Concluyo el relato de la escapada realizada 14 al 18 de abril por tierras madrileñas. El 18 de abril, antes de regresar a casa, nos desplazamos 34 km hasta el Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, algo que mi mujer tenía muchas ganas de conocer. Tenía la ventaja de que prácticamente no había que entrar en Madrid, pues está situado entre la Universidad Complutense y la Escuela de Arquitectura, en cuyo aparcamiento conseguimos dejar el coche, algo bastante complicado en la zona, así que, si estás en Madrid, mejor que vayas en Metro. Como era el Día del Patrimonio, la entrada nos salió gratis. El museo se encuentra junto a un pequeño parque, en el que también se encuentra el Café de Oriente, donde comimos un buen pintxo de tortilla antes de emprender el regreso a Leioa.
Obra del arquitecto Jaime López de Asiain, que obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1969, el edificio que acoge el museo se construyó entre 1971 y 1973 para albergar el Museo Español de Arte Contemporáneo. El actual Museo del Traje comenzó a funcionar en otoño de 2021, tras estar cerrado por obras desde 2019. En la actualidad expone una variada muestra de colecciones históricas y contemporáneas.
El Museo del Traje tiene como objetivo mostrarnos la evolución de la indumentaria tanto masculina como femenina, desde el siglo XVI hasta nuestros días, algunas de ellas realizadas por conocidos diseñadores de la talla de Mariano Fortuny, Cristóbal Balenciaga, Pedro Rodríguez o Manuel Pertegaz.
La colección del siglo XVIII tiene excelentes ejemplos del traje masculino. El museo guarda también una importante colección de indumentaria tradicional popular procedente de toda España. Entre las piezas más antiguas se encuentran un guante de encaje del siglo XVII, así como el “Tratado de Sastrería”, de Juan de Albayzeta, de 1720.
El Museo del Traje. CIPE se encuentra en la avenida Juan de Herrera, 2. 28040 Madrid. Horarios: Martes a sábados: 09:30-19 h. Domingos y festivos: 10-15 h. Los jueves de julio y agosto no cierra hasta las 22:30 h. Tarifa normal: 3 €. Mayores de 65 años: gratis. Metro: Ciudad Universitaria (línea 6) y Moncloa (líneas 3 y 6). Info: https://www.cultura.gob.es/mtraje/inicio.html.
Cuando visitamos el Museo del Traje estaba abierta la exposición temporal “Escultura tímida”, con una colección de joyería tradicional. En estos momentos y hasta el 29 de septiembre se expone “Vistiendo un jardín”, dedicada a la evolución de los motivos florales que surgieron entre el Barroco y la Ilustración en el campo textil.
De esta forma concluyó nuestra escapada madrileña, aunque todavía teníamos por delante 409 km para llegar a Leioa,
Continúo el relato de la escapada realizada 14 al 18 de abril por tierras madrileñas. El cuarto día, 17 de abril, nos desplazamos 54 km hasta una localidad de la que jamás había oído hablar, Colmenar de Oreja, que cuenta con 8.649 habitantes y notables plantaciones de viñedos y olivos. Una tradición histórica de este pueblo es la fabricación de tinajas de barro, fundamentalmente destinadas a almacenar vino, para lo que contaban con grandes hornos. Destacan dos edificios, la iglesia de Santa María la Mayor y el convento de la Encarnación del Divino Verbo, perteneciente a las monjas Agustinas-Recoletas. Fue la sorpresa que nos habían preparado nuestros amigos de Rivas Vaciamadrid. Info: https://turismo.aytocdo.com/.
Nuestros amigos nos habían preparado una visita guiada privada por Colmenar de Oreja, algo que no me suele agradar, pero que resultó magnífica. Quedamos con la guía en el Museo Ulpiano Checa, que contiene la más amplia colección de la obra del pintor local (1860-1916) El museo, restaurado y ampliado a lo largo de los años, tiene su acceso por unos cuidados jardines. El edificio fue creciendo, realizándose la última ampliación, de más de 1.000 m², en el año 2009.
El Museo Ulpiano Checa cuenta con cinco grandes salas, que están dedicadas respectivamente a Colmenar de Oreja (sala 1), Mundo romano (sala 2). América (sala 3), África (sala 4) y España (sala 5). El museo abre en verano de martes a domingo de 11 a 14 y de 17 a 20 h, costando la entrada 7 €. Info: http://museoulpianocheca.esy.es/.
La siguiente cita la tenemos en el Teatro Municipal Diéguez, donde nos tuvimos que unir a un grupo de jubilados para su visita guiada. La entrada es como un pequeño museo, en el que vimos dos de las antiguas máquinas para proyectar películas. Construido en 1853, cuenta con un buen patio de butacas, anfiteatro y varios palcos. En este lugar me quedé sin batería en la cámara de fotos, así que algunas de las imágenes son de Internet. El teatro se encuentra en la calle Convento, 5, costando la visita guiada 2 €.
A continuación nos dirigimos un edificio que me ha encantado, la iglesia de Santa María la Mayor, construida por la Orden de Santiago, aunque fue reformada en 2007. La torre y tres entradas monumentales, parece que fueron diseñadas por el arquitecto del Renacimiento Juan de Herrera. Hoy es uno de los edificios religiosos más importantes del siglo XVI en la Comunidad de Madrid. Especialmente me atrajo el retablo del altar mayor decorado en sus laterales por dos grandes pinturas realizadas en 1897 por Ulpiano Checa, que representan respectivamente la Anunciación y la Presentación en el templo. Frente a la entrada se encuentra la figura de San Cristóbal, pintada en 1901. Se puede visitar de martes a sábado de 10,30 a 13,45 y de 16 a 18. Los domingos solo por la tarde. Entrada: 1 €.
A unos pasos de la iglesia tenemos la elegante Plaza Mayor, magnífico ejemplo de las plazas porticadas castellanas. Construida entre 1676 y 1794, cuenta con dos notables edificios, la Casa Consistorial y el Pósito. En las fiestas populares de mayo y de septiembre se instala una plaza de toros portátil, que es como la vimos en nuestra visita. Se ha echado la hora de comer, cosa que hacemos en el restaurante Crescencio, ubicado en uno de los laterales de la iglesia.
Antes de comer todavía visitamos una cosa más, la Fuente de Barranco, que data del año 1779. Frente a ella se encuentra el Arco de Zacatín, que nos da acceso a un túnel que discurre bajo la Plaza Mayor y por el que corre el agua cuando hay lluvias torrenciales. Nada más comer caminamos un poco para acercarnos a la ermita del Santísimo Cristo del Humilladero, que data del siglo XVI y es el patrón de Colmenar de Oreja. Desde sus proximidades tuvimos una buena vista de la iglesia de Santa María la Mayor.
