Un pueblo sin memoria

Pocas noticias serían tan buenas para Euskadi como la plena integración de la autoproclamada izquierda abertzale en la democracia, y que acabe echando pulsos cara a cara con el partido que sea. Pero no es lo que hace: utiliza subterfugios, sigue colaborando con blanqueadores y no deja de ocultarse en las sombras. Así, resulta oscuro e inmoral que Gorka Elejabarrieta tuitee: “Como indica el Estadio Nacional de Chile, un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”, justo en la semana en la que otras y otros representantes de Bildu nos quieren convencer de que el “amor” a los presos de ETA hoy puede tapar sus delitos de ayer.

El trumpista

Visto lo de Elejabarrieta, visto lo que hemos visto y oído esta semana, no se me ocurre mejor versión del trumpismo en Euskadi que el de la izquierda abertzale. Repasemos: populismo, proximidad reconocida a grupos violentos, posverdad, fake-news y, lo más importante, acusar a otros de ser los trumpistas. Es lo que hace Otegi, todo lo que he descrito, aplicado con precisión milimétrica en la ronda de medios en la que se está ofreciendo como candidato de Bildu a lehendakari. Lo único que me queda por ver es que nos acusen de jugar la carta de ETA a quienes señalemos que celebran la mención a un preso de la banda.

La riqueza no la generan las huelgas

Según Arkaitz Rodríguez, “es fácil: si tiene los mejores sueldos del Estado es, precisamente, porque está a la cabeza de las huelgas”. Su respuesta al lehendakari (“¿alguien entiende que el país con mejores sueldos del Estado esté a la cabeza de las huelgas?”) deja claro que la estrategia de ELA y LAB cuenta con su respaldo, cuando menos. Pero también exhibe un reduccionismo pasmoso para quien dirige el partido que manda en Bildu. ¿Las huelgas generan riqueza? La respuesta me lleva a una proyección: ¿son sostenibles esos sueldos en un país paralizado por interés político? ¿Quién invierte bajo una espada de Damocles?

Una familia socialista de toda la vida

Estoy convencido de que Nadia Calviño no “colocó” a su hijo en un banco. De hecho, en Vozpópuli no tienen ningún motivo para aseverarlo, como hacen en el titular. En el texto se limitan a escribir que el hijo de la ministra e Ignacio Manrique de Lara, ahora consultor en todo tipo de materias vinculadas con la transformación digital, “trabaja en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo”, que le ha contratado después de terminar sus estudios en Southampton. Lo que me llama la atención es, por un lado, la licenciatura del chaval: “Filosofía, Política y Economía”, y por otro, cómo han cambiado las típicas familias socialistas.

La democracia

Tiene su guasa que las Nuevas Generaciones del PP celebren el Día de la Democracia con un vídeo y este mensaje: “En España más que celebrar hay que lamentar que el gobierno está dispuesto a liquidarla. El PP estará siempre del lado de la libertad y la igualdad. ¡Viva la democracia!”. Y obvien, al mismo tiempo, que el PP ha pactado y alzado a varios gobiernos a la extrema derecha, que es lo más antidemocrático que ha hecho un partido español desde la Transición. Ser demócrata no es jugar con las reglas que te beneficien sin mirar quién es tu pareja. Ser demócrata es negarse a jugar con la fascistada. Aquí y allí.

«Palabras de amor»

En Euskadi podemos y debemos discutir de muchas cosas: modelo de país, ruta para alcanzar la independencia en el contexto mundial actual, qué responsabilidad toca a cada una y uno de nuestro pasado más terrible… Pero lo que no me parece discutible es que necesitamos denunciar el discurso edulcorado de la izquierda abertzale. Nadie que haya ejecutado o colaborado en un asesinato a quien pensaba diferente puede ser blanqueado. Cuidaremos sus derechos y su reinserción, pero el “amor” del que habla Garazi Perea, concejala de Bildu en Bilbao, en el mensaje de Iñaki Goikoetxea que celebraba Otegi, resulta ajeno y extemporáneo.

