Debatamos

Sigo la recomendación de María José Canel de mantener vivo el debate sobre la posverdad preguntándome: ¿no es hora ya de que dejen de meternos goles a los periodistas con este término y volvamos a hablar, de una vez, de “mentira”? Porque no conozco a nadie que le haya venido mejor la creación de este nuevo concepto que a Donald Trump o Nigel Farage, que mintieron en sus respectivas campañas para ganar asumiendo las consecuencias de la “posverdad”, que nadie ha definido. Si les señalásemos como mentirosos y tramposos, ¿no cambiaría algo a mejor?

Y hablemos claro

Lo más fácil para mí sería que en esta columna les trajese constantemente la opinión de los tuitstars como Gerardo Tecé, pero reconozco que me gusta complicarme la vida y rebuscar. No obstante, a veces los más seguidos, los más retuiteados, llevan toda la razón y la exponen muy bien. Lo ha hecho el mencionado periodista en Ctxt, donde alerta de que los grandes medios españoles no avisan de que Vox es un partido fascista ni de que PP y Ciudadanos no están muy lejos de los de Abascal. Al contrario, según Tecé, esos mismos grandes medios seguirán haciéndoles el peligrosos juego.

Seamos también precisos

Vox no solo es un partido que basa su política en las mentiras que vierten sobre la inmigración, Catalunya o la alarma social. Vox es un partido que ha presentado un programa económico que no aguanta ni media lectura crítica. En El Blog Salmón lo han expuesto en su crudeza: se trata de una serie de soflamas sin base firme, tales como mantener el estado de bienestar bajando los impuestos o ser liberales recentralizando las transferencias de las Autonomías. Por supuesto, también contemplan la supresión del Concierto vasco y el Convenio navarro, como en Ciudadanos.

Si mezclas ganan ellos

Me ha sorprendido para mal la relación de ideas que tuiteó hace unos días un tuitero tan interesante como Don Mitxel Erreaga. Sugería que, como Santiago Abascal y Ortega Lara habían sido víctimas de ETA, hoy eran los buenos de la película en los medios (supongo). Por medio de algún retuit vi que le respondían con acierto: su condición de víctimas es indiscutible. Lo discutible son sus posiciones políticas actuales. Y lleva razón. De hecho, nadie más contento que ellos, que necesitan la notoriedad, de que sea un tercero el que relacione su ideología con la tragedia de ETA.

Zabalgarbi, desde dentro

Tengo a Josean del Moral por un buen amigo y por un tío crítico con su entorno. Así que tengo dos buenos motivos para leer su blog en el que, por su condición de crítico y porque le conozco, me he encontrado un post especialmente destacado: el de su visita a Zabalgarbi. Un relato meramente descriptivo en el que expone el funcionamiento de la planta de valorización: “Gracias a este sistema, Zabalgarbi produce actualmente un tercio del consumo eléctrico doméstico de Bizkaia”, y pone en valor su existencia, recomendando, a la vez, más sencillez en el acceso de los datos vía web.

Todo está mal, y Rufián, peor

Estoy absolutamente de acuerdo con Alberto Elías: en la secuencia que ya todos hemos visto protagonizada por Gabriel Rufián y Beatriz Escudero todo está mal… Empezando por un personaje como Cascos, que comparecía. Está mal el presidente de la misma, Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, que no es capaz de detener al de ERC. No está bien Escudero, que insulta, es cierto. Pero el que peor está es Rufián, que regala el calificativo de “palmera” (la que da palmas) a la del PP antes de guiñarle un ojo. Dos decisiones absolutamente equivocadas y necesariamente censurables.

Lo que consigue Rufián

Antonio Cartier y el popular Javier Gallego Crudo coinciden en su diagnóstico, que en mi opinión es acertado: no importa el motivo de la comparecencia de Cascos ni las formas del ex ministro de Aznar hasta el momento de la trifulca. Rufián ha logrado lo que siempre busca: centrar toda la atención en sí mismo, hacerse el gallo, quedar por encima de todas las personas y todos los temas. Montar un show, en definitiva, porque para hacer política de momento no ha demostrado que sirva. Algunos, sorprendentemente, están encantados con sus espectáculos.

Es machismo y, por lo tanto, da asco

Guiñar el ojo a una mujer que está trabajando y a la que unos segundos antes has sugerido que su labor es la de acompañamiento servil de un hombre mayor es machismo. De libro. Se pongan como se pongan los que, por otro lado, se pasan el día señalándonos qué es la heteronorma y el patriarcado. Luego, cuando tienen la viga en su ojo, ni se enteran o, peor, ni se quieren enterar (y en Euskadi lo hemos visto bien con el caso de aquel fotógrafo y pirata). Una mujer del PP puede sufrir a un machista que se define como de izquierdas. Y el que no lo vea está ciego porque quiere.

¿Y la causa catalana?

