El peor momento, la peor opción

La reforma de la ley conocida como “solo sí es sí” ha llegado en el peor momento, no para el PSOE, no para Podemos, no para el primer gobierno de coalición en España, ni siquiera para el feminismo: para las mujeres que ven que su propia seguridad se ha puesto en entredicho por una ley mal planteada y una justicia malintencionada, al menos en parte, y que su propia integridad es menos importante que las luchas partidistas, cainitas dentro del consejo de ministros, o que el tuit de turno de Pablo Iglesias. Mujeres que saben perfectamente que PP y Vox están siendo oportunistas y que el feminismo no es una bandera por la que pelear.

La puta foto

La ley del “solo sí es sí” está mal hecha. Es evidente que deja hacer a las y los jueces que quieran una lectura favorable a los condenados por delitos sexuales y machistas. Ellas y ellos sabrán por qué, pero pueden hacerlo. Es necesaria una modificación, está claro. Como lo está que con sus movimientos varios partidos demuestran que piensan más en la foto que en las mujeres. Lo del PP y Vox es indignante, sin paños calientes. Pero no es peor que lo de Bildu y ERC, que saben lo que hay pero prefieren evitar la foto de la votación porque la política difícil es para otros. La suyo, claramente, es la política de tuit.

La fiesta de la primavera

Víspera del 8 de Marzo, en el Congreso votan la modificación de una ley que está generando sensación de inseguridad a las mujeres y en los medios asistimos al mayor enfrentamiento del primer gobierno español de coalición, pero Ione Belarra, secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, tuitea sobre cómo sacar los tickets de la “fiesta de la primavera” que celebrará su partido el mes que viene con charlas y conciertos. Yo noto alguna carencia. Igual es que pido a las y los políticos un poco de rigor, un poco de seriedad, un poco de información sobre lo que nos jugamos quienes les elegimos para representarnos.

Una vergüenza

Víspera del 8 de Marzo de 2023 y una diputada de la CUP, Mireia Vehí, decide hacer público que ha recibido en su despacho el muñeco de un feto ensangrentado. Acusa directamente a Hazte Oír y denuncia que la Generalitat (la de ERC, sí) solo en esta legislatura ha entregado más de 40.000 € a asociaciones ultras como la de Ignacio Argusaga, a quien Vehí menciona expresamente. Lo que dice la diputada es completamente cierto: ni Hazte Oír ni grupos ultras como este trabajan por los derechos de nadie, ni mucho menos, por los de las mujeres que tienen que poder decidir libremente si quieren abortar o no, y hacerlo sin riesgos.

También pasaba antes

No salgo de mi asombro con la indignación que muestran ahora los miembros del gobierno español ante los desmanes de Ferrovial. Todas ellas, todos ellos, de PSOE y Podemos, son como el Capitán Renault que en la película Casablanca clamaba aquello de: “¡Qué escándalo, aquí se juega!”, antes de recibir sus ganancias. La familia Del Pino ya era como es antes de decidir que iba a llevarse la empresa a Países Bajos. Su origen lleva siendo 50 años el mismo. Y en su consejo de administración las mujeres no alcanzaban el 35% también antes del anuncio, como denuncian en El Plural. Esta indignación de nuevo cuño me sobra.

No somos adolescentes

Lo más indignante de Ferrovial es que haya sido claramente favorecida por el estado español durante décadas pese a su origen y la ideología de sus propietarios, por lo que sabemos hoy, de sobra conocida. Que la familia Del Pino decida deslocalizar su empresa para pagar menos impuestos me parece solo un paso más en el camino de quien no tiene patria sino patrimonio. Pero lo que es claramente una chorrada es lo que ha dicho Ione Belarra: que Ferrovial es una empresa pirata que tiene que devolver el dinero público que ha recibido. ¿Qué edad piensa que tienen sus votantes? Lo pregunto en serio: ¿cree que somos idiotas?

