Tenemos que mirar hacia delante

Estamos mal: las cifras de contagios y de decesos son terribles. Y las consecuencias económicas de la covid19 van a ser desastrosas, sin duda. Pero todo esto a lo que ya nos hemos acostumbrado no es nada comparado con lo que nos viene: antes de que podamos vacunarnos nos sacudirán las mutaciones del virus que esperábamos pero que nos van a desgarrar. Así que necesitamos buenas noticias, y más si vienen de fuera: “País Vasco se ‘salva’ de la destrucción masiva de empleo en la hostelería. Euskadi es, junto a Ceuta y Melilla, la comunidad donde menos puestos de trabajo se ha cobrado la pandemia” (Vozpópuli).

Sin populismos ni alarmismos

Soy perfectamente consciente de que una comparativa favorable no significa que los datos sean buenos, sino que son mejores. Soy perfectamente consciente de que todos los sectores van a necesitar de todos los clientes para recuperarse e incluso salvarse. Del mismo modo, soy plenamente consciente del populismo fascista, como Marcelino Madrigal: “Calentar el ambiente y tensar todo lo posible con temas como hosteleros e inmigración”. Para él, esos son los temas de Vox. Y son los mismos que los del fascismo de proximidad: hostelería y dilemas identitarios nada realistas pero que suenan bien a los suyos.

La distancia académica

En la democracia española se da un fenómeno muy curioso: con gobiernos progresistas muchos profesores de universidad piden excedencias para incorporarse a ellos. Con gobiernos del PP, son las empresas privadas las que necesitan cubrir vacantes de altos cargos durante cuatro años. La experiencia nos ha demostrado que solo hay alguien más alejado de la realidad que un ministro millonario: un gran académico metido a ministro. Castells lo ha vuelto a confirmar dejando con el culo al aire a los rectores y apostando por exámenes no presenciales, sin importarle el trabajo hecho durante el curso.

Un cuadro para olvidar… O todo lo contrario

Salvo por algún resbalón difícil de justificar, la mano del ministro de Universidades se está notando muy poco en el gobierno español. Así que parece lógico el tuit de César Calderón sobre la valoración de ministros y vicepresidentes del gobierno español: “Quedar por detrás de Castells en valoración tiene muchísimo mérito”. Pero el cuadro tiene mucha miga, porque por detrás de Castells solo están, y en este orden, Pablo Iglesias e Irene Montero, la ministra peor valorada. Garzón y Celaá también están en la parte final. Los mejor valorados: Robles, Calviño e Illa. La nota de Sánchez no aparece en el cuadro.

Esto debería de ser ilegal

Me adelanto a las críticas: la liberta de expresión no significa que puedas decir lo que quieras. Significa que puedes decir todo lo que es legal que digas. Y en plena pandemia, con miles de infectados que requieren hospitalización o personas que se pasan semanas y meses en las UCI de los hospitales públicos, con ERTE que impiden despidos y ayudas directas a un montón de sectores, debería de ser ilegal que un fulano aparezca en la tele para lanzar su discurso contra los impuestos y a favor de pirarse a Andorra para que tributemos los demás. Iker Jiménez ha sido el que regala minutos a este discurso. Las cartas, boca arriba.

Todos estamos hartos

Soy consciente de que llevo varias semanas escribiendo cabreado. Y sé que eso no es bueno. Como me dijo en una entrevista Gari, el músico: “Si cantas a cara de perro se te queda cara de perro”. Pero si todos estamos hartos, creo que los que nos vemos obligados a leer lo que pasa y lo que dicen, podemos declararnos en rebeldía. Con tanta presión personal y profesional, entiendo que la televisión pública de Bélgica haya decidido limitar el tiempo que dedican al coronavirus en los informativos: un 50% del total. Así no pasarán desapercibidas otras noticias graves y los informadores u opinadores descansaremos.

