Coherencia, esa es la clave

No daré yo lecciones a expertos politólogos y científicos con amplia experiencia en política, tanta que desde diferentes partidos acaban en la casa común de Podemos, regada por la fuente del conocimiento absoluto: Twitter. Pero en estos casi 20 años que llevo observando la política hay un valor que siempre está presente en los vencedores, en los que se perpetúan o, por lo menos, se sostienen: la coherencia. Justo lo que no demuestran quienes, como Javier Salvador evidencia con dos pantallazos, reclamaron bajar el IVA de la luz y hoy argumentan en contra de la medida con la misma contundencia y seguridad.

Nada vino para quedarse

Ni del confinamiento salimos mejores ni con la pandemia vino nada para quedarse. Hasta perderemos de vista las mascarillas, pero más tarde lo que desearíamos todos. La parte buena es que también volveremos a salir o a viajar incluso sin ser conscientes de cómo podemos permitírnoslo. La mala, es que con la vacunación todos volveremos al puesto de trabajo en horarios imposibles de conciliar con la conciliación. “El teletrabajo no es bien recibido en la empresa después del confinamiento”, alertan en Pymes y Autónomos. Y me temo que aciertan: ¿qué empresa va a duplicar gastos a cambio de perder control?

Ellas siempre teletrabajaron

“Las infantas Elena y Cristina serán las más ricas de España tras heredar 1.800 millones. Las hermanas del rey Felipe VI serán las grandes beneficiarias de la herencia del rey Juan Carlos a la que renunció el monarca”. Ahí las tienen. Da igual que parezcas tonta o lista: si eres Borbón, te llevas el montón. El titular es de Vozpópuli y hace referencia a “la gran fortuna que a día de hoy tiene el padre del rey Felipe VI, según afirma la revista ‘Forbes’ y ‘The New York Times’”. Por desgracia, cada día estoy más seguro de que la grieta de la monarquía española se tapará con el ataúd de Juan Carlos I. Y los vivos, al megabollo.

Ibai, cada vez mejor

Desde que vi por primera vez a Ibai Llanos, cómo no, en Internet, tengo claro que es el vasco con el mejor sentido del espectáculo que hay y seguramente haya habido. Ahora también sé que es un tío que, en cuanto al tema fiscal, lo tiene claro, como hay que tenerlo: en una serie de vídeos explica que le parece normal tributar la mitad de lo que gana porque, simplemente, gana mucho dinero e incluso sin esa mitad vive muy bien. Y como él, son muchas las estrellas de Internet que no emigran a Andorra, lo que genera mucha controversia. “Seguramente la mejor campaña pro-impuestos que hayamos tenido”, tuiteaba Numeritos.

El fascismo se organiza

Un rasgo característico del fascismo es que es muy organizado. Solo así logra pervivir en los momentos en los que más ha sido perseguido. La anarquía de Trump, que nadie se confunda, se equilibra con la solidez de los grupos ultra en los que se ha apoyado. En España, tienen una estrategia: “Denuncias en cascada y escuelas para futuros jueces y líderes políticos”, según Público. Y en el fascismo más próximo también hay una ruta: las ofertas públicas de empleo son el objetivo al que encaminan a las nuevas generaciones para que el sistema sufra desde dentro mientras ellos están siempre mejor remunerados.

Debe de ser la nueva política

Reírse de un partido que ofrece su mano tendida para aprobar los presupuestos de un gobierno en el que tienes una vicepresidencia y cuatro ministerios, eso debe de ser la nueva política. Se ve que no solo no lo hemos captado hasta ahora sino que, cuando por fin la apreciamos con nitidez, no somos capaces de comprenderla. Yo, por lo menos, me declaro incapaz de seguir el razonamiento que expone Pablo Echenique en uno de sus últimos tuits, en el que intenta hacer un chiste a costa de Ciudadanos y de que Arrimadas siga intentando negociar. O yo no entiendo nada o no lo hace Echenique.