No todo van a ser monumentos, así que para la tarde nuestros amigos madrileños nos habían preparado una visita a las Bodegas Jesús Díaz e hijos, la primera bodega inscrita bajo la Denominación de Origen Vinos de Madrid y la más antigua de Colmenar de Oreja, donde elaboran vinos blancos, rosados y tintos de manera tradicional, a partir de las uvas recolectadas en sus propios viñedos. Lo más curioso fue ver que todavía utilizan tinajas de barro y la cueva situada a 12 metros bajo tierra donde maduran los vinos. Una visita muy interesante. La degustación de los vinos con un picoteo puso el broche a la visita a esta población. La bodega se encuentra en la calle del Convento, 38. Info: https://bodegasjesusdiazehijos.com/.
Estamos a 54 km del Parador del Alcalá de Henares, al que regresamos a continuación a pasar la última noche. La escapada continúa.
Continúo el relato de la escapada realizada 14 al 18 de abril, que dejaba la pasada semana en Alcalá de Henares, nuestro campamento base. Para el 16 de abril dejamos una incursión en la vecina provincia de Cuenca, encontrándose nuestro primer destino a 110 km. Se trata de un lugar que me encantó, el Parque Arqueológico de Segóbriga, de visita obligada para conocer una ciudad romana. Nada más entrar encontramos los restos de una basílica visigoda de cuando Segóbriga fue sede episcopal en el siglo VII. La Necrópolis nos introduce al principal recinto arqueológico, que en verano abre de martes a domingo, de 10:00 a 19:30 h. Precio: 6 € (mayores de 65 años: 3 €). Info: https://www.segobriga.org/
Una vez dentro del recinto romano la construcción más notable que encontramos es el anfiteatro, construido en la época de Vespasiano, que flanquea la entrada principal, con el teatro enfrente. Excavado en parte en la roca, tiene forma elíptica irregular, de 75 m de largo, una altura de 18 metros y capacidad para 5.500 espectadores. Se accede a la arena por dos grandes puertas. El graderío estaba dividido en doce sectores separados según la clase social.
Del anfiteatro nos dirigimos al edificio más notable de Segóbriga, el teatro, aunque es uno de los más pequeños de Hispania, pues su capacidad era para unos 2.000 espectadores. Se inauguró también en tiempos del emperador Vespasiano, hacia el año 78 de nuestra era, según se pudo comprobar en una inscripción aparecida entre las ruinas. Se conserva muy bien el graderío, separado también en tres sectores según la clase social de los espectadores. También se ha conservado muy bien la orchestra.
Nos acercamos hasta la ermita, desplazándonos un poco para fotografiar el mosaico que ocupaba la parte central de la vivienda de Silvano, aunque lo que vemos es una réplica. Enfrente tenemos el foro, el antiguo centro cívico de la ciudad, que ya estaba en la época del emperador Augusto, en el año 15 aC. Contemplamos las termas del foro, construidas la segunda mitad del siglo I aC con una superficie de 350 m². La última cita la tenemos en el criptopórtico del foro.
Concluimos la visita donde la iniciamos, en el Centro de Interpretación del Parque Arqueológico de Segóbriga, convertido en un pequeño museo en el que nos recibe un mapa del Imperio Romano. Un audiovisual, de 12 minutos de duración, explica la historia de Segóbriga. El resto del espacio lo completa un pequeño museo que recoge diferentes objetos encontrados en las excavaciones. Particularmente me gustó la cabeza de Agrippina Maior, nieta del emperador Augusto.
Sin salir de la provincia de Cuenca, la siguiente cita la tenemos a poco más de 13 km, en Uclés, pequeño pueblo que no llega a los 250 habitantes situado a 865 metros de altitud, en buena parte ocupado por el castillo y el monasterio, que fotografiamos antes de llegar al centro urbano. De la antigua fortaleza de la Orden de Santiago solo se conservan tres torres. Del resto pueblo destacan la Puerta del Agua, la antigua Fuente de los Cinco Caños y el Ayuntamiento, frente al que comemos en el único bar abierto, La Posada de Perico. Info: https://ucles.es/turismo/.
A las 4 de la tarde estábamos frente al Monasterio de Uclés para participar en la visita guiada, única forma de conocerlo por dentro. Edificado sobre una fortaleza árabe utilizando piedras del castillo, su construcción comenzó en 1529, durante el reinado de Carlos I, finalizando en 1735, bajo el reinado de Felipe V. En 1931 fue declarado Monumento Nacional. El ala oriental es de estilo plateresco, de mediados del siglo XVI, el ala norte, ocupado por la iglesia, y el occidental, son de estilo herreriano (siglo XVII) y el ala sur cuenta con una gran portada churrigueresca, atribuida a Pedro Ribera y realizada en 1735.
Accedemos al monasterio de Uclés por el claustro, de dos alturas y nueve arcos de medio punto por cada lado. Tiene treinta y seis balcones, en honor a los 36 canónigos que vinieron de Loyo. La parte superior del claustro está cerrada y la inferior abierta. En el centro del patio hay un aljibe en piedra caliza y decoración barroca, con el escudo real a un lado y el de la Orden en el otro. Los horarios de visitas guiadas son: 10:30, 12:00, 16:00 y 17:30 h. La entrada cuesta 12 €. Info: https://monasteriodeucles.es/
Desde el claustro accedemos al interior del monasterio por una monumental escalera. Bajo unas luces muy tenues vamos descubriendo las diferentes partes, destacando el refectorio, que cuenta con un artesonado extraordinario, con diferentes medallones. La sacristía es de estilo plateresco con cubierta gótica. La iglesia es obra de varios arquitectos discípulos de Juan de Herrera, por lo que el monasterio es denominado “el Escorial de la Mancha”. Cuenta con un buen retablo, aunque poco se conserva del original. Monumental es también la puerta labrada de la iglesia.
Nada más abandonar Uclés, nos detenemos al bordea de la carretera, en un alto, desde donde se tiene la mejor vista del conjunto monumental, pues de izquierda a derecha contemplamos la iglesia, el monasterio y las torres del Pontido y el Palomar, unidas por un lienzo de muralla con la torre Albarrana. A los pies del recinto observamos por primera vez lo que queda de la primitiva muralla. Al lado tenemos un campo de amapolas.
Estamos a 100 km del Parador del Alcalá de Henares, al que regresamos a continuación por ser nuestro campamento base. La escapada continúa.
La segunda escapada del año la realizamos del 14 al 18 de abril, teniendo como campamento base el Parador de Alcalá de Henares ****, en el que pasamos las cuatro noches. El moderno edificio unes tres colegios-convento del siglo XVII, destacando su claustro y el Jardín Tallado. Nada más llegar el 14 de abril, me obsequié con unas ricas migas. Lástima que el aire acondicionado era muy flojo y en el acristalado pasillo, inexistente. La última noche cenamos en la Hostería del Estudiante, edificio del siglo XVI, un lugar lleno de encanto situado a unos pasos, perteneciente también a la red de Paradores.
Nada más comer empezamos a patear la localidad madrileña de Alcalá de Henares, que desde 1998 forma parte de la selecta lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Caminamos todo el tiempo en línea recta partiendo la calle de los Colegios, pasando sucesivamente ante el colegio de San Ciriaco y Santa Paula de Málaga, la Torre de Santa María, el convento de Agustinas de Santa María Magdalena, la estatua de Francisco de Quevedo saludando desde un balcón, la ermita de Santa Lucía y la Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y Turismo. Antes os muestro dos imágenes que vimos todos los días, el monumento a Manuel Azaña y la fuente de los Aguadores.
