Lógico

Cuando Xabier Fortés despidió a las y los siete participantes en el debate de La1 de la semana pasada, lo hizo remitiendo al “debate final” de este jueves, lo que me pareció una descortesía abrumadora porque el ente público español, que como tal pagamos entre todas y todos, había decidido laminar a tres partidos porque sí. De los cuatro que sí iban a ser invitados, como sabemos, uno se borró. Partiendo de aquella descortesía, el desprecio a una parte de la sociedad de RTVE y lo que decidió el PP, llegamos a este lógico titular en El Independiente: “El debate de candidatos sin Feijóo fue el menos visto de la historia de España”.

¿Tiene obligación de ir?

Sin duda, RTVE tenía obligación de invitar al PP a ese debate a cuatro, “el debate final”, como lo llamaron ostentosamente. Y el equipo de campaña de Núñez Feijóo tomó una decisión arriesgada: no comparecer. ¿Ha sido acertada? Parece que nunca lo sabremos. Soy de los que cree que nadie puede ganar un debate al que no ha asistido. Pero no es menos cierto que, sin asistir, puede provocar que otros pierdan. Para mí, la cuestión es más profunda: ¿tiene obligación de ir? ¿Traiciona a la democracia no haciéndolo? ¿Es una oportunidad para explicar tus intenciones o un espectáculo televisivo en el que la audiencia pide sangre?

En Catalunya no están mejor

Por lo que parece, la audiencia que perdió el debate a cuatro de La1 no se fue, en Catalunya, al menos, a la televisión pública: “El pinchazo del debate electoral en TV3 anticipa el riesgo de alta abstención independentista”. Significativamente, venían de batir su propio récord, con un máximo de audiencia en 2019. Sigo preguntándome: ¿qué ha pasado? Ya sé que ERC ha conseguido alcanzar la presidencia, que Junts se ha roto definitivamente y que el espacio convergente sigue despedazado. Pero, insisto: ¿qué ha pasado? ¿Qué procesos personales y colectivos se han dado, quién los ha preparado y para qué?

Mientras tanto…

La ultraderecha dispone de un espacio en máxima audiencia sin que pueda estar compensado por los grupos que son su némesis, esto es, los nacionalistas “periféricos” que implementan políticas progresistas mientras avanzan hacia un espacio propio en una Europa de naciones. Con esta realidad y la certeza de que la derecha tradicional española asume sus discursos y la institucionaliza, no podemos extrañarnos ante noticias como esta: “Expulsan al responsable de hacer cantar el ‘Cara al sol’ a niños en un campamento infantil en Burgos” (El Diario). La sanción a este personaje no puede ser puntual: su inhabilitación debe ser automática y permanente.

Terrorismo fascista

Sí, la ultraderecha está a un paso de tener la llave del gobierno español y, sí, el fascismo en el mundo está más fuerte que nunca. Que nunca. Porque ha logrado ganar terreno derramando mucha menos sangre que en su anterior momento de auge y porque, además, gracias a Internet y la irresponsabilidad, tiene unas expectativas inmejorables. A los hechos, terribles pero innegables, me remito: “Israel recorta el suministro de agua a dos ciudades en Cisjordania en plena ola de calor” (RTVE, en su web). Esto es terrorismo fascista ejercido desde un Estado y sin que nadie en la comunidad internacional haga nada. ¿A qué van a tener miedo?

El camino de Rosa Díez

El camino de Rosa Díez es muy significativo: del PSE a UPyD, y de UPyD a Vox. No como representante (aunque estoy seguro de que algún voto sumaría al partido ultraderechista) pero sí como simpatizante, por lo menos. La candidata de las y los de Abascal al Congreso por Bizkaia tuiteaba una foto de la visita de la exconsejera del gobierno vasco a la carpita que pusieron en Bilbao. Nerea Alzola y Díez posaban, sonrientes, delante de la bandera española y bajo la lona verde que les daba cierto aire extraterrestre. A estas alturas quien justifica, apoya y vota a Vox lo hace al fascismo trasnochado. No cabe un debate al respecto.

Totalmente de acuerdo

Si por algo se ha caracterizado el primer gobierno español de coalición es por unos horarios imposibles para la conciliación de cualquiera que tenga algo que ver con la política: mientras imponía fichajes y el control de las horas extra, los partidos sufrían colapsos laborales y emocionales. Ahora, en campaña, se han pasado de vueltas, como bien señala Alberto Elías: “No seré yo el mejor estratega, pero diría que queda un poco raruno que salga Yolanda Díaz fardando de dormir dos horas al día cuando uno de los principales caballos de batalla de Más País/Sumar siempre ha sido el tema de la conciliación y reducir jornadas laborales”.

“Tan difícil como llegar a la independencia”

La pieza en El Nacional sobre un encuentro de Artur Mas en “un desayuno de los juntaires con representantes de pequeñas y medianas empresas catalanas” me ha resultado muy interesante. Todo lo que dice el President resulta razonable, tanto como su objetivo independentista. Según avanzaba en las líneas me preguntaba una y otra vez: ¿en qué momento se desviaron del camino? ¿Cómo ha podido acabar todo tan mal para el espacio político que lideró el camino independentista catalán, que se presenta dividido una vez más y regala el liderazgo del nacionalismo a una ERC que solo se ha limitado a esperar?

