La posverdad según Girauta

Juan Carlos Girauta nos toma por tontos, como todos los que quieren construir esa posverdad por medio de mentiras que algunos admiten para reforzar sus posiciones. En este caso, se quejó de que era “calumnia y demagogia” su pertenencia a los peones negros, esos que se manifestaban pidiendo que se diera por bueno que el 11-M lo hizo ETA. En El Diario han sacado un vídeo de él en una manifestación de ese grupo y declaraciones a favor de esta tesis aunque acataba la sentencia que decía que el atentado nada tenía que ver con ETA. Ahora, Girauta quiere borrar su pasado pero no va a poder.

¡Pero si has votado con ellos, Pablo!

Otro que quiere imponernos su posverdad es Pablo Casado, que después de tumbar junto a Ciudadanos, Bildu, PDeCat y ERC los presupuestos del gobierno español antes incluso de discutirlos, tuiteaba: “Hoy en las Cortes españolas se ha producido una moción de censura de facto contra Sánchez. A través de la movilización ciudadana hemos conseguido revertir las negociaciones que se estaban produciendo con los secesionistas. Han negociado y estaban dispuestos a seguir haciéndolo”. ¡Pero si es el PP el que ha votado con los catalanes y Bildu para tumbar a Pedro Sánchez!

¿Por qué?

Pedro Vallín ha escrito en Twitter un hilo imprescindible sobre ese voto en contra de PDeCat y ERC. Se lo resumo al máximo: solo Puigdemont (y seguramente Torra) creen que cuanto peor, mejor. Junqueras, el resto de presos y la mayoría de los políticos catalanes saben que la situación sería más favorable con Sánchez. Pero ambos partidos han acabado tumbándole por el mismo motivo: el miedo a explicar a la ciudadanía catalana que esto se ha acabado, que la independencia nunca se declaró, que tienen que negociar dentro de España y ser posibilistas, a contar la verdad.

“Hasta los c… de todos nosotros”

Otro cronista de La Vanguardia, Enric Juliana, recordaba ayer en Twitter a Estanislau Figeras, presidente de la Primera República que acabó dimitiendo y expresando: “Estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Lo hacía previendo que hoy puede que sepamos la fecha de las próximas elecciones. Sea la que sea, con la cita del 26 de mayo confirmada, propios y extraños van a acabar hartos de la política española y de los políticos incapaces de ponerse de acuerdo, y esto va a afectar a unas elecciones que nada tienen que ver con eso, como son las municipales, forales y europeas.

Lo moderno es atacar una librería

Lo moderno no es montar una cafetería para tomar cereales con leche, ni poner en marcha una librería para editoriales y escritores alternativos, lo más moderno es atacarlo, quejarse, hablar de gentrificación mientras miras de reojo el móvil para ver si te han dado el OK para el piso que has contratado en Airbnb para Semana Santa. Lo moderno es pintar “moríos, modernos” en una librería que ya ha sido atacada (sí, “atacada”) con pintura y carteles anteriormente. Lo liberador, lo transgresor, lo que es más moderno que lo moderno es, como han leído, atemorizar a quien vende libros.

Lo principal y lo básico

Podemos cuestionar el proceso porque hubo nulidades. Podemos hablar largo y tendido de las diferencias de criterio y exigencia en el cumplimiento de penas económicas en España. Podemos disentir, por supuesto, en lo informativo y en lo opinativo. Podemos hacernos favores y darnos patadas en la espinilla. Pero no podemos separarnos ni un milímetro cuando nos toca a los periodistas apretar las filas para reclamar una libertad de prensa efectiva, que no esté condicionada por expolios, amenazas o presiones. Por eso me sumo al apoyo casi unánime a Iñaki Soto y los compañeros y compañeras de Gara.

Máster en la Rey Juan Carlos

Ya sabemos todos que Pablo Casado es uno de los mejores para personificar eso de que “la ignorancia es atrevida”. Y lo sabemos antes incluso de que se convirtiera en el gran jefe del PP. De hecho, estoy seguro de que también lo percibía Rajoy. Por si alguien no se había dado cuenta se empeña en recordárnoslo: su última metedura de pata es aún más grave para un licenciado en derecho, ya que ni siquiera sabía que las “faltas” desaparecieron del código penal en 2015, en aquella famosa reforma que aprobó la mayoría absoluta del PP con UPN en la que introdujeron la prisión permanente revisable.

Liberales en lo económico y lo reflexivo

España tiene un problema con los liberales porque todos esos jóvenes que muestran orgullosos en redes sociales su pertenencia al PP, Ciudadanos o Vox, se definen justamente así: liberales. Y porque los no tan jóvenes son, además de liberales, tan casposos como capciosos. Lo es Rivera y lo es Girauta, por ejemplo, que ha subido a su Twitter un vídeo lleno de trampas y victimismo para apoyar a los ya famosos VTC de Uber y Cabify. Estos liberales, con argumentos del típico cuñado español del chiste, creen que la libertad de elección es apoyar a empresas que operan al margen de la regulación.