Sí, la pandemia cuesta mucho dinero

Tengo la sensación de que, en cualquier momento, alguien va a destapar un caos absoluto en la Comunidad de Madrid por la gestión de la pandemia. Y no es menos cierto que Díaz Ayuso ha usado la crisis para buscar todo tipo de titulares, pero no creo que sea justo este de El Boletín: “Telefónica e Indra se embolsan otros 789.000 euros del Gobierno de Ayuso para el rastreo”, porque las citadas son dos empresas capacitadas para el trabajo y porque la pandemia está siendo carísima para todos. Sin excepción. Tanto dice de quien lo hace buscar una excusa estúpida como buscar una acusación estúpida.

Y va Aznar, y dice…

“Tiene una cara de inútil que no puede con ella”, eso es lo que José María Aznar ha dicho de Pedro Sánchez en una entrevista a Expansión y que recogen digitales como InfoLibre. Después de ese titular me dan igual el resto de respuestas porque Aznar ha dejado claro que él no ha acudido a la conversación con el periodista dispuesto a hablar de España, del gobierno ni de política, él ha ido a jugar y a hacerse con el escaparate final a base de ocurrencias de sobremesa nocturna y botella de whisky abierta sobre el mantel. De su reputación gasta Aznar, pero también de la del PP y de la de España, esta vez.

Revolucionarios, sí, pero con colchón

Fui a un colegio concertado, estudié en una universidad pública, soy trabajador autónomo y tengo una casa (con hipoteca) y una furgoneta familiar. Ni soy pobre ni soy rico: soy clase media en Bizkaia de libro. Así que no puedo ir de obrero ni a comer a restaurantes de 50 € el cubierto cada día cuando no hay pandemia. Desde mi posición y aspiraciones ajustadas tengo claro lo que no soporto: a quienes van de pobres y a quienes van de revolucionarios cuando tienen un colchón bien mullido sobre el que caer si les va mal. Por fin, 40 años después, vemos a Alaska y Bosé, y a todos los que ellos representan, como son.

Guardiola, el City y el catalán

El nacionalismo necesita a más personas como Pep Guardiola: un número uno mundial en su trabajo y con una notoriedad a la altura. Una persona y un profesional, además, comprometido con aquello en lo que cree hasta tal punto que ha provocado (o impulsado, pero me da lo mismo) que el Manchester City ponga en marcha un canal de información en catalán en Twitter. Así nos hemos enterado de su renovación en un equipo con las más altas aspiraciones: ganar la mejor liga y la mejor competición continental. ¿Que no le dan bola en España por sus ideas? A él le da igual. Y a los que le seguimos, también.

¡Pues haz algo, vicepresidente!

Del mismo modo que sé que un vicepresidente del gobierno no puede llegar y cambiarlo todo de golpe ni responsabilizarse por lo que no hicieron los gobiernos anteriores, sé que un vicepresidente del gobierno no puede ir señalando en Twitter tareas pendientes como si no tuviera responsabilidad ni pudiera iniciar procesos de cambio. Así que creo que Iglesias se equivoca por completo cuando tuitea, por ejemplo, lo que no se ha hecho en el Sáhara: ¡que se ponga manos a la obra y empiece a hacer lo que pueda! Porque de eso va gobernar: de impulsar, intentar, negociar y lograr lo que se pueda.

Todo por la foto

Todo por el tuit y todo por la foto, a eso parece que se reducen los objetivos de Podemos en el gobierno español. Porque lo de enmendarse el presupuesto para pedir el fin de todos los desahucios (ojo a eso, que todos son todos) junto a ERC y Bildu solo se hace por la foto. Naiara Pinedo alertaba precisamente en Twitter de que “estas jugadas transitan hacia la insignificancia de Podemos”. Yo no sé si insignificancia, pero sí sé que esos bailes de promover desde el gobierno un acuerdo con Bildu y desde el Congreso una enmienda pactada generan incertidumbre en el votante y eso, sin duda, resta votos.