Ya hablará Iglesias

Mientras la ministra Belarra habla para adolescentes, Pablo Iglesias y Pablo Echenique presentan libros, como hacen los señores experimentados que saben cosas, que enseñan cosas, que dan lecciones sobre cómo tiene que ser la vida y, de paso, la política. Ninguneando a Belarra, designada por Iglesias, este y Echenique explican a Yolanda Díaz, también designada por Iglesias, cómo tiene que organizarse políticamente la izquierda. Ellos lo saben, que son señores y escriben libros. Y ellas les dejan hablar y toman notas a las puertas del 8-M porque el machirulismo está en todas partes. También en Podemos.

Un país para el funcionariado

Tenía que haber estudiado, está claro: es lo que hacen quienes obtienen su plaza de funcionaria o funcionario. Y oportunidades hay muchas para quien las quiera aprovechar: en España, “la plantilla de los entes y empresas públicas aumenta en 263.000 trabajadores en tres años. El número de afiliados vinculados a organismos públicos superó los 2,8 millones en enero. Esta plantilla creció un 10% desde 2020, tres veces más que la media” (The Objective). A mí me preocupa el equilibrio económico pero, ya que el Estado y el país (en Euskadi la proporción será similar) son para ellas y ellos, solo espero que gasten. Y mucho.

Otro camino lógico

Igual que el camino hacia Países Bajos emprendido por la familia Del Pino es poco sorprendente, el camino de Internet hacia una privatización de los servicios era el esperado, por mucho que unos cuantos hayan intentado vendernos (“vendernos”, sí) una Internet desregulada. Ya no se trata del acceso a las noticias superando un “muro” de pago (parece mentira que las y los periodistas trabajemos con palabras y esta sea la que hayamos escogido), como explican en Xataka, encontramos “cada vez más contenido encerrado en plataformas, webs bajo registro y directamente aplicaciones”.

“La pasta de Internet está en Twitch”

Uno de esos sitios cerrados bajo la llave del registro, primero, y el pago, después, es Twitch. Y a esa red social dedican los de Pantomima Full su último vídeo. En este caso, Alberto Casado se disfraza de streamer que intenta hacerse un hueco en ese complejísimo entramado (que favorece a quien más tiene, otra vez), y para lograrlo hace el ridículo, se hace pasar por influencer al que las marcas le regalan cosas (que compra él), vive en una habitación decorada por un friki y acaba concluyendo que si le va bien se mudará a Andorra porque “no pasas por todo esto para ir a medias con el Estado”. Un retratazo de nuestro tiempo.

Es la misma justicia

Es la misma justicia la que decide que la ciudadanía que habla en euskera tiene menos derechos que la que decide hacer una lectura favorable al agresor de la ley conocida como “solo sí es sí”. De hecho, es la misma justicia que desacreditó al Gobierno Vasco cuando echaba atrás normas sobre salud y seguridad púbica en plena pandemia. Una justicia acostumbrada a pasar por encima de consensos y acuerdos, a corregir a quien le da la gana, cuando le da la gana y como le da la gana. Esa es la justicia que nos juzga, que dirime y que decide en función de un posicionamiento ideológico rancio, cuando menos.

Y es un reconocimiento justo

Ya sé que las compañeros y los compañeros del Grupo han tratado el tema, pero no quiero dejar pasar el tuit de Rafael Anchía sobre el homenaje a los vascos (“Amerikanuek”) que sirvieron en la II Guerra Mundial. Su agradecimiento, su orgullo por formar parte de una comunidad que fue a levantar EE.UU. y acabó defendiendo la libertad, es el de todas y todos. No solo eso: el reconocimiento a la existencia de ese colectivo diferenciado, con un modo de ser y hacer concreto, que tan bien arraigó en una tierra tan lejana y difícil (el congresista demócrata es descendiente de aquellos emigrantes) resulta emocionante.

¿Alguien lo dudaba?

El gobierno más progresista de la historia de España, según su propia definición, es el mismo que nos la está metiendo doblada a las y los autónomos, y a las y los futuros pensionistas: “Escrivá admite que habrá cambios en el periodo de cálculo de la pensión” (65 y más). Por supuesto que los va a haber. Todos sus anuncios de regresión y empobrecimiento han acabado en leyes. Sin excepción. No sé si por indicación de los “hombres de negro” de Bruselas sobre los que ya no habla Podemos o por cálculo de un gobierno que reparte bien el pan para hoy (no negaré eso) pero no ataja el hambre de mañana.

