A Podemos se le pasa el arroz

IU parece que se arrepiente de asociarse con Podemos porque, para formar parte de una agrupación con más pasado que futuro, se quedaba como estaba. Es así: el partido de Iglesias ya no emociona ni ilusiona, y el líder es una caricatura de sí mismo. Que sí, que es bueno que hagan bromas con uno… Pero siempre que la parodia no se convierta en una idea normalizada: “Podemos plantea cambiarse el nombre a ‘Pablo Iglesias Magic Experience’”, titulan en El Mundo Today.

Y los problemas son reales

El número no engaña, y menos si lo da el secretario de organización de Podemos: de los 760 municipios con estructura organizativa y una secretaría general local que había en 2015 en toda España, hoy solo queda “casi un centenar”. ¿Por qué? Porque en los otros casi 700 municipios no cumplen los requisitos mínimos: 50 afiliados de verdad (no vale con que se apunten en una web). Con todo, Echenique asegura que no ha desaparecido la presencial local de Podemos.

Ojalá pase pronto la moda…

Por partes: el tuit de la Policía Foral de Nafarroa sobre Amaia Romero, la concursante de Operación Triunfo (“Es rojilla, es navarra, guapa, simpática, natural, canta bien… No sería un mal fichaje como imagen de Policía Foral”), es una sinsorgada, y no merece ni la décima parte de la polémica que, según El Confidencial, ha generado, vale. Pero a ver si pasa ya de una vez la moda de que las policías sean divertidas en Twitter, copiada a la estrategia de Carlos Fernández Guerra, que ya no aporta nada.

GoPro como referente

GoPro es una empresa que durante muchos años ha sido el referente de los emprendedores. Tuvieron una gran idea (las cámaras de aventura), un buen desarrollo tecnológico y unas campañas de marketing muy atractivas. Pero descuidaron el mercado y la competencia les ha comido. Hoy, con despidos (el 20% de la plantilla) y recortes (división de drones, productora de contenidos) GroPro es un referente de cómo se te puede ir escurrir entre los dedos todo lo que sabes y haces.

¿Arda Turan ha cumplido su sueño?

Todos los aficionados al fútbol hemos comentado en alguna ocasión la figura del jugador que, una vez llega a la élite, se echa a dormir. Pues bien, según Marcel Beltrán en Panenka, esta vez la exageración es real: Arda Turán no ha demostrado en el Barcelona nada de lo que hizo con el Atlético de Madrid, pero según el redactor ha cumplido su palabra. El jugador dijo que quería cambiar de equipo porque con Simeone se había cansado de correr. Una fortuna y 50 partidos en tres años después, se marcha.

¿El arrepentimiento se negocia?

Mikel Segovia lo enfoca así en El Independiente: los miembros de ETA que siguen en la cárcel estarían dispuestos a reconocer el daño causado siempre que se genere “un marco adecuado”, y apunta a su deseo de que haya “una sociedad sin presos”. Mientras tanto, van acogiéndose a beneficios que la propia organización les ha vetado durante décadas y, en cualquier caso, cada paso de este largo proceso nos recuerda que el de los presos es un problema pendiente de resolver en la izquierda abertzale.

¿Toca equilibrar algo?

Igual es que yo no estoy en la lista de periodistas influyentes que sí reciben e-mails de la Casa Blanca y por eso no lo entiendo, pero me sorprende lo que leo en El Confidencial: Donald Trump no es tan inútil ni malvado como le gustaría a Michael Wolff, y este periodista, al mismo tiempo, parece que tiene un ego insaciable que le lleva a ser un pelota para conseguir declaraciones que luego tergiversa. No conozco a ninguno de esos personajes, pero Trump se ha retratado él solo en incontables ocasiones.

No todo vale, lo sé

¿Y si Wolff fuera un exagerado en busca de fama y fortuna (ya tiene ambas, por cierto), no tendríamos que saberlo? Sin duda. Pero aunque lo sea (que no lo descarto) y por si acaso lo es lea el libro con las gafas de visión crítica, estoy seguro de que la caricatura se parece al Trump real. Recuerden que soy un firme defensor del “no todo vale”. Por eso celebro que haya sido condenada la mujer que deseó en Facebook que a Inés Arrimada la violen en grupo. Nada justifica eso.

