¡Ay, el hype!

Por supuesto, me gustaría que una de las empresas vascas más importantes no estuviera relacionada con el terrorismo que ejerce Israel en Cisjordania. Así lo relata Amnistía Internacional y lo recoge La Marea: “CAF ha desempeñado un papel clave en la expansión del Tren Ligero de Jerusalén, lo que ha provocado el crecimiento de los asentamientos en los últimos años”. Pero esto sucede “desde 2019”, y hasta ahora nadie (ni los más solidarios) ha dicho nada. “Es que hasta ahora no ha habido un genocidio”, me dirán. Pero eso no es cierto: el terrorismo de Israel en Cisjordania es muy anterior al hype.

Empecemos

Por supuesto, estoy a favor del boicot a los productos israelíes y a las marcas que no se muestran abiertamente contrarias al aplastamiento de la población civil en Gaza. Así que esto me parece coherente y perfecto: “Cultura dejará de contratar el software israelí que usa la Biblioteca Nacional” (El Diario). Pero el reto no es pequeño: “Por qué nadie puede romper con Israel: la telaraña tecnológica que atrapa a Europa” (El Confidencial). Y si buscamos información sobre empresas proveedoras militares leemos esto: “El Ejército de Tierra afronta una difícil decisión con sus blindados tras el veto a Israel” (El Confidencial Digital).

No solo Israel

Por supuesto, aborrezco la dependencia de Europa hacia proveedores cuestionables. Es fácil pensar en los recursos energéticos y las materias primas que importamos de Rusia, las dictaduras árabes o EE.UU., pero la dependencia tecnológica es insoportable: llevo todo 2025 buscando alternativas decentes made in Europe (excluida, Suiza) a servicios digitales contratados a empresas estadounidenses (en su mayoría). Nada de nada, ni mucho ni poco. Así que noticias como estas me alegran: una empresa alemana que desarrolla software con código abierto, SUSE, “se une a EuroStack en favor de la soberanía digital europea” (Muy Linux).

Otra alternativa

Por supuesto, no tengo ni idea de cómo ejecutar esto que propone Torrezzno en Menéame, pero estoy dispuesto a explorarlo con una empresa local que me ayude a evitar esa contratación de servicios fuera de Europa: “El self-hosting, o en español autohospedaje, es la práctica de ejecutar y mantener sitios web, servicios y aplicaciones usando un servidor privado. También significa libertad, privacidad y una filosofía”. Él mismo da respuesta a la duda que me persigue: “¿Puedes vivir sin Google y sus servicios? Es una pregunta que me hice hace tiempo. La respuesta es sí, es posible. Y, además, es algo tremendamente liberador”.

El centro

Por supuesto, más allá del hype y más allá de la tela de araña tecnológica y militar que ha tejido Israel, no puede pasar ni un día sin que denunciemos el genocidio que el ejército y el gobierno de Netanyahu y sus ultras está ejecutando en Gaza. Esta vez es Greta Thunberg la que me da el pie: “Insta a enfocarse en el genocidio en lugar de los abusos sufridos en Israel” (Demócrata). Más claro, agua. Salvo a quienes usan Gaza para enjabonar su pasado, solo puedo aplaudir a las y los que se la han jugado en la costa que controla Israel con impunidad, pero su gusto por la tele, lo estamos viendo, hace demasiado ruido para Thunberg. Y para mí.

«El respeto»

Reflexiona Miguel Ángel Idigoras sobre el respeto en Economía Digital. No le capto, lo confieso: apela al lehendakari Pradales, defiende a Isabel Díaz Ayuso, habla del euskera y descube el nacionalismo vasco según escribe su columna. Me pierdo. Pero sigo leyendo: afirma el que fuera director de ETB que Díaz Ayuso “responde con el mismo lenguaje simbólico” cuando se levanta porque Pradales habló en euskera en la conferencia de presidentes. ¿Por qué no lo hicieron los otros doce presidentes autonómicos del PP si hablar en euskera fue “un desafío deliberado al modelo de país de quienes se sienten libres e iguales”, según Idigoras?

“Los pinganillos”

David Torres en Público también reflexiona sobre la cita de las y los presidentes autonómicos que Isabel Díaz Ayuso utilizó para hacer lo suyo. Recuerda el autor la charla que la presidenta de Madrid dio en Londres, en la que habló en castellano obligando a los presentes a usar los dichosos pinganillos. Torres va más allá del gasto que generan las traducciones: “Una Conferencia de Presidentes es un dispendio completamente anacrónico que tendría algún sentido de haberse celebrado en 1925, antes de la invención de internet. Una videoconferencia por Zoom nos habría ahorrado el papelón a todos, por no hablar del dineral”.