En esa línea recta que recorrimos con la comida todavía en la boca y bajo un sol de justicia, nuestro destino final fue un lugar que nos decepcionó bastante. Se trata de Complutum, que presume de ser el yacimiento romano más importante de la Comunidad de Madrid. La visita incluye la Casa de Marte, la Curia, la Basílica Civil y la Casa de los Grifos, que nos muestra cómo vivían los romanos en Alcalá de Henares, además de contemplar la que dicen que es colección de pintura mural romana mejor conservada de España.
Tomamos un café e iniciamos el regreso al centro, teniendo como objetivo la Catedral de los Santos Justo y Pastor cuya construcción comenzó en 1497 en estilo gótico, por decisión del cardenal Cisneros. No pudimos visitar a gusto su interior pues se celebraba la Misa. A su entrada se encuentra el grupo escultórico dedicado a Fray Francisco Ximenez de Cisneros. A continuación pasamos de nuevo frente y a la torre de Santa María y el monumento a Luis Astrana Marín para llegar a la Capilla del Oidor, del siglo XVI, que guarda la pila bautismal en la que bautizaron a Miguel de Cervantes el 9 de octubre de 1547. También es la sede de la Oficina de Turismo
Enseguida llegamos al centro neurálgico de la ciudad, la plaza de Cervantes, dándonos la bienvenida el monumento dedicado al escritor. A ella se asoman el Ayuntamiento, la capilla de San Ildefonso y el Corral de Comedias, uno de los más antiguos de Europa. A unos pasos tenemos el edificio más notable de Alcalá de Henares, la Universidad, que se encontraba ya cerrada, así que nos conformamos con disfrutar de su fachada, construida a partir de 1537 por Rodrigo Gil de Hontañón. En su interior, que vimos en un viaje anterior, destacan sus patios y el Paraninfo. Ha llegado la hora de tomar un vino, cosa que hacemos en la animada calle Mayor, en pleno barrio judío, casi al lado de las esculturas de Don Quijote y Sancho. De allí regresamos al Parador, pasando nuevamente junto a la Torre de Santa María, resto de la iglesia Santa María la Mayor y la Facultad Filosofía y Letras
Iniciamos la jornada del día 15 de abril desplazándonos tan solo 18 km hasta Mejorada del Campo, localidad madrileña de algo más de 24.000 habitantes. Teníamos un único objetivo, visitar la conocida como Catedral de Justo, un proyecto hecho con materiales de desecho y reciclados, realizado a lo largo de 60 años por Justo Gallego Martínez, utilizando ladrillos y argamasa. Se trata de una estructura de 4.700 m², 50 metros de altura, 12 torreones, 28 cúpulas, una cripta subterránea y más de 2.000 vidrieras. Info: https://catedraljustomensajeros.com/
Todavía no lo he comentado, pero esta escapada la realizamos con nuestros amigos de Rivas Vaciamadrid, a los que invitamos a Leioa para que vieran la Gabarra el pasado 11 de abril. Comento esto porque quedaron impresionados con el ambientazo que hubo en Bilbao, pero creo que todavía le sorprendió más a Pedro, forofo del Real Madrid, cuando cuatro días después, al ir a tomar un café a unos pasos de la Catedral de Justo, se encontró con un bar lleno de bufandas del Athletic. Lo regentan dos hermanos toledanos que ya llevan cuatro generaciones de athleticzales. Uno vio la final en Bilbao y otro en Sevilla. Por si vais por la zona, el contacto es: Bar restaurante HI-DA. Abogados Laboralistas, 1. 28840. Mejorada del Campo.
Estando con Pedro y Mariluz teníamos que ir a conocer su pueblo, Rivas Vaciamadrid, una ciudad que supera los 100.000 habitantes que se distribuyen a lo largo de 67,38 km² y que solo teníamos a 18 km. Cuenta con muchas y amplias zonas verdes, varias de ellas pertenecientes al Parque Regional del Sureste, un espacio protegido de 31.552 hectáreas situado a lo largo del curso medio-bajo de los ríos Jarama y Manzanares, que ocupa el 76% de su término municipal. Lo primero que hicimos fue un corto paseo para contemplar la Laguna del Campillo, que luego vimos desde abajo contemplado el acantilado sobre el que habíamos estado anteriormente. Muy cerca se encuentra el histórico Puente de Arganda.
Rivas Vaciamadrid carece de encanto turístico, así que nos limitamos a dar un paseo por el centro, situado en dos rutas de peregrinación, los Camino de Santiago y de Uclés. El edificio más notable es la iglesia de San Marcos, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, aunque el edificio actual data del año 1959. Eso si, tuvo el atractivo de contar con un nido de cigüeñas, una de ellas alimentando a su cría. La iglesia tiene al lado el parque de San Isidro
Tras comer en la terraza de un restaurante. decidimos bajar la comida realizando otro paseo más largo que el anterior, subiendo a pie hasta el mirador del Cerro del Telégrafo, el topónimo más conocido de Rivas Vaciamadrid, desde donde se tiene una espectacular vista con Madrid como telón de fondo. Luego tuvimos una empinada bajada por una escalera de madera de 166 peldaños para llegar a otro hermoso lugar, el mirador de las Lagunas de Velilla (El Raso, El Picón y El Soto).
Tras visitar la casa de nuestros amigos regresamos al Parador de Alcalá de Henares, distante unos 25 km. La escapada continúa.
Como desde el hotel en el que estuvimos alojados en Chiclana hasta casa había más de mil kilómetros, decidimos hacer una noche en el camino, eligiendo para ello la población extremeña de Trujillo, que hemos visitados en otras ocasiones y que me encanta. Además tenía el interés añadido de volver a contemplar el escudo del Athletic que en ella se conserva. Es por ello que el pasado 19 de marzo nos alojamos en el Parador de Trujillo, que ocupa el convento franciscano de Santa Clara, del siglo XVI, construido en torno a un claustro central con columnas y arcos renacentistas.
El Parador se encuentra a unos pasos del rincón más hermoso de Trujillo, la Plaza Mayor, rodeada de monumentales edificios con arcadas y presidida por la estatua ecuestre de Francisco Pizarro. Destacan en este entorno la iglesia de San Martín de Tours, de la que hablo a continuación, el Palacio del Marqués de la Conquista, plateresco del siglo XVI con magnífico balcón esquinado con blasones y el Palacio de los Orellana Toledo, del siglo XVI, con sus galerías y arcadas. También se asoman a la plaza el Palacio de Justicia (Ayuntamiento viejo) y la estatua de Ramón Núñez Martín.
