¿A quién le toca lidiar con estos?

En Vozpópuli se fijan en “los siete duros del entorno de ETA que no aprueban la disolución”. ¿Es el momento de hablar de quienes más sed de sangre tienen cuando ETA, por fin, forma parte del pasado? No creo. Pero sí toca hablar de la herencia de ETA, básicamente, para que no nos la cuelen: es la izquierda abertzale la que tiene que gestionar a sus pistoleros, a quienes han querido serlo pero la derrota de ETA no se lo ha permitido, a quienes llevan décadas en la cárcel y a sus familias.

Mientras tanto, en Catalunya…

Me hubiera encantado escribirles que mientras todos mirábamos a Kanbo, en Barcelona la política avanzaba, por fin. Pero me temo que no es así. Y no me da miedo que se caduque la noticia mientras imprimen el periódico, porque la renuncia de Elsa Artadi es solo una muestra más del bloqueo. Del bloque que impone Puigdemont a todo el país. Que sí, que ha sido el líder nacionalista más votado, pero es el momento que se haga a un lado y deje de torpedear opciones de avance.

Pitar al himno no conlleva pena

Aunque tengamos muchos motivos para creer lo contrario, a veces la justicia española parece razonable: “La Audiencia Nacional ha absuelto al presidente de Catalunya Acció, Santiago Espot, de la multa de 7.200 euros a la que fue condenado el pasado mes de diciembre de 2017 como promotor de la pitada al himno en la final de la Copa del Rey en el Camp Nou entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao el 30 de mayo de 2015, al entender que actuó amparado por la libertad de expresión” (Público).

¿Qué puede salir mal?

Yo creo que a partir de lo que voy a contarles nada puede sorprenderme ya en Twitter: Dalas, el youtuber que ha sido acusado por acostarse con menores de edad aprovechando su fama, un tipo que alardea de sus ideas machistas y retrógadas, un tipo despreciado por los youtubers más reconocidos (sí, hay verdaderos profesionales de la materia) está pidiendo usuarios y contraseñas de Twitter a sus seguidores para acceder a sus cuentas y hacer bromas. Qué risa, ¿no? Pues no.

Euskadi ya estaba allí

Ahora que ETA ya no está Euskadi puede avanzar como país a más velocidad, aún, que la que ha logrado alcanzar pese a la losa. Una Euskadi que, con distintos jefes de estado, lleva en el mismo sitio muchos siglos. De vez en cuando sale algún dato que nos lo recuerda, para pesar de los que quieren uniformizar el estado español y la historia: esta vez es en Magnet, en un vídeo con el mapa de Europa sobre el que van sobreimpresionando los nombres de los gobernantes desde el 400 a. C.

Llarena, déjalo

Xavier Sardà, que ha dejado claro varias veces que independentista no es, escribió una columna en El Periódico (accesible en su web) que firmaría no ya cualquier nacionalista, sino cualquier persona con un poco de sensibilidad y los ojos abiertos. Sardà viene a pedir a Pablo Llanera que pare, a la justicia que sea justa y a los medios que nos fijemos en que el mismo gobierno que disputa si hubo o no malversación el 1 de octubre está “hasta las cejas de casos de corrupción”.

El amarillo no agrede

Salta a la vista, pero la pieza de Magnet sobre cómo no tiene ninguna justificación retirar camisetas o bufandas amarillas a los aficionados del FC Barcelona, hay que leerla: los jueces han dicho que un abucheo o un silbido son formas pacíficas de protesta, UEFA y FIFA solo regulan los mensajes que emiten los jugadores en el terreno de juego (levantándose la camiseta, por ejemplo), no el público en la grada y, por supuesto, no había motivo justificado para requisar prendas de ese color.

Faltaba Fariña

La cuenta en Twitter de la editorial, Libros del KO, también lo recordaba, pero los más expresivos fueron los de Jot Down Magazine: “Falta ‘Fariña’ en Sant Jordi. Que no se nos olvide”. Así es: con la serie en un momento estupendo de trama y audiencia, Fariña habría sido este 23 de abril uno de los libros más demandados y regalados, pero la censura funciona, ¡vaya que sí lo hace!, y la editorial y el autor están perdiendo muchísimo dinero que les permitiría seguir investigando.

¡Que no se nos pase!