Ya te digo yo qué es lo indecente

La fortuna de la familia Pino ya era indecente antes de que decidieran trasladar la sede de Ferrovial a Países Bajos. Que esa fortuna tuviese orígenes franquistas ya era indecente antes del próximo viaje fiscal. Que una familia enriquecida durante la dictadura y una empresa que bebió en el régimen del dinero público lo siguiera siendo y haciendo en democracia, como si no hubiera pasado nada, también es indecente. Que nada de esto moleste, se cite, se comente, se señale o se intervenga hasta que las ratas abandonan también es indecente. Así que hablar de su “indecente fortuna” (El Plural) ahora es llegar tarde y mal a todo lo decente.

Claro que también había fallos antes

Antes de que Elon Musk aflojara la milmillonada y empezase a apretar a trabajadoras, trabajadores, usuarios y usuarias, Twitter ya sufría fallos. Pero es indiscutible que el último desastre viene precedido de cambios que no han satisfecho y solo han generado errores. No solo eso: Twitter sigue sin funcionar bien, no se cargan los tuits, y si se cargan, lo hacen en la columna de “para ti” y no en la de “siguiendo”. Esto tenía que pasar: es imposible que una herramienta tan compleja técnicamente funcione con mucha menos gente mucho más estresada. Pero ahí seguimos, de momento, sin que Facebook aproveche su oportunidad.

Los hermanos del norte

Ha sido el parlamento francés el que ha frenado, en última instancia, la subida hasta los 64 años de la edad de jubilación que pretendía sacar adelante Emmanuel Macron. La última vez que yo hice el cálculo de la mía, al sur del estado francés, me salía el resultado de 67 años porque el sistema penaliza a quienes nos hemos formado durante más tiempo. Pero no importa mi caso, sino cómo en el norte las condiciones laborales son mejores y las defienden en el legislativo. En el sur, en Congreso y Senado, Escrivá está saliéndose con la suya en todas sus imposiciones regresivas firmadas por el gobierno más progresista de la historia de España.

Qué ambientazo

Será que no sé de la nueva política, o que no alcanzo a entender cómo se ejerce en Madrid, pero este titular en 20 Minutos me parece escandaloso: “El PSOE ha votado en contra de 10 de las últimas 11 iniciativas parlamentarias de Unidas Podemos”. Un gobierno de coalición no puede llegar al Congreso de esta manera, no puede hacer visible a los ojos de las y los representantes de la ciudadanía, a los ojos de la prensa y los fotógrafos, a los ojos de quienes vemos parte de los debates por streaming, que está partido por la mitad. ¿Quién va a confiar en la reedición de una coalición que naufraga porque la han dinamitado las dos partes?

Quienes se ponen en evidencia

Una circunstancia juega a favor del actual gobierno de coalición: que la alternativa es otro gobierno de coalición liderado por el PP junto a Vox, o un gobierno en solitario de los de Núñez Feijóo en manos de Vox. Todo puede ser peor. José Ramón Hernández recupera el corte de María de la Cabeza, diputada ultra, en el que asegura que “existe un alarmante aumento de casos de homosexualidad y transexualidad debido al adoctrinamiento del Gobierno”. Hernández recuerda cómo antes la homosexualidad y la transexualidad estaban pero en el armario. Avanzar en la visibilización de estos colectivos es avanzar. Salvo para Vox.

No será el proceso a emular

Al final, el catalán no será el proceso a emular: “La división independentista ya es total”, titulan en El Plural, no sin cierto alborozo porque todos los medios españoles, incluso este, tan pegado a lo tradicionalmente progresista en España, ponen la unidad del Estado por delante de cualquier otra cuestión. Lo que queda del procés es la rotación de ERC hacia un autonomismo pragmático y una línea dura del independentismo en una deriva difícil de explicar y defender, sobre todo, por los personajes que la protagonizan. ¿Dónde están quienes se empeñaban en ponérnoslo de ejemplo? Pues rotando, como ERC, o a la deriva.