El edificio más notable de la Plaza Mayor es la iglesia de San Martín de Tours, que cuenta con un nido de cigüeñas en la torre del reloj. Su construcción comenzó en el siglo XIV aunque no se concluyó hasta el año 1564. La portada más antigua, de estilo gótico tardío, es la de Limas. Destacan en su interior el retablo mayor, un órgano barroco y la imagen de Ntra Sra de la Coronada. Tuvimos la mala suerte de que justo ese día habían privatizado la gestión de las entradas, doblando los precios, que pasaron a ser de 5 €, uno menos los mayores de 65 años.
Caminamos por las empedradas calles hacia la parte alta del casco antiguo, pasando frente al Palacio de los Marqueses de Santa Marta, edificio renacentista del siglo XVI y la Torre del Alfiler, del siglo XV, que alberga el Centro de Interpretación de la Historia de Trujillo. La Puerta o Arco de Santiago, gótica de los siglos XIII-XV, nos sitúa junto al Palacio de Luis Chaves “El Viejo”, gótico del siglo XV y luego frente a la iglesia gótica de Santiago (siglos XIII-XIV), que muestra la obra pictórica del artista Jaime de Jaraiz. También vemos el monumento dedicado a Francisco de Orellana.
Al fin llegamos a nuestro principal destino, la iglesia Santa María la Mayor, que es el edifico parroquial más importante de Trujillo. Comenzada en el siglo XIII no se concluyó hasta el XVIII, así que tiene mezcla de estilos. Cuenta con dos torres, destacando en su interior el artístico coro renacentista y el retablo mayor, la mejor obra del pintor gótico salmantino Fernando Gallego. Sin embargo para nosotros el principal interés se encontraba en lo alto del campanario del siglo XIII, que tuvo que ser derruido y reconstruido en el siglo XX, siendo un capricho del restaurador Antonio Serván poner en lo alto el escudo del club de sus amores, el Athletic Club, aunque figura Atlético Bilbao, ya que durante el franquismo so se permitía usar “extranjerismos”. La entrada a la iglesia cuesta igual que en el la anterior.
Desde lo alto de la torre de la iglesia Santa María la Mayor, a la que subimos para ver de más cerca el escudo del Athletic, se tiene una magnífica vista del centro histórico de Trujillo, contemplando en primer lugar el omnipresente castillo, de origen árabe (siglo IX), viendo también el Alcázar de los Bejarano, edificio gótico del siglo XV y el Alcázar de los Bejarano, que defendía el acceso por la puerta del Triunfo. Ha merecido la pena el montón de escaleras que hemos tenido que subir.
Desde lo alto de la torre tenemos también una vista casi aérea de la iglesia de Santiago y del Alcázar de los Chaves. Iniciamos entonces el regreso a la Plaza Mayo deteniéndonos en nuestro camino ante el Palacio de los Chaves Sotomayor, edificio gótico-renacentista de los siglos XV-XVI en el que destacan sus arcos ojivales. Pasamos de largo el Museo los Descubridores y hacemos un alto en el camino en “La Despensa”, un buen comercio para comprar quesos y embutidos extremeños.
Me gusta Trujillo. En https://trujilloteespera.com/ tienes una buena información de los monumentos de esta población cacereña.
Hago un alto en mis relatos viajeros para proponeros acudir el 18 de mayo a la localidad gipuzkoana de Elgeta, cita obligada para los mendizales vascos para celebrar el centenario de la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo. Ese día conmemoramos que, bajo la presidencia del tolosarra afincado en Bilbao Antxon Bandres Azcue, el día 18 de mayo de 1924 tuvo lugar en Elgeta la fundación de la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo, promovida por las sociedades de montaña de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.
Perteneciente a la comarca del Alto Deba, Elgeta se ubica en un promontorio situado en la frontera de Gipuzkoa con Bizkaia. Accedemos al centro urbano pasando bajo la Casa de la Diputación, de 1868, entrando en la coqueta Mendizaleen plaza, que recuerda que en ella se fundó en 1924 la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo. En su principal edificio, el Ayuntamiento, hay varias placas conmemorativas. Tras él se asoma la monumental parroquia de Ntra Sra de la Asunción, del siglo XVI.
Precisamente la Mendizaleen plaza será escenario de los actos conmemorativos del Centenario de la Federación. Desde las 09:30 h habrá animación musical, aunque los actos oficiales no empezarán hasta las 10, dando la bienvenida a los asistentes los presidentes de Euskal Mendizale Federazioa, Zigor Egia y de la Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada. Martín Montañés. En el acto se rendirá homenaje a los cinco clubes que persisten desde hace 100 años, Club Deportivo Bilbao, Bilbao Alpino Club, Baskonia de Basauri, Club Deportivo Eibar y el donostiarra Fortuna. Lo mismo se hará con los expresidentes que siguen vivos. Una comida popular en el Frontón, a las 14:30 h, cerrará los actos festivos.
El 18 de mayo se inaugurará en Elgeta uno de los éxitos de los actos del centenario, la exposición itinerante “Gailurretan izan gaitun. Nos queremos en las cimas”, dedicado a montañeras, alpinistas y escaladoras pioneras, 1924-2024. Las fotos que ilustran este párrafo corresponden a la exposición celebrada en mi pueblo, Leioa, del 19 de febrero al 9 de marzo pasado.
Para preparar los actos del Centenario, hace casi un par de años se creó una comisión formada por una quincena de personas del entorno federativo de los cuatro territorios, de la cual formo parte, celebrando la primera reunión en Gasteiz el 10 de junio de 2022. En la imagen las reuniones del Nafarroa Arena y la última, en Arrigorriaga. Se ha conseguido que Lotería Nacional sacara un décimo conmemorativo el pasado 11 de mayo, algo que también tiene previsto hacer la ONCE el 31 de octubre. Igualmente se llevó el testigo de la Korrika a su paso por Elgeta y se han celebrado tres emotivos actos en Gasteiz, Bilbao y Tolosa, en los que en total se entregaron más de 550 insignias de oro a personas que llevaban federadas al menos 40 años ininterrumpidos. Las imágenes corresponden a la entrega en el frontón del Club Deportivo de Bilbao.
Se ha contactado con todos los grandes equipos vascos cuyas secciones de montaña participaron en le Federación Vasco-Navarra de Alpinismo, pero al final el único que se ha enrollado ha sido el Athletic, que primero invitó a la comisión a una visita exclusiva del museo y del campo y luego concedió el saque de honor en el partido Athletic-Barça, tal como podéis ver en la foto en la que aparecen de izquierda a derecha Ricardo Hernani y Zigor Egia, vicepresidente y presidente de EMF y Martín Montañés y Karmele Biurrun, presidente y vicepresidenta de la FNDME.
Dentro de los actos del Centenario había dos actos eminentemente deportivos, siendo el primero de ellos el 16 de marzo, teniendo como objetivo subir a las cumbres más altas de cada territorio de Euskal Herria: Hiru Erregeen Mahia (Nafarroa), Orhi (Zuberoa), Aketegi (Gipuzkoa), Gorbeia (Araba y Bizkaia), Okabe (Behe Nafarroa) y Artzamendi (Lapurdi). Como podréis observar, la presencia más multitudinaria fue junto a la cruz de Gorbeia, suspendiéndose la ascensión a Hiru Erregeen Mahia por riesgo de avalanchas.
