«Figura estelar»

No puedo añadir nada a la columna de Javier Vizcaíno sobre Mikel “Antza” Albisu del pasado fin de semana: a mí también me provocó tristeza ver que en Euskadi sigue existiendo presión para mezclar a verdaderos intelectuales con otros más dudosos y, entre todos, que parezca que son multitud quienes apoyan al que fuera jefe de ETA. Personalmente, estoy mucho más cerca de las víctimas, como Iñaki García-Arrizabalaga: “Me parece que la chulería de Martín Villa tiene muchos rasgos comunes con la chulería de Mikel Antza. Cada uno con su estilo propio, pero los dos sugiriendo un ‘aquí estoy yo, figura estelar, y que, por mis cojones, no me toquen’”.

“Una sociedad caprichosa”

Pello Salaburu habla de “sociedad caprichosa” pero yo creo que más bien se trata de una sociedad “infantilizada” que, entre todos, medios de comunicación, incluidos, hemos construido. Y con estos mimbres hacemos cestos que podemos llenar de tontos, como quien “se ríe de los millones de torturados y asesinados en los campos de concentración. Comparaciones que banalizan el mal absoluto”. Así continúa su tuit, que ilustra con la imagen de alguien que pone al mismo nivel la vacunación contra el coronavirus con el nazismo. Quien es capaz de hacerlo y de aplaudirlo, se autorretrata y guapo y listo, no sale, precisamente.

“Impresionante”

En las sociedades infantilizadas viven los individuos incapaces de renunciar temporalmente a una parte de sus derechos (la mayoría, sin embargo, sí lo hemos hecho porque entendemos lo que es la solidaridad y un objetivo común) podrían pasarse un rato por China, donde la libertad es algo permanentemente supeditado al régimen: “Impresionante este campo de cuarentena que China construye a lo largo de una autopista de Anyang, en el centro del país. No parece que vaya a abandonar la estrategia de Covid Cero con estas infraestructuras, aunque sean temporales”, nos muestra Zigor Aldama en Twitter.

“Se venga”

Estamos tan pendientes de las fiestas de Boris Johnson que casi nos olvidamos de que ha llegado la fecha en la que el Prime Minister pretende acabar con una de las instituciones del Reino Unido: “Boris Johnson, a punto de eliminar al completo el canon de la BBC, que supone tres cuartas partes de su financiación. Si lo logra, habrá destruido la mejor televisión pública de la historia. Se venga por, a su entender, haber mantenido una postura proeuropea ante el Brexit”, tuitea Héctor Llanos. Parece que, de momento, ese canon se congelará, lo que es un evidente intento de presión a un sistema audiovisual modélico.

“Sensacionalistas”

La sociedad infantilizada de la que formamos parte no se explica sin unos medios infantilizantes. ¿Qué fue primero, el comportamiento de la ciudadanía o la oferta informativa? Realmente, da igual: es evidente que Internet nos ha idiotizado como personas y como periodistas (y lo dice uno que escribe únicamente de lo que ve on-line), y el último ejemplo de momento es el de la cantidad de noticias sobre un segundo temporal de nieve previsto por un método acientífico y que, como es evidente, no se ha dado. Que sí, que de algo hay que hablar más allá del covid, pero o nos ponemos serios o no tendremos donde ponernos.

Los humildes marcan el camino

Después de tantos tuits sobre Afganistán cuyas autoras y autores parece que se rasgan las vestiduras mientras los escriben, un humilde post en Facebook nos marca el camino: el club Bidaideak Bilbao abría “sus puertas a la jugadora afgana, Nilofar Bayat, para que pueda residir en Bilbao y jugar en su equipo desde la próxima temporada”. La capitana de la selección de baloncesto en silla de ruedas ya tiene un lugar en el que refugiarse de los talibanes, y nos enorgullecemos de que sea en Bilbao, pero quedan muchos que vendrán en peores condiciones y merecen oportunidades equivalentes que solo les daremos entre todos.

