Sí, existe la filosofía

Esta semana se ha hablado mucho de la filosofía del Athletic, al respecto, Jon Rivas ha escrito un post magnífico sobre cómo nació y fue evolucionando hasta lo que hoy conocemos. Yo tengo claro lo que para mí es el Athletic y que no puedo imponer mi opinión, del mismo modo que no pueden imponerme la suya ni uno de fuera, ni un socio del club, ni un director deportivo. Pero lo que más me llama la atención es el cuándo: en la primera ventana de fichajes, un torpedo. En el primero agujero de torpedo, unas explicaciones propias y cercanas extensísimas. Una marcha menos igual nos lleva más lejos.

Pero importa más el proyecto

Antes que debatir de la filosofía, y mucho antes que obviarla para acometer un fichaje, deberíamos centrarnos todos en el proyecto del Athletic. Porque jugadoras y jugadores vascos buenos hay unos cuantos por el mundo hoy pero no quieren venir. Y podemos empezar por Merino y Oyarzábal, que fueron los últimos en darnos calabazas, pero no los únicos. Priorizar el proyecto igual es más útil que poner el carro delante de los bueyes. Y no se trata de vender quimeras (no vamos a ganar una Champions ni en esta década ni en la que viene), sino ilusión por una particularidad y una afición. Por competir de otra manera.

No somos esto

El Athletic femenino, equipo por el que hemos levantado una marejada cuando no había ni olas, dio el primer paso de gigante consiguiendo un récord de asistencia en San Mamés. Luego vinieron otros éxitos de público y en este Mundial de Francia las jugadoras de todo el planeta se han ganado el éxito de la crítica. Y ahora que hay interés en el fútbol de ellas aparece el Real Madrid para comprar la plaza de un equipo ascendido y contar con el plácet de los medios que hablan de “otra dimensión” del fútbol femenino. Eso es justo lo que no somos y es justo lo contrario lo que nos ilusiona y debemos contagiar, nuestra diferencia.

El deporte humaniza

Conozco a muchos políticos y a varios actores, cantantes o directores de cine, pero creo que no conozco personalmente a ningún futbolista profesional en activo. Me siguen pareciendo casi inaccesibles. Sin embargo, creo que si algo humaniza es el deporte, tanto la práctica como la afición compartida. Así que entrevistas como la de Aitor Esteban en la “Revista 22” me parecen especialmente recomendables, porque permiten ver al político como lo que es, una persona que se emociona al hablar de algo que le gusta. Mucho mejores que esas entrevistas supuestamente “cercanas” pero que solo hablan de generalidades y tópicos.

El error, más

Termino esta columna rara que he empezado con la filosofía del Athletic y he seguido con el político de moda que, además, es aficionado al rugby, con una noticia tecnológica: la de la web que recopila todos los proyectos que Google ha cerrado durante su historia como herramienta de cabecera. En el fondo, les hablo de lo mismo todo el tiempo: de bajar a tierra y de poner nuestra energía en lo cercano y no en lo que pueda venir si se cumplen demasiadas variables. Siempre he creído que Google nos da una lección de humildad cuando admite otro fracaso en vez de parecer todopoderoso empeñándose en sus errores.

La política de los tuits

Si Pablo Iglesias no ha destituido a Pablo Echenique para que ruede la cabeza de su “número tres” (adivinen la madre de los hijos de quién es la “número dos”) y no la del propio Iglesias, sino que su plan es promoverlo a otro espacio, que lo explique, y que se deje de tuits con imágenes de Heidi tirando por el barranco a Clara mientras Echenique responde con un GIF y el Secretario de Comunicación de Podemos, Juanma del Olmo, con la rana Gustavo. Todo esto sucedía el día que Coalición Canaria anunciaba que no apoyará un gobierno del PSOE con Podemos, pero para ellos lo importante es el tuit y el “meme”.

