Una puta maravilla

Perdón, pero no podía escribirlo de otra manera: el vídeo que ha hecho Polònia con el imitador de Juan Carlos I y la adaptación de “Tití me preguntó”, de Bud Bunny, me parece eso: una puta maravilla. Porque con humor en TV3 hablan claramente de las novias, de las bolsas de dinero, de Corinna Larsen y, sobre todo, del velo que ha permitido que “el campechano” hiciese lo que le diera la gana “porque soy un Borbón” y porque “en España todo se cobra”. Pero el velo no se ha rasgado, no: pocos se atreven como los catalanes y, de hecho, aún hoy vemos a medios autoproclamados progresistas presentar a Corinna como una despechada.

Unos mataron a otros

Yo tampoco veo necesario que Correos sacase un sello conmemorativo por el centenario del partido comunista en España, pero las negociaciones para mantener una compensación suelen abarcar ámbitos de lo más peregrinos. En cualquier caso, si alguien ha cometido un exceso es Isabel Díaz Ayuso, que en Twitter se preguntaba: “¿Se imaginan un sello conmemorativo de los otros responsables de que los españoles se mataran entre ellos?”. Responsables de la guerra solo hay unos, los golpistas. Y un ministro de Franco fue el fundador de su partido, así que bastante toleramos vascos, españoles y catalanes.

Una mala persona

Pablo Iglesias me parece un tipo soberbio, y siempre he pensado que las escabechinas en Podemos las hacía desde su altura moral y convencido de que eran por un bien común. Lo que no pensaba es que fuera una mala persona hasta que leí en Vozpópuli cómo sigue extendiendo las sombras de todas las dudas sobre Yolanda Díaz. Esta vez, en el micrófono de la SER dejó caer, como si nada, que la de Sumar va a ser tentada por el PSOE, y que ambos lo que buscan es venganza y la desaparición de Podemos. La frustración de Iglesias porque Díaz le ha salido rana es innegable, pero también es un desencadenante de momentos horroroso. Allá él.

Se ha rilado

“Rusia confirma que Putin no asistirá a la cumbre de líderes del G20”, leo en El Periódico de España, y pienso inmediatamente que Putin, tan valiente él, se ha cagado. En su lugar irá uno de los tipos más detestables de la política mundial actual, Serguéi Lavrov, al que espero que reciban como merece. Ni más, ni menos. El valiente líder ruso se queda en el Kremlin porque algo teme, igual contagiarse (hace meses que existen rumores de que es muy celoso de su salud y no se relaciona con casi nadie, por eso siempre se ubica en el extremo de mesas larguísimas), igual acabar juzgado por crímenes contra la humanidad. Ojalá sea lo segundo.

¿Quién quiere periodistas?

Gerard Piqué, como Elon Musk, es de los que anuncian el fin del periodismo y el inicio de una nueva era en la que la información correrá sin necesidad de mediadores. Porque, ¿quién necesita periodistas teniendo amigos (y empleados)? Ibai Llanos no hizo ninguna pregunta incómoda al exfutbolista en la charla que mantuvieron en Twitch. Nadie lo esperaba y no le tocaba. De esa manera, Piqué pudo explicar lo que le dio la gana y como le dio la gana, e incluso llego a divagar sobre cómo revolucionaría él el fútbol sin que nadie le avisara de que llevaba un rato diciendo tonterías. Así todo es más fácil. Para él, claro, que es el que paga.

Una pelea de abuelos

Solo a Gonzalo Queipo de Llano, de actualidad estos días porque su cuerpo por fin ha sido retirado de un lugar de privilegio, se le atribuyen casi 13.000 asesinatos en Andalucía. Eso no es una pelea de abuelos. Eso es un aplastamiento por razones ideológicas después de un golpe de Estado. Por no hablar de lo que robaron los que tenían el monopolio de la fuerza. Así que Núñez Feijóo va de mal en peor cuando, primero, pide dejar a los muertos tranquilos (las y los de las cunetas jamás lo estarán) y, después, sugiere que “hace 80 años nuestros abuelos se pelearon” (El Diario), como si no hubiera pasado casi nada.