Un modelo de negocio

La guerra es un modelo de negocio no solo para militares profesionales: los talibanes se financian para continuar su lucha. Viven de ella además de por ella, como podría deducirse de su integrismo, que no se nos olvide. Pero hay más: esa financiación viene del tráfico de drogas que los talibanes ejercen, como explica Roberto Saviano y recoge Público: “La de Afganistán es una guerra del opio. No ha ganado el islamismo, como muchos dicen, ha ganado la heroína. Y más del 90 % de la heroína mundial se produce en Afganistán. Esto significa que los talibanes, junto con los narcos sudamericanos, son los narcotraficantes más poderosos del mundo”.

La élite con la que trabajó EE.UU.

Evidentemente, hay algo turbio si el presidente afgano, Ashraf Ghani, “sacó 169 millones en efectivo, según explicaron fuentes a la BBC” (20 Minutos). Dinero con el que ha sido bien recibido en los Emiratos Árabes Unidos. ¿Es dinero suyo? ¿Es dinero del país que Ghani custodiará y servirá para montar una insurgencia o, cuando menos, ayudar a una población aterrorizada por la dictadura talibán? ¿De dónde sale tanta liquidez? ¿Lo sabían los americanos que ayudaron a institucionalizar ese gobierno? Va a ser difícil, pero esta es una de las derivadas del conflicto que habrá que seguir de cerca.

No son cobardes, nunca lo fueron

Según Amnistía Internacional, han muerto casi 60.000 militares y policías afganos que han luchado junto a los ejércitos internacionales para defender aquella débil democracia durante 20 años. Pero ese dato, que se encuentra en menos de un minuto en Internet, carece de importancia para el concejal del PP Carlos García, que mete a los fallecidos en el saco de “todos los traidores y cobardes del ejército afgano juntos”. Lo hace para defender a los “104 héroes, militares y policías españoles que han perdido la vida en Afganistán” y que, según él, “tienen más honor, más dignidad y más valor” que los afganos. Y así, todo.

Ayer fue el día de la fotografía

Las fotos de los pocos profesionales que puedan moverse en territorio talibán serán importantísimas para que podamos mantener vivo el tema y para que comprobemos que los integristas siguen siéndolo aunque ahora se exhiban comiendo helados. Las fotos nos muestran el mundo y ayudan a fijar recuerdos en nuestra memoria. La fotografía es, sin duda, uno de los grandes inventos de la humanidad, y ayer fue su día. Jornada que en Photolari usaron para reírse un poco de quienes se toman demasiado en serio a sí mismos, sus consejos y la revolución tecnológica, en un sarcástico y muy recomendable post.

Las vacunas, claro

Los días son largos, las temperaturas son más altas y la vacunación avanza. ¿Cómo no voy a tomarte con filosofía optimista el fin de semana? Estoy harto de comentar malas noticias, así que, a falta de buenas, me apunto al mensaje positivo de Gorka Orive sobre el que, sin duda, ha sido el tema también de esta semana: “4 ideas centrales sobre las vacunas: (1) funcionan perfectamente contra la enfermedad grave que provocan las variantes del virus. (2) Siempre completar pauta de 2 dosis (salvo Janssen y si has pasado COVID19 previamente). (3) Son efectivas y seguras. (4) Son el gran hito científico del año”.

La izquierda, la derecha, y todo lo contrario

Otro gran tema de la semana ha sido la discusión sin aparente fin sobre si Ana Iris Simón es de izquierdas o es de derechas, si es de derechas pero moderada o de izquierdas pero alienada. ¡Y yo que sé! Pues será de su padre y de su madre, votará a quien le dé la gana y escribirá para quien quiera leer sus libros con deleite y no con mala leche o una lupa cazafachas. El debate en sí es bastante elocuente porque habla (mucho y no muy bien) de cómo la izquierda inquisidora pretende definir constantemente las normas para quienes quieren entrar en su iglesia, y esa propiedad intelectual tan estrecha tiene más de techo que de suelo.