Y la política de Abascal

Cuando leí que Santiago Abascal había advertido a Albert Rivera de que: “Entre la espada y la pared, cojo la espada, da igual las consecuencias”, lo primero que pensé es que el de Vox se piensa que vive en una cena de temática medieval y que todo se resuelve con duelos y una dosis de violencia diaria. Pero estuvo más afinado el dibujante de El Jueves, Ivanper, que intentaban explicarle: “Santi, que el dicho no quiere decir que te den a elegir entre las dos, es que… Mira, déjalo”. Hace bien este tuitero en no esforzarse, porque Abascal no está por la labor de entender… Ni de hacer política.

Solo ellos se creen la independencia

Por cierto, no sé quién llevará la cuenta en Twitter de El Jueves pero a veces tiene un tecleo muy afilado: “Son más indepes los de la Fiscalía que los políticos del procés” (sic) tuitean sobre la noticia de que la fiscalía concluye que el 27 de octubre se proclamó la independencia de Catalunya. Una independencia que a estas alturas solo defienden Puigdemont y sus más aguerridos. ¡Si ni siquiera bajaron la bandera española! Por supuesto, defiendo que no lo hicieran y que esa declaración fuera simbólica, igual que defiendo que los presos políticos catalanes vuelvan a sus casas pese a un fiscal que parece el malvado de un cómic.

El PP neoliberal practica con el ejemplo

El PP siempre ha sido un partido de derechas y tradicional. Fraga, Aznar y Rajoy se movían bien en esas aguas con olor a rancio. Pero el PP de Pablo Casado es otra cosa: ha batallado por ser tan tardofranquista como Vox y tan neoliberal como Ciudadanos, y ahí se ha quedado atascado. Hasta el punto de que está despidiendo a trabajadores de toda la vida como si fueran eventuales para ahorrarse, como explica Javier Ruiz en Twitter, el 96% de la indemnización, en esta época de apreturas que le está tocando vivir después de haber perdido muchísimo poder por culpa, precisamente, de los errores de Casado.

No, no estamos preparados

Yo por lo menos reconozco que no estoy preparado para vivir una vida conectada plenamente a Internet, con todo domotizado y centralizado en el teléfono, y eso que estoy pendiente de las novedades e incluso tengo amigos que trabajan en el sector. O igual precisamente por eso creo que es peligroso que todos lo fiemos todo a la nube y a nuestro dispositivo. El último ejemplo de lo que puede salir mal es que ha habido viviendas conectadas a los sistemas de seguridad y domótica de Google que, durante la caída de los servidores de esta empresa, no podían abrirse o conectar la calefacción, según Xataka.

La ilógica española

Ya hablaremos del resultado de las elecciones municipales, forales y europeas. Hoy hay que deglutirlas y observar las triangulaciones de los pactos en ayuntamientos, juntas generales, parlamentos autonómicos… Y Congreso español. La situación de esta cámara es especialmente relevante porque en la recta final de la campaña la Mesa decidió suspender a los presos políticos catalanes (que no “políticos presos”, esos son los del PP por corrupción, que quede claro) como diputados. El PSOE no quiso salir movido en la foto de la España vengativa tradicional. Y ahora, ¿cómo piensa gobernar Sánchez?

Facebook sigue intentándolo

Llevo meses advirtiendo de que, después de diez años, la última ha sido la campaña en la que más dinero habremos malgastado en marketing on-line. Con Twitter estancado y neutralizado, Instagram creciendo pero sin modelo publicitario pulido y Facebook en decadencia, solo nos quedaba Google… Que ha decidido ponérselo muy, muy difícil a los partidos. Pese a todo, la gran red social se ha llevado la parte del león de la inversión mientras aspira a renacer de sus cenizas por medio de la transparencia. El fin de semana de las elecciones supimos que ha liquidado 2.190 millones de perfiles falsos solo en 2019.

