Cómo entienden los fascistas la política

La política solo puede perseguir una cosa: el bien común. También en procesos transformadores como un nuevo país, el objetivo y el medio tiene que ser el bien común. Nada se consigue destruyendo, obviamente. Tampoco persigue el bien común ni consigue nada quien, en mitad de una pandemia, pide elecciones anticipadas. Este último es Santiago Abascal. A los del principio del párrafo todos los conocemos en Euskadi y ahora se permiten regalar lecciones sobre hacer país (por cierto, España) y cuidar a la gente a la que antes amedrentaban. Qué asco de año.

El plan de Madrid

El plan de Díaz Ayuso y la Comunidad de Madrid más que sanitario parecía político. Y lo sigue pareciendo ahora que empezamos a observar consecuencias que muchos esperábamos, por desgracia: aunque ha reculado y ha hecho más restrictivas sus medidas en Navidad, el desastre parece inminente al confirmarse como menos útiles de lo esperado los test de antígenos por los que apostaron en Madrid cuando ya despertaban muchas dudas. Pasadas estas semanas cada vez hay más voces que alertan de que la herramienta es incluso peligrosa, al no detectar muchos positivos asintomáticos que han seguido contagiando.

Si no quieres oírlo…

¿Podemos pedir a la nieta de Juan Carlos I que pregunte a su abuelo si el origen del dinero que saca de la tarjeta que le regaló es lícito? ¿Podemos reprochar algo a Victoria Federica de Marichalar? ¿Podemos reprochárselo por las veces que la prensa está aireando que se pasa por su real arco del triunfo las recomendaciones sanitarias? ¿O podemos liberarnos y pensar que la familia entera se lo ha buscado con esa sensación de impunidad que desparraman y esa acumulación de abusos? Y es más: ¿no sería Juan Carlos I el único culpable de esta situación y de que increpen a su nieta, la de la tarjeta “black”?

¿De la red o de la empresa?

Cuando oigo hablar del fin de Facebook siempre pienso en la red social, que desde hace un par de años emite evidentes signos de agotamiento pero sigue siendo indispensable para fines comerciales o políticos. La empresa, sin embargo, va viento en popa. Tanto que, en EE.UU., “la Comisión de Comercio de Estados Unidos demanda a la red social por monopolio” (El Independiente). Su posición dominante, después de comprar Instagram y WhatsApp, y hacerlas crecer, es indiscutible. Pero no es el único: Google, Apple o Amazon también se han agigantado, ¿poniendo en riesgo nuestra libertad de decisión?

Le Carré tenía razón

No se me ocurre mejor homenaje a John Le Carré que recordar, como Juan Tallón en Twitter, esta genial frase suya: “Téngame informado, pero no muy informado”. La información es necesaria, sin duda, y en esta pandemia estamos demostrándolo. Tanto como que un exceso de información deriva inevitablemente en una desinformación y, esta, en mentiras, bulos y patrañas que son aprovechadas por los populistas en la oposición (Euskadi, Alemania, Francia, España…) o en los gobiernos (EE.UU., Brasil, Hungría, Polonia…). Informar bien de lo importante es lo único que deberíamos exigir y exigirnos.

La peor ciega

La ceguera de Margarita Robles y otros miembros del gobierno más progresista de la historia forma parte ya del caradurismo español. La encendida defensa de la ministra del área puede explicarse como un ejercicio de corporativismo pero es incomprensible: los hechos demuestran cada vez que les ponemos el foco que el franquismo sigue activo en el ejército español. No está en la reserva, precisamente. Y apelar a los posibles prejuicios de un nacionalista como Joseba Agirretxea es ponerse la venda en los ojos haciendo bueno aquello de que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y no quieren.