El Rey en Irak

La Casa Real española, que parece que no sirve para nada salvo para las atribuciones exclusivas que le reserva la Constitución, precisamente, para justificar su presencia y asignación de los presupuestos del Estado, nos ha intentado colar, una vez más, que el Rey de España ha hecho algo. En concreto, se ha desplazado a Irak coincidiendo con su cumpleaños “perfectamente camuflado con la alfombra, en su primera acción de riesgo: ver la televisión”, según Javier Durán, que ha clavado el sarcasmo. Pese a lo evidente, son muchos los medios cortesanos que se la han dejado colar.

Lo peor del fútbol

Me he guardado esta noticia hasta hoy porque no quería que lo peor del fútbol afectara en nada a la fiesta que vivimos el miércoles en Bilbao con la Copa. Pero, sí, del mismo modo que el periodismo más morboso e insensible también es periodismo, el espectáculo injustificable de Mestalla, con jugadores de Valencia y Getafe a hostia limpia, también forma parte del fútbol. Del mismo modo, por desgracia, también es parte indeseable del circo quien caldea el ambiente con declaraciones que no aportan nada al show o el deporte, o quien señala a equipos y aficiones.

Una política sin chistes

Entre un discurso político sin chistes y otro con chistes de cualquier tipo, me quedo con el primero. El sentido del humor y la creatividad nunca han sido dos de mis fuertes, de hecho, soy bastante conservador en casi todo, pero, miren, aquí sigo. Los que espero que no sigan son los aspirantes a humoristas, como bien tuitea Diego E. Barros, que están empleados como community managers de los partidos políticos o de algunas marcas comerciales. Que sí, que soy tan soso que hasta me parecen mal los emoticonos. Pero son Twitter y los chistes en Twitter los principales desencadenantes de la degradación de la política actual.

Políticos serios

Un buen amigo mío hace ya años que me advirtió: “Iker, divertido no es lo contrario de serio, es lo contrario de aburrido”, y solo he podido darle la razón en todo este tiempo. Es posible ser divertido: hemos visto a algunos políticos, empezando por Ortuzar y terminando por Rajoy, que con socarronería rebajan cierta tensión. Pero lo que no podemos permitirnos es políticos que no sean serios, como Girauta, que pide también menos chistes en política. Me parece bien, pero no que lo haga él, que no fue nada serio en su exigencia reiterada con los Peones Negros de que ETA participó en el 11-M.

¿Qué niños, Pablo?

Solo un ratito antes de que el PP lanzara el maloliente tuit con un niño pidiendo a los Reyes Magos que se llevaran a Pedro Sánchez como se habían llevado a Amy Winehouse, Pablo Casado clamaba en Twitter porque en Catalunya se usaba la cabalgata real, un evento destinado a niños, para repartir lazos amarillos. “Dejen en paz a los niños, dejen de adoctrinarles”, pedía el responsable del PP mientras alguien descargaba y el vídeo y lo cargaba en el espacio multimedia de Twitter pensando que ese niño, esa carta a los reyes y ese letal deseo eran una buena idea.

Nadie tiene la culpa

No quiero cargar las tintas contra el que tuitea aunque, por supuesto, tiene responsabilidad. Pero no más que Pablo Casado, que ha dado el OK a este estilo de comunicación, o que Isabel Díaz Ayuso, la responsable de Comunicación, que entiendo que será quien se la ha propuesto. La cadena de responsabilidad es importante, y echar balones fuera una canallada para con quien pica tecla y, al final, con quien lee. Si nadie quiere decir “esto es cosa mía” es que a nadie le importa lo que se escribe, lo que se lee ni quien lo hace. Comunicar es un medio, no el fin en sí mismo.

Igual hacen bien

Tengo claro que difundir ese vídeo en la cuenta de un partido político, por la forma chusca y el fondo intolerable, es un error. Un error que viene de una cadena de mando irresponsable y de una tendencia, la del “a ver quién es más bruto”, incomprensible. Pero no tengo tan claro que ese error, porque lo comete un partido político, tiene que encuadrarse en la libertad de expresión y no es denunciable jurídicamente. Así que, de saque, me parece bien que el gobierno emprenda medidas legales porque alguien tiene que parar esto. No podemos dejarlo correr otra vez.

Vergüenza

El final de la huelga de hambre de los presos de Lledoners fue una de las mejores noticias prenavideñas: Catalunya necesita volver a la normalidad urgentemente y esa es una labor de todos los actores y agentes. Flaco favor hacen a esta demanda Carlos Herrera, Juan Carlos Girauta, Arcadi Espada y Salvador Sostres con su foto desde una marisquería y el mensaje: “Empezamos huelga de hambre”. Los dos últimos ya son solo dos bufones de la derecha rancia. Herrera no debería de caer en el peor tuiterismo. Pero lo de Girauta, por diputado, es injustificable.