Por ejemplo, las pensiones

Me temo que detrás de la cortina del coronavirus este gobierno español, el superprogre, va a seguir apañando las pensiones como todos los anteriores: en El Blog Salmón explican cómo los recortes a las más altas, supuestamente para subir las más bajas, están acabando en un sistema de pensiones mínimas pero, eso sí, más parecidas entre ellas. Solo quien pueda completarlas con planes privados podrá disfrutar de una jubilación más holgada. Este sistema es más barato para el Estado y, sobre el papel, es muy fácil de justificar desde posiciones progresistas, pero a los futuros pensionistas nos tritura.

La derecha muy derecha

Sigo sin entender las peleas en las que se mete el PP contra Vox por el votante de extrema derecha. Ya sé que no es así de sencillo pero, básicamente, el voto del PP que se fue a Ciudadanos ahora se divide, gracias al populismo de Rivera y una agenda mediática vergonzante, entre los extremados y los que regresan a la casa pepera. Pero en vez de estar cada uno en una orilla, los dos se meten en la derecha y río arriba: “El PP elige jefe de campaña en Cataluña al concejal que se negó a casar a homosexuales” (Vozpópuli). La declaración de intenciones de los de Casado es bastante elocuente. De esa base, su castillo.

Hablando de “los medios”

Es cierto: “Los medios” tenemos mucha parte de culpa del ascenso de la extrema derecha en todo el mundo porque les hemos regalado la agenda con temas escandalosos y enfoques populistas. Internet y los sueldos bajos nos han vuelto cómodos y acríticos, y por eso nos la cuelan más fácilmente. Por ejemplo: dejamos que empresas cuyas audiencias no son auditadas, como Netflix, nos vayan colocando sus “series más vistas” sin que sepamos realmente si lo son. Y de audiencias, datos de difusión y usuarios únicos a la web, sabemos lo suficiente como para que Netflix nos venda publicidad sin pagar.

¡Y hablemos del Athletic!

Si hemos hablado en esta columna del Athletic cuando el equipo jugaba mal y no lograba resultados es justo que lo hagamos ahora que compite, gana, pasa eliminatorias y levanta títulos, ¿no? Durante la última victoria liguera, Roger Álvarez tuiteaba: “No recuerdo haber tenido tantos datos positivos para tuitear desde hace tiempo. No sé ni por dónde empezar”. Entre aquella goleada y el partido de hoy contra el Barça, hemos pasado a cuartos de final de la Copa. Las derrotas llegarán, lo sé, pero como me decía una buena amiga: preocúpate solo de lo bueno, que lo malo viene sin que lo llames.

Soluciones

Este tuit de Miguel Izu no puede resultarme más apropiado: “Ante los problemas, los buenos políticos buscan soluciones y los malos buscan a quién echar la culpa”. Lo leí ayer, mientras pensaba en cómo escribir que a mí las explicaciones de Gotzone Sagardui me parecieron suficientes y convincentes, y que cada uno de los que tomaron decisiones erróneas sobre la administración de la vacuna ya se han retratado. También lo hicieron los parlamentarios en la comisión: todos leyeron lo que llevaba preparado antes de escuchar a la consejera, a quien culparon de lo que quisieron sin sonrojo y con orejeras.

Ponerte en lo fácil… Es más fácil

Al principio de la pandemia decidí ponerme a favor de los gobiernos que iban a tener que gestionar unas crisis sanitaria y económica sin antecedentes. En todo este tiempo, los partidos de la oposición me han reforzado. Lo fácil es pedir más: más dinero, más EPI, más mascarillas, más baratas, más vacunas, más cierres de hostelería, más aperturas de hostelería… Lo difícil es tomar algunas decisiones que cuando se visibilizan como correctas ninguno de los que la criticó lo reconocerá: las farmacéuticas impiden que la segunda dosis pueda ser administrada a los más desfavorecidos… Allá donde no se haya guardado.

No es tan difícil

Como cualquier ciudadano, estoy agotado por la situación. Como autor de esta columna, más. Así que entiendo la queja constante, el tuit fácil con la crítica a punto, el mensaje en WhatsApp que generaliza… Pero no lo comparto: tenemos capacidad para tener y resolver nuestras dudas. Así que me refugio en reflexiones como las de Juan Ignacio Pérez, aunque a veces fastidien por certeras: “Aunque impida ir a pasear a la orilla del mar o al monte, prohibir salir de tu municipio sí tiene sentido porque todas las restricciones de movilidad reducen contactos y, sobre todo, porque evita que se vaya a los bares del pueblo de al lado”.

