Muere Facebook, vive Meta

Si algo nos ha enseñado Facebook es que no podemos dar por muerta ni a la empresa ni a la red social: su pérdida de reputación y el evidente descenso en el uso que hacemos de la herramienta (ojo, actualizamos menos pero no dejamos de mirarla) ha llevado a Mark Zuckerberg a hacer un relanzamiento de su primer buque insignia. Las promesas parecen bastante irrealizables para la mayoría, así que hasta que no se veamos Meta no podremos opinar. Sí nos suena a viejo su anhelo: navegar por un único sitio, hacer una única inmersión on-line, pero, esta vez, con tecnología nueva.

La muerte de los empleos

No es nuevo: hacerte autónomo para ofrecer tus capacidades pero pagándote tú la seguridad social fue el primer paso de la “uberización” del empleo, mucho antes de que se popularizara Internet o apareciesen el propio Uber y derivados. En Menéame hemos encontrado un artículo que profundiza en esta devaluación del empleo y la o el empleado, especialmente, en el sector tecnológico, en el que una deslocalización brutal ha llevado a utilizar la mano de obra barata de siempre ahora para detectar contenido inapropiado o para generar granjas de clics en las que una persona va dando likes a un precio bajísimo.

Sin cuerpo presente

Precisamente la tecnología ha permitido crear nuevas estafas más allá del timo de la estampita, las piramidales o los grandes fraudes bancarios. Ahora solo hace falta poner algunas palabras mágicas y contratar a unos influencers que se vendan sin preguntar. Business Insider explica el último caso de momento: “La historia de CryptoEat revela cómo el nacimiento de una start-up avalada por influencers y famosos acabó en casi 600.000 euros estafados”. “La firma aseguraba contar con inversores prestigiosos y se iba a lanzar al sector del reparto gracias a un algoritmo ‘basado en su tecnología blockchain’”.

Ha fallecido nuestra capacidad de escandalizarnos

Sin Internet tampoco se hubieran popularizado el uso de sociedades pantalla, el desvío de fondos y la creación de empresas en paraísos fiscales para evitar impuestos. Así, los conocidos como “papeles de Pandora” no han tenido mucho recorrido informativo ni impacto social más allá del chascarrillo de algunos nombres. Nada que ver con “los papeles de Panamá”. Como recuerdan en El Blog Salmón: “Constituir una sociedad offshore es legal, como ya se nos dejó claro en las anteriores filtraciones, pero es que además, es sorprendentemente barato”. No solo estamos adormecidos: el fenómeno ha podido ir a más.

Se muere el papel aunque no queramos

Entre los muchos regalos que pueden faltar en el saco de Olentzero estarán también los libros, y no porque nos hayamos pasado en masa al e-book (algo que nunca ha sucedido): tampoco hay papel. Y este problema grave más allá de las novelas: no hay cartón tampoco para embalar lo que compramos. En este mundo que nos hemos construido de envíos a domicilio, generar y reciclar cartón o papel es uno de los muchos problemas que hemos añadido a la larga cola de una insostenibilidad palpable. Mientras imprimen las novedades podemos aprovechar para echar mano de esos libros que compramos por encima de nuestras posibilidades lectoras.

El «gran» Piqué

No me sorprende que Gerard Piqué se haya ido a hacer surf mientras se recupera de una lesión, poniendo en riesgo su integridad sin que parezca importarle el perjuicio que genere al club que le paga, ni me sorprende que sus acompañantes intentaran borrar los archivos del fotógrafo de El Diario Montañés, Javier Rosendo, que capturó el momento. Piqué hace tiempo ya que actúa como un exfutbolista que se niega a perder el título de “capitán del Barça” mostrando poco respeto, por utilitarista, a institución y afición. En Bilbao ya le habíamos calado, pero él decide si su carrera como empresario de Kosmos empieza marcada.

