La factura

“Los hospitales propiedad de Community Health Systems (CHS), una de las mayores cadenas hospitalarias de Estados Unidos, han presentado al menos 19.000 demandas contra sus pacientes por facturas médicas supuestamente impagadas desde marzo de 2020”, esa es la nota que leemos en CNN y, sí, se refiere a los pacientes afectados de coronavirus. Parece que no es la norma general, pero sí es un anuncio grave: “No se me ocurre algo peor que pueda hacer un sistema hospitalario que demandar a los pacientes por sus facturas médicas durante una pandemia y una recesión”, dice una portavoz de los pacientes indefensos.

La ideología

Si el titular de la CNN sobre el sistema de salud estadounidense no resulta suficientemente aterrador, hemos encontrado otro para no dormir: “En Estados Unidos la vacuna también es guerra cultural: el 44% de republicanos no quiere ponérsela” (Magnet). Es decir: el principal partido conservador de aquel país se está convirtiendo en el grupo que reúne a los trumpistas, los negacionistas y los antivacunas. Un partido cuya élite política surge de la élite económica y social (esa que puede pagar sus facturas médicas), y que está llamado a volver a gobernar antes o después por culpa de aquel bipartidismo perfecto.

La indecencia

La vacunación masiva en Israel no dio a Benjamín Netanyahu el margen político necesario para gobernar. Así que la legitimidad que no ha alcanzado en las urnas la está arrancando de Palestina. Suena reduccionista y crudo, pero Ockham y yo estamos de acuerdo: la escalada de violencia provocada por Israel tiene una explicación así de indecente. El presidente israelí, además, insiste en ello: la masacre (por supuesto, él lo llama el mantenimiento del orden) continuará. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que Hamás o la Yihad desaparezcan, como sugiere en su último vídeo? Eso no va a suceder. Netanyahu lo sabe y todos lo sabemos.

El mercado

Intento ser una persona que lee a quienes saben más que yo, que huye de prejuicios y argumentarios, y que intenta llegar a conclusiones. Básicamente, si no lo hiciese esta columna no tendrías sentido. Con todo, lo de China me resulta incomprensible: ¿cómo puede ser que el país que primero sufrió la pandemia, con todo el desconocimiento, haya sido el que ha salido reforzado de toda este mierda? No me creo las teorías de la conspiración y precisamente por eso me parece más difícil de entender que su negocio automovilístico, uno de los indicadores económicos globales, por ejemplo, haya ido viento en popa.

Los banqueros

Me hago viejo y empiezo a arrepentirme de cosas que no he hecho. Por ejemplo, me arrepiento de no haber elegido un sector más rentable que el periodismo: a mismo talento y mismo esfuerzo, quien haya apostado por la banca, por ejemplo, vive mucho mejor que yo. “El Banco de España pagó durante ocho años a sus exdirectivos finiquitos que triplican los asignados a esa categoría”. Curiosamente, “en febrero de 2020, el actual gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, se opuso públicamente a la derogación de la reforma laboral y a la subida del salario mínimo” (InfoLibre).

El rey que solo tenía su campechanía

Si ayer nos preguntábamos en esta columna de dónde sacaba Juan Carlos I tanto dinero hoy lo podemos explicar en parte: volvió de Kazajistán, donde había estado en un viaje privado alegrándose la vida, con cinco millones de dólares en efectivo y en maletines, cortesía de Nursultan Nazarbayev, entonces presidente del país. Era el año 2002 y según relataban las fuentes gubernamentales de allí a las que ha tenido acceso Eldiario.es, le regalaron la pasta porque el Borbón les había dicho que no tenía nada pese a ser el jefe de Estado español. Al final, va a ser verdad que con sus amigos era un campechano.

Otros tienen menos

Javier Salvador preguntaba en Twitter: “¿Cómo era eso de venderse por un plato de lentejas?”, después de ver la foto de Mertxe Aizpurua y Oskar Matute en la ronda de contactos con el gobierno español para aprobar los PGE. Ayer mismo, Otegi anunciaba el voto favorable a las cuentas pero no anunciaba, al mismo tiempo, ninguna contrapartida. Así que el famoso “plato de lentejas” con el que la izquierda abertzale siempre ha acusado al PNV que sí negociaba en Madrid, en su caso, no pasa de plato de sopa del cocido. Un cocido que igual sabe a rancio, como siempre fueron los comentarios que hoy resuenan.

Pero, ¿qué es esto?

Yo gruñendo porque hay partidos que no sacan nada políticamente salvo fotos y gobiernos más pendientes del selfie que de la realidad, y Telecinco tuiteando que “el 39% de los españoles asegura que sonríe más que antes del confinamiento, y el 90% se siente valiente y positivo”. Pues será en España, porque en Euskadi la gente está bastante mosqueada, cansada y sin ganas de reír. Y menos si leemos noticias como la de Juan Carlos I, que ya parece una caricatura de sí mismo… Pero que trincó sin declarar millones a paladas, según van publicando los distintos medios. ¡Pero si solo se ríe él!

