Por supuesto que es importante que un representante político vasco esté en la convención de los demócratas estadounidenses. Y por supuesto que quien elige a Kamala Harris como socia elige mejor que quien celebra las victorias de Maduro, no critica las acciones militares sobre población civil de Putin o felicita a Trump. No voy a entrar ni a discutirlo. La presencia de Andoni Ortuzar y Mikel Burzako en Chicago es relevante, mucho más que lo que estamos viendo en algunos medios vascos que no dudarían (y no han dudado) en dar cancha a representantes de otros partidos en eventos internacionales menos noticiosos.
¿Cómo no vas a ir con Harris?
En la campaña de hace ocho años representantes de Podemos, entonces un partido fuerte, nos aseguraban que Hillary Clinton era igual que Donald Trump. Unas semanas después supimos que Bildu envió una felicitación al republicano por su victoria. Esto ha sucedido y sigue sucediendo: EE.UU. es un país grande con un peso económico importante, por eso lo que ocurra allí nos afectará aquí, e ir con Kamala Harris (en EPE han hecho una buena semblanza sobre ella), desear su victoria (porque realmente no podemos hacer más) es casi una obligación, por mucho que el partido demócrata nos resulte conservador desde Euskadi.
Las palabras “fortaleza”
Precisamente en EE.UU. surgió una teoría del discurso que hablaba de palabras “maleta” (esas que van llenas de significado y movemos de un lado a otro) y palabras “fortaleza” (esas que se convierten en bastiones u objetivos políticos a derribar). Me he acordado de ella viendo el rifirrafe entre el PSOE, ERC y Junts sobre el Cupo, Concierto (palabras “maleta”) o como vayan a llamar a su nuevo sistema de relación con el Estado: los que han alcanzado el acuerdo necesitan su “fortaleza” que Junts, por supuesto, volverá a atacar después de la languidez de la defensa que ha hecho la parte socialista y que ha provocado la primera acometida.
¿Qué queremos?
Es evidente que Bilbao está lleno de manteros. Es evidente que esos manteros trabajan para mafias que hacen negocio con su explotación y sus dificultades. Es evidente que en Euskadi empatizamos rápidamente con esas chavalas y esos chavales del África subsahariana que vienen a buscarse la vida, mucho más que con otros colectivos. Es evidente que la policía tiene que hacer su trabajo, también golpeando a las mafias que usan a los manteros. Y es evidente que Bilboko Konpartsak se equivoca otra vez cuando asegura proteger a los manteros porque de ello se beneficia quien los manda a la calle a vender falsificaciones.
Hablar no cuesta dinero
Hablar no cuesta dinero. Pagar, sí. Por eso pasan estas cosas: “Deco negocia cuatro salidas del Barça para inscribir dos nuevos fichajes” (Culemanía). El equipo que el año pasado pudo fichar a seis jugadores activando palancas, de los que ha largado ya a cinco (solo queda Iñigo Martínez, curiosamente) y que este año quería pagar la cláusula de Nico Williams y mejorar su sueldo, no puede ni inscribir a Dani Olmo si no suelta lastre. Al final, no me cabe duda, lograrán inscribir y fichar a más jugadores porque la Liga que hace mucho tiempo que dejó de ser una competición justa ya ni se esfuerza en parecerlo.