“Fascismo”

Javier Bauluz respondía con claridad a esta pregunta que se encontraba en Twitter: “La gente que se alegra del terremoto en Marruecos, ¿qué mierda tiene en la cabeza?”. El premiado fotoperiodista no lo dudó: “Fascismo”. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, en Marruecos, en España y en Bilbao. Lo que vemos en Twitter cada día de personas que se tienen por románticas y que añoran tiempos que consideran mejores, en los que los y las fascistas campeaban como el Cid pero con la pistola al cinto o debajo de la cazadora, tiene un nombre claro y se lo ha dado Bauluz. Y el fascismo es el enemigo.

“Asesinada”

No valen las palabras de amor, no vale el anonimato en Twitter, no valen los eufemismos cuando se trata de señalar el fascismo. Otro fotoperiodista, Manu Bravo, respondía a Ione Belarra, que “apoyaba” a “los familiares” (me sorprende esta falta de atención al lenguaje inclusivo) de Emma Igual, la cooperante víctima de un ataque ruso en Ucrania. Ione Belarra tuiteaba que “ha muerto” y Bravo respondía: “Que no le dio una puta embolia. Asesinada por aquellos con los que no tenéis huevos a mojaros”. El ganador del premio Pulitzer explotaba así ante quienes son incapaces de llamar “asesino” a quien lo es.

“La República”

La misma Ione Belarra con otras declaraciones ha inspirado este tuit que, lo reconozco, me ha ilusionado: “Primero los indultos. Luego la rebaja de la malversación y la derogación de la sedición. Ahora la amnistía y el referéndum de autodeterminación. Pronto será la República”. Lo escribe Miguel Tellado, diputado del PP en el Congreso, y me parece un planazo. ¿Dónde hay que firmar? Evidentemente, el también vicesecretario de organización de los populares lo redacta como si se tratase de una alarma, pero creo que en esa falta de sensibilidad se encierra la incapacidad del PP para asaltar su propio cielo.

“El malismo”

El PP es incapaz de ver lo alejado de la realidad que suena parte de su discurso porque lleva tanto tiempo sumergido en el cuadro que le marca Vox que ha perdido el sentido común y el propio, como sugería Unamuno (muy del gusto de ese PP que celebra la existencia de cada vasco no nacionalista). Alejandro Izaguirre, sin embargo, lo tiene muy claro: “El malismo es la ideología actual de la derecha. Es el ‘caca, pedo, culo, pis’ de los niños pequeños rebeldes llevado a la edad adulta. Talar árboles por joder, quitar carriles bici, y ahora el concejal de salud de Valladolid repartiendo ceniceros”.

«Merece la pena recordar»

Dedicar un logro propio a un colaborador necesario en un asesinato cometido en nombre de toda Euskadi es moralmente reprobable. No voy a entrar a discutirlo. Hacerlo público, además, muestra una falta de sensibilidad turbadora. Celebrarlo, como hace Arnaldo Otegi, no tiene nombre reproducible en este periódico. Así que creo que hace bien el lehendakari, que lo señala y lo denuncia: “Merece la pena recordar que en el reducido colectivo de remeros y remeras de las 16 plantillas presentes en La Concha el pasado domingo había dos personas huérfanas porque ETA asesinó a su padre”. Sobre todo, merece la pena recordar.

2023

Algo está mal en Euskadi en 2023 cuando hay quien celebra el homenaje público a una persona condenada a 44 años de cárcel por colaborar en un asesinato y, lo que es peor, muchas otras lo defienden. Algo está mal en Euskadi en 2023 cuando “dos hombres están siendo investigados por sendos delitos de enaltecimiento del terrorismo por portar una ikurriña que había sido rotulada a mano con el lema ‘Gora ETA Militarra’” (Gipuzkoagaur). ¿Quién enaltece el terrorismo de ETA hoy? ¿Por qué lo hace? ¿A quién debe algo? ¿Y por qué todavía hay quien justifica lo injustificable?

“Un periodista vasco”

Por lo general, no me gusta el trabajo de Jordi Évole porque creo que siempre tiene escritas las conclusiones antes de empezar a grabar y edita las entrevistas de tal manera que sean fieles a su visión previa. Pero no voy a juzgar su película sobre Josu Ternera hasta que la vea, y menos cuando compruebo quién sí lo hace. Personas como Carlos Martínez Gorriarán, Fernando Savater, Rosa Díez o Miguel Ángel Idigoras, al que en El Plural reducen a “un periodista vasco”, y al que aquí conocemos bien. Su discusión en Twitter con el propio Évole le retrata como lo que fue (y por eso llegó a director de ETB con Patxi López en Lehendakaritza) y lo que es hoy.

