¿A qué espera el PSOE?

Ciudadanos es el enemigo político de todos. Del PNV y Podemos, por razones ideológicas. De PP y PSOE, por razones prácticas. Los de Rajoy ya se han puesto manos a la obra para intentar que todos veamos las evidentes contradicciones de un partido que ha sublimado ir a golpe de encuesta. Pero, ¿a qué espera el PSOE? Pedro Sánchez ya no es percibido como el líder de la oposición, como recuerdan en El Español, sin embargo, las críticas socialistas son inexistente o muy templadas.

No al blanqueo de la historia

Del mismo modo que no voy a permitir que ninguno de los que justifican a ETA o, peor, le dan las gracias, reescriba la historia de unos asesinos sin justificación, no debemos dejar que lo hagan los de la guerra sucia: en El Confidencial Digital apuntan a Rodríguez Galindo como el que empezó a derrotar a ETA gracias a sus métodos, celebrados por guardias civiles que estuvieron a sus órdenes, según el citado medio, como si la guerra sucia hubiera sido un mal menor y necesario.

Imbéciles redomados

No se me ocurre otro modo de definir a los responsables de La Tribuna de Cartagena, Josele Sánchez y Daniel Negroles, por hacer causa de asuntos muy graves desde el enfoque más perverso. Son los mismos que aseguran que Emilio Botín ha sido asesinado, pero además de esa frikada señalan a la víctima de “La Manada”, señalan a políticos a los que acusan de connivencia con la pederastia, señalan a quienes luchan por la igualdad y, oh, sorpresa, tienen una sección hagiográfica sobre Primo de Rivera.

“El Bigotes” quiere venganza

Álvaro Pérez, conocido como “El Bigotes” y por ser uno de los cabecillas de la Trama Gürtel, ha encajado muy mal la confirmación de su sentencia (12 años por el caso Fitur, y pendiente de otras penas) y ha anunciado, por un lado, que no colaborará más con la justicia española, porque de nada le sirve, pero que intentará acabar con sus enemigos. Podemos esperar que ahora empiece a tirar de la manta y quiera llevársela a los medios, pero me temo que solo se la comprará La Tribuna de Cartagena.

¿Y qué tal “Euskadi”?

Entre el sarcasmo y la información, en El Confidencial cuentan que el PNV anda buscando un nombre para la comunidad autónoma vasca una vez haya alcanzado ésta un nuevo estatus político. Sinceramente, creo que es elevar la anécdota a noticia (a nivel europeo no hay debate: o eres estado o eres región con más o menos autogobierno), pero sí destaca la aparición de “Euskal Herria” en el preámbulo de la iniciativa nacionalista, que sorprenderá a más de un afiliado.

La versión española

Con el PP con una mejilla todavía dolorida por la torta que le ha dado la sociedad catalana, dejando su representación en un mínimo histórico, los de Rajoy se niegan a poner la otra y que, esta vez, sea Rivera el que suelte la mano. Así que la maquinaria para detener la tendencia alcista de Ciudadanos en las encuestas ya está en marcha: el 155 ha hecho que la preocupación de los españoles por Catalunya baje doce puntos. Un mensaje que varios digitales compraron sin mirar.

La versión catalana no es mejor

Por motivos totalmente diferentes la actualidad política catalana no es mejor. En este caso no parece que se haya puesto en marcha una maquinaria que fije noticias en portadas digitales, de hecho, el motor que genera el titular es mucho más mundano: ERC ha encajado mal que el PDeCat les haya superado en votos y torpedea al Govern. ERC, sí. Ni Ciudadanos, ni la CUP: ERC es la que se negaría, según El Confidencial Digital, a posibilitar la investidura a Puigdemont desde Bruselas.

Rosa Díez marca su nivel

Rosa Díez va a acabar su carrera política como una tuitera a la que se las cuelan todas porque es incapaz de salir de la escena en silencio: la líder de los magentas no dudó en dar por bueno un montaje cutre-salchichero con una portada de la revista Time en la que aparecía la Guardia Civil señalada como la mejor policía del mundo. No se trata de un conocimiento insuficiente de diseño o imagen, como le señalan en Twitter, sino del insuficiente pensamiento crítico imprescindible.

Pero, ¿a quién le importa nada?