Jon Rahm, también

Si alguien tiene motivos para sonreír es Jon Rahm, que ha celebrado su cumpleaños con un hoyo en uno (el segundo en dos días) que ha dado la vuelta al mundo porque la pelota cruzó un laguito de agua dando botes. El golfista de Bizkaia es un auténtico fenómeno que nos da alegrías en esta época de tristeza y agotamiento. Así que, bienvenidos esos vídeos, esos tuits y esas proezas que tienen que aliviarnos y, si es posible, inspirarnos. A estas alturas nadie pide hacer un hoyo en uno a la vida, y menos con un obstáculo en medio, pero sí que podemos intentarlo y, sobre todo, apreciarlo.

Bannon, no

Al que se le habrá borrado la sonrisa es a Steve Bannon tras comprobar que Twitter le ha cerrado la cuenta después de sugerir “que el Dr. Anthony Fauci y el director del FBI, Christopher Wray, deberían ser decapitados” (CNN). Durante mucho tiempo he echado de menos más implicación de las redes sociales digitales, y creo que es justo reconocérsela ahora. Bannon, además, marca el camino a Trump aunque ahora estén alejados: en cuanto el presidente (que considera que Twitter es su altavoz) abandone la Casa Blanca su cuenta pasará a ser una más, y tendrá que ajustarse a las normas como todos.

Sí, son ellos y están aquí

El “viva Hitler” no se coló en una manifestación en Madrid contra las medidas del gobierno español para frenar el coronavirus: la presencia de miembros de la extrema derecha haciendo en la calle la labor de agitación a la oposición política es una constante. Una constante que empezamos a normalizar y no deberíamos. A esa escoria hay que pararla. Y en vez de eso, Casado, Abascal y Arrimadas (no podemos olvidar su papel labrando la cosecha que recogió Vox) le dan alas y la mezclan con personas conservadoras que empiezan a encontrarse a gusto, de tanto hacerlo, con los neonazis. Imperdonable.

Grecia va por delante

Solo espero que Grecia vaya por delante, que solo sea cuestión de tiempo que en España, Italia, Francia, Polonia o Hungría se ponga freno a los partidos de extrema derecha. Pero me temo que la consideración de “organización criminal” que recibió Amanecer Dorado por parte de la justicia griega se va a quedar como un caso aislado. Afortunado pero solitario. Necesario pero insuficiente cuando el resto de Europa y el Mundo (EE.UU., Brasil, etc.) siguen jugando con fuego al no negar el poder a quien solo lo quiere para destruir el sistema desde dentro. Grecia hoy es un sitio mejor. El resto, todavía, no.

¿Casual? Anda ya…

Tengo todas las dudas sobre el coronavirus de Donald Trump aunque parece que la enfermedad se ha extendido por el personal habitual de la Casa Blanca, así que cuando vi el vídeo sobre su milagrosa curación tuve, también, todos los recelos. Y pensé que era cosa mía que me sonara a spot de teletienda su recomendación de un medicamento concreto que, además, pretende aplicar a toda la población. Pero por lo visto no era solo cosa mía: según la CNN, la farmacéutica del milagroso brebaje pertenece a un amigo personal de Trump y el propio presidente ha tenido acciones de la empresa.

¿Casual? Anda ya… (y 2)

Yo también lo pensé pero César Calderón lo tuiteó mejor: “¿Alguien cree que fue casual una ministra de Podemos lanzase una ampliación de la ley del aborto precisamente el día que se anuncia la posible imputación de Iglesias? Una cortina de humo de libro…”. La petición del juez de imputar a Pablo Iglesias sigue coleando, primero, por la desfachatez del PP. Pero también porque Podemos está poniendo de su parte con aseveraciones que siempre son difíciles de mantener en el futuro, y porque está desviando la atención con artificios de gobierno cuando, desde la oposición, por menos ya señalaban… Y señalan.

Correcto

Las noticias sobre el coronavirus este fin de semana se reducen a la batalla entre los gobiernos madrileño y español, y al goteo de cifras al que nos hemos acostumbrado como si detrás de cada infectado no hubiera un riesgo potencial de muerte y detrás de cada fallecimiento, una familia destrozada. Pero esta pandemia sigue dándonos noticias a tener en cuenta, como la prohibición en Canarias de que la gente fume por la calle, esto es, la prohibición a bajarse la mascarilla y soplar, literalmente, por el morro. Porque, oye, con la excusa de que “yo fumo”, algunos se pasan por el arco las obligaciones de todos.

Una guerra

El conflicto racial en EE.UU. empieza a parecerse peligrosamente a una guerra larvada en el seno de una sociedad llena de apariencias y miedos, en el seno de un estado fallido de libro liderado por un Trump al que votan convencidos los de extrema derecha. La población negra libra una batalla diaria contra el racismo, los locos y la policía que no duda en atacar con plena intención de causar la muerte a un negro mínimamente sospechoso. Dan igual los antecedentes, dan igual las llamadas a la calma, da igual la lucha por la igualdad: los prejuicios antes de cada tiroteo anticipan una limpieza étnica en una guerra civil.

