El viaje de Podemos que acaba en IU

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Me alegro por IU, no lo voy a negar. Me alegro por una formación que, por lo menos, ha tenido algo más claro qué es en este viaje hacia la identidad de la verdadera nueva izquierda de todos los tiempos, patriótica e internacionalista a la vez, admiradora de Zapatero y heredera del 15-M anti-Zapatero al mismo tiempo. Según El Independiente, Pablo Iglesias podría estar pensando en Alberto Garzón como su sucesor del imperio Unidos Podemos, relegando así a Íñigo Errejón. Y lo que opinen los círculos ya lo decidirán.

Historias de la guerra

La de los monjes ortodoxos del monasterio de San Mateo, a 20 kilómetros de Mosul y del califato, y a solo cinco de la línea del frente contra el estado islámico, será una de las historias de esta guerra de origen tan pretendidamente maniqueo y consecuencias globales como no habíamos conocido antes. La podemos leer en El Confidencial, y recuerda a esos relatos que quedaban antes en los libritos sobre los conflictos que escribían algunos periodistas, y que todavía no sabemos en qué se transformarán en esta época de todo on-line.

Aquellos maravillosos años de Twitter

Mia Font, más conocido como @4Colors, es quien mejor ha plasmado la nostalgia que reclaman y reclamamos algunos “viejos” usuarios de Twitter. Font, que es un artista gráfico excepcional, habla de una “época dorada”, entre 2009 y 2012, que sin embargo no añora. Quienes estábamos en Twitter entonces, antes de la gran ola que trajo la televisión, sabemos que se refiere a una red social solo para los más avezados en la que la sátira era el lenguaje común, y nos tomábamos mucho menos en serio que las estrellas de ahora (algunas ya estaban antes también).

Preguntas clave para empresas importantes

“¿Qué es lo que te apasiona?”, “¿si tuvieras dos ofertas de empresas diferentes encima de la mesa que te haría decantarte por una de ellas y no por la otra?”, “¿cómo de cómodo es para ti el cambio y qué tal te adaptas a ello?”, “piensa en la persona que más admires, ¿qué valores tiene esa persona y cómo encajan contigo?”, “¿por qué nuestra empresa?”, son las preguntas más importantes para Vodafone, ING, CARTO, Prosegur, Varma, El Corte Inglés, Iberdrola durante sus procesos de selección de personal. En Magnet las han recopilado.

Todos tenemos que premiar el talento

Del mismo modo que las empresas de las que hemos hablado en el anterior párrafo lo hacen, todos tenemos la obligación de premiar a quien tiene talento y lo comparte con nosotros. Eso pasa, indefectiblemente, por “castigar” a quien no lo tiene y, lo que es peor, se aprovecha de los primeros. Tony Soto ha hecho un vídeo de minuto y medio muy ilustrativo (y con sentido del humor) sobre los plagiadores de contenido que roban trabajo ajeno para ganar unos clics a su causa (ellos mismos, por supuesto).

¡Arriesguen, candidatos, arriesguen!

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Cuando Susana Martín me propuso escribir estas columnas y salir de mi formato habitual no lo dudé. Me apetecía reflexionar con más espacio sobre en qué redes sociales estamos, de qué burbujas de Internet venimos, y hacia qué aburrida virtualidad avanzamos. Enseguida tuve claro que me centraría solo en los candidatos y las candidatas a lehendakari. Era fácil intuir que esta sería una campaña presidencialista por falta de tiempo y de energía. Llevamos tres procesos electorales en diez meses, y la ciudadanía que vota está cansada, sí, pero los que pululamos alrededor de las campañas estamos agotados, se lo aseguro. Lo que no esperaba, sinceramente, es que los protagonistas de los carteles iban a desenvolverse tan lánguidamente en las redes sociales digitales.