Más trampas que el Barça

El viernes pasado las empresas tecnológicas tuvieron que remitir a la Unión Europea el número de sus usuarias y usuarios activos cada mes en Europa. YouTube arrasa con más de 400 millones. Varios servicios de Google (el buscador, los mapas y la tienda de apps) pasan o se acercan a los 300. Facebook e Insta andan en 250 millones cada una. TikTok, 125. Y me sorprendieron los datos de Linkedin (122 millones) y Twitter (100), pero, claro, es que hay trampa: en el caso de Twitter, “unos 59,8 millones son usuarios registrados” (Xataka). El resto ha entrado solo a ver un tuit. En el caso de Linkedin, estaban registrados 41,8 millones.

El millonario que enciende puros con billetes

No sé por qué Antonio Garamendi se empeña en proyectar la imagen del millonario que enciende puros con billetes con lo que dice (“equipara las críticas por su salario a ‘cuando hay una violación y dicen que la chica iba en minifalda’”, en El Plural), hace (negarse a la subida del salario mínimo, por ejemplo) y gana (hasta 400.000 según algunas fuentes, en los últimos años puede que hasta como falso autónomo). Estoy seguro de que la gran mayoría del empresariado vasco no se identifica con nada de lo anterior, empezando por el sueldo y el traje caro, y que ellas y ellos están más indignadas e indignados que yo, incluso.

Otro

A modo de breve y solo en República he visto esta otra noticia, tan indignante para mí como la del párrafo anterior: “Felipe VI se sube el sueldo: cobrará este año casi 270.000 euros. Las reinas Letizia y Sofía también ven incrementada su retribución pública en un 4% respecto a la del pasado año”. No toca la asignación de la Casa Real (casi ocho millones y medio de euros cada año), solo que de ella retrae 10.000 € más para sus propios honorarios. ¿Para qué? ¿Qué paga Felipe VI? ¿Los restaurantes a los que va? Le invitan. ¿La hipoteca? Qué risa. ¿Los coches y barcos? Van a cargo de diferentes ministerios. Todo ese dinero merece un mejor fin.

Se lo ha ganado

Mientras su tío gana 270.000 € al año porque su sueldo lo decide él y su abuelo vive como un jeque en Emiratos Árabes, Froilán de Marichalar y Borbón ha tenido que currarse cada paso: “Trabaja para una empresa petrolífera, con ‘pisazo’ frente al mar”, titulan en Nius. Un empleo y un alojamiento que, estoy seguro, se ha ganado. Su currículum tiene que ser impresionante, tanto que la compañía nacional de petróleo de Abu Dhabi le ha tentado hasta con un apartamento en la marina de Abu Dabi hasta ficharlo. Para desplazarse ha recurrido a un vuelo privado desde París pero compartido con Juan Carlos I. Porque así es Froilán.

Barra libre

El FC Barcelona fichará siempre como si pudiera pagarlo, sus prácticas dudosas, qué casualidad, se conocen cuando han prescrito, incluso sabemos que un jugador del equipo promovía negocios en los que la participación del Barcelona suponía más ingresos a la Federación. Pero nunca pasa nada. El pago millonario a la empresa de un vicepresidente del comité de árbitros (este: “A Enríquez Negreira solo se le conocen tres palabras: Mercedes, Chivas y Davidoff”, en EPE) que coincide con en la época en la que el club era claramente beneficiado en el campo debería de ser el último motivo para una sanción ejemplar.

“Aquelarre de autocomplacencia”

Las y los creadores de la “diplomacia de precisión” para parar la invasión rusa sobre Ucrania, un año después, no se han dado cuenta de que siguen haciendo el ridículo: “Ni una sola persona de la zona en conflicto en este aquelarre de auto complacencia paternalista. Un claro caso de westernsplaining”. Así define Ricardo Maquina (un periodista que lleva años en Rusia) en Twitter la “conferencia por la paz” en la que, efectivamente, habrá representantes hasta de Bildu, pero no han sido capaces de encontrar a una víctima de la invasión que ponga algo de sensatez y realismo en una cosmovisión que lleva 50 años resultando cansina.