Hasta ahí

El límite de la desvergüenza lo ha marcado el PP esta semana, cuando “contrapone con una falsedad el apoyo del Gobierno a Gaza y Valencia: ‘Si pides la ayuda en árabe llega antes’” (El Diario). Ese “si pides la ayuda en árabe llega antes”, que el PP ha puesto por escrito en X, es el suelo. Más abajo de ahí solo hay lodo. Y si el PP decide escarbar y seguir bajando el nivel de la política será su responsabilidad, sí, pero la nuestra será señalarlo con claridad y la del resto de partidos, no dejarse arrastrar en el entierro de los argumentos, las formas, el sentido común y la política posibilista, que es la única que suma.

¿Qué más le da?

El CIS insiste en la victoria electoral de Pedro Sánchez. Con menos de eso antes ya habría convocado elecciones y, si no lo hace ahora, es porque cree que ahora le toca resistir. Y para resistir ya no necesita vencer, sino vender: “Sobre el papel, las 12 medidas de Pedro Sánchez para la vivienda están bien. Pero no me creo que se vayan a aplicar porque lleva diciendo lo mismo desde 2019”. Este post en El Blog Salmón lo que deja claro, una vez más, es que para el PSOE, como para Sumar, Podemos, Bildu y ERC, que aprobaron la ley, el tema de la vivienda es puramente electoralista y de argumentario, no una urgencia que hay que atajar.

Esto es insostenible

La primera medida eficaz que puede tomar quien realmente quiere acabar con el problema de la vivienda es prohibir los Airbnb y similares: “Diez ciudades españolas ya tienen más plazas en pisos turísticos que camas en hoteles”. Se trata de Málaga, Valencia, Sevilla, Alicante, Granada, Córdoba, Las Palmas de Gran Canaria, Santander, Gijón y Murcia. Todas ellas, ciudades turísticas y con un número de hoteles nada despreciable. Entonces, ¿cuántas viviendas hay disponibles en Airbnb? ¿Y qué hacen los ayuntamientos que no atajan el tema? En Bilbao ya hemos visto que es posible complicar la vida a los especuladores.

Cuando los monstruos parecen monstruos

“Trump atraviesa su mejor momento de popularidad en su carrera política”, titulan con alegría (supongo) en Voz.us (el medio que traslada en castellano el punto de vista trumpista de la vida). Por un lado, es comprensible: acaba de ser elegido y todavía no está desgastado por la gestión. Por el otro, me resulta aberrante y un síntoma claro del estado de nuestra civilización: que un ignorante y bravucón, apoyado en dinero y populismo, esté bien valorado por la ciudadanía es una derrota sin matices. Estamos perdidos si ellos, los malos, ganan. Es una obviedad, pero no es menos grave. Y la realidad es que están ganando.

Es el mundo

En la BBC rescatan, con buen criterio, este aviso de Joe Biden en su última comparecencia: “Está tomando forma en EE.UU. una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que amenaza nuestra democracia”. No se trata de EE.UU., sino del mundo. Estamos dando valor a quien solo tiene dinero, y estamos dando legitimidad por medio de los votos a quien ya tiene el control. Y lo estamos haciendo sin la preocupación debida: el trumpismo mezclado con la ambición de Elon Musk ha derivado en este nuevo modelo de poder que es fácilmente exportable porque no necesita talento para la política (que es escaso), solo necesita dinero.

«Normalización»

Lo normal en Euskadi es España. Y todo lo que no sea España es anormal, claro. A Nico Williams se le pregunta por España, una y otra vez. Vemos a Broncano con su bombo gritando “televisión española” y le reímos las gracias. A la izquierda abertzale, hablémonos como a adultos, le va mejor desde que es simplemente izquierda, como la española. El alcalde de Iruña lo es por un pacto con el PSOE y va a la fiesta más española porque es taurino (y español) durante la semana posterior a San Fermín. Y por supuesto, la Guardia Civil desfila por Vitoria (decir “Gasteiz” acabará siendo de anormales) porque eso es “la normalidad” (El Confidencial).

