En el día de la Libertad de Prensa

Ayer celebramos, o algo así, el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Y lo hicimos en Euskadi con un periodista, Pablo González, detenido en Polonia cuando se dirigía a Ucrania a hacer su trabajo: informar. Un periodista al que acusan de espionaje sin que conozcamos pruebas. Por no saber, no sabemos ni de qué se le acusa exactamente. Un periodista que apenas ha podido ponerse en contacto con su familia o su abogado. Un profesional que lleva años cubriendo conflictos y contándolo en los medios que han creído en su trabajo y su forma de narrar lo que sucede. No hay ni habrá libertad de prensa con periodistas detenidos por serlo.

Hitler tenía sangre judía, según Rusia

Gracias a que hay periodistas, precisamente, y por discutida que haya sido la entrevista a Lavrov en Italia, hemos sabido que “el ministro de exteriores ruso aseguró que Hitler tenía ‘sangre judía’ para equipararlo con Zelenski” (Nius). Es cierto que en tiempos de guerra todo vale, pero no todo tiene que funcionar al intoxicador. Sergei Lavrov está en su derecho de decir chorradas, de provocar y de intentar justificar una invasión injustificable en todo punto. Y nosotros estamos en nuestro derecho de señalar el exceso, a quien lo pronuncia y a también a quien se atreva a jalearlo y amplificarlo.

“Hasta ahora” eran “secretos”

La del espionaje a políticos vascos, catalanes y, ahora también, españoles, no es una buena película. Es una peli de espías, sí, pero una “españolada” de las que contribuyeron a crear y utilizar el adjetivo. La afectación de Rufián, Aragonés o Inarritu me sobran, como cualquier postura engolada que, cosas de hacerse viejo, cada vez soporto menos. Y el momento elegido por Moncloa para anunciar que Pegasus también es el software con el que habrían espiado desde fuera de España a Sánchez o Robles, simplemente, es lo que parece: una pantomima. Igual que lo es la justificación de por qué lo han hecho público esta semana.

Entonces, ¿para qué lo dices?

Si el gobierno español no quiere que conjeturemos sobre quién ha podido espiar desde fuera al presidente del gobierno y varias ministras, que no cuente que han sido espiados pero que no conocen por encargo de quién. Y si lo hacen, por supuesto, podemos elucubrar hasta acabar pensando que cualquiera con dinero habrá podido hacerlo, también desde España. ¿Por qué no? La explicación más lógica que he leído ha sido un hilo en Twitter en el que el autor señalaba a Marruecos, pero, ¿quién sabe? Y además: ¿qué más da? Lo que más importa, sin duda, es quién mando espiar desde el gobierno español a políticos fuera de él.

No hay suscriptores para seguir creciendo

Es evidente que todo lo que sube baja. Y es lógico que las curvas de crecimiento no se sostengan siempre. Era perfectamente esperable que Netflix o Spotify, simplemente, dejaran de sumar personas suscriptoras en algún momento para empezar a perderlas. Pero en este mundo dominado por una economía virtual voraz, el funcionamiento normal puede convertirse un severo castigo. Y la pérdida de valor, que nadie lo olvide, afecta más a quienes tienen metidos ahorros en acciones llamados por la burbuja tech pero con muchos menos recursos que otros (los que nunca pierden) para mover su dinero.

Por la libertad de prensa

Es muy difícil justificar e incluso explicar que el periodista Pablo González siga detenido y, además, aislado (ni su familia ni su abogado han podido ponerse en contacto con él) en Polonia bajo la acusación de ser un espía ruso. Aunque lo fuese no sería aceptable un trato así en un país europeo, ni siquiera en la Polonia más filofascista que hemos conocido. La condición de periodista de Pablo González lo agrava todo, porque su retención atenta, además, contra la libertad de prensa de un modo innegable. Todas y todos los que ponen trabas a la difusión de la información, sin excepción y con la excusa que sea, forman parte del mismo bando.

La noticia

Si ayer no se hubiera cumplido un mes de la detención de Pablo González la noticia con la que abriría esta columna, sin duda, sería esta: “La Justicia decreta el embargo del sueldo de Espinosa de los Monteros por no pagar las obras de su chalet de lujo. El Supremo le condenó a pagar 63.183 más intereses y las costas del juicio el pasado diciembre y aún no lo ha hecho” (El Plural). Ahí tenemos al de Vox, hablando en la tribuna de “la España que madruga” y negando en su propia casa el pago por las obras a quien las acometió. ¿Doble moral? Me temo que no, que su moral es una y única, y la exhibe con sus actos.