Los hechos

Los hechos son los que son: los del gobierno español (parte que parte la pana de progre que es, incluida), que niegan la evidencia, como todos los presidentes, vicepresidentes y ministros que les han precedido. Los del ejército, que en cuanto les enfocamos les vemos chateando sobre fusilamientos a quien no piensa como un franquista, cantando canciones de la División Azul o levantando el brazo a la manera nazi. El vídeo de La Marea con lo recién citado grabado “el 8 de diciembre de 2019 en Paracuellos del Jarama” y “en instalaciones militares” corría por Internet mientras hablaba Robles.

Y su jefe, en Abu Dabi

No todo es culpa de los sucesivos ministros de Defensa o presidentes del gobierno en España: la jefatura de Estado y de todos los ejércitos algo tendría que decir de que sean tan fachas aquellos que dependen de ella, ¿no? Pero, claro, ¿qué podemos pedir a quien fue designado por el mismísimo Franco como su sucesor? Así es España, y no de otra manera. Para rematar la situación, Juan Carlos I informa de que pasará la Navidad en Abu Dabi, donde reside desde agosto (y desde la investigación de sus cuentas), porque la tranquilidad de allí no va a disfrutarla aquí, que podemos infectarle entre todos de coronavirus.

Iglesias tiene que ser muy cabezón

Dadas las circunstancias reales, no las que se han inventado y nos han vendido de una España democrática y constitucional, Pablo Iglesias va a tener que ser muy cabezón para doblegar al gobierno español del que, por cierto, forma parte. No se trata ya de subir el SMI o de garantizar sobre el papel un ingreso mínimo (que no ha llegado a las cuentas corrientes de los que lo necesitan), se trata de implosionar una España que huele a naftalina y a cerrado como siempre: cada día, más. Así que, por mucho que pose y por mucho que evidencie las discusiones, o ataca la base, o será cabezón para el tuit y la foto.

Hay esperanza

Dadas las circunstancias que nos rodean (y eso que en la columna no hemos hablado de coronavirus), me abrazo y me aferro a este tuit de Javi Vizcaíno: “Un chaval de 12 años ha escrito a DEIA para dar su punto de vista sobre una columna mía. No os podéis imaginar el alegrón que me ha entrado. Y qué bien escribe y argumenta el amigo…”. Hay esperanza en la chavalada, sí. No todos son irresponsables con pandemia o sin ella. No todos pasan de leer el periódico. No todos tienen como modelos a influencers que alardean de españolismo. No todos son como somos sus mayores, en definitiva.

El campechano

Quiero creer que hubo muchos periodistas que nos contaron los hechos cuando sucedían, pero como podían contarse entonces, y que ahora solo estamos conociendo la versión para adultos, sin paternalismos ni velos. Por eso ahora vemos un vídeo de hace 30 años de Juan Carlos I, diciendo a una periodista con la que coqueta, además, que “probablemente” intente evadir impuestos pero que cree que “es importante” que el rey los abone, y sabemos que “el campechano” era (y es) un tipo que se reía de todos y que, a la luz de los indicios y lo publicado por fin, empezaba a acumular dinero negro.

El honorable

Antes o después, Juan Carlos I se morirá y Felipe VI tendrá por delante veinte años de reinado para convertirse en “El Honorable”, hasta que su hija mayor herede el trono, la jefatura de Estado y un business familiar que incluso cumpliendo escrupulosamente con todas las obligaciones resulta deleznable. La evolución, como la de los Digimon pero de carne, hueso y caspa, ya ha empezado: “El Rey comienza con el relevo de la casa militar una renovación de su entorno. También en la llamada Casa Civil, bajo la batuta de Jaime Alfonsín, puede haber cambios de calado” (El Independiente).

El papista

La turra que hemos tenido que aguantar sobre la casa real española solo es comparable a la turra que todavía tenemos que aguantar sobre los españoles avasallados en Catalunya y lo necesarias que son iniciativas supuestamente transversales como Sociedad Civil Catalana. Tan transversales en realidad que el jefe de comunicación de la organización, Pablo Zaragoza, se ha pasado a Vox: “Concretamente, ocupará el puesto de director de comunicación del partido de la ultraderecha, con Ignacio Garriga como candidato a la presidencia de la Generalitat”, leemos en El Plural. Sí, eso es lo que son, por mucho que los mismos medios españoles que aplauden a Felipe VI les cubran de velos de pureza.