“Las instituciones”

Fruto de esa transformación de la izquierda abertzale en “simplemente izquierda” y de esos pactos con el PSOE es, precisamente, la ley española de Vivienda que no está dando resultados. Además, inesperadamente los vientos del enfado han cambiado de dirección y apuntan a los dos gobiernos más progresistas de la historia de España, apoyados desde fuera por la izquierda más prístina: Bildu, ERC y BNG. Por eso “el clamor” (Público) se dirige ahora a quien manda y les apoyan, y por eso ni PSOE, ni Sumar, ni Podemos se libraron en Madrid del cabreo monumental de quienes se sienten indefensos e indefensas.

El problema

Vivir en sociedad es muy fácil: consiste en preguntarse “¿qué pasaría si todo el mundo hiciese lo que estoy haciendo?”. Y la nuestra, la española y también la vasca, son sociedades que llamamos así más por inercia que por sentido de la palabra. Somos individuos egoístas capaces hasta de acaparar un bien de primera necesidad como la vivienda para hacer negocio con él. Que Airbnb sea legal escapa de toda lógica, que haya tenedores de media docena de viviendas para especular (ellos lo llaman “invertir”) es un fracaso y que los fondos buitres no sean perseguidos por la justicia define a los gobiernos y los parlamentos.

Buena noticia para quien especula

El anuncio de Pedro Sánchez de “200 millones en bonos de alquiler para jóvenes” (Huffington Post) ha hecho más felices a los tenedores de viviendas que a la juventud. ¿Y por qué solo hay que financiar a la juventud? ¿Qué hace esa familia con niñas y niños pequeños en la que una o uno de los progenitores se ha quedado en paro? Política soft y patada a seguir: ese es el verdadero manual de resistencia de Sánchez. Pero aquí pecado tienen muchas y muchos, empezando por todos esos agentes (políticos, incluidos) que han impulsado el alquiler con discursos y medidas que beneficiaban, a medio plazo, a quien pagaba los pisos sin hipoteca.

Prisa y torpeza no son buenas aliadas

Lo sé de primera mano: prisa y torpeza con malas aliadas. Y lo sabrán, si es que tienen ojos, también desde ayer en el PP. Porque con la que ha caído al gobierno español con lo de la Vivienda, su querella “contra el PSOE por financiación ilegal, tráfico de influencias y cohecho” es una huida hacia delante mucho más nítida. ¿Para qué va a anunciarla un domingo Cuca Gamarra si no es para tapar el cúmulo de errores con lo de las sentencias? El PP podía haber insistido en su agenda social (muestra de que creen que la legislatura no va a ser breve) pero, una vez más, no han tenido cintura ni oídos, y se ha mostrado como un partido mancado.

Parlamentarismo bien

Mikel Legarda no es un crack de las campañas, ni el diputado que canta las cuarenta a los fascistas españoles en el estrado y luego se sienta entre fascistas vascos en el escaño. Pero es un buen parlamentario que se lee todo lo que tiene que votar y que argumenta sus decisiones. Incluso lo hizo con la colada de Sumar a puerta cerrada del cómputo de penas a nivel europeo, que va a reducir el número de años de condena de algunos presos de ETA. Lo de Legarda es buen parlamentarismo. Y lo de PP y Vox, un patinazo sideral, porque no lo leyeron, o no lo entendieron y, por supuesto, no escucharon al diputado alavés.

Que arreen

El aplauso de la bancada del PP a Marimar Blanco cuando se incorporó ayer a su escaño, prestándose al teatrillo, es la confirmación del fracaso de ese partido. Simplemente, no llegan, no están a la altura, van a la caza de los grandes nombres (Puigdemont o Sánchez) pero no cuidan la huerta, el día a día, las cosas del comer. “Los cinco diputados del PP y de Vox que cayeron en la enmienda trampa son licenciados en Derecho”, “uno incluso es doctor en Derecho, el popular José Manuel Velasco” (El Debate). ¿Cómo puede habérseles pasado, por mucho que Sumar colara la transposición a puerta cerrada?

Una opinión y una defensa equivocadas

El desnorte en el PP es tal que no solo han visto como el gobierno español (en evidente connivencia con Bildu) les ha colado el tema y la votación, es que no han sabido reaccionar pero por reaccionarios: con asumir con naturalidad que el cómputo de penas era mandato de Europa ya valía, y así solo Vox se habría quedado con las vergüenzas al aire. Pero, claro, eso suponía también claudicar con una Europa contra la que hay que estar si eres de derechas, esa es la moda conservadora y ultra. Que no hayan tenido cintura antes su error es un problema, que no hayan tenido sensibilidad es uno mayor.