Zuckerberg quiere arreglar Facebook

Lo que más nos sorprende es que el creador de Facebook no quiere arreglar su parte técnica, sino las cuestiones importantes: discursos que fomentan el odio, las noticias falsas que nadie ataja y el uso de los vídeos en directo para transmitir barbaridades o poner en riesgo a menores sin aptitudes digitales son sus preocupaciones. Zuckerbeg lo ha admitido en una publicación en su propio muro, preocupado por que la gente pierda la confianza en la tecnología… Y en su empresa.

Apple y su obsolescencia

Los iPhone y los iPad son unos cacharros increíbles. Prueba de ello es que el resto de empresas se han limitado a copiarlos. También son carísimos simplemente porque dejan un margen de beneficio enorme a Apple, pero lo que resulta imperdonable es que estén programados para funcionar peor cuando pasa el tiempo para generar una nueva compra (en mi caso, me he pasado a Samsung). Francia quiere poner freno a esto y ha logrado que Apple lo reconozca y ahora zozobre.

Un mono con dos pistolas

Donald Trump nunca quiso ser presidente, no tiene ideas, es irritable, cuando entró en la Casa Blanca se tiró dos días encerrado en su habitación viendo la tele y devorando Big Macs, su hijo se reunió con emisarios rusos traicionando a la patria y bajo la sospecha del lavado de dinero y sus colaboradores le abandonan con facilidad porque creen que es un incapaz y solo se rodea de imbéciles. Así es Trump según el libro de Michael Wolff que salió ayer a la venta. Empieza la fiesta.

Sus mayores pecados

El corresponsal José Ángel Abad ha lanzado una serie de tuits muy interesantes sobre el libro de Wolff marcando tres claves: la primera, la traición. La de Steve Bannon, que fue su mano derecha, y sobre todo la que éste apunta: que el hijo de Trump se reunió durante la campaña con varias personas relacionadas con el Kremlin en un claro acto contra EE.UU.. La segunda, que quiso ser candidato por la popularidad pero nunca quiso ser presidente. Y la tercera, su incapacidad.

Bannon es la clave

La política es apasionante, sobre todo desde las bambalinas. Y esos personajes detrás de los focos son, sin duda, los más interesantes, como Steve Bannon, que lanzó a Trump desde su medio on-line conservador y acabó siendo jefe de campaña y de estrategia de la Casa Blanca. Un enfrentamiento con el yerno de Trump le costó el despido, y ha acabado contando a Michael Wolff unos hechos que pueden ser las partes más jugosas del libro que todos queremos leer ya.

¡Ya le gustaría!

Trump ha cometido muchos errores como presidente. Los políticos son los más graves y los comunicativos, los más relevantes. Y el que posiblemente sea su error más importante tiene una parte de cada: despreciar a la prensa desde el primer minuto y señalarla constantemente como generadora de noticias falsas ha desactivado la (poca) validez de ese discurso cuando más lo necesita. Sus quejas ante el libro de Wolff y sus gritos de que es todo mentira por propia su culpa suenan a música de fondo.

Los hechos lo confirman

Sin embargo, Donald Trump todavía tiene la sartén por el mango: puede demostrar que Wolff es un exagerado y Bannon un alarmista, con una legislatura cuidada en fondos (política) y formas (comunicación). Sin embargo, quien da verosimilitud a los excesos que Wolff narra es el propio Trump: ¡cómo se le ocurre enfrentarse al líder de Corea del Norte tuiteando que su botón nuclear es más grande! Así solo ratifica su imagen de iracundo incapaz que no sabe qué hacer y huye hacia delante.

El siglo XXI es mayor de edad

Este año empiezan a conducir y hacen la selectividad los nacidos en el 2000. Y, ¿qué le gusta a la gente que es únicamente del siglo XXI? Básicamente, lo mismo que a los demás: reírse gracias a personas con talento que saben parodiar situaciones y roles que reconocemos. Lo que cambia son los nombres yel sitio en el que estos cronistas divertidos se han dado a conocer: YouTube es la cantera de nuevos llenapistas en radios y teatros, como bien describe Paul Cantó en El Confidencial.

Piqué, el nuevo hombre del renacimiento

Gerard Piqué lo hace todo bien. O eso cree él. El que lleva años postulándose como presidente del FC Barcelona en el futuro, el que es independentista en Catalunya y no independentista en España, el que gestionó la continuidad de Neymar en su equipo, el que nos da lecciones de dónde invertir dinero porque tiene mucho (no procedente de la inversión en negocios), ahora también vale para entrevistar, en plan Bertín Osborne, a otros compañeros de profesión. Y encima, guapo.

