo sirve para la foto del periódico de turno y el tuit. Y es necesario ese posibilismo, hoy y siempre, incluso con esa España en la que “un cambio burocrático” (Vozpópuli) dejó sin cobrar el ERTE a miles de trabajadores. Nadie se libra de un error, pero es el mismo país, el mismo gobierno y la misma crisis en la que el ingreso mínimo vital pasó de gran anuncio social a problema crónico.

Y así, algunos españoles

Quien no parece necesitar el Ingreso Mínimo Vital ni ha pasado a formar parte de un ERTE, ni nota las restricciones de movilidad (ni las restricciones, en general), es Elena de Borbón, que ha visitad en Abu Dabi a su padre, Juan Carlos I. Según hemos visto estos meses, la hija de Elena, precisamente, también se ha desplazado por territorio español pese a las limitaciones, y la hija y hermana de reyes “no es la primera ocasión que sortea las restricciones a causa del coronavirus. Hace unos días, con la región de Andalucía cerrada perimetralmente, la infanta Elena viajó hasta Sevilla para acudir a misa” (El Plural).

Hil da jainkoa

El título de la canción de Pi LT podría ser la banda sonora de la noticia de El Clarín que el miércoles por la tarde saltaba de WhatsApp en WhatsApp: “Conmoción mundial: murió Diego Armando Maradona”. El Diego, el de la mano de Dios, el Diez, el Pelusa, fallecía a los 60 años. Yo, que cuento cuarenta otoños, solo le vi jugar en su ocaso y en los videos de sus goles que siempre han estado en YouTube. Pocos pegarán a la pelota como él y nadie tenía tantos recursos futbolísticos en aquel momento, pero el personaje se comió al jugador y la leyenda nace con demasiados relatos. Que descanse por fin en paz.

La batasunización de Vox

Está bien que se hable de la batasunización de Vox para que hablemos, de una vez, de la fascistada que hemos tenido que aguantar en Euskadi. El texto de César Calderón en Vozpópuli está dirigido a un lector español y a agitar el avispero de la extrema derecha, pero cualquiera que tenga cierta sensibilidad puede darse cuenta de que la manera de vandalizar la ciudad y de justificarlo es exactamente igual a la que durante décadas hemos soportado. De hecho, la excusatio non petita de Otegi, Rodríguez e incluso Ernai solo subraya que hasta ellos saben lo que han hecho: el fascista. Y siempre ha sido igual de intolerable.

Pocas certezas. O ninguna

Después de haber estado confinados en primavera a nadie le apetece volver a estarlo en otoño. Es una de las posibilidades, es cierto, pero, según las declaraciones de miembros de los gobiernos vasco y español, es la última de las posibilidades. Solo pensarlo pone muy nerviosos a muchos, y de WhatsApp en WhatsApp saltan ahora mensajes sobre cuándo empezará la permanencia en casa y quién la decretará. Pero no hay nada cierto salvo que como medida excepcionalísima que es no se implementa fácilmente, y que la cantidad de nuevos aficionados a la virología que ya saben lo que habría que hacer se ha disparado.

¿De dónde creemos que salen los recursos?

Profesionales de todo tipo piden más medios. La ciudadanía pide más medios. Los políticos en la oposición piden más medios. Y volvemos a empezar este eterno retorno que no nos lleva a ningún lado salvo al cabreo, que es la gasolina de algunos partidos políticos. Pero lo cierto es que los gobiernos (Trump, Bolsonaro o Diaz Ayuso, aparte) están haciendo todo lo que pueden, y gastando lo que tienen y lo que no (“El Gobierno ya ha gastado más en paro hasta agosto de lo que presupuesta para todo 2021”, leemos en El Independiente), para enfrentarse a una situación dificilísima y, además, tomar decisiones.

¿Y quién se creen que es “el gobierno”?

Los que saben mucho más que nadie, sobre todo en Twitter y en las ruedas de prensa de los partidos de la oposición, tienen que compartir su espacio y tiempo con quienes no se enteran de absolutamente nada. Es la época que nos ha tocado vivir: “Podemos exige a Sánchez que paralice desahucios y los cortes de suministros”. Y es curioso que Podemos no se lo haya pedido a Pablo Iglesias, vicepresidente, o a alguno de los cuatro ministros que este partido ha designado. No, se lo ha pedido a Sánchez. Porque Rafa Mayoral es un animal político, o un bruto de libro, que no desperdicia ni una oportunidad.

Juan Carlos y Sofía, unidos por la tela

Lo que unió Dios parece que no lo separó el hombre, sino las mujeres. Muchas mujeres fueron las que hicieron de Sofía de Grecia la cornuda oficial de España y de Juan Carlos I, el pichabrava. Pero entre ambos sigue habiendo un lazo: no han renunciado a su matrimonio… Ni al uso de tarjetas opacas con las que gastaban dinero de origen desconocido. Al parecer, lo ha hecho el matrimonio y otros familiares directos de Juan Carlos I después de que este abdicara, por lo que sí habría delito… Si lo quieren investigar. De momento, la fiscalía parece que está en ello pero yo estoy seguro de que todo termina bien para los de siempre.