Demasiados datos

Gracias al “big data” podemos almacenar un montón de datos sobre nuestro comportamiento cada vez que usamos cualquier cosa conectada. Gracias a esos datos podemos encontrar patrones. Gracias a esos patrones podemos hacer predicciones. Gracias a esas predicciones podemos ganar y hacer ganar dinero. La fórmula es inapelable y, realmente, llevamos años usándola. Pero sigo teniendo todas las reservas del mundo ante quienes me aseguran que algoritmos matemáticos y robots predicen mejor que expertos en comportamiento. Menos “machine learning” sin aprendizaje real, por favor.

Y pocos principios

Es el dato sin interpretación, precisamente, lo que ha empujado a Julia Slonska, una “influencer” polaca de 17 años que ha destrozado una estatua de 200 años de antigüedad solo por ganar más seguidores. De momento, lo que ha perdido es una buena parte de su reputación on-line (su salvajada quedará asociada a su nombre, vía Google, durante muchos años) y algún contrato comercial. Ella sublimaba el dato (el número de seguidores) y los demás, simplemente, tenemos cierto respeto por lo que hicieron quienes nos precedieron. A estas alturas del año me atrevo a decirlo: el reino de los influencers se derrumba.

Otro visionario

No estoy en contra del progreso cuando digo que si Amazon, Glovo, Uber, Airbnb o Tesla se hunden me alegraré. Digan lo que digan, estas empresas no nos han traído nada bueno. De hecho, las marcas comparten los valores de precariedad, evasión de impuestos y modelos de éxito poco recomendables pero instalados ya en todos los “wannabe” Jeff Bezos o Elons Musk. Por cierto, este último ha anunciado que su empresa, la que puso un coche a dar vueltas por el espacio, tiene solo 10 meses de liquidez. Tesla depende ahora de otra ronda de inversores millonarios. Todo en orden. En su orden. En nuestro nuevo orden.

Segunda vuelta electoral

Ya no se juegan nada en Madrid y solo lo hacen en parte en Barcelona, así que a los de Podemos las elecciones municipales y forales le dan igual. A ellos lo que les preocupa es el Congreso (ni candidatos ni votantes hacen mucho caso a la elección directa en el Senado) y, sobre todo Moncloa. Pisar moqueta, el coche oficial, llevar un maletín de cuero con el nombre de un ministerio… Ya saben. Lo de ocuparse de la farola y la alcantarilla es para otros, para los de la vieja política. Por eso plantean esta campaña como una segunda vuelta de las Generales: para coger fuerza y forzar su acceso al Gobierno.

Una campaña virtual

Facebook y Google han sido un agujero negro de energía para los partidos políticos este mes: los cambios de las reglas de juego sobre la marcha han sido una tortura para los equipos de marketing digital de las campañas que, en nombre de la transparencia, han tenido que hacer piruetas. Transparencia que nos permite medir cuánto ha gastado cada partido: Podemos, medio millón de euros entre las dos campañas. ¿Para qué? Ellos sabrán, pero sus resultados no han sido llamativos en las Generales, precisamente. Hablemos claro: la hipersegmentación solo funciona combinada con mensajes políticamente incorrectos.

El PP, a la desesperada

Aunque mañana elijamos a quién va a organizar la recogida de nuestras basuras o por dónde se empieza a renovar el alumbrado público, en estas elecciones el PP se la juega al más alto nivel político: Pablo Casado podría estar hoy a solo un par de días de presentar su dimisión si pierde ciudades importantes y varias autonomías, que es el resultado que cabría esperar viendo que su giro político no ha tenido incidencia y ahora, además de un partido de derechas, parece un partido deshecho. Tan mal les va que el candidato a la alcaldía de Madrid promete la primera multa gratis si llevas dos años sin recibir ninguna.

Progres, pero no a la pública

Me gustan especialmente este tipo de noticias que rompen los mitos: en El Nacional leíamos esta semana, la última de la campaña, que los votantes de la CUP son los que más recurren a centros privados y concertados para llevar a sus hijos, y también un segmento que tira de medicina privada más que otros. Por desgracia, la mayoría de noticias buscan reforzar apriorismos, pero la sociología real desenmascara a más de uno y una: Podemos y Bildu son los partidos que eligen muchos funcionarios (también los de altos niveles) y los pobres, no se engañen, en España votan al PP.