Y crear la Superliga

El sinvergüenzómetro anda disparado en el PP. Si lo de su presidente resulta indignante, lo de su principal reclamo entre la derecha y la pared, Isabel Díaz Ayuso, es sonrojante: “Desde la moción de censura y el pacto de sus socios, la estrategia es acabar con el Partido Popular, anular al Rey, echar a la Guardia Civil de varias regiones, federalizar España” (Huffington Post). Y crear la Superliga, que destruiría otro de los pilares de la España sagrada, como es la Liga de Tebas. ¿Por qué no? Si a ella le vale la colección de chorradas, nosotros también podemos proponer alguna, sería lo justo. Como justo sería que la huida hacia delante de la de Madrid acabase de morros.

No es normal

Acierta Diego E. Barros con su comentario sobre el tuit de Pablo Iglesias después de que la plaza a la que se presentó quedara desierta: “En condiciones normales cualquier universidad contrataría a un candidato así como asociado, más allá de por la experiencia en el campo (la tiene) porque ha sido vicepresidente de un Gobierno con lo que eso conlleva. Es más, en USA le crearían la plaza ad hoc”. No tiene ningún sentido el veto a Iglesias y solo retrata a quienes lo promueven. Y aunque no sea un veto (que lo parece), tampoco tiene sentido que la burocracia o una interpretación restrictiva de la norma evite su contratación.

Esto, tampoco

La carrera académica de Iglesias no la discuto. Tampoco me parece discutible que, más allá de la Academia, Pablo Iglesias es líder en contradicciones: después de lo que sugirió en su discurso del fin de semana (y todos dedujimos lo mismo) y de que asegurase al día siguiente que no se refería a Yolanda Díaz, no tardó ni unas horas en invitarnos a pensar que, sí, que cuando pedía respeto por su partido se refería a la vicepresidenta del gobierno español: “Te hemos hecho ministra, vicepresidenta. Respétanos”, pedía en la SER y recogen en La República. Y ahora, ¿qué tenemos que pensar? Ya nos lo dirá en un hilo en Twitter.

Pues responsabilízate

Dice Joseph Blatter que “la elección de Qatar fue un error y asumo mi responsabilidad” (El Periódico de España). Pero no se responsabiliza. De hecho, hasta señala a otros culpables: “Al final los votos de Platini fueron decisivos para la adjudicación a Qatar. Esa es la verdad. Y por supuesto que había una cuestión de dinero de por medio. Seis meses después de aquellas reuniones, Qatar compró aviones de combate a los franceses por valor de 14.600 millones de dólares”. Pero el argumento de Blatter no es ético, sino espurio: “Qatar es un país demasiado pequeño para algo de la dimensión de un Mundial”.

Él lo sabe

José Barrionuevo sabe muy bien lo que dice. Posiblemente, lo sabe todo o casi todo de la guerra sucia contra ETA y contra la democracia. Pero lo que sabe perfectamente es que es impune, por eso lo dice, por eso lo cuenta, por eso ni se azora cuando habla de secuestros, asesinatos, guerra y lo que todo esto tiene en común: miedo y dolor. El problema que tenemos con Barrionuevo, con el “señor X” del PSOE (el PSOE que acaba de celebrar 40 años del primer gobierno socialista como si el GAL no hubiese existido), no es solo lo que hicieron: es lo que saben que no van a hacer contra ellos. Es la puta impunidad española.

Un tipo peligroso

Ni la picaresca, ni las cunetas, el mayor pecado de España (que está vinculado con lo anterior) es la impunidad, como la que siente José Barrionuevo y como la que permite a la extrema derecha manifestarse, votar a los suyos y tuitear gilipolleces negacionistas sobre el cambio climático, como ha hecho Abascal intentando posicionarse contra Pedro Sánchez: “Sánchez miente. Pero la mentira no es invención suya, solo la repite por obediencia a esa secta de poderosos y fanáticos que están arruinando a las clases medias de Europa. Y citan a ‘la ciencia’ sin soporte alguno, como los charlatanes, para atizar el terror y lograr la sumisión”.