Cuidémonos

Resultaba ridículo que hiciese falta la unanimidad para que una comunidad de propietarias y propietarios vetase los apartamentos turísticos: con que el especulador votase en contra ya podía ejercer su lucrativa actividad. Ahora serán necesarios los tres quintos, que es una barbaridad, y en las comunidades en las que ya haya VT no podrán votar para quitarlas. Ya sé que clamo en el desierto pero yo tengo claro que prohibiría por ley las viviendas de uso turístico y multaría, por especulación, a quienes las han explotado. La sentencia del Tribunal Supremo de los 3/5, por lo menos, ayuda a que nos ayudemos entre vecinas y vecinos.

El legado de Itxaso Atutxa

En su haber quedará haber sido la primera mujer en Hegoalde en ser presidenta de una territorial del PNV (Txaro Goikolea fue antes presidenta del IBB) y haber impulsado a otras mujeres en las más altas instituciones del territorio: Elixabete Etxanobe y Ana Otadui (que sustituyó a Ana Madariaga). En su haber queda, también, lo accesible que ha resultado siempre, on-line y off-line, y el trato, el contacto directo. Y en su haber quedan sus valores verdaderamente humanistas. La despedida de Itxaso Atutxa del BBB, que adelantó ayer en Onda Vasca, supone un reto para quien venga: mejorarla, sí, pero respetando su legado.

Debería de ser delito

El portavoz de FACUA, Rubén Sánchez, tuiteaba esto que, por desgracia, sabíamos que iba a suceder: “21 de junio. El Gobierno anuncia que bajará al 0 % el IVA del aceite de oliva. 24 de junio. Carrefour sube el precio de la botella de un litro de virgen extra Maestros de Hojiblanca, pasándola de 14,95 a 15,99 €. 1 de julio. Con el IVA eliminado, la vende a 15,23 €”. Por suerte, también sabíamos que Sánchez y muchas otras personas usuarias de redes sociales con menos capacidad de impacto iban a hacer estas comparaciones. Entre todas y todos achican el espacio a quien quiere aprovecharse de nosotras y nosotros, las y los consumidores.

Volvemos a Iparralde…

Esta es semana electoral en nuestro país: en Iparralde tienen que votar el fin de semana a las y los representantes que les representarán en la asamblea. De momento, en Todopolitika han hecho su análisis de la primera de vuelta: “Gana la extrema derecha en Francia. En Iparralde lo hace Frente Popular Francés, de EH Bai, Partido Socialista de Hollande, entre otros. EAJ-PNB, único partido vasco con candidatura propia, obtiene 3,51% votos, rozando 10% apoyos en varias localidades”. La apuesta de la izquierda abertzale (pudiera ser más de Sortu que de Bildu, incluso) por diluirse en lo francés les permite anotarse un tanto. Pero, ¿luego, qué?

… Y a Francia

Más allá de Iparralde, en Francia debería de ser noticia arrolladora esto que traducía María Sahuquillo en X: “El ultra Bardella, delfín de Le Pen que aspira a ser primer ministro en Francia, ha sido un eurodiputado fantasma en el Parlamento Europeo. Solo ha presentado una resolución en 5 años (condena de los atentados de Hamas en Israel) y ha hecho 5 preguntas (una por las sanciones a Rusia)”. Pero, claro, Bruselas siempre queda lejos. Por cierto, ya que hablamos de “eurodiputados fantasma” aprovecharé para recordar que Pernando Barrena ganó unas elecciones no haciendo ni el huevo por Euskadi en Bruselas.

España es así

En Francia puede ganar las elecciones un ultraderechista que ha vivido de la sopa boba. Y en España la presidencia se la disputan dos partidos que batallan en X por demostrar que en el otro hay más peces gordos con propiedades inmobiliarias de origen sospechoso. Esto es literal y no es política. Esto es campaña permanente de la cutre. Esto no es trabajar por el país. Esto es dedicar esfuerzo, recursos y energía en lo anecdótico (ojo, la corrupción no es lo anecdótico, un hilo en X y su respuesta sí lo son) en vez de en lo grave: atajar esa corrupción, colaborar por alcanzar acuerdos que mejoren la vida de la ciudadanía, etc.