La segunda de estas actividades montañeras ha sido con diferencia la más multitudinaria de todas. Con el título “100 años 100 montes”, también en euskera y francés, se celebró los días 27 y 28 de abril, tomando parte montañeras y montañeros de 114 clubes, que ascendieron a 100 cumbres significativas de Euskal Herria. Quiero desde aquí felicitar a todos los asistentes a pero especialmente a Inés Menéndez (Nondik), que preparó un magnífico mapa con todas las cumbres y a Javier Fernández, de Tafalla, auténtico padre de la criatura, sin cuyo tesón e insistencia habría sido imposible realizar esta actividad.
Ya que estamos en Elgeta, si tienes tiempo y te apetece puedes ascender al monte Intxorta o acercarte a su entorno, haciendo un alto en el camino en Intxortako Atea, escultura diseñada por Juan José Aranguren en memoria de todos los gudaris que lucharon contra el fascismo en defensa de la República, ilustrado también con varios paneles explicativos. Muy cerca, en un idílico entorno, se encuentra Asentzio ermita. El desplazamiento merece realmente la pena.
Y llegó el 18 de mayo y así lo celebramos tras presentar la nueva placa conmemorativa del Centenario de la FVNA.
Continúo el relato de la escapada a Andalucía que dejaba la pasada semana en la Urbanización Novo Sancti Petri, tras recorrer Vejer de la Frontera y la ciudad de Cádiz. Desde el Hotel Iberostar Royal Andalus seguimos realizando varias excursiones. De esta forma, el día 16 de marzo lo dedicamos al municipio de Barbate, comenzando en un lugar que me gustó mucho, el faro de Trafalgar, de unos 24 metros de altura, construido en 1860 pero reformado en 1929. Hay que dejar el coche en el cruce de la carretera de acceso, caminando menos de 1 km para llegar al faro, junto al que existe una buena playa.
Desde el final de Caños de Meca parte una carretera que se dirige al puerto de Barbate y pasa por nuestro siguiente destino, el Sendero Torre del Tajo, que cuenta con un amplio aparcamiento al borde de la carretera. Un sombreado y balizado camino nos conduce tras unos 3 km de marcha a la Torre del Tajo, torre vigía del siglo XVI construida sobre un acantilado con una vista espectacular, dentro del Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate. Cometimos el error de regresar al coche por el Sendero del Acantilado, una aburrida pista sin nada de sombra, que desciende demasiado, teniendo que volver a subir durante 1 km por el carril bici.
Al fin llegamos al centro de Barbate, accediendo a él por su única playa urbana, la del Carmen, que cuenta con un buen paseo marítimo en el que luego comimos en el Bar Boquerón. También se encuentra en él un antiguo faro. Nos acercamos después hasta la iglesia de San Paulino y el Ayuntamiento, para concluir nuestro recorrido en un lugar que procuramos no dejar de visitar, el puerto pesquero, en cuya entrada se encuentra la estatua dedicada al marinero de Barbate. Oficina de Turismo: Paseo Marítimo, 5, 11160 Barbate. Info: https://www.turismobarbate.es/
Concluimos la jornada desplazándonos 14 km hasta otra localidad perteneciente al municipio de Barbate. Se trata de Zahara de los Atunes, importante destino turístico que cuenta con una afamada playa. Por lo demás no es una ciudad agraciada con monumentos, siendo la construcción más importante el conocido como Castillo de las Almadrabas y sus amplias murallas construidas a finales del siglo XV para proteger la almadraba, aunque no se conserva nada de su interior, así que os recomiendo un coqueto lugar para tomar un café, el Bar El Portón. Info: https://www.turismozahara.com/
El 17 de marzo pasamos la mañana en Chiclana, dedicando las dos primeras horas a recorrer parte del Parque Natural Bahía de Cádiz y, más en concreto, a caminar por el sendero Salina Carboneros, que discurre por las Marismas de Sancti Petri. Para localizar el punto de partida podéis poder en Google Maps la dirección siguiente: Santa María de las Mogarizas, 4. 11130 Chiclana. Aunque no era la época más adecuada para observar aves, vimos bastantes ejemplares de patos, vuelvepiedras, tringa nebularia, una garceta y unos flamencos bastante lejos. A modo de despedida vimos la estatua “Melkart: La colonización”
Aunque no entraba en nuestros planes, para hacer tiempo hasta la hora de comer subimos al casco urbano de Chiclana de la Frontera, donde nos topamos nada más llegar con la iglesia de San Juan Bautista. Construida entre 1773 y 1814 con aspecto catedralicio, es un buen ejemplo del estilo neoclásico en la provincia. Pasamos ante los azulejos de la Virgen de los Dolores y Jesús Nazareno y el grupo escultórico dedicado a Pedro Manuel Salado y nos dirigimos a un lugar que nos agradó, el Centro de interpretación del vino y la sal, ubicado en la plaza de las Bodegas, donde también se encuentra la Oficina de Turismo. Además alberga la Colección Marín de muñecas. Info: https://turismo.chiclana.es/
Tras la comida nos acercamos a descansar un rato al hotel y a media tarde nos desplazamos a Conil de la Frontera, distante 15 km por la carretera costera que nos permite hacer la primera parada en el faro del cabo Roche, antigua torre de vigilancia del siglo XVI, desde donde se observa el puerto de Conil. Nos acercamos a la cala del Aceite, abierta en un hermoso acantilado, llegando finalmente al coqueto centro histórico de Conil, donde llamó especialmente nuestra atención la iglesia de Ntra Sra de las Virtudes, la Puerta de la Villa, resto de la muralla que data del año 1502, el monumento al Maestro y el emblema de la población, la Torre de Guzmán, del siglo XIV. Info: https://turismoconil.es/
Dejamos para el último día, el 18 de marzo, el punto más alejado de esta escapada. Castellar de la Frontera, distante 114 km de nuestro hotel. Para llegar a él hay que pasar por el Parque Natural de los Alcornocales, el bosque más extenso de este árbol del Estado, que ocupa 167.767 hectáreas y abarca 18 municipios. Llegamos primero a la parte baja del municipio, el nuevo Castellar, construido en 1981 a 8 km del viejo. En torno a la plaza de Andalucía se ubica el Ayuntamiento y el monumento a la mujer. Subimos luego al viejo Castellar, que ocupa el interior de una preciosa y bien conservada fortaleza de los siglos XII a XV, con coquetas casas andalusíes encaladas. Desde lo alto se contempla el Peñón de Gibraltar y Marruecos. A propósito fuimos un lunes, pues resulta complicado el aparcamiento y, en lo alto, prácticamente imposible. Ha sido el lugar que más nos ha gustado de esta escapada.