¡Hasta Arnaldo Otegi ha ido a menos! Los comentarios en Twitter sobre las series que veía cuando salió de la cárcel, los chistes sobre Cuarto Milenio, las fotos de sus gatos… son previos a la ratificación de su inhabilitación (es decir, la precampaña). Como candidato, una solitaria foto de un perro con chubasquero y una pegatina con su cara son casi toda la sal y la pimienta. Tuits de entrevistas, alguna reflexión para meter el dedo en el ojo sobre todo al PNV, y mucho apoyo a las cabezas de lista de su formación forman el grueso de sus tuits. Un político más.

Entre las candidatas de Bildu, la más conocida, Iriarte, no ha arriesgado nada, y sí lo ha hecho un poco Jasone Agirre, por ejemplo, ayer mismo. Si vas a un acto durante la campaña, pones dos tuits anunciándolo, uno en euskera y otro castellano, en ambos subes una foto que te ha sacado un tercero, y utilizas el hashtag oficial de la campaña, se trata de un acto de campaña. Si el acto de campaña es una manifestación por un desahucio lo mejor que te puede pasar es que nadie te pida explicaciones ni por el proceso (que siempre es complejo y nunca es tan maniqueo como presentan el final) ni por la utilización del dolor ajeno con fines electorales.

Al PP vasco le dan igual estas elecciones: “Somos la voz de España en esta tierra ¡A votar!”, tuitean con la vista puesta más en Madrid que en ningún otro sitio. Y en el PSE, para compensar la facilidad con la que se han metido en charcos últimamente, en el Twitter y el Facebook de Idoia Mendia el riesgo es mínimo.

A la que sí exponen es a Pili Zabala. Su community manager nos sorprendió ayer con que ellos no ponen publicidad en el tranvía porque cuesta dinero. Lo curioso es que en la foto del tuit aparecía Íñigo Errejón, que es la segunda vez que viene. Antes lo hicieron Pablo Iglesias y Ada Colau. Y sus viajes y estancias, ¿no cuestan dinero? En cualquier caso, sacar los colores es fácil: si alcanzan el techo de gasto (todos los partidos lo hacen) no tendrán tranvías simplemente porque se han gastado la tela en otras cosas.

En el PNV, Aitor Esteban fue el primer político vasco que hizo un Facebook Live (luego repitió en junio), e Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar han sido los primeros que han respondido a un “Questions and answers” de Twitter, esta misma semana desde Barakaldo. Pero el riesgo, incluso en estos formatos, no es excesivo. A ver sobre qué escribo yo la columna mañana.

La campaña en directo

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Iremos a más, pero ninguna campaña como esta que vivimos ha sido tan “en directo” hasta el momento. Y eso que venimos de dos generales vergonzantes en las que “la nueva política” ha usado en Madrid las herramientas digitales como si los “likes” fueran votos, y los tradicionales (aquí sobran las comillas) se pusieron a rebufo.

Siempre he defendido que incorporar las redes sociales a tu comunicación es una oportunidad para echarte un vistazo crítico, actualizarte, corregir defectos, engranar mejor los equipos humanos y comprar equipos técnicos nuevos (esto, solo a veces). Y en política, todo lo que acabo de describirles es absolutamente necesario hacerlo cada año. Si no, vienen los políticos de siempre contándote que son de kilómetro cero y te ganan sin bajarse del plató de televisión.

El PSE y el PNV son los que mejor lo han entendido en Euskadi, con “lives” en Facebook a calzón quitado de Idoia Mendia, Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar (hemos visto a ambos partidos hacer pruebas en Periscope también). Ayer, el presidente del EBB anunció para hoy, además, una entrevista ciudadana igualmente en directo por medio de Twitter a los dos últimos, al alimón.

El PP, simplemente, no gasta energía: con una campaña de spots reseñable y un discurso que no casa, más rancio incluso de lo habitual, lo han fiado todo a que su suelo sea suficiente para, aritméticamente, no perder demasiados escaños. Incluido el que le birla a Ciudadanos, que también confiaba en heredar el de UPyD a cambio de nada. Hace años, el equipo de Maroto hacía de avanzadilla en comunicación on-line. Pero ese tiempo quedó atrás y a nadie le sorprende.