Ni el gran problema catalán ni sus expresiones más sonrojantes (o así deberían de ser) para España como la prohibición de camisetas o bufandas amarillas, ni el desastre judicial de Fariña, ni otros casos que seguimos como el de Altsasu o “la manda” deben hacer que perdamos de vista que “la policía nacional descubre que el Gobierno murciano del PP colaboró para que ACS consiguiera rendimientos del 60.000% desplazando todos los costes y riesgos a las arcas públicas” (El Confidencial).

La Infanta lista

Cristina de Borbón siempre había sido considerada más inteligente que su hermana hasta que ella misma prefirió quedar ante el juez y la sociedad española como una mujer incapaz de leer lo que firmaba y que hacía caso a su marido sumisamente. Ahora sabemos, además, que Elena de Borbón cobra casi el doble que su hermana (300.000 contra 170.000) por un trabajo equiparable, cada una en una Fundación, y lleva una vida mucho más tranquila (siempre que Froilán se lo permita).

¡Cuánto hemos cambiado!

A Podemos le queda cada vez menos de movimiento y se va impregnando de lo que les parecía más criticable, precisamente, de “la vieja política”. Y ese pecado les va a costar una dura penitencia, pero ni con eso dejan de cometerlo: aprovechando una obligada reforma de los estatutos (por ley), Echenique habría incorporado la posibilidad de designar a dedo a los árbitros en los conflictos internos. Incorporación a la que nadie le obligaba y que le otorga más poder.

Tanto Senado, ¿para qué?

Soy de los que no entiende el papel del Senado español. Hoy no es más que una estupenda cámara para que los cuneros de PSOE y PP puedan seguir cobrando, con mayoría absoluta además de los de Rajoy, y un agujero de gasto espectacular. Solo en el último trimestre de 2017 los senadores gastaron casi un millón de euros en desplazamientos, coincidiendo, significativamente, con la aprobación del 155 catalán. ¿Y si suprimen la Cámara Alta, qué pasaría? Pues eso.

El colmo de WhatsApp

Al principio, me resistía a hacerlo, pero confieso que ahora sí uso WhatsApp en el trabajo. Al final, es un modo ágil de mandar un mensaje rápido aunque el e-mail sigue siendo insustituible… Y pese a que sepamos que están cediendo información a Facebook. Ahora el problema es otro: “Las empresas o autónomos que utilicen WhatsApp con sus clientes se arriesgan a ser sancionadas, tras las multas impuestas por la Agencia Española de Protección de Datos”.

Las plantillas… de no-jugadores

De los 7.640 empleados que tienen los equipos de primera y segunda división españolas, poco más de la mitad son jugadores y equipo técnico deportivo. El resto, 3.195 personas, forman parte de las plantillas administrativas, según Palco 23. El FC Barcelona tiene 1.104; el Real Madrid, 776; y el Atlético, 656. Athletic (270) y Real Sociedad (199) se mantienen en la zona media de la tabla, como en la clasificación. Y es que el tamaño de los despachos sí importa, por lo que parece.

Una gran isla de porquería

La pieza en Magnet sobre la balsa de basura que flota en el océano es fascinante: se encuentra entre las costas de California y Hawaii, y tiene una superficie de un millón y medio de kilómetros cuadrados. Para que nos entendamos: tres veces la superficie de Francia. Eso, sí, no parece consistente: se trata de una gigantesca agrupación de partículas de plástico que van deshaciéndose, junto a otros elementos como botellas. Eso no le resta riesgo y lo peor es que seguirá creciendo por nuestra acción.

Lo que fue injusto

Reconozco que a veces me indigno y otras me sorprendo ante los intentos de la izquierda abertzale de hacernos pasar por el aro de su interpretación del pasado y el presente a los que siempre hemos estado aquí, a los que íbamos a las concentraciones, a los que nos avergonzamos de los atentados en nuestro nombre, a los que nos llenaban de rabia muertes como la de Ángel Berroeta que, como bien dice Juan Carlos Etxeberria, también fue injusta. Justas, las lecciones.

Lo que es obsceno

Pasar de la abstención ante la cadena perpetua a ser uno de sus impulsores, asegurando que “salva vidas” y apartando a la diputada que, solo hace unos meses, defendió la posición del partido cuando éste no estaba a favor, solo está al alcance hoy de Ciudadanos. Pero esta política según el viento de cola resulta absolutamente obscena y reprobable. La política de verdad es algo mucho más serio y menos oportunista. La de Ciudadanos es otro tipo de política.