Todos ricos

Saben por qué la Premier League es la mejor liga del mundo. Por una cuestión muy sencilla: hacen un reparto de beneficios por ingresos televisivos muy horizontal. Tanto es así que entre el Liverpool, que es el que más ha recibido (152 millones de libras) y el Huddersfield, que es el que menos (96 millones) no hay ni 60 millones de diferencia. Eso les permite que, de salida, puedan reforzarse o retener a sus estrellas en igualdad de condiciones. Luego habrá diferencias entre lo obtenido por patrocinios o lo que logren los millonarios de turno con ingeniería financiera, pero nos ganan por goleada.

¿Y esa “Ikurriña”?

Entiendo que New Balance estire la idea de las franjas rojiblancas dejándolas en tres o cubriendo la espalda de rojo. Entiendo que esto va de vender camisetas todos los años y que eso es bueno para el Club. Entiendo que el merchandising ha evolucionado y ya no solo se venden camisetas, medias, chándales, bufandas o gorras. Entiendo las referencias en el spot a los iconos de lo que es propio de Euskadi y Bizkaia. Y precisamente por eso no entiendo que nadie se invente una Ikurriña. Lo que no pudieron hacer los que ondeaban el Arrano Beltza y su historia inventada, ¿ahora lo intentan New Balance y el Athletic? No lo entendería.

Ahora, lo importante

En el PNV saben que estar en todas las instituciones supone también estar en todas las dianas. Es la penitencia de quien obra no un pecado, sino un milagro: concentrar todo el poder y mantener el apoyo de la ciudadanía (lo del Senado ha sido, simplemente, un baño al resto de partidos). Son muchos los que celebran los resultados cada domingo electoral, pero todos se cambiarían por el PNV. Lo que no tiene justificación ni defensa alguna son los ataques personales como la agresión en Ordizia, los carteles arrancados o, como denuncia Josu Bergara en Sestao, pintados con la palabra “maricón” escrita en la frente.

Una autocaricatura

En la época de los selfies Borja Sémper ha decidido hacerse una autocaricatura. El vídeo en el que ha grabado charcos en un día lluvioso (les juro que es verdad) es el icono perfecto de lo absurda que puede llegar a ser una campaña. En él, Sémper, que sigue escondiendo el logo del PP, habla incluso de “los partidos políticos” como si él no se presentara por el de Pablo Casado. Solo le ha faltado decir “la casta” y “la gente”. Sémper confía en la desmemoria de las y los donostiarras, en que no se acuerden de que compartió partido con Santiago Abascal, María San Gil, Antonio Basagoiti y que sigue haciéndolo con Alfonso Alonso.

Los dueños de los derechos

Pero si hay un partido del que no nos fiamos los vascos es de Ciudadanos. No se trata solo de lo que dicen de nuestro Autogobierno o las herramientas que lo articulan, no se trata solo de cómo desprecian que paguemos más impuestos y reducen nuestro mayor gasto a que nos llevamos del Estado más de lo que nos corresponde (cuando es justo al revés). Se trata de que no nos engañan, de que sus formas y sus fondos nos resultan conocidos y, por tal, rechazables, como el modo agresivo en el que Jordi Cañas habla del “gobierno okupa” de Manuela Carmena, dando por sentado que ellos sentencian. No a nosotros.

Trump contra todos

El lío no es pequeño: Huawei es la segunda empresa que más móviles vende en el mundo detrás de Samsung y por delante de Apple. En teoría, no por eso, sino por posible espionaje y por el modo en el que lideran el desarrollo de la red 5G, Trump ha decidido ahogar a la marca: varios proveedores estadounidenses no podrán venderles tecnología como procesadores (Intel) o el propio sistema operativo (Android/Google). Al final, el país más neoliberal (al menos, cuando se trata de que el resto del mundo consuma) se vuelve intervencionista gracias al populismo, el cortoplacismo y la querencia por la supremacía.