Como a Rosa Díez parece que a muchos su identidad digital les importa muy poco, por lo que deducimos de lo que vemos en Internet cada día. Por ejemplo, Silvia Charro y Simón Pérez, esa pareja que se hizo famosa en Internet por comentar la actualidad económica en un vídeo afectada por la comida navideña de empresa, se han convertido en youtubers con un canal horrible para rentabilizar su fama efímera: política, denuncias ciudadanas y economía. Todo vale. ¿Y el rastro digital? ¡Qué más da!

¿Y si Kepa se queda?

Cuando lo leí en Libertad Digital pasé: en este medio cogen cualquier comentario y lo estiran lo que sea necesario hasta sacar un puñado de “clics”. Pero lo de Diario Crítico me pareció un poco más armado: Kepa Arrizabalaga puede quedarse en Bilbao después de que Zidane haya dicho en público que no quiere otro portero. Y ahora, ¿qué? Pues todo dependerá de si hay un precontrato, como en anteriores ocasiones. En cualquier caso, estoy deseando ver quién habla primero y qué dice.

Son dos problemas

Podemos está recibiendo muchas críticas desde el nacionalismo y la izquierda (también desde Euskadi) por echar la culpa al independentismo catalán, que habría despertado las posiciones más retrógadas en España. Quienes critican a Iglesias o Monedero lo hacen porque considera que el procés catalán ha servido para poner en evidencia ese movimiento rancio por la unidad de España. Pero también lo ha avivado. Y que se haya reforzado y por eso lo veamos son dos problemas, no uno u otro.

Lo que es irremediable

El nacionalismo y la izquierda (también en Euskadi) intentan vendernos a Gabriel Rufián como un político contemporáneo que utiliza un lenguaje que se entiende mucho mejor. Pero si en su día el pinchazo de Patxi López con el principio de Arquímedes nos hizo gracia, la confusión sobre por qué quemaron a Galileo de Rufián también merece su momento para la chanza. La equivocación de una persona no tiene nada de malo, que nos intenten colocar material defectuoso, sí.

Lo que no es un error

No miente el community manager de la Guardia Civil que admite “un terrible error” del compañero que hizo un chiste sobre la profesionalidad de los Mossos d’Esquadra (intervenidos ahora por España). Pero el error no es el chiste, sino poner negro sobre blanco una forma de pensar que se ha filtrado por la necesidad de la gracia y la broma, un estilo que Carlos Fernández Guerra clavó en la Policía Nacional pero que se convierte en una debilidad en el resto de cuerpos que lo copian.

No podemos permitírnoslo

La profesión periodística estaba en crisis antes de que apareciera Internet, pero este herramienta no nos ha ayudado a levantarnos, precisamente. Los propios redactores hemos ahondado en nuestra situación con la lucha por el titular más llamativo, eso que antes conocíamos como “amarillismo”, y el “clic”. Esta situación nos coloca en el disparadero con errores como dar una noticia falsa: la UE no se planeta prohibir los kebab, sino garantizar su consumo seguro.

Lío en el PP de Bizkaia

Nacho Toca es un tipo incómodo para los suyos. Cuando un portavoz joven combina un pensamiento “viejuno” y básico (creo que ambas características van unidas sin remedio) se convierte en el exponente de unas ideas que nadie quiere asociar a su marca. Y al final el PP de Bizkaia ha reaccionado vetándole en su despedida, según denuncia él mismo en Twitter. El problema, seguramente, fue darle el altavoz. Pero ojo a la solución si es librarse de Toca con una patada hacia arriba.

Un indicador

Es evidente que es una cuestión menor la “apasionadísima” discusión entre actualizadores de Wikipedia sobre si Catalunya ha sido independiente o no durante ocho segundos, y si así tiene que aparecer en esta enciclopedia on-line que, para muchos, es la primera fuente (ojo, tomársela demasiado en serio es un error). Una cuestión menor… Pero también un indicador de que la batalla del relato no la está ganando Catalunya ni en los espacios serios ni en los más ligeros.