Nacionalismo paleto

Uno se los protagonistas de la foto de la vergüenza de la que acabo de hablarles, Juan Carlos Girauta, se ha enfadado con Hermann Tertsch porque el periodista ha echado en cara a Ciudadanos, fíjense, el reportaje en Diario Vasco de los líderes políticos de Euskadi comiendo en una sociedad donostiarra. Girauta y Tertsch son de esos a los que les gusta relacionar el nacionalismo con lo peor de lo rural, pero no he visto una muestra más clara de ese nacionalismo paleto que retorcer ese reportaje, muestra de una normalidad democrática vasca que deberíamos exhibir más.

No es un periodista

Cake Minuesa se quejaba estos días de Navidad de que nadie de LaSexta, Telecinco, Cuatro, o TVE le ha llamado para preguntarle qué tal estaba después de que el pasado 21 de diciembre un idiota le agrediese en Barcelona. Minuesa sabe que ningún periodista tiene obligación de llamar a un agredido. Pero le da igual porque lo suyo es provocar, también cuando va micrófono en mano y cámara a tres metros. Minuesa tiene de periodista lo que yo de cocinero: la cuchara de palo. E insisto: los compañeros que se han referido a él como “un reportero agredido” solo se han rebajado.

Monedero el rapero

Cuando vi a Juan Carlos Monedero marcarse un villancico navideño a ritmo de rap con su habitual matraca (que él es el pueblo y vigila al poderoso), me alegré: no hay mejor manera de retratar a alguien que esperar a su autorretrato. Y se supone que Monedero es de los listos: el profesor de Iglesias y Errejón, el que trabajaba para el gobierno venezolano y cobraba su buen dinero público chavista, el que tenía una sociedad unipersonal para tributar menos, y el que fundó La Tuerca y Podemos. Lo siento por quienes confiaron en su capacidad revolucionaria y ahora se encuentran a un aspirante a showman.

El vídeo que hay que ver

He escrito sobre Catalunya en el primer párrafo, en el central y reincido en este final pero con el vídeo que tienen que ver: lo ha publicado Gabriel Rufián (que sigue sin caerme bien) y en él se distingue a manifestantes con pañuelos amarillos que el pasado 21 de diciembre detenían a quienes tiraban contenedores y querían montar barricadas y algarabía. ¿Infiltrados? No tengo motivo para pensar que no lo fueran si comparo a estos buscadores de pelea con esa ciudadanía que volvía a dar una lección de civismo. Aunque en Euskadi sabemos demasiado de tontos con pasamontaña.

No pueden más

“55 palestinos muertos, incluidos 6 niños. 2.771 personas heridas, 1.359 de ellas por munición real. 130 personas en estado crítico. Los equipos médicos están sobrepasados. A los hospitales de Gaza solo les queda combustible continuar sus operaciones 7 días. NO PUEDEN MÁS”. Ese tuit lo lanzó como lo ven, con esas mayúsculas y ese desgarro incluidos, la agencia de Naciones Unidas de ayuda a las personas refugiadas después del ataque de Israel sobre población civil palestina.

La masacre que vimos todos

Ya puede tener Israel todos los aliados que quiera, que su última masacre la hemos visto todos, por desgracia. No solo imágenes sueltas en Twitter que hay que mirar con precaución para que no nos cuelen fotos de otros conflictos. En la web de Reuters podemos ver una muestra de fotos del horror, imágenes que captura Ibraheem Abu Mustafa para que el mundo las denuncie. No es el único: The Guardian pedía en su editorial a Israel que dejara de matar a civiles.

La sensibilidad de Girauta

Antes de ser diputado con Ciudadanos, Juan Carlos Girauta estaba en las manifestaciones de Madrid que señalaban a ETA como autor del atentado del 11-M. Esa teoría conspirativa, sobre todo, perjudicaba a las víctimas, y darse cuenta de ello o no es una cuestión de sensibilidad. Girauta sigue demostrando que no tiene mucha cuando después de la masacre tuitea una foto de él con el embajador de Israel en España y felicita a este estado por su 70 aniversario. “Luz para las naciones”, tuitea.

Eurovision como cortina de humo

Da la casualidad, o no, de que esta lluvia de muerte sobre palestinos ha coincidido con un éxito musical a nivel europeo de Israel. Miguel Ángel Puente tuiteaba así: “Israel gana Eurovisión con una canción contra el bullying mientras su ejército masacra a 59 seres humanos. Y Europa aplaude la cancioncita mientras mira para otro lado con la barbarie. Vergüenza de mundo…”, y lo hacía con toda la razón: son muchos los que ignoran el asesinato y veneran los fuegos de artificio del fin de semana.

Sí, tiene que ver

Por supuesto que ambos elementos se pueden relacionar. La también periodista Yolanda Álvarez lo resumía magistralmente en Twitter: “El Estado de Israel contrata publicidad en la ‘app’ gay de contactos Grindr para que Netta, su concursante, gane el festival de Eurovision. También pagó 12 millones de euros para que el Giro de 2018 arrancara en Jerusalén: marketing para tapar la ocupación”. Pero no solo la ocupación: las 60 muertes no pueden tener tapadera.