Vamos a más. O a menos

El lunes precio de la luz batió otro récord y parece que no será el último: como con las cifras de muertos por Coronavirus (si, mueren personas cada día en nuestro entorno mientras a algunos solo les preocupa que no les dejen emborracharse en la calle), el atraco de las eléctricas ya no llama nuestra atención por repetitivo. El escenario perfecto para quien nos pasa la factura cada mes y, que nadie se engañe, el deseado por los partidos del gobierno de coalición superprogre y superguay: el de la anestesia generalizada, como le pasó al PP con la corrupción normalizada entre los miembros de su partido.

Y las que vendrán

Es evidente que ni la pandemia ni el confinamiento nos han hecho mejores personas. Creer en una transformación global para bien basada en restricciones a una sociedad individualizada a empujones era una quimera. De hecho, ha sido al contrario, que era la opción más probable. Del mismo modo, esta puta mierda que nos arrasa no va a cambiar nuestros hábitos: ni teletrabajaremos ni modificaremos nuestros modelos de negocio sustancialmente. Ni en Euskadi ni en la China popular, como diría Carod Rovira: España insiste en su oferta de ocio veraniego, como hemos podido disfrutar muchos, y le va bien, según El Blog Salmón.

Glorioso, y más

Dice Don Mitxel, un conocido tuitero vasco, que podemos poner “todos los peros que queráis, pero a mí me sigue pareciendo glorioso lo de un rey huido de la justicia de su país mientras el principal heredero de sus desmanes ocupa el trono”. Glorioso… ¡y más! Porque ese rey huido de la justicia es nada más y nada menos que el jefe de Estado (título que obtuvo como compensación), que cometió todos los delitos y faltas éticas (cuando menos) que se le imputan ahora en el ejercicio de su cargo. Creo que no debemos perder nunca de vista esto: que hablamos de la jefatura del estado español en todos los casos. En todos.

La Superliga también de selecciones

Del mismo modo que los equipos que no son de Champions a algunos les sobran, las selecciones que no suelen estar en mundial y eurocopas, también. Supongo que al community manager de la revista Líbero (qué tremendo error comunicar eso en el perfil oficial) le gustaría que hubiese una Champions de selecciones con España, por supuesto, y luego una Europa League para equipos nacionales de menos renombre como Georgia o, en su caso, Euskadi (que no vamos a ir al Mundial de carrerilla). Más allá del debate, que me parece pobre como pocos, insisto en la equivocación de poner en entredicho un medio que levantaba simpatías.

Es el mercado, amigo

Mientras en una televisión española daban voz a un hostelero que se quejaba de que la gente no quiere trabajar (y resulta que tenía denuncias por sus condiciones laborales, además de mostrar simbología ultraconservadora en su local), “los salarios se disparan en Reino Unido a medida que se agudiza la escasez de trabajadores” (El Economista). Como dijo Rodrigo Rato, “es el mercado, amigo”, y si un sector demanda mano de obra y esta escasea, tendrá que mejorar su oferta para captar talento y carga de trabajo. Lo que resulta difícilmente explicable es que sigamos viendo condiciones abusivas y a empresarios sinvergüenzas en la tele.

Igual no era tan buena idea…

Según El Blog Salmón, la “relocalización” empieza a extenderse. Es decir: quienes emprendieron el viaje hacia China para abaratar la fabricación de sus productos y obtener mayor margen de beneficio empiezan a buscar otros países (Vietnam o Marruecos, en menor medida) o a regresar, directamente, a países que abandonaron como España. ¿Por qué? Por razones evidentes: producir y trasladar desde China es ahora más difícil que nunca y, por lo tanto, más caro, y parece que algunos indicadores aventuran que esos precios más altos se sostendrán, fomentando esa vuelta o, por lo menos, el acercamiento.

Empiezan las malas noticias

Las buenas noticias en economía son como las perseidas: las puedes una vez al año si el tiempo no lo impide y, si no estás atento, te las pierdes. Así que empezamos con otras más habituales: “El PP pide que se indemnice a empresas que han sido condenadas en reiteradas ocasiones por haber vulnerado los derechos de las personas trabajadores y que, además, han estafado millones de euros a la Seguridad Social”. Ese es el acertado resumen de Julen Bollain sobre la petición del PP de indemnizar a las empresas afectadas por la Ley Rider como Glovo, Uber o Justeat. No es el mundo al revés, es una mierda pinchada en un palo.