Por cierto…

Una de las mejores cuentas en Twitter que he descubierto en 2017 ha sido la de la fotógrafa Lupe de la Vallina que, después de Navidad, tuiteó con acierto una sentencia cuya validez se extiende hasta hoy: “Meteros con vuestra familia es menos guay de lo que parece”. Ella misma continúa reivindicando el esfuerzo que requiere mantener unidas a varias generaciones y personas llegadas de otras familias. En plata: que el chiste del cuñado pesado y la abuela que no se entera ya no tiene gracia.

Los Reyes echarán a Letizia un bolso feo

La Casa Real española, en otra muestra de que vive alejada de la ciudadanía y cerca de los cortesanos, ha generado una acción comunicativa que es una puta mierda. Para demostrar que Felipe VI es una persona como otra cualquiera ha acudido a un El Corte Inglés y se ha gastado 1.500 eurazos en un bolso feo de Carolina Herrera, acompañado por el director comercial de la marca. Ha pagado, además, con la tarjeta del establecimiento por si Letizia prefiere el dinero.

Los nuevos simuladores de fútbol

Soy tan viejo que en mi móvil prefiero jugar “contra la máquina” en vez de contra otro usuario por medio de Internet. Del mismo modo, para mí un simulador de fútbol es: elegir un equipo, poner de titulares a los que te caen bien e intentar ganar. Pero eso también ha cambiado: el nuevo FIFA de EA, como otros, hace caja con una especie de lotería: para mejorar los equipos compras sobres (con dinero de verdad) en los que aparecen jugadores aleatoriamente, y todo está diseñado para incentivar esa compra compulsiva.

La naturaleza del Santander

Jesús Cacho ha sido amarillista en su columna: Ana Botín no está liquidando la fortuna que consiguió su padre, sino a sus colaboradores, a los que va reubicando en lugares menos relevantes del mastodonte financiero. Pero en el texto Cacho desliza una idea muy interesante: uno de los últimos en salir, Matías Rodríguez, es una excepción en la entidad por su humanidad. Lo normal en el Santander es el cuchillo entre los dientes, rebanar euros y llevarse por delante lo que sea necesario.

El modelo de negocio

Una empresa rentable parte de un modelo de negocio definido: si no sabes lo que vendes y el beneficio que sacas después de los gastos de producción, no tienes una empresa, tienes una ONG o una compañía que acabará embarrancando, como GoPro, según su propio CEO, Nick Woodman, por jugar a ser lo que no eran. Los problemas técnicos de sus drones y el fracaso de su productora de contenidos han dilapidado una marca que salió a bolsa de un modo prometedor.

Pero, ¿cómo?

Ojo a la historia que leemos en Magnet: un periodista, Oobah Butler, ha conseguido colocar un restaurante ficticio como el mejor en Londres según TripAdvisor, la web en la que encontrar referencias de establecimientos dejadas por sus usuarios. Lo que no cuenta, tampoco en la fuente original del post, es cómo logró colar reseñas falsas que tuvieran tanto impacto o verdaderas si nadie había acudido al lugar. Yo veo dos burbujas aquí: la gastronómica y la de los periodistas avispados.

¿Nanoinfluencer?

Esperen, que hay más aire en esta burbuja internetera que, al final, acoge la gastronómica, la de periodistas avispados o la de políticos como Rufián. No hemos acabado de demostrar la capacidad de influencia real de los influencers y ya tenemos que empezar a pensar en los “nanoinfluencers”, esos usuarios de redes sociales que impactan a poca gente. Vamos, si esperamos lo suficiente, es cuestión de tiempo de que a todos nos paguen por nuestros tuits o fotos en Instagram.

Trump también va de farol en lo de la Luna

Según Antonio Villarreal en El Confidencial, Donald Trump también va de farol en su jugada para relanzar la carrera espacial y colocar en la Luna una base estable que sirva de salto a Marte. Solo es el último intento hasta ahora de un presidente americano de obtener notoriedad gracias a la NASA. Yo albergaba una esperanza pequeña de que la brabuconería de Trump llevase de nuevo al hombre a la Luna y que, de paso, el presidente se enredara en esta historia dejando al mundo en paz.