A cuánto tonto hemos aguantado…

Quien piense que el triunfo del mediocre es una cosa muy española está totalmente equivocado: sin duda, es algo también muy vasco. Para comprobarlo basta con echar un vistazo alrededor. No es menos cierto que en España, por una sencilla cuestión de volumen, el fenómeno es más visible: “Los españoles asumen con resignación que Javier Cárdenas será el nuevo líder de Ciudadanos”. Este titular, falso, por supuesto, es tan redondo que da hasta rabia, y han sido capaces de escribirlo en el digital satírico El Mundo Today, donde de un plumazo muestran todo lo que va mal allí y aquí.

Más de un millón

No resto ni una gota de mérito a lo conseguido por Ibai Llanos, que ha vuelto a marcar un hito congregando a más de un millón de personas en su canal de Twitch para ver un par de peleas de boxeo entre aficionados, narradas por él, por supuesto. No obstante, sí pongo un par de peros. El primero: la comparación entre esa audiencia y la de la final de la Europa League es capciosa porque puedes conectar con Llanos desde cualquier lugar del mundo y el partido solo cuenta los abonados en España. Y la segunda es el efecto llamada: Marcelino Madrigal advertía del peligro de incitar a gente muy joven a crear clubs de la lucha sin control.

Un minuto de gravedad

Las cámaras ya no apuntan a Gaza. Hemos pasado en solo una semana de enterarnos de cada derribo y ver cada noche cómo actuaba la “cúpula de acero” israelí, a hablar de las lógicas ilógicas de Vox en Murcia y de Bildu en Azpeitia como si fueran casi el único tema. Pero en Palestina la vida que se vive con miedo continúa: en la BBC explican algunas de esas leyes que minorizan a los árabes en favor de los sionistas y que exudan racismo, clasismo y privilegios sistémicos, y que acaban siendo desencadenante de la violencia israelí, un estado que siempre parece dispuesto a abrazar una excusa y un misil de alta tecnología.

Lo que cuenta Corinna

Corinna zu Sayn-Wittgenstein cuenta muchas cosas a la BBC sobre su relación (cómo Juan Carlos I llevaba una vida separada de la de Sofía de Grecia y, más tarde, rompe con la propia Corinna porque lleva tres años viéndose a la vez con otra mujer), los alegres gastos del Emérito (aviones privados, médicos contratados 24 horas, safaris, los 65 millones regalados), y lo que importa: “Lo que me parece extraordinario es que estén convirtiendo 40 años de modus operandi de una empresa familiar en un foco sobre una persona. Y esa persona soy yo… Porque habrá cientos de cuentas en otras jurisdicciones”.

“De esta salimos mejores”

Tenía claro que no íbamos a salir mejores de la pandemia y el confinamiento igual que tengo claro que volveremos a vivir con la falsa (y cara) alegría de antes en cuanto haya vacuna y medicamentos que lleven el margen de muertes por coronavirus a unas cifras similares a las de la gripe. No hemos mejorado, de hecho, estoy seguro de que nos hemos vuelto más egoístas y hemos empeorado. Algunos no tienen problema en demostrarlo: “Una peregrina sigue haciendo el Camino con 17 personas pese a dar positivo” (El Progreso). Y si da negativo, ¿iba a perderse la jornada y las risas? Así somos, dejemos de buscar culpables.

No son otros los culpables únicamente

Forma parte del juego democrático que el elector, cuando vote, esté eligiendo también al gobierno al que echará las culpas. Y si no vota, también tiene derecho porque sostiene a ese gobierno vía impuestos. Es así desde el principio de la democracia y antes, cuando los absolutistas eran los culpables de los males. Pero ese juego no evita nuestra responsabilidad cuando la tenemos, como ahora mismo. Me alivia que Antonio Cartier también perciba lo que yo: “¿Vosotros también tenéis a gente en Twitter quejándose por lo mal que está todo mientras en Instagram suben fotos abrazados a sus amigos?”.

En efecto

Casi siempre, Twitter es un enorme colector, solo superado por Tiktok. Pero a veces tiene fogonazos muy interesantes, como este tuit de un usuario que firma como “Karthografo” y luce un lazo amarillo junto a su nombre. Este es el mensaje, a mi entender, finísimo: “Los monolingües que tienen como objetivo encontrar trabajo en administraciones bilingües parten de una premisa falsa, la de que la finalidad de la administración es dar trabajo. Falso. La finalidad es prestar servicio en las lenguas oficiales a todos los ciudadanos”. En efecto, el que prevalece es el derecho de quien usa el servicio, no de quien oposita.