Lo saben hasta en la BBC

Me temo que ni aunque la BBC lo explique en castellano muchos españoles querrán saber un poco de su propia historia. El relato de este medio es bueno para conocer el tecnicismo del término “nacionalidad histórica”, con la que en el 78 se diferenciaron Euskadi, Catalunya y Galiza porque antes de la dictadura tuvieron su propio Estatuto (no entran en la historia de cada pueblo). Luego, ya lo sabemos, esto se disolvió con el café para todos de las autonomías.

La otra Guardia Civil

En Catalunya y en España los cuerpos y fuerzas de seguridad viven un momento estupendo: su popularidad está por los aires y no creo que muchos agentes hayan percibido tanto cariño y arrope de la ciudadanía como estos días: mossos, policías nacionales y guardias civiles están siendo abrazados y vitoreados. Pero algunos miembros (y de este riesgo no se libra nadie) siguen abusando de su autoridad: “Detienen a dos guardias civiles con 38 kilos de hachís en su coche”, en Málaga.

Más abusos

Linkedin tiene un problema: que va a cerrar. Una red social solo es rentable si es de masas… Y ni eso, y si no, que se lo pregunten a Twitter, que sigue perdiendo una millonada cada año. Si a esto sumas que ya se han establecido tipos de usuarios que hacen poco atractiva tu red, tienes un problema mayor. En El Confidencial los han recopilado: el baboso, el que se cree un gurú, el que piensa que los desempleados son unos vagos, o el que se queja de los que se quejan, entre otros.

¿Solo de los deportistas?

Voy a dar por bueno que hablemos de los deportistas de élite en este caso, como ejemplo representativo de personas que, por su éxito, colocan publicidad en sus redes sociales digitales sin avisar de que lo están haciendo. Pero este mal va mucho más allá de los futbolistas, baloncestistas o tenistas. Incluso las estrellas propias de las redes, esas que fuera no conoce nadie, cometen el mismo fraude. Porque, sí, es obligatorio avisar de que se trata de publicidad.

Una semana de esto

Desconozco qué pasará mañana y el martes, cuando los parlamentarios catalanes tendrán que manifestarse donde puedan sobre la situación futura de Catalunya después del referéndum del domingo. Pero ahí quería llegar yo: no se nos puede olvidar lo que pasó en esta nación hace hoy siete días. Ni la violencia ni la dignidad del agredido antes un estado que, y el rey lo demostró el martes, no ha entendido nada y cree tener razón porque tiene fuerza para negar la evidencia.

La factura pendiente

Por cierto, y esto es importante: esta semana la resaca nos ha traído noticias interesantes que, en el sube y baja que nos encontramos, casi se nos pasan. Por ejemplo, que el Govern presentará una demanda contra Policía Nacional y Guardia Civil por los desperfectos que sus agentes generaron durante una actuación policial desproporcionada. Recordemos: la ilegalidad del referéndum anula su resultado, pero no conlleva una prohibición a golpes y empujones.

Y la que vendrá

Igual que me parece necesario tener en cuenta lo que sucedió el domingo y me parece bien que Catalunya reclame a España lo que ha roto, me parece innegable la evidencia de lo cara que está saliendo esta fiesta: evidentemente, hasta el sector turístico se resentirá, y si sale adelante la huelga general indefinida que pide la CUP, ni les cuento. A esto hay que sumar la parte del león, la de las empresas que ya han dejado de pagar impuestos en Catalunya.

La otra cara

Este proceso, tan intenso, está dejándonos momentos que se alejan de la gravedad, por decirlo de un modo suave, y que en Magnet han recopilado con acierto: el ruso que avisa a los manifestantes independentistas que la situación será irreversible cuando lleguen las armas, los gitanos que aseguran a la Policía Nacional que les protegerán cuando requisen urnas, Stoichkov (catalanista declarado) arremetiendo contra Sáenz de Santamaría, o trabajadores de La Caixa que gritan consignas de la CUP.

Fotógrafo, sigue tu pasión

En Photolari recogen un estudio de los muchos que pululan en Internet y que uno menciona cuando le van bien. Así que, como ellos conocen bien esta circunstancia y nosotros la asumimos con normalidad, vamos con el tema porque lo que cuenta nos interesa. En este caso, los autores del estudio aseguran que empeñarse en fotografiar los momentos y eventos relevantes lejos de distraernos hacen que fijemos en nuestra mente esos recuerdos con más fuerza.