Guadeloupe es una región francesa formada por un grupo de islas en el sur del Caribe, siendo las mayores las de Grande-Terre y Basse-Terre. Habíamos estado en el Caribe en tres ocasiones, en México, en Costa Rica y Panamá y en Cuba, en esta última en un mes de octubre y en las anteriores en agosto, pasando siempre mucho calor. Es por ello que decidimos probar en invierno, en este caso en el año 2016, realizando un crucero de 7 días por diferentes islas, quedándonos luego una semana en la isla de Guadeloupe, punto de salida y llegada del crucero. Lo que no podía creer cuando abandonamos el aeropuerto de Pointe-à-Pitre sobre las 7 de la tarde, ya de noche, es que casi nos mareamos debido a la humedad y el calor. Además estábamos agotados, pues con las 5 horas de diferencia, hacía 18 horas que habíamos salido de casa. Volamos vía París con Air France, teniendo que cambiar allí de aeropuerto, del Charles de Gaulle a Orly. Dos años después volvimos a repetir destino pero con otra isla francesa, Martinica, como lugar de estancia.
Por si surgía algún problema, nos desplazamos al punto de partida del crucero con un día de antelación, así que, como nuestro barco no salía hasta la una de la madrugada del día 31 de enero, tuvimos todo el día 30 para estar en Pointe-à-Pitre, la capital económica de Guadeloupe. Dicen que es la ciudad americana de mayor calidad de vida, exceptuando las de Estados Unidos y Canadá. Nos alojamos en esta ocasión en un hotel muy sencillo, pero muy céntrico, el Saint John Perse **. A un paso tenemos el puerto pesquero, en el que los pescadores realizan directamente las ventas del pescado. Allí contemplamos por primera vez los pelícanos, los yates de lujo, las motos de agua y un par de pinturas murales.
El marcado de los pescadores y el anexo mercado de la Darse, es la zona más concurrida de la ciudad siempre que no sea en domingo, pues dos años después volvimos a este lugar y estaba todo cerrado, como casi toda la ciudad. Estamos en una región francesa y eso se nota. Sin embargo el Marché de la Darse no nos recuerda en nada a Francia, ni por el colorido de la indumentaria de las vendedoras, ni por las frutas y verduras exóticas que en él se venden. Es un lugar de visita obligada.
Comenzamos a recorrer Pointe-à-Pitre en la gran plaza de la Victoria, que cuenta con numerosas palmeras reales y estatuas de los gobernadores Felix Eboue y Charles Victor Frébault. Junto a ella tenemos la Oficina de Turismo, instalada en un edificio de estilo colonial neoclásico. Caminando por sus calles vamos descubriendo otras casas coloniales y el Cinema Renaissance. Nos detenemos ante un grupo musical y contemplamos la estatua dedicada al Gwoka, tambor grande declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Llaman nuestra atención las bicitaxis y las coloristas pinturas murales.
Pasamos junto al mercado de las flores y accedemos al interior del edificio más notable de la ciudad, la Catedral Saint Pierre et Saint Paul, conocida como la Catedral de Hierro, concluida el 1 de diciembre 1817. Clasificada como monumento histórico, lo primero que llama la atención es su bella fachada amarilla y blanca. En el interior nos sorprende la estructura metálica y el altar de mármol de Carrara. Una hermosa fuente nos da acceso al único local abierto los domingos, el Mercado Central. Bajo una vistosa estructura metálica, este colorista mercado turístico alberga numerosos puestos de especias y licores.
El día 6 de febrero nuestro crucero concluyó en Pointe-à-Pitre, pero esta vez optamos por alojarnos en un hotel de costa, el Karibea Beach Resort Clipper ***, situado apoco más de 7 km de la ciudad, en Le Gosier. Esto es otra cosa. estamos a orillas de la típica playa caribeña, tenemos piscina y vemos pescar a los pelícanos por primera vez, mientras que por el jardín deambulan libremente diferentes especies de aves y pequeñas iguanas. Además hemos alquilado un coche para movernos con libertad.
En Le Gosier, junto al hotel tenemos de todo. Enfrente hay un pequeño complejo comercial con diferentes restaurantes. Al lado del hotel se encuentra una base náutica que oferta diferentes actividades tanto en la arena como en el mar. Se pueden alquilar motos de agua y realizar cursos de buceo en las proximidades del islote de Le Gosier. La zona cuenta también con senderos balizados, pero de ello os hablaré en una próxima entrega.
La estancia en la isla de Guadalupe continúa.
Buen comienzo, amigo.
Hola muy bonito lo que comentas,quisiera saber si has echo el crucero por donde te movistes y c
Lo que visitantes también de las otras islas,ya que nosotros vamos a hacer el crucero y quisiera un poco de información de lo que has echo en cada a isla muchas gracias
Si me dices los lugares que toca tu crucero y con qué compañía vas, te comento algo. Yo he hecho dos cruceros diferentes. En uno me quedé una semana en Guadalupe y en otro en Martinica. En este blog también encontrarás información de ambos.