El anteúltimo escándalo de Echenique

Creo que el ciclo de Pablo Echenique en política está cerca de terminar: empezó en Ciudadanos y acabará con una última declaración innecesaria, escandalosa y claramente punible. La anteúltima con estas características, por cierto, le va a costar, junto a uno de los jefes de comunicación de Podemos, 80.000 €. Esa es la condena de una jueza tras considerar que ambos acusaron sin pruebas de violación a la víctima de un asesinato cuando intentaron justificar a una candidata de Podemos condenada por ese crimen. Una justificación innecesaria y muy cara. Pero seguirá siendo el portavoz. Hasta la próxima.

Echenique no es el único

Los políticos como Pablo Echenique sobran. Igual que sobran los periodistas como Alfonso Rojo, que también ha sido condenado, por su parte, a pagar 40.000 € a los famosos titiriteros que se pasaron cinco días en un calabozo porque en su representación había una pancarta en la que se leía “gora Alka-ETA”. La injusticia de aquel encarcelamiento y el posterior escarnio del que Rojo fue partícipe (les llamó “facinerosos”, “etarras”, “proetarras” y “titirietarras” en diversos artículos, según Eldiario.es) fue y es manifiesta, y los 40.000 eurazos de indemnización pueden suponer el inicio de una reparación necesaria.

Esto también debería de ser delito

Silvia Pantoja tiene casi 10.000 seguidores en Twitter, red social en la que ha difundido este mensaje: “El genocidio que van a cometer con la puñetera vacuna, será mayor que lo que han hecho al inventar el virus de el Covid 19, buscar en Youtube al loco de Bill Gates un vídeo de 2015, anunciando ésta «Pandemia» ahora resulta que es vidente ? Todo un negocio para la élite podrida” (sic). Una vez llegas a entender el mensaje por lo mal que está escrito te das cuenta de la barbaridad. Y no, la libertad de expresión no ampara el derecho a difundir mierdas porque, simplemente, este derecho no existe.

La altura de un político

Llevo años bastante seguro de que el político en ejercicio más sobrevalorado es Pablo Echenique, que no retira uno de sus últimos tuits aunque con él se haga un autorretrato muy poco favorecedor: reírse de que Ciudadanos pueda apoyar los primeros PGE en los que participa activamente Podemos muestra la talla política del número dos de Pablo Iglesias. Por mucha pugna política que mantengan, por mucho que él considere que son dos partidos antagónicos, un político que se tenga por tal no puede permitirse excesos innecesarios. Menos, en los tiempos que corren y en franca minoría.

¿En manos de quién estamos?

Lo de Pablo Echenique es una irresponsabilidad política, pero lo de Isabel Díaz Ayuso es mucho más grave porque su irresponsabilidad es social: afecta a la ciudadanía que le ha elegido para gestionar y que, por cierto, le paga. Los pulsos de Ayuso al gobierno central, haciendo la guerra por su cuenta y manejando a las y los madrileños como si fueran lemmings, y su ignorancia, resultado de su desprecio por todo y todos salvo Miguel Ángel Rodríguez, que le asesora o manipula, según el cronista, deberían de rozar lo delictivo. Espero que, por lo menos, todo esto les pase una factura política y electoral muy alta.

En la esquina contraria

No vamos ahora a ensalzar la figura política de Emmanuel Macron: es necesario tener memoria política y recordar su apuesta por medidas neoliberales o su empeño en mantener un estado centralista y una Europa elitista. Pero es cierto que ha dado en la misma semana dos señales positivas: primero, con su manera de hacer frente al fundamentalismo islámico. Y después, con su manera de hacer frente a la pandemia: tomando decisiones difíciles y explicándolas mirando a cámara, sin rodeos, incluso asumiendo que puede erosionar aún más su popularidad. Ayer en el Congreso, Sánchez abandonó el debate.

Sí, hay dignidad política

Junto a Macron y en la esquina contraria a Echenique y Díaz Ayuso, podemos encontrar también a David Sassoli. El presidente del Parlamento Europeo ha parado los pies a Hermann Tertsch, al que ha advertido de que “no permitirá que, bajo el amparo de la libertad de expresión, se pretenda ninguna glorificación de ninguna dictadura” (El Nacional). Sassoli también dejó clara la postura histórica: el golpe de estado franquista derrocó a un gobierno legítimo. Las bazofias que Tertsch pretende difundir desde su escaño no tendrán recorrido en Europa. Ahora solo falta que alguien lo impida en España.