Con actuaciones como las del martes, y todas las anteriores en el Congreso, la tele y Twitter, uno acaba por pensar que la causa de Rufián no es la catalana, ni siquiera la de sus compañeros políticos en prisión preventiva. La causa de Rufián es Rufián. Y allá quien le soporte aquí, en Madrid o en Catalunya, donde tienen cosas peores que aguantar, como ver muñecos con la bandera estelada ahorcados de postes eléctricos. Como tuitea Jaume Asens, ¿alguien se imagina lo que hubiera pasado si los monigotes colgados llevasen la bandera española?

La normalidad es lo extraño

El Manchester City ficha a Pep Guardiola, el mejor entrenador de fútbol en la actualidad, y decide abrir una cuenta en Twitter de información en catalán. Una muestra de sensibilidad absolutamente desconocida en España, por ejemplo. Más de un año después de su funcionamiento, además, sirve para mostrar al entrenador catalán luciendo un lazo amarillo minutos antes del inicio de un partido, con total naturalidad. Una naturalidad que el Estado Español ha conseguido que se nos haga extraña, como tantas otras muestras de simple solidaridad y democracia.

Dos periodistas asesinados

Victoria Marinova y Jamal Khashoggi son dos periodistas que han sido brutalmente asesinados por hacer su trabajo hace tan solo unos días. La primera fue violada y golpeada hasta la muerte después de haber investigado una serie de fraudes en Bulgaria con partidas de la Unión Europea. El segundo no salió de la embajada saudí en Turquía, donde fue a continuar con su investigación, crítica con el régimen, y terminó torturado, asesinado y desmembrado. Mientras tanto, los periodistas de Reuters, Wa Lone y Kyaw Soe Oo siguen en la cárcel porque el gobierno birmano ha querido impedir que hicieran su trabajo.

Esta vez, sí: fachas

Tiene toda la razón Isidoro Tapia cuando argumenta que en España hemos usado el término “facha” con demasiada ligereza y que, cuando por fin tenemos enfrente a los verdaderos fascistas, no tenemos una manera lógica de denominarlos. Pero eso es lo que son los de Vox y “los constitucionalistas” que se han manifestado en Catalunya varias veces sin que casi ningún medio les llamara fachas. Hasta las teles más progres, esas que en los programas presumen de izquierdas y en las ficciones solo exhiben a policías gringos ultraconservadores, han colaborado en este blanqueo que hay que parar ya.

Y la izquierda, a sus cositas

Ya no es una deriva política en Hungría o Polonia, no son los frikis Le Pen o Farage, no es la excepción italiana de Salvini: la ultraderecha española ha salido de la caverna y pretende ser llave en todos los parlamentos. Así que urge que el primero de nuestros argumentos, el de todos y todas, sea detener a los fascistas. Después, todas y todos podemos seguir con nuestros objetivos políticos legítimos. Lo que no es recomendable ni parece muy inteligente es la autocrítica que ahora se hace “la izquierda” de que mientras estaban con los huertos urbanos los fachas les han comido la tostada.

Les hemos hecho el caldo gordo

El hilo de Pedro Vallín en Twitter sobre cómo los medios han colaborado en el ascenso de la ultraderecha en España como en el resto del mundo me parece de lo más interesante que he leído últimamente: Vallín cree que les hemos hecho el juego colocando en la agenda mediática sus argumentos. La peor cara de la inmigración, el conflicto catalán exagerado, una sensación de inseguridad irreal, dar voz las corrientes críticas a la reinserción de las personas presas… Toda esa alerta que generamos “los medios”, en genérico, es lo que necesitan los fachas para triunfar. Y lo aprovechan bien.

La voz de Coque Malla

No me voy a quedar sin comentar la respuesta que Coque Malla ha dado a Vox por medio de su página de Facebook. El partido de ultraderecha había usado una de sus canciones durante el mitin, “No puedo vivir sin ti”, una canción con una historia curiosa que el propio Malla explica con regocijo: el bulo sobre que esta canción iba sobre la adicción a la cocaína fue muy efectivo, pero nunca dejo de ser una canción de amor. Lo que no sabía y el cantante madrileño explica, es que se trata de una canción de amor entre dos hombres, dos amigos suyos, a los que quiso dedicársela.

Pocos, ignorantes y cobardes

Los que han dibujado el anagrama de ETA y han querido lanzar un mensaje a la juventud vasca por medio de una pancarta en la UPV/EHU son pocos, son ignorantes y son unos cobardes porque, seguro, la pusieron con la cara tapada, como han hecho siempre. Casi estoy seguro también de que, como hacían antes, todos los que participaron en la “ekintza” no eran estudiantes de la facultad. Pero ahí están, dando vergüenza, asco y motivo para que nos sigan señalando en España (y en Euskadi). Lo único reseñable del cartel es que es en blanco y negro: como ellos, de un pasado oscuro.

El caos catalán

El procés no avanza, profundiza. Pero profundiza en el caos. Lo vivido esta semana en el Parlament es una mala noticia para regocijo de los unionistas. Una noticia mala y difícil de entender que explica como pocos Iu Forn: el columnista de El Nacional y cronista parlamentario da todo tipo de detalles hasta llegar al sedimento. Y este, por desgracia, parece roca: poco maleable y difícil de superar, por mucho que los partidos que forman el Govern se hayan conjurado para que esta legislatura no caiga pronto. Lo que yo me pregunto es: ¿y el día a día de Catalunya?