Tan lista no parece

Otro que ha andado fino es César Calderón en la columna que dedica a Cayetana Álvarez de Toledo: “Sorprende ver estos días en medios y redes sociales una sospechosa procesión de dolientes viudas y plañideras de Álvarez de Toledo que no se cansan de loar las muchas virtudes de la finada, especialmente cargos públicos de Vox y periodistas cercanos a quienes no se les conocían veleidades cayetanistas previas. (…) Una persona muy lista y bien formada no tendría por qué recordárselo a todo el mundo todo el tiempo. (…) La arrogancia no es muestra de aguda inteligencia, sino placebo y espejismo de la misma”.

No se puede blanquear a un nazi

Llevar a un debate televisivo a un simpatizante de Vox y enfrentarlo con uno de Más Madrid ya es bastante grave, porque pones al mismo nivel colaborar con un partido que ya ha recibido una confianza mayoritaria y es inapelable en su política y su comunicación, con colaborar con un partido que sabemos cómo actúa en Andalucía, cuál es su argumentario y quiénes son sus amigos en otros países. Pero si el “simpatizante” de Vox además ha sido portavoz de Hogar Social Madrid, un grupo neonazi, y lo omites, lo que haces (lo que hicieron en Espejo Público, de Antena3) es gravísimo porque es colaboracionismo.

¿Quién le ha dado un problema a Rivera?

“¿Pero quién se lo ha puesto difícil? ¿El País con sus editoriales aduladores? ¿Los bancos financiándolos? ¿La patronal apoyando sus propuestas económicas? ¿Las encuestas inflando sus resultados? No hay nada más patético que un niñato pijo mimado intentado dotarse de épica”, tuitea Brais Romanino, y solo puedo darle la razón. Albert Rivera no ha tenido más problemas que los que él se ha buscado con dedazos dentro de su propio partido o con la foto junto a Abascal que debería perseguirle por Europa (aunque mi fe en Verhofstadt cada vez es menor, sinceramente).

Todavía colea el 11-M

Parece increíble que quince años después tengamos que escuchar versiones alternativas a unos hechos sobradamente probados, los del 11-M. Al parecer, lo de las fake-news (noticias que sabemos que son falsas pero que compartimos como verdaderas porque refuerzan nuestro punto de vista) no es nada nuevo. Si no lo atajamos, el verdadero problema, como tuitea Genko, vendrá después: “Esperad a que lleguen a adultos los que no lo vivieron”. Al ritmo que vamos, con unas redes sociales que devoran nuestro tiempo y la verdad, dentro de otros quince años vamos a sorprendernos y asquearnos mucho más.

¿Y por qué no también un consenso social?

Para ir frenando las mentiras y las fake-news (que contienen mentiras pero no son exactamente lo mismo), en la BBC han decidido prescindir en sus debates de personas que nieguen hechos con el suficiente consenso científico. Espero que no se quede en el detalle de no invitar a quienes aseguran que la tierra es plana, y dejen de contar también con los antivacunas. Y espero también que este paso sea copiado y extendido. Los consensos sociales también son importantes, y los derechos adquiridos, por ejemplo, por las mujeres o los emigrantes, no pueden ser discutidos por nadie.

No son profesionales ni de lo suyo

No sé cómo se llama la influencer que anuncia en un vídeo ridículamente una Coca-Cola y me da igual. También me daría igual que fuese una parodia, porque lo esencial es que los influencers, anunciando Coca-Cola o una prenda de una tienda de moda, son mayoritariamente ridículos. Así de sencillo. No avisan (salvo honrosas y muy pocas excepciones) de que están haciendo publicidad, de qué anuncian o recomiendan de verdad, y no son actrices ni lo intentan. Se escudan en una naturalidad impostada y en una profesión que no lo es, porque ser prescriptor es más viejo que el tebeo.