Comimos en el nuevo Castellar y decidimos ir a tomar el café a otra hermosa población, Medina Sidonia, dejando el coche cerca de uno de sus rincones más hermosos, la muralla de la Fuente Salada y el arco por el que se entra en el antiguo recinto amurallado medieval. Nos acercamos a continuación a la iglesia de la Victoria, del siglo XVII, que no nos dejaron visitar pues estaban preparando los pasos de Semana Santa. Pasamos junto al monumento a Mariano Pardo de Figueroa y el convento de San Cristóbal, para luego acceder a la Plaza de España, a la que se asoman el Ayuntamiento y el bar en el que tomamos un café.
Una empinada cuesta nos condujo al Arco de Belén, de los siglos X al XIII, una de las tres antiguas puertas del recinto amurallado. Nada más pasar bajo él vimos en lo alto el castillo y nuestro principal destino en Medina Sidonia, la iglesia Santa María la Mayor la Coronada, templo gótico-renacentista del siglo XVI, con torre acabada en el siglo XVII. Lo más interesante de su interior es el retablo mayor, de estilo plateresco, así como una talla del Cristo del Perdón de 1679, realizada por Pedro Roldán, aunque también me agradó el coro. Oficina de Turismo: Plaza de Abastos, 11170 Medina Sidonia. Info: https://www.turismomedinasidonia.es/
Hemos pasado cinco noches en la Urbanización Novo Sancti Petri, en el Hotel Iberostar Royal Andalus, aunque prácticamente no hemos pisado la playa de La Barrosa, el gran arenal de Chiclana, de 8 km de longitud, pues no acostumbramos a ir a la playa, ya que tenemos la de Ereaga cerca de casa. Además todas las tardes se metía la bruma y tan solo un día tuvimos ocasión de ver la puesta de sol.
Continúo el relato de la escapada a Andalucía que dejaba la pasada semana en Arcos de la Frontera. El 14 de marzo nos trasladamos al municipio de Chiclana de la Frontera y más en concreto a la Urbanización Novo Sancti Petri, donde se encuentra el Hotel Iberostar Royal Andalus ****, en el que pasamos 5 noches para desplazarnos a Cádiz y recorrer el sudoeste de esta provincia. Está ubicado a orillas de la famosa playa de La Barrosa, que prácticamente no pisamos. Cuenta con campo de golf propio y unas buenas instalaciones, aunque solo lo utilizamos para desayunar y cenar, aunque la perfección no existe, pues para llegar al coche teníamos que caminar por un sendero no acondicionado y, aunque estuvimos a 27 grados, todavía no habían conectado el aire acondicionado en las habitaciones. Más del 95% de la clientela eran jugadores de golf extranjeros.
No lo tenía previsto, pero atendiendo a lo sugerido por mi hermano y a que solo estaba a 33 km de nuestro hotel, decidimos ir a pasar la tarde a Vejer de la Frontera, acudiendo nada más llegar a la Oficina de Turismo, sita en la calle los Remedios, 2, junto a la que existe un gran aparcamiento. Atendiendo a lo que nos sugirieron, subimos la cuesta hasta el centro histórico, accediendo al interior del recinto amurallado por una de sus puertas, frente a la que se encuentra el monumento a la mujer vejeriega. Pasamos frente a la iglesia parroquial del Divino Salvador, abandonando el recinto por otra puerta para descender a la coqueta plaza de España, que cuenta con una fuente decorada con azulejos sevillanos. De regreso al coche pasamos junto a la iglesia de la Merced y contemplamos a lo lejos un molino de viento.
En medio del recorrido por Vejer y antes de tomar un vino, visitamos de forma apresurada, pues cerraban pronto, dos interesantes museos, comenzando por el de Costumbres y Tradiciones, ubicado en el antiguo convento de las Monjas Concepcionistas, en la calle Ramon y Cajal, en el que pudimos contemplar la forma de vida de los vejeriegos del siglo pasado mediante una colección de aperos y enseres relacionados con las labores del campo y antiguos oficios. Poco más adelante entramos en el Museo de Vejer, que ocupa la Casa Palacio Marqués de Tamarón, situada en la calle del mismo nombre Cuenta con 13 salas de variada temática, llamando especialmente nuestra atención la exposición temporal “Mujer todos somos una”, con magníficas fotografías de Francisco Magallón, en colaboración con ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, que retratan a mujeres en situación de discriminación. Nos ha gustado Vejer de la Frontera. Info: https://turismovejer.es/.
El 15 de marzo, por segunda vez visitamos la ciudad de Cádiz que, pese a su fama, nunca me ha atraído sobremanera. Como solo estaba a 38 km de nuestro hotel, decidimos pasar en ella todo el día, dejando el coche en el Parking Canalejas (Avda del Puerto, 1), a un paso del Ayuntamiento y de la histórica zona del Pópulo. Las estatuas de Blas de Lezo y de Moret, nos dieron la bienvenida y el acceso a la plaza de San Juan de Dios. Luego fuimos hacia la fachada costera, pasando junto a la Casa de Iberoamérica y más tarde regresamos por las Murallas de Puerta de Tierra, del siglo XVIII, frente a la que se encuentran los monumentos a San Servando y San Germán. Volvimos a la zona del Pópulo pasando sucesivamente bajo el arco de los Blanco, vestigio de una antigua puerta romana y el del Pópulo. Muy cerca se encuentra la Casa del Almirante, de finales del siglo XVII.
A continuación visitamos dos templos, comenzando en la iglesia de Santa Cruz o Catedral Vieja, el templo con más historia de la ciudad, erigida como catedral en 1263. Cuando la visitamos estaba muy frecuentada por personas que acudían a ver los pasos de la Semana Santa. A dos pasos se encuentra la actual Catedral, el monumento más visitado de la provincia, edificio de estilos barroco y neoclásico de los siglos XVIII-XIX. Destaca en ella la Torre del Reloj y, en su interior las 16 capillas, siendo la mejor la Capilla Mayor, que presenta un templete neoclásico de planta circular. Curiosa me pareció también la cripta, concluida en 1726.
En la misma plaza de la Catedral tenemos la iglesia de Santiago y enseguida llegamos a la de Santa María, en cuyo interior destaca el retablo mayor, realizado en 1765. Nuestro siguiente destino es la plaza de la Libertad, donde se encuentra un lugar que procuramos siempre visitar, el Mercado Central, inaugurado en 1838 y reabierto en 2009 tras una profunda remodelación. Es un mercado muy completo, aunque me gustó sobre todo la cantidad de puestos de pescado conque cuenta. En su entorno hay varios bares.
La última vez que estuvimos en Cádiz coincidimos con la final del concurso de chirigotas del carnaval aunque no conseguimos ver nada, así que en esta ocasión tuvimos la suerte de acercarnos a la Torre Tavira, encontrando en el edificio anexo la Casa del Carnaval, cuya existencia ignorábamos. Tras muchas vicisitudes se abrió al público el 4 de mayo de 2023, contando con ocho salas con bastantes modelos y fotografías de galardonados con la “Aguja de Oro” del concurso de agrupaciones carnavalescas que organiza Canal Sur.