Los premios, en vida

No pongo en duda que Michael Robinson se merecía un Premio Ondas ni entro a juzgar la decisión de quienes han querido homenajear a una voz tan entrañable con un galardón póstumo, pero en este tiempo en el que vivimos tan pegados a la muerte creo que dar un premio a una persona que ya no puede recogerlo, agradecerlo y emocionarse, no sirve para mucho. Los premios, en vida. Y si quienes los otorgan llegan tarde que propongan un brindis por quien se ha ido antes de tiempo. No, no apuesto por un frío “el vivo, al bollo”, sino por hacer el esfuerzo de reconocernos a tiempo el bien que nos hacemos.

La vida sigue igual, claro

Vuelvo de mis vacaciones de proximidad y ratifico (porque hoy es imposible desconectar del todo) que la vida sigue igual. No esperaba otra cosa, la verdad. Especialmente, después de comprobar que no hemos cambiado… Ni siquiera después de una pandemia y un confinamiento. El dibujante satírico Pedro Vera necesitaba menos caracteres que yo para definir una situación en la que los únicos culpables somos nosotros (aunque busquemos otros, desde los gobiernos a los hosteleros): “Ya están hechos todos los anuncios posibles sobre saldremos mejores y héroes. El de somos mierda pura, ¿para cuándo?”.

O peor

Lejos de sacar lo mejor de nosotros, la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus está poniendo en evidencia el carroñerismo de algunos. Una serie de miserias escondidas en la época en la que todo era fácil y expuestas cuando las cosas se ponen difíciles: Miguel Bosé está siendo uno de los protagonistas este verano por sus argumentos ridículos con los que intenta explicar desde Twitter que esta pandemia es falsa. Bosé se ha convertido en una especie de terraplanista vírico y no hace más que el ridículo, como cuando apoyó la manifestación sin mascarillas de ayer en Madrid.

Por supuesto, Juan Carlos

Además del coronavirus y nuestro comportamiento, el protagonista del verano es, sin duda, Juan Carlos I, que ha huido de España con agostidad y en cuanto se ha visto mínimamente amenazado. Vamos a tener muchas oportunidades para escribir sobre él, para empezar, cuando sepamos finalmente dónde se ha refugiado. De momento, no me cuesta imaginar una escapada sórdida, más que lo que sugiere mordazmente Javier Malevo: “Según fuentes cercanas al Emérito, don Juan Carlos se encuentra tranquilo y reflexivo en su nueva residencia tras follar dos veces, pegarse un bañito y beberse media botella de whisky”.

¿Esto es lo que nos espera?

Todavía tenemos un par de semanas de ritmo lento, una calma rara que se altera cada día por las cifras del coronavirus y por Juan Carlos I jugando al escondite. Claramente, septiembre nos traerá la segunda oleada de la pandemia, pero también la del blanqueo a ETA que está intentando la izquierda abertzale. Un blanqueo que, como el de cualquier otro fascismo, no podemos permitir. Al respecto, Javier Igea tuiteaba: “Lo que no entiendo es que haya gente de fuera del País Vasco empeñada en hacer ganar la batalla del relato a una Izquierda Abertzale que es la primera que sabe que perdieron todas las batallas”.

La llantina

Lo que no ha parado tampoco durante el verano es la llantina de Podemos, ahora penando porque, según su argumentario, un juez ha ido “a pescar” algún delito basándose en declaraciones e indicios vagos. Como siempre, los de Iglesias y Echenique piensan que la política empezó con ellos, pero no es así: ¿cuántos partidos y líderes han sido perseguidos judicialmente regalando titulares a la caverna mediática en procesos que se han quedado en nada… O con consecuencias catastróficas, como en Catalunya? Así que, menos kleenex y más manos a la obra desde el gobierno o la mayoría en el Congreso para detenerlo.