Seguidismo vs. Coherencia

Si algo no es Pablo Iglesias es un tipo timorato: su eterno juego de tronos se basa en cortar cabezas allá donde sea necesario, y mantener el pulso y la mirada aunque esté jugando con dos o tres barajas. Si algo tiene Podemos en Euskadi es que es todo lo contrario: se le ve venir y se le ve que está todo el día pendiente de lo que haga Bildu. El tuit de Asier Areitio en el que muestra las contradicciones de los morados, que piden el corredor ferroviario europeo en Cantabria al mismo tiempo que anuncian en Araba que, junto a Bildu, pararán el TAV que posibilita ese corredor, es elocuente como pocos.

Un ejemplo

La firmeza de Pablo Iglesias para sostener varios juegos políticos a la vez me parecería envidiable si, sobre todo, no me pareciese reprobable esa actitud de tomarse la política como un juego en el que uno se asigna el personaje del rey y al resto, el de peones o, como mucho, alfiles. El líder de Podemos lo ha vuelto a hacer, según Vozpópuli: “Iglesias ordena a Podemos hacer campaña contra Illa para evitar que sea ‘president’. Se instala en el partido morado el temor a que el éxito del exministro de Sanidad se traduzca en un reequilibrio de fuerzas en el Consejo de Ministros”. ¿Y ERC se deja dominar?

¡A la mierda todo!

Si algo no necesitábamos a estas alturas de la pandemia es que las farmacéuticas nos chuleen como está haciendo AstraZeneca a todos los europeos. No me quiero ni imaginar el cabreo monumental que tuvieron ayer los grandes líderes de Bruselas a los que ninguna empresa les cancela una reunión importante con tan poca antelación y después de haber invertido miles de millones en ella. Pese al jarro de agua fría que he sentido sobre mi propio cuerpo soy optimista: habrá vacunas para toda la ciudadanía, solo es cuestión de tiempo. Pero también espero que AstraZeneca acabe pulverizada por la apisonadora europea.

“El editorial de Telva”

En la cuenta en Twitter del ministerio español de Interior colgaron un tuit con la firma de Fernando Grande Marlaska en el que deseaban la mejor suerte para Illa en las elecciones. Después lo borraron con otro tuit que Òscar Nin definió mejor que nadie: “Como si fuese el editorial de Telva”, pidiendo disculpas por “un error material que lamentamos profundamente”. Esto es fácil: si Twitter es, en sí mismo, un colector, lo que menos necesitamos son ministros o consejeros que vayan de tuiteros, o gestores de redes que no distingan lo más básico en política: la diferencia entre partido y gobierno.

Sistiaga lo describe bien

Jon Sistiaga es un periodista que se ha pasado toda su vida explicando conflictos: tanto sobre el campo de batalla, literalmente, como sobre el terreno emocional más cercano. Así que solo puedo tener en cuenta estas sencillas palabras suyas en Vozpópuli: “En los años 30, los nazis o los fascistas italianos decidieron utilizar la radio como nuevo medio de comunicación de masas alternativo a la prensa libre…o al menos ecléctica. Ahora, los radicales usan Twitter, Snapchat o Parler. Es decir, medios alternativos a los tradicionales”. Con un vínculo común: “Una necesidad de que haya mano dura para acabar con todo”.

Remunicipalización

Reconozco que cuando vi este tuit de Miguel Montejo no me lo creí: “Andrea Levy, concejala de Cultura, Turismo y Deporte del ayuntamiento de Madrid acaba de anunciar en el Pleno la remunicipalización de los toros, recuperando la gestión directa de la escuela de tauromaquia”. Pensé que sería una exageración, pero es cierto: PP, Ciudadanos y Vox han apoyado reabrir este centro. No tengo opinión sobre el hecho: es su cultura. Pero que justo la remunicipalización de servicios en plena pandemia empiece por ahí sí es llamativo y, cuando menos, descriptivo de cómo conciben la gestión en Madrid.