Internet, bien

Greta Thunberg nos gustará más o menos, pero nadie puede decir que su activismo es de sofá y tuit: ha decidido ayudar a la población de Gaza por mar y, sobre todo, por Internet. La capacidad de transporte de su velero es limitada, pero su capacidad para dejar claro cómo actúan el gobierno y el ejército israelíes es muy relevante. El vídeo que ha colgado en su Instagram (“si estás viendo esto es porque hemos sido interceptados y secuestrados”) muestra cómo actúan “en aguas internacionales” unas “fuerzas de ocupación” (así las llama ella y estoy de acuerdo). Poner el foco en Thunberg, aún con todas las dudas, es ponerlo hoy en Gaza.

Otro cobarde

Elon Musk y Donald Trump son útiles para algo: para que tengamos todas y todos claro que hemos generado un sistema en el que solo hace falta una gran ambición para hacer una gran fortuna. Ni siquiera hace falta tener talento o haber inventado algo. Solo son egoístas, ni siquiera son valientes: “Musk borra sus tuits vinculando a Trump con Epstein”, informan en Voz.us, el medio que explica el trumpismo en castellano de España. Vamos, que el de X se ha rilado, no se ha atrevido a sostener su órdago. ¿Era mentira y, por lo tanto, Musk es un mentiroso? ¿O era verdad y Musk también colabora tapando el escándalo?

Más me importa el cómo

Que Nora Junco y Diego Solier, que sacaron sus escaños junto a Alvise Pérez en las pasadas elecciones europeas, se hayan caído ahora del guindo y aseguren haber descubierto al personaje, me importa muy poco. Para mí lo relevante de la pieza en La Razón es el cómo: ¿cómo puede ser que hubiesen alcanzado puestos de relevancia (“él como directivo en una multinacional farmacéutica, y ella como socia de una empresa de comunicación y eventos”) dos personas a las que un tipo como Pérez convenció? ¿Qué mecanismos hay en España para filtrar o, lo que es peor, aupar a este tipo de gente?

La extrema derecha sigue extendiendo bulos

El titular de la columna es universal y sirve para cualquier extrema derecha y cualquier tiempo. Pero en el caso concreto de la granada lanzada al centro de menores no acompañados de Hortaleza tienen el morro de estar propagando el bulo de que lo hizo un migrante expulsado. Para aclararnos nada mejor que ir a la web de Maldito Bulo, donde explican que el origen del bulo es una información de LaSexta que ya está rectificada. Lo que sabemos es que José María Benito, inspector de Policía y portavoz de la Unión Federal de Policía, admite los mensajes amenazantes y que no se ha identificado a quien lanzó esa granada.

Lo de Podemos se complica

Lo cierto es que lo de Podemos lo están complicando, como siempre, los de Podemos. A punto de entrar en el gobierno desplazan a varios de sus abogados y estos responden: “El motivo del cese de don José Manuel Calvente ha sido un despido disciplinario por hechos inventados y rotundamente falsos para justificar el cese, y el motivo de solicitar mi sustitución es la supuesta necesidad de ‘reorganizar los equipos’, pero la realidad de todos estos acuerdos es bien distinta”. Mónica Carmona se refiere a: “Irregularidades financieras, en materia laboral y de limpieza en la realización de las consultas y primarias del partido” (El Confidencial).

Lo de Greta Thunberg no mejora

En comunicación hay que tener mucho cuidado cuando toca elegir los iconos. Y el icono de Greta Thunberg, bien intencionado al principio porque ponía de manifiesto un interés por fin genuino por el medio ambiente en la generación llamada a sustituirnos, está acabando “regulín”. La presencia de la adolescente sueca y sus reclamaciones no generan simpatías, al contrario, y su modo de llamar la atención sobre lo que contaminan nuestros transportes suenan más a capricho que a necesidad cuando podemos hacer una videoconferencia con un móvil y una tarifa de datos sencilla.