La íntegra

Seguro que en Sociedad Civil Catalana y en Vox hay un pulso constante para saber quién es más español de derechas. Una pugna que ha acabado en enfrentamientos directos entre ellos en concentraciones relacionadas con Vox o su propia estructura interna local. Pero en la izquierda no son menos: Teresa Rodríguez es de las que marcan una línea en el suelo e indica que en su lado está la verdadera izquierda. Según Estrella Digital, está organizando una alternativa a Podemos en Andalucía que contaría con el mismo nombre, “Adelante”, y parte de sus integrantes, lo que puede acabar en los juzgados, según el medio.

El teletrabajo

El teletrabajo está bien… Siempre que sea una opción: yo he teletrabajado mucho y lo he hecho muy a gusto, pero esta última temporada se me está haciendo difícil, lo confieso. Estoy deseando volver a la calle… Y elegir cuándo teletrabajo, que en eso consiste si es de verdad. En esas condiciones parece que el 72% de quienes lo hemos probado lo querríamos incluso sin pandemia ni restricciones, según el informe que han cazado al vuelo en Xataka. Un porcentaje altísimo que sí puede convertir esta opción en uno de los efectos irreversibles de la pandemia, que ha empujado, por ejemplo, nuevas leyes.

Ya lo vivimos

Hace 20 años ya viví varios acontecimientos como los que han protagonizado, igual que hace 20 años, las juventudes de la izquierda abertzale en Gasteiz: un acto oficial interrumpido por quienes creen que tienen derecho a obligarnos a escuchar su discurso. Por cierto, el mismo que hace 20 años. A las imágenes hay que sumar que llamar a un alcalde “tonto del nabo” o “cara pan” es un insulto directo y, como tal, violencia. Quien no muestra su rechazo a lo hecho y a lo tuiteado es porque hace 20 años protagonizaba performances parecidas o quiso hacerlo y ahora se desquita con la revolución vía smartphone.

La gran tomadura de pelo española

La decisión de Juan Carlos I de regularizar una pizca de lo que podría tener guardado sin declarar en el extranjero ha sido, sin duda, el pitorreo de la semana. Puede que del año. Porque el rey de los españoles lo termina fuerte: declarar el “2% de lo que debería a Hacienda” (El Imparcial) puede ser un escándalo mayor que todos los anteriores. Más que huir, más que sus amigas especiales, incluso más que el dinero regalado, porque esta regulación parcial que corresponde solo a lo que le han pillado gastando y únicamente para evitar un proceso supone el mayor ejercicio de desprecio que Juan Carlos I a sus súbditos.

Que quede claro

Aprovecho que es domingo, día de máxima difusión de los periódicos, para replicar este tuit de Julio Adame: “De la vacuna que han preparado los mejores científicos de cada país no te fías, pero del batidito de Herbalife que te ha vendido tu prima Antonia, sí”. No tengo nada contra la marca que menciona el tuitero, incluso podía haber sido más crudo: ¿cuántos de los que ahora muestran sus recelos contra la vacuna han consumido drogas giñadas, literalmente? ¿O cuántos lo dirán con un cigarro entre los dedos y una cerveza en la otra mano? A ver si nos enteramos de que la vacuna sí es segura. Lo otro, no.

Buenas noticias pero tomadas con calma

No me cuesta difundir buenas noticias en esta columna: creo que estamos necesitados de recibirlas. Yo, el primero. Pero eso no significa que podamos permitirnos ser triunfalistas, al contrario: el ministro español de Sanidad está señalando excesivamente el momento de recepción de las primeras vacunas como una especie de principio del fin… Y me temo que no es cierto: las primeras vacunas serán escasas y no tendrán incidencia sobre la población. Además, llegarán después de Navidad, cuando es previsible que repunten los casos y antes de los peores meses. Estamos más cerca pero seguimos lejos.