El más grande

El impune más grande en España desde que la familia Franco disfruta de casi la totalidad de lo robado, es Juan Carlos I. ¿Me creo a Corinna Larsen cuando dice que el jefe del Estado español, en el ejercicio de su cargo, llegaba muy contento con bolsas llenas de billetes? Pues, por lo menos, no niego la mayor como sí están haciendo otros medios, algunos autoproclamados como muy modernos, que se empeñan en dibujar a la amiga del Rey como una despechada con intenciones. De momento, tenemos muchos indicios para considerar plausible lo que cuenta ella e imaginar que follaban sobre la cama después de esparcir los billetes.

¡Ay, Pablo!

Igual que Obama ha vuelto para echar una mano al Partido Demócrata, Pablo Iglesias hace lo propio con Podemos. Y de su discurso lo que más me ha llamado la atención son, precisamente, sus contradicciones: además de la evidente, que es la de rechazar ahora su propia elección para la sucesión (Yolanda Díaz), me llamó la atención su actual defensa de la estructura de partidos (que tanto criticó como contertulio) y del municipalismo (cuando él mismo vetó la marca Podemos en las primeras municipales y forales en las que participó ya como líder de su propio partido). Y lo que nos quedará por ver.

Un Estado fallido

EE.UU. es un estado fallido: el gobierno de la nación es incapaz de garantizar los servicios públicos más básicos a una población que se siente desamparada, y la política está polarizada entre neoliberales que parecen razonables por descarte y una extrema derecha que tiene a Trump como mejor reclamo y que, para sorpresa de Europa, “avanza entre las minorías” (EPE) de tal manera que los análisis aventuran que habrá una mayoría republicana en el Congreso, en las llamadas “Midterm Elections”, o elecciones legislativas de mitad de mandato. EE.UU. está lejos no solo en lo geográfico, cada vez más en lo emocional y, sobre todo, en lo comprensible.

Siempre fue una mala idea

Primero fue pagar con dinero de verdad por sobres virtuales con los que las empresas desarrolladoras de los simuladores o los managers de fútbol obtenían otro ingreso. Después, la entrada de los archivos NFT (que permiten trazar la propiedad del propio archivo) y la publicidad de las empresas que gestionan criptomonedas (el FC Barcelona acaba de firmar con una para su manga). Y ahora, directamente, en El Diario hablan del “criptopelotazo con cromos de fútbol. Invertir en cartas de jugadores, apostar a que tengan un buen rendimiento futuro y especular con ellas cuando su valor suba. Trading con imágenes de deportistas”.

Tenemos que dejarla al margen

No hay ni habrá medidas suficientes para parar la contaminación. No es posible evitar a los dictadores como principales proveedores de materias primas. No podemos permitirnos ni un ultrarrico más. Más fácil que cambiar el modelo de negocio es empezar a cambiar nuestro modelo de gasto energético. Y no soy ningún idealista: realmente creo que es más viable que nos planteemos cuántos aparatos eléctricos o vehículos necesitamos o si podemos dejar de aspirar a recorrer el mundo en avión, a desentendernos de la OPEP, que “admite que las emisiones de CO2 seguirán aumentando hasta 2030” (EPE) sin hacer ese cambio.

Realpolitik de lo más cercano

No esperaba menos: Bernat Dedéu se queda a gusto en su columna en El Nacional cuando describe la incorporación de Mireia Boya a la Generalitat, después de que Junts haya abandonado el Govern. La de la CUP ha aceptado, según el columnista, reforzar el nuevo Pujolismo, al frente del que estaría situado ahora Junqueras, y que consiste en que “todo libertario catalán acaba cediendo sus pretensiones de emancipación por una suma razonable de dinero”. Dedéu cuenta que, visto eso, su propio padre le pide que “haga el favor de llamar a mis amigos pijos de Barcelona para que me den un trabajo mucho más seguro”.

Pobre…

Pobre Macarena Olona, no sabe la torta que se va a pegar. No soy muy bueno haciendo vaticinios y nunca he ganado una pelotilla sobre el número de parlamentarios o diputados que va a sacar algún partido, pero esto lo veo claro: Macarena Olona no tiene ni idea de cómo funciona un partido político. De hecho, ha demostrado varias veces que tiene poca idea de cómo funciona la política. Para ella, el ejercicio de representación de la ciudadanía consiste en posar para la foto (la campaña, por supuesto, se la hacen) y salir al atril a provocar. Con eso llegas lejos en un partido de ultraderecha, pero por su cuenta el camino va ser muy corto.