Y en Catalunya, ambientazo

Las y los políticos catalanes también tienen la obligación de llegar a un acuerdo después de que la ciudadanía haya hecho su parte y haya votado. Pero parece que, una vez más, serán las urgencias de cada partido e incluso de algunas personas, las que decidirán. Además, en una de las principales formaciones debe de haber un ambientazo terrible: “Ernest Maragall señala a Tolo Moya, jefe de comunicación de ERC, como responsable de los carteles difamatorios”. Carteles que aparecieron “contra él mismo y su hermano Pasqual justo antes de la campaña de las elecciones municipales”, y que habrían sido obra de fuego amigo, según El Nacional.

Y el coste que tiene para los demás

La pérdida de cinco vidas en el fondo del mar tendría que invitarnos a reflexionar sobre qué podemos permitir hacer a las personas más ricas. Me niego a pensar que porque tienen el dinero pueden hacer lo que les dé la gana. Si el uso de jet privados me parece una barbaridad por el impacto medioambiental que las y los pobres compensamos separando nuestra basura hasta en cinco bolsas, “el turismo de élite” que puede consistir en “inmersiones submarinas, viajes espaciales y turismo de guerra” (República) me parece que, simplemente, debería de ser ilegalizado. Nada lo justifica, y menos lo hace el simple hecho de tener el dinero.

¿Qué estamos haciendo mal?

52.760 personas con nombres y apellidos han perdido su vida “en su travesía hacia Europa” entre 1993 y 2023, según un estudio de United que ha tuiteado Miquel Ramos. 52.760 personas documentadas… Que se suman a muchas otras que ni siquiera podrán ser contabilizadas, tenidas en cuenta. ¿Qué estamos haciendo mal en Europa? ¿Cuántos errores somos capaces de encadenar durante 30 años para que la cifra aumente día a día, a veces, con embarcaciones que pueden evitar las tragedias que no intervienen por decisiones políticas inhumanas? ¿Qué hacemos que no abordamos esto ya para pararlo?

Sémper es una playa y un decorado

Soy duro con Borja Sémper porque creo que no hay peor tipo de político que el que se presta a ablandar la imagen de un partido duro, insensible, capaz de volverse contra las personas. En Euskadi tenemos a unos cuantos de estos, además de él, que se presentarán a las próximas elecciones. Pero Sémper ya no engaña a nadie: la imagen del decorado del mar en una falsa playa de Madrid es más él que nada de lo que diga para hacernos creer que el pacto entre PP y Vox no es abrazar a la extrema derecha. Sus gafas colgadas de la camisa son casi una provocación: demasiado casual para justificar a la ultraderecha.

Más poder para ellos

Estaba Sémper en una playa falsa, delante de un decorado que simulaba el mar, asegurándonos con sus gafas colgadas de la camisa que su partido estaba a tope con las mujeres y los avances sociales, y estaban los suyos entregando a Vox más poder: la presidencia de las cortes de Aragón, que hay que sumar a las carteras y las cesiones en los pactos de gobierno que este PP, el del moderado Núñez Feijóo, está haciendo a la ultraderecha como anticipo de lo que vendrá si la suma les da el 23 de julio por la noche. Parar al fascismo, a todos los fascismos, es una obligación democrática.

¿Qué va a dejar para la campaña?

Yolanda Díaz ha decidido hacerse un Pedro Sánchez: prometer en la campaña y meter (en el cajón) después. Porque, ¿dónde quedaron todas esas promociones de vivienda que anunció Pedro Sánchez en la campaña para las elecciones municipales y forales? Ahora, Yolanda Díaz va con todo anunciando menos horas de trabajo con el mismo salario (que pagarán otras y otros, por supuesto) y “1.000 euros directos a los afectados por la subida del euríbor” (El Independiente). Y solo estamos a 24 de junio. ¿Qué va a dejar para la campaña? ¿Funcionan esas promesas? A Sánchez no le fue nada bien con ellas, la verdad.