¿Botifler?

“Aragonès responde a la ANC: ‘Ahora mismo una DUI no serviría para nada’”. Este titular en El Nacional, tan sucinto, me parece inmenso porque explica muchos años de Procés. Pero del Procés de verdad, no del que nos han querido contar, empalagosamente edulcorado. Porque si hubo un partido que no creyó nunca en la independencia fue ERC. Si hubo un partido que dejó pasar y hacer a Puigdemont, que también tiene su parte de culpa por lo irrealizable de sus promesas, fue ERC. Si hay un partido que solo busca el poder para profundizar en el autonomismo es ERC. Y ahora, por fin, podemos verlo claramente.

Algo hicieron mal

Pocas dudas tengo de que detrás de este titular: “Un miembro de La Manada se beneficia del ‘solo sí es sí’ y logra una rebaja de condena” (The Objective), hay unas y unos jueces dispuestos a hacer una interpretación excesivamente favorable al condenado (conozco la base de las condenas: siempre la más favorable). Y si existe esa posibilidad es porque algo hicieron mal quienes armaron y redactaron aquella ley del “solo sí es sí”. Eso es innegable. Tanto como que esa ley ha permitido que podamos ver qué tipo de juezas y jueces hay en España. Y aunque esto último parezca impagable lo cierto es que nos está saliendo demasiado caro.

Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi no tendrán un juicio justo

El mundo tal y como lo conocemos tiene que cambiar. Más allá de la noticia de que somos tan gilipollas que estamos haciendo imposible nuestra propia supervivencia en el planeta, lo que hacen algunos seres humanos a otros seres humanos y el resto permite es indecente. Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi son las periodistas iraníes que dieron a conocer al mundo la muerte de Mahsa Amini en dependencias policiales después de ser detenida por no llevar el velo bien puesto. Es fácil pensar que el juicio a las periodistas, que puede acabar en pena de muerte, será “sin garantías procesales suficientes” (Público), y que no haremos nada.

Pues tiene razón Otegi

Arnaldo Otegi tiene razón: la ciudadanía no es “boba” y sabe perfectamente que Bildu ha ayudado al gobierno español en todo. Por eso le ha premiado, largamente, la sociedad vasca. Qué cosas, que hacer solo política funcione, ¿eh? Y tiene razón también en indignarse cuando ve que tanto PSOE como Podemos le rehúyen porque en España la relación con Bildu sigue apreciándose como tóxica. Arnaldo Otegi tiene razón en reclamar que si hace política española se le reconozca, que su apuesta por la gobernabilidad del estado opresor se señale como ganadora, que su elección (antes la izquierda que la patria) sea puesta en valor.

¿Solo harán mesa las y los tontos?

No sé cuál será la solución, pero sí sé que la petición de FACUA de que los “viajes familiares” sean “causa de exención” de una mesa electoral es un error. Porque se van a disparar las contrataciones con sus posteriores cancelaciones y, sobre todo, se va a extender la percepción de que si no te libras de la mesa un 23 de julio, cuando más jode, es porque eres tonta o tonto. Pedro Sánchez ha convertido la fiesta de la democracia en una boda a la que no quiere ir nadie, y lo ha hecho para evitar que le hagan un funeral en Ferraz. Pero el egoísmo electoral no puede convertirse en un acto de jodienda colectiva. Y menos, con FACUA fomentándolo.

Tenemos que contarlo mejor

La desafección a la política, la desmovilización, además de una estrategia implementada a la perfección por Bildu y ELA, es una cuestión relevante. Y me pongo el primero en la lista de culpables: algo hemos hecho mal si no somos capaces de explicar que la política es compleja, que los servicios públicos no se mejoran a golpe de chantaje y que los logros colectivos nos benefician a todas y todos, incluso los que parecen más lejanos: “Tras cinco años, dos legislaturas, más de 600 horas y 12 trílogos cerramos un acuerdo en el Reglamento de Control de Pesca. Muchas gracias a todos los equipos”, tuiteaba Izaskun Bilbao esta semana.