Lo que es cierto

Lo que parece cierto atendiendo a las cifras es que el español, con Euskadi dentro de momento, es un estado seguro. No solo eso: las penas son más duras que en países del entorno. Entonces, ¿por qué la percepción de la ciudadanía es otra? Como parte de “los medios” sé que me toca un trozo de culpa por esta “paranoia”, como bien definen en Magnet, donde aportan datos comparativos fuera del amarillismo, que es lo que más daño hace a la sociedad.

Lo que es necesario

Facebook ha borrado en su red social la página oficial del partido xenófobo Britain First, según el Belfast Telegraph, y ha hecho bien. Sé que no es la primera vez que hacen un movimiento de este estilo, absolutamente necesario, pero es bueno aplaudir de vez en cuando a quien toma decisiones. Compartir ideas racistas o supremacistas no tiene nada que ver con la libertad de expresión, a ver si nos vamos enterando. Ahora, que Facebook y también Twitter o Google sigan haciendo limpieza.

Lo que es inevitable

Es inevitable que en esta columna y en los blogs más serios a veces nos relajemos y nos fijemos en cuestiones accesorias. Por ejemplo, en Gananzia han hecho una lista de los chicos vascos más elegantes. Algunos son evidentes: Jon Kortajarena, Aitor Ocio, Xabi Alonso, Jorge Fernández, Igor Yebra, Gotzon Mantuliz o Rubén Castillero. Pero en esta web siempre buscan algo más y, así, se cuelan Dani Álvarez, Ion Fiz, Lander Urquijo o Enejo Knörr, y los políticos Íñigo Urkullu y Borja Sémper.

Un nuevo tiempo para las «autonomías»

Si la Europa de los Estados quiere ganar al Reino Unido la guerra del Brexit tendrá que cambiar su discurso hacia las regiones con ciertos niveles de autonomía y alentar que Gales y, sobre todo, Escocia (con sus grandes reservas energéticas) desarrollen sus autogobiernos para mantener relaciones de privilegio con Europa después de que Inglaterra salga de la peor manera. Las instituciones europeas no podrán mantener después su discurso de negación al resto de “autonomías”.

Ciudadanos gana la mano a Podemos

Siempre lo he dicho: Podemos cometió un error al despreciar la figura del “afiliado” porque este era más propio de “la vieja política”. Un e-mail y un nombre eran suficientes para participar en la toma de decisiones on-line. Ahora, la participación ha caído y Pablo Echenique sí ha impulsado una figura similar a la del afiliado, pero van tarde y Ciudadanos les ha ganado esta mano: 26.000 militantes que pagan cuota, reciben un carné y forman parte de una estructura con sus normas no son poca cosa.

¿Por qué?

Sí, ya sé que en el Congreso de los Diputados hay muchos más trabajadores que los propios representantes de la ciudadanía y que estos se pueden beneficiar también de los precios reducidos (vía subvención) de la cafetería, pero es poco decoroso, cuando menos, que sus señorías, con todo lo que ganan, estén pagando los cafés y las cervezas casi a mitad de precio que quienes les elegimos. No sé por qué se empeñan en mantener estas condiciones que, por supuesto, generan cierta indignación.

Vuelven los problemas de verdad

Parece que el PP se queda sin cortina de humo: “La preocupación por la independencia de Catalunya ha caído casi veinte puntos desde el referéndum. (…) El paro repite como principal problema, seguido de la corrupción y el fraude, que vuelve a repuntar”. Y lo peor para el PP es que, además, no ha podido capitalizar el fin del problema catalán. Ciudadanos le ha comido esa tostada y ahora los de Rajoy y Alonso se quedan con el plato amargo de sus propios problemas.

Una camiseta: 2.700 litros de agua

A ver si así, a lo bruto, nos vamos enterando de que esta vorágine consumista en la que nos hemos metido, con ropa de mierda que aguanta una temporada y, el año que viene, ya nos compraremos otras prendas porque, total, por lo que valen, tiene un coste gigantesco: “La industria de la moda es la segunda emisora de CO2, produce alrededor del 20% del agua contaminada del planeta y genera más de 21.000 millones de residuos en un sólo año” (Magnet) y lo sufren los países más pobres.