Sánchez dice que resiste

No es lo mismo que Sánchez diga que resista a que finalmente lo haga. Y no es lo mismo decir que aguantará sin presupuestos antes de comprobar que, efectivamente, no tendrá presupuestos, que decirlo después de la constatación. Pero estamos en el “Sánchez dice que resiste” y, a falta de otra constatación, conocemos ya la fecha de las elecciones andaluzas, a mediados de diciembre, un momento estupendo para que Sánchez, de paso, coloque unas Generales después de decir que sin presupuesto no hay resistencia posible. El baile está a punto de empezar.

E Iglesias hace su trabajo

Con Torra dando ultimátums a Sánchez antes justo antes de que su Govern se rompa un poco más, la posición que ha escogido Pablo Iglesias le legitima: ha tendido la mano a Sánchez y, por extensión, a esa España progresista a la que dice defender y por la que, por fin, hace algo. Porque la política va de esto, de mojarse, y no de la foto en la pancarta antes de volver a casa. Negociar y apoyar un presupuesto aunque no sea el que te gustaría, dejando pelos en la gatera, es la única manera de que un país y un estado avancen. Lo demás es palabrería. Bienvenido a la acción, Pablo.

La puta foto

Hago mío el tuit indignado de Xabier Lapitz a Lagarder Danciu: “¿Este bobo de qué va? ¡Es transporte público y lo pagamos con nuestros impuestos caradura!”. El activista más famoso de Twitter, Lagarder, se había sacado una foto colándose en el topo donostiarra y afirmando que “hay que desobedecer y saltarse las normas. El transporte debe ser al alcance de todas las personas y no el negocio de unos pocos”. Lagarder, al final, es pura pose de canallita, de activista, de luchador que hacer frente a los poderosos (sean reales o no) que oculta de qué vive y ha vivido realmente.

Nazi y cabrón, dáselo a tus hijos

No es ninguna broma aunque parezca que han echado atrás la campaña: Cuétara ha decidido poner de reclamo para unos cereales infantiles una galleta basada en Cabronazi. Es decir, en un personaje que se ha hecho popular en las redes sociales digitales por robar contenido disfrazado de Hitler. El resultado es una galleta con la ropa de Hitler y un mensaje: “Niño, cómete esto para que te llegue mucho azúcar al cerebro y se te ocurran maneras de robar el talento a los demás”. Porque los de Cabronazi también lo habrán facturado, claro. Y un falso Hitler nos ofrece el desayuno simpáticamente.

Una bandera para tapar

Inés Arrimadas ha salido al estrado del Parlament con una bandera de España y me parece bien. Eso, sí, ella misma tendrá que aclararse, y no digamos nada de las explicaciones que tendrá que dar a Albert Rivera, por qué ha decidido convertir “un trapo” en su motivo de lucha. Nadie sacará la española de Catalunya, dice Arrimadas que al final, como todos veíamos desde el principio, no es más que la portavoz de un partido nacionalista español. Un partido y una ideología legítimas pero, por favor, que la asuman sin complejos ni subterfugios para esconder su amor por su patria.

El 155 que no hizo el PP

Pablo Casado exige a Pedro Sánchez que ponga en marcha de nuevo el 155 contra Catalunya, y que lo haga metiendo mano en las cuentas, TV3 y la Educación. Cuando gobernaba Rajoy lo primero ya pasó: Montoro controlaba las cuentas del conseller Junqueras y hasta hizo frente a un Llanera que aseguró que bajo la supervisión de Montoro se desvió dinero para el 1 de octubre. Pero el PP no se atrevió ni con TV3 ni con la educación catalana, e hizo bien. El 155 fue bastante comedido, prueba de ello son la cantidad de sueldos públicos que seguían cobrando los independentistas.

Las ideas de Lomana para Madrid

Carmen Lomana se ha ofrecido a su amigo Pablo Casado para ser alcaldesa de Madrid por el PP con un programa muy sencillo: más terrazas, menos multas, menos impuestos y menos manteros. “Una ciudad moderna y abierta”, en resumen, que es lo mismo que no decir nada. Porque mucho tampoco esperábamos de este personaje, y menos si se mete a política. Su visión de la vida es ligera, para la galería. ¿Un proyecto social? En eso no ha pensado: mano dura, pocos impuestos, mucho camarero y mucho disfrute de los que tienen dinero en el bolsillo y tiempo, como ella.

Machismo de Champions

Cualquier opinión del periodista deportivo Juanma Castaño ha quedado inhabilitada después de que él mismo haya asegurado (e insistido) en los micrófonos de la COPE que los futbolistas no tienen que levantarse por la noche a cuidar de sus propios hijos porque su descanso es importante. No dijo nada de las jugadoras de fútbol, cuya maternidad durante su carrera deportiva es casi un tabú. Tampoco quiso entrar, aunque le tiraron el guante, en cómo afecta al descanso de los futbolistas que se vayan de juerga. Lo importante para Castaño es que estén liberados de sus obligaciones como padres.