Un despido en directo

La telebasura en España ya ha alcanzado otro hito: un despido en directo, el de Antonio Canales, que supo durante una emisión que Sálvame no iba a renovar su contrato. No solo eso: la presentadora, Carlota Corredera, también dejaba claro que el programa dejaba de contar con un tertuliano “por primera vez en su historia”, para que la humillación fuese completa. Pero el circo no había terminado porque consumado el despido televisivo, Corredera advertía al resto de colaboradores: “Algunos termináis el contrato a finales de agosto y otros a finales de septiembre”. Luego, que por qué vemos Amazon Prime.

Así somos

Telecinco nunca se ha ocultado: es una cadena que genera contenidos y caras para alimentar sus propios programas en una especie de parrilla televisiva circular con olor a pis. Peores son esos medios, esos programas y esos periodistas que van de dignos e incluso dan lecciones pese a participar en cadenas y emisiones hechas con retazos. Mr. Insustancial, un buen conocedor del medio, lo escribía muy clarito en Twitter: “Cuando leo a un redactor de un medio pidiendo vídeos o fotos para emitirlos pienso en un panadero que le pide a sus clientes que le lleven la harina para que les pueda hacer el pan”.

Hay que tomárselo en serio

Los ejecutivos de DC han forzado la eliminación de una secuencia en una serie de dibujos animados para adultos (repito: para adultos) en la que Batman practicaba sexo oral a Catwoman. “Si Batman es de los que lame ahí abajo va a ser difícil vender sus muñecos”. Este fue el argumento de la empresa propietaria de los derechos, según Esther Miguel en Magnet. Y como ella yo también creo que hay que tomar este tema en serio: ¿Batman puede partir extremidades y matar (repito: matar) pero no puede comerle la cosita a quien le plazca? ¿Qué mierda de show-business hemos financiado? ¿El sexo está mal pero la violencia está bien?

No nos infantilicen, por favor

Puede tener algo de mérito haber convertido una información potencialmente negativa en una positiva. No es menos cierto que es más fácil que demos por buena la información si la marca que lo hace es Telefónica, que pone mucha tela en publicidad al año. Pero “lo cierto es que esto encaja en el plan de Telefónica de reducir sus costes”, según El Blog Salmón, donde, visto el éxito del argumento, se preguntan: “¿Estamos ante algo que se podría generalizar en otras empresas?”. La empresa se ahorra un pico y ataja un problema, el del regreso del teletrabajo. Y el empleado paga un precio que se ahorra la empresa.

El Bitcoin es negro

Se suele representar al Bitcoin con una especie de moneda dorada y brillante, sin manosear porque es virtual y nadie la toca. Pero por lo que publican en El Boletín, su color real podría ser el del negro carbón chino, vinculado directamente con la producción de las cadenas de código necesarias para generar esta moneda. La red de proveedores de esta fantasía “emite hoy unos 60 millones de toneladas de CO2, lo mismo que Grecia”. Pero también es tirando a negro que algunos proveedores estén relacionados con “blanqueo de dinero, la corrupción, el soborno, el fraude y la violación de la privacidad de los datos”.

Como el alma de algunos

No podía ser de otra manera: los nostálgicos del “todo es ETA” se sitúan ahora en torno a Vox. No es menos cierto que la última vez que lo habíamos oído fue cuando 35 conocidos miembros de la izquierda abertzale reconocieron que todo era ETA para pactar dos años de cárcel por cabeza y librarse de entrar en prisión. Hasta esta semana, en la que un concejal del partido de Abascal clamaba contra el presidente de la CEOE por no oponerse a los indultos: “Se pone del lado de los etarras”. Tanto han machacado los de aquí que los suyos son presos políticos como los de ERC y Junts que algunos hasta se lo han creído.