Nos acaezcamos luego al Gran Teatro Falla, viendo también las estatuas dedicadas a A Cayetano del Toro y Simón Bolívar. Se ha echado la hora de comer, cosa que hacemos en una terraza de la zona. Dejamos para la tarde la fachada costera de la ciudad, pero la bruma se adueñó de ella, lo que hizo que casi no pudiéramos ver el Balneario de la Palma y los castillos de San Sebastián (siglo XVIII) y de Santa Catalina (siglo XVII), entre los que se encuentra la popular playa de La Caleta, tan cantada en las coplillas carnavalescas.
Nuestro recorrido está llegando a su final, pasando por dos coquetos espacios verdes, el parque Genovés, que data del siglo XVIII y está rodeado por las murallas de la antigua ciudad, y los jardines Carlos III, seleccionado por los lectores de The Guardian como uno de sus lugares favoritos de Europa, junto al que se encuentra la iglesia del Carmen. Fotografío la estatua de Carlos Edmundo de Ory y pasamos junto a la Casa de las 4 Torres (siglo XVIII), frente a la que se encuentra la estatua Francisco de Miranda. Enseguida llegamos a la plaza de España, presidida por el enorme monumento conmemorativo de la Constitución de 1812.
Estamos casi al lado del parking en el que hemos dejado el coche así que, avanzada la tarde, regresamos a nuestro hotel situado en la Urbanización Novo Sancti Petri. Todavía tenemos tres días por delante para recorrer otros lugares de la provincia de Cádiz, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.
Continúo el relato de la escapada a Andalucía que, tras recorrer Baeza y Úbeda, dejaba la pasada semana en la ciudad de Jaén. El 12 de marzo, tras visitar el Museo Íbero, nos desplazamos 278 km hasta nuestro siguiente destino, Arcos de la Frontera, punto de partida para recorrer el día siguiente los pueblos blancos de Cádiz, pasando muy cerca del que, en mi opinión, tiene una vista más hermosa de todos, Olvera, que ocupa el espacio central de este collage. De camino, nos detuvimos a tomar café en Algodonales, aparcando junto al coqueto parque en el que se sitúa la Fuente Alta. Desde este pueblo pude fotografiar, muy de lejos, otro de los destinos del día siguiente, Zahara de la Sierra.
Las dos siguientes noches nos alojamos en el Parador de Arcos de la Frontera, situado en la plaza del Cabildo, que se encuentra totalmente cerrada por las obras, teniendo enfrente de la entrada el castillo. Lo mejor de este Parador es su ubicación sobre el tajo del río Guadalete, así que tuvimos suerte con la habitación que nos asignaron, pues desde su amplia terraza disfrutamos de una imponente vista del tajo y de la iglesia de San Pedro. De su interior lo más coqueto es el patio andaluz.
Esta ubicación tiene premio pero también un importante inconveniente, pues en la zona no hay aparcamiento y el acceso es muy estrecho, tanto que muchos de los vehículos locales tienen roces en la carrocería, así que decidimos bajar el coche al Parking El Paseo, situado en el Paseo de Andalucía, que tiene un acuerdo con el Parador de 10 € por noche. No lo volvimos a subir al Parador pues está a tan solo 800 metros, así que regresamos caminando cuesta arriba por la calle Crorredera, donde se encuentra el Palacio Conde del Águila, de estilo gótico-mudéjar del siglo XV, hasta llegar anocheciendo a la Basílica Menor de Santa María de la Asunción, que visitamos el último día.
El 13 de marzo lo dedicamos a recorrer los pueblos blancos de la sierra de Cádiz, seleccionando cuatro de ellos, siendo el primero Ubrique, en el que más problemas tuvimos para aparcar. Famoso por sus bolsos de piel, tras acercarnos a la Oficina de Turismo (Moreno de Mora, 19), siguiendo los consejos de la persona que nos atendió recorrimos el centro histórico. Nos detuvimos en primer lugar en la plaza del Ayuntamiento, a la que se asoman este edificio, la Fuente de los Cuatro Caños (1727) y la parroquia de Ntra Sra de la O (1773). Casi al lado tenemos la ermita de San Pedro, actual salón de plenos y, muy cerca, la coqueta plaza de la Verdura. De interés son también la ermita de San Antonio, el templo más antiguo de Ubrique y el Peñón de la Becerra. Info: https://www.ubriqueturismo.es/
Nos encontramos en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, que cuenta con una superficie de 53.411 ha y está situado en el sector más occidental de la Serranía de Ronda. Es una zona muy lluviosa, pues este macizo hace de muralla a los vientos cargados de humedad procedentes del océano Atlántico. De hecho, la víspera de iniciar el viaje cayeron 180 litros en Grazalema. Lo más característico del parque es el pinsapar. Camino de Grazalema nos detuvimos a comprar queso payoyo, de cabra, en Villaluenga del Rosario. Más adelante, cuando nos desplazábamos a Zahara de la Sierra, vimos en plena carretera un grupo de cabra montés de la sierra de Cádiz, especie en la que el macho se diferencia de la hembra por su barba, tamaño y cornamenta. Pese a que paré el coche y bajé a tomar unas fotos, casi ni se inmutaron.
A poco más de 26 km de Ubrique la siguiente cita la tuvimos en Grazalema, “uno de los pueblos más bonitos de España”, que se encuentra en un hermoso emplazamiento a los pies de una pirámide rocosa. Nos dirigimos a la Oficina de Turismo, sita en la plaza de los Asomaderos, desde la que se tiene una buena vista y cuenta con un amplio aparcamiento. Al lado se encuentra la iglesia de Ntra Sra de la Encarnación y el grupo escultórico dedicado al Toro de Cuerda, cuya fiesta se celebrará este año el 22 de julio. Como ya conocíamos esta población, nos centramos en la plaza de España, donde se encuentran el Ayuntamiento, la antigua fuente y la iglesia de Ntra Sra de la Aurora, el monumento más notable de la localidad. Aprovechamos para comer en un restaurante de la plaza y a contemplar las fachadas adornadas con tiestos. Info: https://turismo.grazalema.es/
La siguiente cita la tuvimos a 16 km, en Zahara de la Sierra, que también es “uno de los pueblos más bonitos de España”. Tiene la ventaja de contar con un pequeño y barato aparcamiento subterráneo nada más entrar en su centro histórico, sobre el que se levanta airosa la Torre del Homenaje del castillo. La Oficina de Turismo se encuentra en el centro, en la plaza de Zahara, a la que también se asoma la iglesia de Santa María de la Mesa, concluida en 1755. Hay varios miradores con vistas al embalse. Antes nos detuvimos frente a San Juan de Letrán, pequeña iglesia construida en 1958. Info: https://www.zaharadelasierra.es/turismo-zahara.
El último pueblo seleccionado se encontraba a 29 km del anterior. Se trata de Olvera, declarado conjunto histórico-artístico en 1983. Hay que dejar el coche en la parte baja y subir caminando por una fuerte pendiente hasta la parte más alta del pueblo, donde se encuentra lo más interesante, la iglesia Arciprestal de Ntra Sra de la Encarnación, concluida en 1843 en estilo neoclásico, el castillo árabe del siglo XII y un curioso cementerio. Junto a su entrada, en la plaza de la Iglesia, está la Oficina de Turismo. Al abandonar Olvera tuvimos otra magnífica vista panorámica de su casco urbano. Info: https://www.turismolvera.com/es/. Avanzada la tarde recorrimos los 67 km que nos separaban de Arcos de la Frontera.