Lo de los autónomos, tampoco

Pedir a Greta Thunberg que vuelva a estudiar o empiece a trabajar tiene tanto fundamento como si lo hiciéramos con Ansu Fati. Los problemas de los trabajadores no serán los suyos. Problemas que, en el caso de los autónomos, parecen especialmente graves: “La mitad de los trabajadores por cuenta propia trabaja, de media, 10 o más horas diariamente para sacar su negocio adelante, y casi el 40% lo hace todos los días de la semana; más de un 52% de los autónomos afirma que es difícil compaginar la vida laboral y la familiar y el 72,6% de los autónomos tiene miedo a pedirse una baja” (Pymes y Autónomos).

Todas y todos a Tiktok

Parece que Greta Thunberg no tiene cuenta en Tiktok, pero si la tuviera seguro que sería una de las estrellas de esta red social en la que se refugian millones de adolescentes de todo el mundo mientras se piensan si saltan a Instagram o YouTube. Pero Tiktok ya funciona como un ecosistema propio y restringido donde hay verdaderas estrellas de la creación audiovisual: han comprendido el modo de narrar de la herramienta y lo han aprovechado como los primeros youtubers o instagramers. En Xataka explican que estas figuras tienen entre 14 y 20 años, y que ya facturan. ¿Cuánto? ¡Ay, la gran pregunta!

El gran postureo del clima

Greta Thunberg va camino de convertirse en un icono, sí, pero del postureo o como toda la vida se ha llamado, la hipocresía. Porque eso es el viaje de la chica en catamarán y su posterior traslado en coche eléctrico (¿con energía renovable o salida de una sucia central nuclear?) para dar una charla pretendidamente emotiva (pero nada técnica) ante líderes mundiales y resto de ciudadanía (da igual la clase sociopolítica, que todos van por la foto): pura hipocresía o puro postureo. Como el de todos los que han cogido aviones o claman en contra del uso de la calefacción durante el evento. ¿Nadie se lo toma en serio?

Hablemos del blanqueo

De la prescindible pieza (porque todo el digital de Pedro J. Ramírez lo es) sobre Ortega Smith me quedo con la respuesta de un tuitero, Javi, de Parla: “‘¿Por qué cae tan mal?’. Porque es un hijo de la grandísima puta. Siguiente pregunta”. Y sigue: “Por cierto, me hace mucha gracia que ponen ‘Ortega Smith, el falangista’ y luego se preguntan por qué cae mal. Como si ser falangista no fuera ya un motivo en sí mismo para odiar a una persona. Flipo”. Y termina: “Al final con tanto blanqueo del fascismo lo de ser falangista va terminar siendo equiparable a ser numismático, abonado del Getafe o jugador de Magic”.

En España no es un fenómeno nuevo

Empezando porque se trata de una monarquía parlamentaria que excluye a las mujeres, en España la de blanquear a los totalitarismos no es una práctica novedosa y mucha culpa tiene, precisamente, el monarca de turno: las dictaduras de Oriente Medio soportadas por el petróleo o la de Marruecos se han disfrazado de sistemas amigos y no absolutistas. Pero lo son, hasta el punto de bloquear el acceso de parlamentarios vascos al Sahara. Hablando de Euskadi, también tenemos que denunciar aquí el blanqueamiento del fascismo que nos ha tocado… Y lo seguiremos haciendo.

Tantas alforjas para poco viaje…

Según Eldiario.es, el partido de Íñigo Errejón tendría unas deudas importantes: “100.000 euros a proveedores y 350.000 euros en microcréditos”, fruto de las altas expectativas de la campaña y las bajas realidades de las elecciones. Y ahora, ¿qué? Pues veremos cómo el que fuera segundo de Iglesias se las apaña porque eso de no depender de los bancos queda muy bien cuando lo dices pero cuando lo que haces es dejar 100.000 € de cañón no tiene tanta gracia. Y los que han puesto microcréditos, ¿cuánto van a tardar en recibir su dinero? La política real no es tan bonita pero es más efectiva.

Otro buen resultado

Los resultados acompañan al Athletic, a su primer equipo masculino y femenino, a casi todos los equipos de la cantera y también a nivel individual porque un Pichichi viste mucho pero un Zamora también da puntos. Roger Álvarez, autor de la Adurizpedia en Twitter, nos recuerda en esta red social el datazo de Unai Simón, que tiene mejor coeficiente que porteros como Oblak, Courtios o Ter Stegen. Una cifra que es el resultado de un buen trabajo bajo palos pero también de una defensa en la que todos están muy bien y de un equipo que entiende lo que es la solidaridad defensiva. Que dure.