Pasamos a las decepciones: la única relación de Bildu con los directos son las cadenas de tuits durante los mítines. Activarlas supone un esfuerzo que hay que poner en valor, pero la ausencia de novedades extendidas genera cierta sensación de autarquía. Si no han logrado acceso a las plataformas que sí manejan PNV y PSE, y PP en Madrid, es porque no salen de su entorno. Y los resultados de las visualizaciones ahí están pese a tener más de 33.000 seguidores en Facebook.

El abandono de Podemos Euskadi es, seguramente, el más sorprendente: su cuenta en Twitter y su página en Facebook son, literalmente, un muro en el que pegar carteles digitales del mitin del día. ¡Qué novedad! Solo tímidos links a directos durante esos mismo mítines por medio de YouTube (con planos fijos, sin realizar), nos permiten ver cuál es su mensaje.

Para poner la salsa on-line ya están los de Madrid, ayer mismo, discutiendo entre ellos. No me creo nada de la conversación entre Errejón e Iglesias, que no pasa de ser otra anécdota pastelosa, pero la entrada de Monedero, entre otros, ha hecho que coja vuelo y solo para airear la realidad: nacieron con ansia de poder y sin poder sufren una ansiedad incurable. Finalmente, Pablo Echenique intentó relajar la discusión con su supuesto humor, al filo de las 17:00 de un martes, diciendo que se acababa de levantar de la siesta y se encontraba con el pastel en Twitter. Me parece el mejor retrato de cómo se toman la vida política algunos.

Ponga un buen community manager en su vida

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No me parece mal que Pili Zabala tenga un community manager. De hecho, me parece muy bien. Pongo el ejemplo de la de Podemos porque es la última en entrar en la arena y, por simple orden de llegada, la última que cae en la tentación de tuitear en primera persona cuando son otros los que le llevan la cuenta en Twitter.

¿Pasa algo por que los políticos tengan community managers? Les aseguro que no pasa nada malo. Nuestros representantes están expuestos a que cualquiera pueda decirles lo que le venga en gana. ¿Esto tiene que ser así? En mi opinión, no. Los políticos están para trabajar por nosotros, y para hacerlo bien tiene que activar mecanismos de escucha. Y si no responden a las expectativas (para eso está la escucha), papeleta: la de otro partido. Pero no pueden dedicar un porcentaje excesivo de su tiempo a escuchar (como no pueden hacerlo solo a hablar), ni considero que tienen que hacerlo personalmente en todos los casos, ni mucho menos creo que esa escucha la puedan hacer, directamente, por medio de las redes sociales.

Twitter es una herramienta de desahogo, de vez en cuando aparece algún estudio sobre usos y costumbres en esta web que nos lo recuerda. Pero es muy duro para el político pasarse el día escuchando improperios y gilipolleces. Desanima. Lo sorprendente es que algunos precisamente buscan eso, desmoralizar. Lo que aleja al político de la herramienta y/o le impide ejercer su labor de gestión. Twitter a veces es muy duro. Por eso mi recomendación siempre es que los políticos no lo usen personalmente, que deleguen su gestión. Eso no significa que los políticos no puedan transmitir sus mensajes (como la disculpa a medias de Alfonso Alonso a la propia Zabala) ni que no deban saber qué les dicen, por qué, en qué tono y desde dónde. El gestor de la cuenta en Twitter del político o la política de turno es solo el que le libra de los anónimos pesados, escribe cuidando la ortografía y busca los hashtags.

¿Por qué sabemos que Pili Zabala tiene un community manager (y hace bien, insisto, siempre que a partir de ahora no juegue a ser ella la que tuitea)? Porque durante el debate en ETB2 desde su cuenta lanzaron un tuit con el corte de vídeo en el que Alfonso Alonso le niega insultantemente su condición de víctima.