Esta me la guardo

Sin que sirva de precedente, me voy a guardar esta sentencia de Pedro Vallín en Twitter: “Un ‘constitucionalista’ es un catedrático de derecho constitucional, usted solo es facha”. Y me vale para los descerebrados de Vox que aplauden los eructos de Rocío Monasterio como para los que van de necesariamente hostiles en el PP vasco contra todos. Mientras algunos nos esforzábamos por ser políticamente correctos y por buscar términos inclusivos en los que la mayor cantidad de perfiles políticos pudieran sentirse cómodos, los populistas y fascistoides han aprovechado el hueco. Ya es hora de devolverles al margen del camino.

¡A la mierda!

Si el “estilo de vida milénial” consiste en viajar en Uber, ir de vacaciones con Airbnb y beneficiarme de todo lo que pueda en las webs de descuentos en negocios locales, estaré feliz de que se acabe. Kevin Roose llama en el New York Times “economía subsidiada” a la que nos permite, gracias a las rondas de inversión basadas en expectativas, viajar con chófer, vivir en casas con piscina de otros durante días o que el autónomo de turno casi me invite. Parece que en EE.UU. se acaba ese modelo de negocio, y yo lo celebro. A mí también me gusta pagar menos, pero me gusta más ser justo con mi sueldo y el de los demás.

“El empacho on-line”

Hasta que llegue a Euskadi esa bancarrota de “lo colaborativo” que se basa en apretar a todo el mundo menos al que tuvo la idea, que se hace millonario aunque el negocio no sea rentable e intentará vender otras ideas cuando la primera fracase, seguimos viviendo en ese empacho que nos ofrece lo on-line y las empresas “de base tecnológica”. La última y que, como bien dicen en Xataka, no necesitamos, es la de los envíos en 10 minutos: tenemos chóferes y tenemos esclavos que nos traen a casa lo que queremos, ahora, en tiempo récord. Porque nosotros lo valemos, claro que sí. Hasta que la precarización nos alcance.

Todos queremos beneficiarnos

Los Bitcoin son lo más parecido a una estafa piramidal tecnológica y, pese a sus picos (cuando se reparte el dinero si es que alguien lo capitaliza) y bajadas (cuando se volatiliza), sigue habiendo inversores. ¿Por qué? Porque Internet ha impulsado la “economía FOMO” (“Fear of Missing Out” o “miedo a quedarse fuera”): es decir, la necesidad de conexión nos ha empujado a necesitar, también, comernos una parte del pastel invirtiendo o, simplemente, pillando un buen AirBnb o atrapando al vuelo un descuento que sale de la pérdida de algún autónomo. Y así hemos llegado a este punto de difícil pero necesario retorno.

¡Ojalá un euro cada vez que lo he oído!

Con esta ansiedad generada por la hiperconexión y decantada en la necesidad de llevarme algo yo también, ha resurgido un lema que cuando estaba buscando mi primer piso ya era viejo: “El futuro es no tener una casa en propiedad; el futuro es el alquiler”. Lo ha dicho en El Mundo esta misma semana el economista Carlos Martín Urriza. Si me hubiesen dado un euro cada vez que lo he oído o leído todos estos años seguro que habría podido comer gratis en algún restaurante con Estrella Michelín. Yo solo sé que hace 15 años ya nos lo decían y hoy la propiedad de los alquileres está concentrada y los precios son de récord.

Con cifras

En El Blog Salmón lo tienen claro: “Los que compraron vivienda en España en los últimos 10 años acertaron sobre los que alquilaron”. En este tiempo las hipotecas no se han encarecido y, sin embargo, todas las circunstancias económicas “han sentado las bases para una revolución en los alquileres”. Empezando porque la movilidad laboral se ha traducido en centralización (grandes ciudades) y porque la precariedad laboral de quien debería de iniciar una vida le impide hipotecarse. Pero la sarta de argumentos a favor del alquiler continúa. A favor, sobre todo, de quien tiene la propiedad para alquilar.