La mascarilla solo es incómoda

Podríamos hacer una sección solo con los bulos que van circulando por Internet y que en Maldita.es van recopilando y desmintiendo. Pero es que para eso está la web de Maldita que siempre resulta recomendable. Entre los muchos que podemos encontrar es especialmente destacable por malintencionado el bulo de que la hacer deporte con mascarilla asfixia, según la OMS. Pues bien, esto tampoco es cierto: “Su recomendación, que no ha variado en los últimos meses, es no utilizarla cuando se lleve a cabo una actividad física intensa” porque “puede reducir la habilidad de respirar cómodamente”.

Los «siempremalistas»

El término entrecomillado no es mío, sino del genial Javier Vizcaíno, y es perfectamente aplicable a aquellos que, como Arkaitz Rodríguez, siempre creen que todo está mal hecho: Bildu presionó para que la hostelería cerrase en primavera y el lehendakari mantuvo la actividad económica. Mal. Cuando la pandemia aconsejó el cierre de bares y restaurantes y Urkullu lo ordenó, mal. Y ahora que se les permite abrir, por supuesto, para el líder de Sortu y unos cuantos más ubicados en las esquinas políticas también está mal. Los “siempremalistas” creen que siempre ganan. Pero ganan mal.

Y los que de verdad están mal

La crisis sanitaria está siendo dura en lo colectivo y en lo personal (por eso llevo tan mal la existencia de quienes quieren beneficiarse de nuestro cansancio por su interés), y la económica derivada también lo va a ser. Muchos ya lo sufren, con ERTE o despidos (y sin la ayuda de emergencia que prometió el gobierno español), pero hay quien incluso lo sufre más: la tragedia de Badalona que acabó con tres vidas y 17 heridas y heridos (y podía haber sido mucho peor ya que podían vivir hasta 200 personas en la nave incendiada, según El Periódico) nos ha puesto también frente a un problema que no hemos querido ver.

¿Vuelve el velo?

La calidad democrática de España está ante su enésima prueba de fuego (después de quemarse en todas las anteriores, empezando por los presos políticos catalanes que siguen en la cárcel): la justicia puede seguir adelante con la causa contra Juan Carlos I ya que, según cuentan en InfoLibre, había sido avisado de la investigación por lo que la regulación voluntaria de parte de lo ocultado no le eximiría de la culpa… O puede volver a poner un velo sobre los asuntos reales, dar por buena esa regularización y cerrar en falso otro escándalo de la jefatura de Estado española. Ellos deciden. Luego lo haremos nosotros.

Que no digan que no están enterados

Tan lejos de mí quiero a la monarquía española como a los republicanos que gritan para ocultar lo que callan: varios digitales explican que el gobierno español estaría colaborando con la Casa Real para encontrar el mejor momento y la mejor manera de que Juan Carlos I regrese al suelo sobre el que reinó. “Hay clara sintonía entre la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín”, explican en Esdiario. Lo que lleva a la siguiente pregunta: ¿está enterado Iglesias y todo lo que dicen desde Podemos es pura pose o hay, de facto, dos gobiernos paralelos que se esconden para negociar?

¿Dónde se va o de dónde viene?

El modelo de Spotify tampoco es rentable: “Puestos al robo, casi preferimos volver al clásico” es una de las declaraciones que recopilan en El Confidencial en su extensa pieza sobre el modelo de negocio de la gran app de música. Grande… Pero poco rentable para la propia empresa (que invierte todo lo que tiene y lo que no para seguir creciendo) y para los músicos que, además, sufren otros perjuicios: más atención a los más grandes que con el formato físico y la certeza de que los usuarios ya no escuchamos discos enteros, solo singles. Pero la gran pregunta es: ¿estamos dispuestos a pagar más por mejorar todo esto?