En lo que ha quedado YouTube…

No soy un necio, no puedo negar la importancia de YouTube, pero tampoco trago con ruedas de molino: al final, la gran herramienta audiovisual se ha visto superada por TikTok (que no es otra cosa que un YouTube de consumo compulsivo) o Twitch (donde cobrar por contenido es mucho más directo), y YouTube, con sus millones de minutos de vídeo, de va quedando atrás también con su modelo de negocio: “Los anuncios de Youtube se han convertido en anuncios de teletienda de vendehumos piramidales”, denuncia Niporwifi en Twitter, y no es el primero que lo hace con pantallazos, links y razones.

Le da tiempo a todo

Saco adelante con dificultades mi trabajo y la parte que me toca en el cuidado de mis hijos y las tareas de casa, sin tiempo apenas para ver a mi ama y mi hermana, ni mucho menos a mis amigos… Y asisto atónito cómo a otros les da tiempo a todo y a más: “Pablo Iglesias lanza otra purga en Valencia”, según Vozpópuli. El objetivo, el de siempre: “Arrasar a los críticos”, pero esta vez “tiene como aliado también a José Luis Ábalos, quien aspira a debilitar a Ximo Puig para controlar el PSPV”. A estas alturas, el “juego de tronos” permanente de los de Podemos empezaría a aburrirme… Si saliese de mi asombro.

Giaruta, a por otro carné

Juan Carlos Girauta está más cerca que nunca de ampliar su colección de afiliaciones a partidos políticos: Macarena Olona le ha echado los tejos políticos y el exdiputado, claro, se ha dejado querer, como ha hecho siempre. Empezó en el PSOE, pasó por el PP y vivió sus mejores días como electo en Ciudadanos… De momento: nadie sabe qué le puede esperar si entra en Vox. ¿Cómo puede alguien hacer ese recorrido político? Esa pregunta tiene una respuesta muy compleja y otra muy simple, y como yo siempre he sido muy fan de Guillermo de Ockham, sobre todo, en su fase navajera, elijo la sencilla.

En Israel van muy bien… Y muy mal

La estrategia de vacunación de Israel, que empieza por pagar más por cada dosis para ser los primeros en recibirlas, está siendo un éxito: van mejor que ningún otro país… Y al mismo tiempo los datos de propagación de la epidemia siguen siendo graves. Lo que sucede en Israel es solo el trailer de la película que veremos y viviremos aquí: la relajación de la ciudadanía (el Estado mantiene unas medidas severas) ante la perspectiva de mejora provoca que, sobre todo entre los más jóvenes, el virus siga extendiéndose, incluso con los peores números desde el principio de la pandemia. Pero su situación sigue siendo la mejor.

Nosotros, también

Lo peor de la pandemia está por llegar por el simple hecho de que estamos más cansados que nunca y, como era esperable desde el principio de la misma, el virus ha mutado y, aunque no se ha vuelto más letal, sí se propaga más rápidamente. Así que vamos a necesitar una dosis extra de paciencia y optimismo, y nos queda muy poco de las dos cosas a todos, para llegar hasta el final sanos y salvos… También mentalmente. “Otro efecto secundario del coronavirus es que te agria el carácter, incluso aunque no lo pases”, leía durante el fin de semana en Twitter mientras pensaba que yo también estaba sufriéndolo.

Hoy vuelve la normalidad… Al fútbol

Después de el partido de debut contra el Barcelona, una semifinal y una final, y una ronda de Copa que nos daba mucho miedo a todos, el Athletic por fin vuelve a la normalidad de la liga. A partir de ahora veremos al equipo de Marcelino de verdad, no al extramotivado por los partidos a vida o muerte. Pero las semanas que hemos pasado no se nos deben olvidar. Tampoco a otros: Santi Segurola ponía en valor la supercopa del Athletic para el fútbol en general porque servía para recordar a los gestores y los seguidores de los grandes equipos de qué va este deporte y que no todo es industria.