Lo que me lleva a otra cuestión.

¿Está Pili Zabala legitimada para hablar de la mochila de Bildu? Lo dudo mucho. Ella ha explicado ya que es la candidata de Bildu porque se lo pidió su amiga Nagua Alba. Es decir, su principal mérito es ser la elegida de la jefa. O es por eso, o es porque es hermana de Joxi Zabala. O es por las dos cosas. Entonces, Zabala también tiene mochila, una que, además, le pesa personalmente más que a nadie.

Pero en Podemos consideran que esa mochila es lo que vale: el tenso silencio que sostienen Alfonso Alonso y Pili Zabala (muy bien subrayado por Xabier García Ramsden) ha sido lo que han destacado todos los del partido morado, empezando por el community manager de Zabala y terminando por Iñigo Errejón, pasando por su hermano Guillermo, el submarino en Euskadi. La utilización de las víctimas de ETA también es una costumbre muy española.

El peligro de tomarse Twitter en serio

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Desde hoy y hasta que termine la campaña este blog cambiará su formato ya que la columna que recoge se integrará en las páginas de actualidad política. El «Bogando por la red» habitual lo podréis encontrar en «Diseño a sorbos«.

Sin Twitter esta columna no sería posible, pero la calidad de la política sobre la que hablamos durante varias páginas en este periódico, seguramente, sería mejor. Twitter ha cambiado los discursos más que lo que ha hecho Facebook, y los ha empeorado. Los ha empobrecido, los ha rebajado hasta convertir lo accesorio en lo relevante, y lo relevante en lo aburrido por repetitivo. Ojo, no negaré que en eso Twitter tiene poca culpa: la política es aburrida porque los argumentos se retuercen para poder repetirlos. En ese pecado tienen los partidos su principal penitencia. Twitter solo es la herramienta flageladora más diabólica. Y no diré que algunos no se la merecen.

En España llevamos nueve meses con el gobierno en funciones y Pablo Iglesias, el día de la segunda votación de la investidura teatralizada de Rajoy, se dedicaba a mandar montajes a Íñigo Errejón en el que éste salía con una camisa de La Falange. Qué risa, ¿eh? Pero así es como se alcanzan los casi dos millones de seguidores que tiene el de Podemos. Con trazos del programa electoral, enlaces a reflexiones complejas sobre economía, y fotos con señores encorbatados, no. Con tuits de diseño, como el de Arnaldo Otegi cuando se confirmó su inhabilitación, sí.

Los nuevos políticos no serían nada sin Twitter. Ni Twitter ni los nuevos políticos serían nada sin la televisión. En todo tipo de programas (deportivos, del corazón, y por supuesto de supuesto debate político) empezamos a ver al experto que nos traslada lo que se está diciendo en Twitter. Alguien que nos cuenta, lo primero, que la emisión “es trending topic”, y quién es el contertulio que más caña está recibiendo, ante lo que el referido se suele reír. La mayoría de los televidentes no tienen ni idea de qué es Twitter ni de quién opina en Twitter, pero se creen la solvencia con la que les habla ese señor o esa señora con una tablet en la mano.

Pero en Twitter opina el tonto del pueblo al que nadie quiere escuchar y, por fin, tiene un sitio en el que contar lo que él piensa. Twitter está lleno de ideas estúpidas, de lugares comunes, de frases más o menos redondas copiadas y pegadas miles de veces, de usuarios que cofunden tener un lugar en el que decir algo que tener algo que decir.

¿Conversación? ¿Acceso directo? Ni Pablo Iglesias ni Iñigo Urkullu leen las respuestas que reciben, que serán insultos en su gran mayoría, como todas las celebridades que se acercan a Twitter. Valga esta realidad como ejemplo de que Twitter no ha favorecido el diálogo con el político ni con la estrella del rock.