Una ministra

Llevo más de 10 años dedicándome a observar la comunicación política y todavía no tengo claro si es un acierto o todo lo contrario llevar a los políticos a espacios como el de las revistas del corazón o de variedades. Critiqué aquella foto de Patxi López escuchando música en Ajuria Enera pero no me pareció mal el posado pretendidamente sexy de Soaraya Sáenz de Santamaría. Ahora, no sé lo que pienso de la entrevista en el Diez Minutos a Irene Montero, pero sí de las reacciones que ha suscitado: ni ella es una celebrity ni lo importante es si lleva un Rolex o un Swatch. Es una ministra y ha de ser tratada como tal.

Las vacunas

La pandemia nos golpea, las medidas para prevenirla nos zarandean como sociedad, el confinamiento nos amenaza y la vacuna está ahí pero ya nos advierten, por un lado, los expertos de que puede no ser definitiva contra el virus y, por otro lado, los gilipollas de que nadie puede obligarnos a ponérnosla. No veo por qué no pueden obligarme a ponerme la vacuna si me han retenido en mi propia casa durante tres meses, la verdad. Y sobre todo, no entiendo que alguien dude todavía sobre la importancia de las vacunas incluso la semana en la que celebramos que la polio ha sido erradicada en África.

El Windows 95

La aparición del Windows 95 ha cumplido 25 años esta semana, el sistema operativo que cambió la manera en la que nos relacionábamos con los ordenadores y que, sobre todo, cambió la vida a Bill Gates y sus socios, que desarrollaron un software y un sistema de licencias que les hizo millonarios. Hace 25 años les vimos salir a un escenario e intentar bailar y animar al público en la presentación de su gran proyecto. Las imágenes hoy provocan ternura, pero sirven para ilustrar que, a veces, los empollones son los que ganan. Aquellos nerds se hicieron ricos e importantes cambiando la informática y nuestro día a día.

El Messi

La última semana de agosto nos ha traído un bombazo deportivo: Leo Messi no jugará más en el FC Barcelona (y lo peor que podría hacer la junta directiva del club es obligarle a hacerlo en contra de su deseo). Su último partido será el vergonzante 2-8 ante el Bayern. Y no tendrá oportunidad de abandonar el club de su vida como lo hicieron otros: Joaquim Campa recordaba en Twitter el homenaje que rindieron hace un par de años a Totti en Roma. Así se despide a un crack que ha dado sus mejores años a un único club. Pero Bartomeu y los suyos son capaces de empeorar aún más las cosas. Nos vamos a divertir.

Atutxa, Knorr y Bilbao hicieron lo correcto

La primera que compartió la noticia en Twitter fue Izaskun Bilbao, la sucesora de Juan Mari Atutxa en la presidencia del parlamento vasco: según Estrasburgo, el ex consejero de Interior, Knörr y Bilbao no tuvieron un juicio justo cuando fueron condenados por no disolver el grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak tras la ilegalización de Batasuna. Y aunque no creo ya que nadie se sonroje en la justicia española, por lo menos, los tres han recibido su reparación moral. Bienvenida sea.

Euskadi, hiperconectado

Es la noticia del territorio en los periódicos de hoy: un cable va a conectar Sopela con Virginia Beach en un proyecto de Microsoft y Facebook para que los usuarios de sus herramientas en el sur de Europa puedan hacerlo en mejores condiciones técnicas. La historia es estupenda para quienes seguimos dejándonos sorprender por la tecnología, pero esta no es una anécdota ni una noticia “friki”: es importante reconocer los pasos adelante, darlos y acompañar a quien prepara el camino.

El nivel

El debate sobre la moción de censura de Pablo Iglesias, para Pablo Iglesias y por Pablo Iglesias me aburrió ayer sobremanera. Irene Montero empezó haciendo bueno a Rajoy (y si Ramón Espinar no ha escuchado otros discursos en el Congreso el problema es suyo), e Iglesias terminó haciendo de sí mismo la versión extendida del cuñado de izquierdas. Hasta los tuits fueron a menos con el paso de las horas y las ideas machacadas. Un ejercicio de autoescucha absolutamente prescindible.

Ánimo, Yeray

La noticia de que Yeray Álvarez va a tener que someterse a quimioterapia para seguir tratándose de su cáncer sacudió ayer al mundo del fútbol, del deporte, y, por supuesto, a Bilbao. Las muestras de afecto y apoyo llegaron desde orillas cercanas como la Real Sociedad a otras más lejanas (Sevilla, Alcorcón…). Pero los más emocionantes, sin duda, fueron los mensajes de sus propios compañeros, como Iñaki Williams, cuyo carisma se percibe incluso a través de Twitter.

Un sueldo más que digno

Siempre que puedo insisto en que uno de los colectivos profesionales más infravalorados en Euskadi es el de los fotógrafos. En los periódicos, revistas, estudios e incluso en las galerías de arte hay personas que hacen maravillas con sus cámaras y un ordenador (o cubetas y ampliadoras), y muchos de ellos pasarán razonable envidia con los sueldos que leemos en Photolari: 650 dólares por jornada en la CNN o National Geographic, o 450 en The New York Times, entre otros.