Dejamos para el día siguiente, 14 de marzo, la visita de la parte alta del centro histórico de Arcos de la Frontera, comenzando callejeando para descubrir su sabor tradicional hasta la iglesia de San Pedro, edificio del siglo XVI, aunque su fachada es del XVIII. Muy cerca se encuentra la Casa-palacio del Mayorazgo, donde contemplamos la exposición “Cristo en mis pinceles” de Manolo Zapata. Dejamos para el final, antes de abandonar el Parador, la visita del monumento más importante, la Basílica de Santa María de la Asunción, edificio de los siglos XIV-XVIII, siendo la fachada principal una mezcla del final de estilos gótico y plateresco. Más moderna es la llamativa torre. El interior del templo resulta muy interesante, aunque me quedo con el Retablo Mayor, joya renacentista. Info: https://www.turismoarcos.es/.
Apuramos para dejar la habitación poco antes de las 12 del mediodía, pues nuestro siguiente destino se encontraba bastante próximo, a tan solo 88 km, en la Urbanización Novo Sancti Petri de Chiclana de la Frontera. Allí pasamos las siguientes cinco noches, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.
Continúo el relato de la escapada a Andalucía que dejaba la pasada semana en la ciudad de Jaén. El 11 de marzo nos desplazamos a los dos puntos destacados de interés en nuestro viaje a esta provincia, las localidades de Baeza y Úbeda, que desde el año 2003 forman parte de la selecta lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, por haberse renovado en el siglo XVI con importantes obras renacentistas.
La primera parada fue en Baeza, distante 48 km de Jaén, dejando el coche aparcado a unos pasos de la plaza del Pópulo, uno de los conjuntos más notables de esta ciudad, formado por las Antiguas Carnicerías (1547), la fuente de los Leones, la Casa del Pópulo, edificio es de estilo plateresco en el que se ubica la Oficina de Turismo y, adosado a ella, el Arco de Villalar y la Puerta de Jaén, resto de la antigua muralla, parte de la cual podemos ver tras cruzarla, en el paseo Antonio Machado, donde se levanta la estatua dedicada a Fernando III.
Nuestro paseo monumental continúa por la calle Conde de Romanotes que nos lleva hasta el edificio de la antigua Universidad, que cuenta con un elegante claustro. La siguiente cita la tenemos en la iglesia de Santa Cruz, de estilo románico tardío, que no es muy vistosa pero constituye uno de los símbolos de Baeza. Casi enfrente tenemos uno de los edificios más hermosos, el Palacio de Jabalquinto, que data de la segunda mitad del siglo XV. Enseguida llegamos a la plaza de Santa María, adornada por la fuente del mismo nombre, que conmemora la llegada del agua a la ciudad en 1564 y que presume de ser una de las más hermosas de Andalucía.
A la plaza de Santa María se asoma la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora, de estilo renacentista. Seguimos caminando por las estrechas calles empedradas del antiguo recinto amurallado, que abandonamos al salir por la Puerta de Úbeda y su elegante torreón, que forman parte de la antigua muralla árabe construida en el siglo XII. Contemplando elegantes edificios caminamos ahora por la calle Obispo Narváez, que nos traslada a la plaza de España, donde se levanta la Torre de los Aliatares, una de las más importantes de la antigua muralla, aunque el reloj data del siglo XIX. Nos detenemos también ante un monumento dedicado a la Semana Santa.
En la calle San Pablo tenemos el Nuevo Casino, que ocupa el Palacio Sánchez construido a finales del siglo XV. Junto a su entrada se encuentra la escultura dedicada a Antonio Machado. Se ha echado la hora de comer y los hacemos en una de las terrazas de la plaza de la Constitución, a la que se asoma el Balcón del Concejo, edificado para tener un lugar privilegiado para ver los festejos se celebraban en la plaza del Mercado. Antes de comer fotografío la estatua dedicada a Gaspar Becerra, pintor y escultor local del siglo XVI y nos detenemos ante el elegante Ayuntamiento (s. XVI). Info: https://turismo.baeza.net/.
Tras la comida tan sólo tenemos que recorrer poco más de 12 km para llegar a nuestro siguiente destino, la ciudad de Úbeda, teniendo la suerte de que en pleno centro hay un aparcamiento subterráneo ubicado en la plaza de Andalucía, donde se encuentra la Oficina de Turismo y la elegante Torre del Reloj, resto de la muralla árabe al igual que otra cercana, que es un excelente mirador, aunque hasta el 31 de julio permanecerá cerrada debido a la anidación del cernícalo Primilla. La calle Juan Pasquau nos introduce en el casco antiguo, pasando ante notables edificios como el Hotel Palacio de Rambla y el Palacio de los Condes de Guadiana.
Pasamos junto al Palacio Vela de los Cobos (siglo XVI) y nos dirigimos al más notable conjunto monumental de Úbeda, formado por la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, la principal iglesia de la ciudad, el Palacio del Marqués de Mancera (siglos XVI-XVII), frente al que se encuentra la estatua de Andrés del Vandelvira, el actual Ayuntamiento cerrado por obras, que ocupa el Palacio Juan Vázquez de Molina o de las Cadenas (siglo XVI) y el Parador de Úbeda, el primer palacio convertido en Parador, que fue construido para residencia del capellán de la capilla de el Salvador.
Junto al Parador tenemos la “joya” de Úbeda, la Sacra Capilla Funeraria de El Salvador, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931. Diseñada en 1536, es la obra maestra de Diego de Siloé, aunque fue ejecutada por Andrés de Vandelvira, para ser el panteón de Francisco de los Cobos, secretario del Emperador Carlos V, quien comenzó la transformación urbanística de la ciudad. Abre de 09:30 a 14:00 y de 16:30 a 19:30 horas, costando la entrada 5 € (4,50 € los jubilados).
Muy cerca de esta iglesia tenemos un magnífico mirador para contemplar los olivares. Iniciamos el regreso al aparcamiento pasando por la iglesia de San Pablo, la segunda más antigua de Úbeda, que se cree que fue construida en la época visigoda. Pasamos frente a la Sinagoga del Agua y llegamos a otro resto de la muralla, junto a la que se encuentra la Torre Octogonal, de la época árabe. Junto a la plaza de Andalucía, a unos pasos tenemos la iglesia de la Santísima Trinidad, de los siglos XVII y XVIII, donde concluimos el paseo monumental. Info: https://www.turismodeubeda.com/.
Aunque Úbeda me ha parecido más señorial, como casco antiguo me quedo con el de Baeza. Por delante tuvimos 67 km para llegar al Parador de Jaén y al día siguiente 278 km hasta el de Arcos de la Frontera, punto de partida para recorrer los pueblos blancos de Cádiz, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.
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