El “easy” fútbol

Creo que si Guardiola no fuese catalán sería reconocido con justicia como el mejor entrenador del mundo, también por la prensa española. Pero si hablamos de entrenadores que están revolucionando el fútbol ahora mismo tenemos que hablar de José Luis Mendilibar. Él practica el “easy” fútbol: pone a los jugadores en sus puestos, les pide que hagan lo que saben y les da confianza en sus posibilidades. Sus éxitos, muchos en la parte baja de la clasificación, ahora se han visto legitimados por una victoria: la del Sevilla en la Europa League. Y contra Mourinho, que ha hecho de su personaje, y no del fútbol, su modo de vida.

¿Lo decide la gente o lo decide Otegi?

Arnaldo Otegi tiene plena legitimidad para reclamar su éxito electoral, efímero, y sus posibilidades de gobernar. Pero como siempre, la pierde cuando intenta confundir: “La gente ha decidido que el liderazgo del bloque progresista en Gipuzkoa, Gasteiz e Iruñea lo tenga EH Bildu”. ¿Qué quiere decir eso? ¿Quién lo dice, “la gente” u Otegi? Porque en el caso de Iruña Bildu no ganó las elecciones y depende del voto de GeroaBai, donde EAJ-PNV es el partido más relevante. Nadie discute su éxito electoral ni su libertad de expresión. Pero ahora toca negociar, en esa fase ELA no puede calentar el ambiente y algo sí que cambia.

El PSOE se recoloca

Nadie puede discutir, tampoco, que Bildu es el partido que mejor ha rentabilizado el juego de PSOE y Podemos en Madrid. No solo los partidos españoles se han dado un buen tortazo, ERC en Catalunya también ha sufrido un importante retroceso. Eso queda en el haber de Bildu: hacer solo política da buenos resultados, ¿quién lo hubiera dicho? Así que ahora el PSOE se recoloca y evita salir en las fotos con Bildu para taponar una de las vías de agua, lo que “pone en riesgo los gobiernos de Pamplona y Navarra” (Público). Después de regalarle la campaña con la Ley de Vivienda, los socialistas dan un salto lateral. ¿Y después, qué?

¿Qué es “la casta”?

¿Dónde quedó aquello de los políticos profesionales, “la casta” y los “pesebreros”, de lo que tanto habló aquel Pablo Iglesias contertulio? “Ada Colau se perfila como cabeza de lista del espacio de Yolanda Díaz en Catalunya el 23-J”, leemos en El Nacional. Porque ser solo concejala es poco para Colau, para eso están las y los afiliados a los partidos. Ella es un espíritu libre, un mirlo blanco, un alma pura que no entra en ninguna formación: ella va donde hay algo que salvar, que para algo se disfrazaba de superheroína antes de ser alcaldesa. A mí no me parece mal que vaya con Díaz, me pareció mal siempre aquella crítica.

¡Ni Felisuco!

El ciclo de Ciudadanos está tan acabado que ni Felisuco ha sacado su escaño en el parlamento de Cantabria. La desaparición de un partido político es una tragedia: mucha gente que cree en algo se encuentra con un vacío extraordinario. No es el caso de Ciudadanos, que nunca tuvo ideología y siempre fue gestionado más como una empresa de colocación, de reparto de asientos, de juegos de poder. Nunca les compactó nada, nunca tuvieron bases que no quisieran medrar, su visión liberal, la más individualista de las visiones, nunca fue otra cosa que una excusa para dar forma a una agrupación cuya disolución no importa a nadie.

¡Y sin sonrojarse!

Pedro Sánchez no tuvo ningún reparo en convocar unas elecciones que solo le vienen bien a él. No hablo de los partidos, que cada uno tiene su interés, hablo de los muchos inconvenientes que va a generar a la ciudadanía, a las empresas proveedoras y a la democracia. Así que tampoco ha tenido reparo en hacer esto: “El Gobierno cuadriplica el presupuesto inicial para las campañas de publicidad institucional, y desembolsa 328 millones de euros más respecto a 2020 a dos meses de las generales” (Vozpópuli). Y no es la primera vez: en campaña hizo anuncios por valor de una milmillonada que ahora no va a cumplir. No lo olvidemos.