No hemos aprendido nada

¿Prefiero pagar el gas estadounidense más caro que el ruso? Sí, sin duda. No quiero nada con Putin ni con otros como él. También preferiría pagar más por las mascarillas y otros productos manufacturados, por ejemplo, y no depender de la dictadura china. Y preferiría hacer un gasto de recursos petrolíferos más comedido, es decir, viajar menos, y no depender de sultanatos y emiratos. Pero parece que me quedo solo y que la ciudadanía no está dispuestos a sacrificios para debilitar a los sátrapas: según Borrell en El Independiente, “el acuerdo nuclear con Irán es cuestión de días. La consecuencia será que habrá más petróleo en el mercado”.

Valentía

Es lógico que miremos a Ucrania: es un conflicto en territorio europeo y es una invasión en la que se ha truncado la vida de millones de personas cuyo día a día podía ser el nuestro. No tenemos por qué sentirnos culpables por empatizar más y que lo hagamos no niega la existencia de otros conflictos, de otra población que sufre ni de otros actos heroicos: la periodista Imane Rachidi nos mostraba en Twitter unos segundos de la manifestación de “niñas, mujeres, hombres jóvenes valientes arriesgándose a salir a la calle contra los talibanes en Kabul por la prohibición a las niñas de ir a la escuela en Afganistán”.

Todo mal

Sé que la torta que Will Smith a Chris Rock durante la gala de los Óscar está mal. Sé que hacer chistes sobre un problema que ha hecho sufrir a una persona, en este caso, Jada Pinkett Smith, no está bien. Sé, porque lo he leído, que el enfrentamiento entre Rock y Smith no empezó ayer. Estoy seguro de que la mujer de Will Smith puede defenderse sola. También sé que quien defiende a los suyos incluso arriesgando su propia integridad o imagen no merece mi crítica. Y sé que el de los límites del humor es un debate complejo. Por eso, al contrario que la mayoría en Twitter, no tengo una posición definida ni la defiendo como me fuera algo en ello.

La Iglesia es colaboracionista

Si la iglesia española ha aceptado que en sus centros se celebren misas por Franco estos días podemos asegurar, sin ningún problema, que es colaboracionista, como cualquier persona o ente que no plante batalla de un modo indiscutiblemente claro al fascismo, a la dictadura, a su forma de pensar, a su herencia y a sus consecuencias. Quien permite en su casa, la del Señor, dicen, se reúnan para homenajear a Franco quienes siguen creyendo que quienes no piensan como ellos están mejor muertos y que tanta sangre y dolor estuvieron justificados, forma parte de ellos.

La nueva inquisición

Por lo menos, la Iglesia ha abandonado la inquisición. Pero no los humanos: dos personas han sido quemadas vivas en un pueblo de México al ser señalados como los secuestradores de niños de los que alertaba un bulo (una noticia falsa) de WhatsApp. El linchamiento y asesinato fue alentado y retransmitido por Facebook. ¿Quién se responsabiliza ahora de este “éxito” de la tecnología, la viralidad, el periodismo ciudadano o la justicia colaborativa y alternativa? ¿Nadie? Igual que me tengo que creer que nadie veía venir que esto iba a suceder. Me repito: la tecnología nos atonta.

Felipe González, SA

Sabía desde el principio que el titular de El Confidencial estaba cogido por los pelos: “Felipe González reclama a Indra 7,3 millones por la empresa de su hijo”. Lo que no me esperaba era la revelación del texto de Agustín Marco: el hijo del expresidente fue colocado al frente de una empresa que apenas tuvo actividad con una cláusula de indeminzación bastante jugosa si era despedido. Todo esto, con participación de la SEPI. El final de la historia, el esperado: Pablo González acabó siendo despedido en cuanto la cláusula caducó y el juzgado resolverá sobre la reclamación de un bonus millonario.

Iglesias reduce el poder de Echenique

Sigo hablándoles de miserias políticas. Pablo Iglesias habría decidido quitar poder a Pablo Echenique después de la catastrófica gestión de la crisis de Podemos Madrid. Vayamos por partes: Echenique es posiblemente el político más sobrevalorado en España. La crisis en su partido en la capital de España empieza con el empeño de Iglesias de favorecer, otra vez, a Julio Rodríguez. Y el verdadero problema no es a quién quita poder Iglesias en su partido, sino el modo en el que él sigue concentrándolo. La “nueva política” desde luego es nueva en que no anda con rodeos.

Necesitamos más deportistas así

Pep Guardiola ha visitado a los presos políticos catalanes. Lo ha hecho acompañado por el periodista Xavi Torres y nos hemos enterado por un tuit que han colocado en la cuenta de Jordi Cuixart. Necesitamos más deportistas así: comprometidos con sus ideas (las que sean, pero que las hagan públicas, por favor). Guardiola sigue dando lecciones de vida, no solo de fútbol: es perfectamente compatible ser uno de los mejores del mundo (que se escribe y se lee rápido) con tener ideas políticas, manifestarlas y defenderlas, aunque no gusten a la mayoría de la prensa española.