La diferencia

Cuando alguien lo escribe tan bien como Daniel Castro, ¿qué puedo aportar yo? De momento, copio y pego su tuit: “Me parece que sacar los restos de Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena es justicia. Venganza sería tirarlos a cualquier cuneta random y tener a la familia ochenta años buscándolos”. Su mensaje, además, es perfectamente complementario a todos esos que dicen que hay que dejar a los muertos en paz. Por justicia y por reparación, hay que remover cunetas y criptas de honor. Dejarlo todo como está solo beneficia, evidentemente, a quienes heredaron lo robado durante el golpe de Estado. A ver si así se entiende de una vez.

Correcto

Cumplir la ley es lo correcto en todos los casos. Cumplirla cuando, además, consiste en quitar de los lugares de honor a quien ha masacrado y tiranizado a su propio pueblo, es incluso necesario. Y no tengo nada que reprochar a quien haya aprobado esta ley en 2022, si alguien tiene que sonrojarse es quien ha permitido que Gonzalo Queipo de Llano haya estado en la basílica de la Macarena, en Sevilla, todos estos años, enterrado con privilegios. Y no me refiero solo a la ausencia de esa norma o de la mayoría suficiente para aprobarla, me refiero también a quienes se han desentendido de su responsabilidad ética y moral.

Quién era Queipo de Llano

En El Plural han hecho una semblanza del golpista cuyos restos han sido retirados de una basílica en Sevilla. La primera frase es demoledora: “El historiador José María García Márquez, experto en el general golpista y criminal de guerra Gonzalo Queipo de Llano, atribuye 12.854 ‘casos documentados’ de víctimas asesinadas”. Pero hay más: “Desde los micrófonos de Unión Radio Sevilla, incitaba a ‘matar a los rojos como a perros’”. Paul Preston lo define como “un matón y un chivato, además de chaquetero”, porque mientras preparaba su participación en el golpe franquista pretendía ser diputado durante la República.

Cuanto mejor, mejor

No, no tengo ningún problema en reconocer la idoneidad de la ley que permite retirar a asesinos sanguinarios de lugares de honor, ni en reconocer que esta de El Periódico de España es una buena noticia: “El paro cae en 27.027 personas en el mejor octubre de su historia”. Cuanto mejor, mejor. Y si en otros países de Europa el descenso es aún mayor, me alegro por esa gente y esos estados. Por supuesto, atenderé a las lecturas negativas (según Vozpópuli, “octubre cierra con 103.499 afiliados más, el menor crecimiento en cinco años”), pero no me abonaré a ellas ni en España, ni en Francia, ni en Euskadi.

Injustificable

Nunca me ha convencido eso de que para ser un buen periodista primero hay que ser una buena persona. Seguramente, ser una buena persona hace más fácil esta profesión, pero también genera más sufrimiento. Y las malas personas, igual que las buenas, saben distinguir lo que está bien de lo que está mal, solo que no les importa. Está mal lo que hizo Queipo de Llano. Está bien que haya una ley que le elimine de los sitios de privilegio, y que esta se ejecute. Está bien que el paro baje. Y está mal que Rusia invada Ucrania por el morro, está mal justificarlo y está mal el silencio ante las “23 cámaras de tortura en la zona de Járkov” (Nius).

Qué jóvenes fuimos

Garry Norman no tiene ni cien seguidores en Twitter. Solo es un fan del Newcastle (y un tipo que se define en la red social como contrario a los conservadores británicos) que esta semana ha conseguido generarnos un punto de nostalgia a muchas y muchos, recordando que hace 20 años se encontraba en Bilbao para ver un partido de la copa de la UEFA entre su equipo y el Athletic Club. Un partido que los ingleses perdieron y, aún así, él recordaba en su tuit como el mejor como visitante que disfrutó con su equipo. Un partido que está en la memoria de casi todos los athleticzales que lo vimos porque el fútbol, como la historia, se hace de momentos.