El debate a tres

Escribo esta columna antes de que se haya producido el debate a tres, y supongo que lo veré, aunque sea como fondo de otra actividad (seguramente, trabajar, que estamos en campaña). No me genera mucho interés más allá de la puesta en escena de RTVE y de cada interviniente: cómo hablan, a quién se dirigen (especialmente, en ausencia del PP) y cómo gestiona cada uno su pequeño drama. Yo me espero algo así: Sánchez intentará resarcirse del desastre de la semana pasada pero sabe que la imagen de presidente la tiene el ausente, Abascal exhibirá sus limitaciones y Díaz querrá desmarcarse, ser una alternativa a todos, sin convencer a casi nadie.

Esto no vale nada

Durante la emisión del debate alguien jugará en Twitter a hacer “fact-check”, es decir, a detectar mentiras y desenmascararlas. Un ejercicio que siempre he considerado un virtuosismo innecesario: las crónicas del día después suelen ser complementarias y ayudan a hacerse una idea. Además, están mejor escritas. Precisamente uno que sabe mucho de televisión, Borja Terán, tuiteó como si nada una de esas frases que hacen que te detengas: “Estáis en Twitter peleando por desenmascarar mentiras, pero la conclusión es que la verdad ya no vale nada”. Su tuit vale muy poco, precisamente, porque contiene una grandísima verdad.

Ahora sí va a Bruselas por Euskadi

Tengo que confesar mi sorpresa cuando vi en la cuenta en Twitter del PP vasco a Carlos Iturgaiz en Bruselas hablando de Euskadi. Hablando mal de Euskadi, claro. En concreto, de su Gobierno. Después de tres legislaturas en el Parlamento Europeo, en las que fue uno de los diputados vascos menos activos (si no el que menos participó) y en las que no tuvo ninguna iniciativa destacada sobre la alta velocidad ferroviaria o la pesca (y eso que presidió la comisión correspondiente), ahora tira de contactos para unos vídeos, unas fotos y unos tuits. Algunos han logrado más con el “parecer” que con el “hacer”. Y así, toda la vida.

La “purga”

No lo digo yo, sino el jefe de gabinete de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay: “Como no hay sentido de Estado, no mantienen ni el mínimo ‘servicio diplomático’ que tenemos: es una purga, no un cambio de Gobierno” (El Nacional). Lo tuitea al respecto del cese de Gorka Knörr, hasta esta semana “delegado del Govern de la Generalitat en la Unión Europea”. El suyo es el caso que más puede impactarnos en Euskadi, pero solo es uno más en Catalunya: “Hasta 11 altos cargos” han sido cesados “en el Departamento de Acción Exterior y Unión Europea” de la Generalitat después de la crisis de gobierno.

Ya está en “casa”

Cuando una deportista de élite llega al aeropuerto más próximo a su casa después de haber protagonizado una gesta lo normal es que se sienta bien. Por desgracia, no es el caso de la escaladora iraní Elnaz Rekabi, aunque haya sido recibida al grito de “campeona” (Vozpópuli). La deportista ha tenido que pisar territorio iraní con el velo puesto y con miedo por si el régimen tomará represalias contra ella por haber participado en una competición sin esta prenda. La propia Rekabi ha explicado en Instagram que con la tensión de la competición se le olvidó ponérselo cuando se le cayó. Solo imaginar su temor ahora genera escalofríos.

Yo no sería capaz

Pablo Iglesias es mucho más listo que yo. Por eso llegó a vicepresidente. Y por eso es capaz de escribir una columnita en Público para hablar de su programa de televisión en esta misma web, La Base, sobre el futuro de China, sin mencionar en ningún momento que se trata de una dictadura férrea en un país con unas diferencias socioeconómicas brutales. Sí admite un “control estatal”, pero como consecuencia: “Por lo que no rompe con Mao”. Pero incluso parece que ve con buenos ojos el “desarrollo” de “la burguesía nacional progresista” “como potencial motor económico”. Ahora desea ver a Xi Jinping librar “la guerra comercial”.

Ha fallecido Claudio Biern Boyd

El tuit de la cuenta de RTVE en la que hablan del inmenso archivo del ente es suficiente: “Ha fallecido Claudio Biern Boyd, el ‘Walt Disney español’, creador ‘David el gnomo’, ‘Dartacan y los tres mosqueperros’ o ‘La vuelta al mundo en 80 días’”. Pocas biografías laborales serán tan conmovedoras para tanta gente y una muestra tan grande de saber hacer. Sí, soy un señor mayor con canas en la barba y un reloj analógico en la muñeca, que disfrutó de la obra de Biern Boyd como un niño, literalmente. Incluso durante el confinamiento Willy Fog nos acompañó varias noches, antes de dormir a mi hija y a mi hijo.

La peor noticia

La victoria de la ultraderecha en Italia es una noticia malísima. La peor que podíamos recibir ayer en la política europea. El fascismo tiene músculo y se apoya en unos medios que le compran la agenda y en unos partidos tradicionales en toda Europa que no están sabiendo actualizar ni sus relatos ni sus estructuras. Hoy en Vox están más contentos que ayer. Y en el partido de Le Pen. Y en el de Orban. También Putin estará un poco más contento porque su labor para desestabilizar Occidente a largo plazo funciona. Y la “doctrina Meloni” (EPE) es una apelación a todos: la ultraderecha es enemiga de la democracia.

Todos los pasos, adelante

No dudo de que habrá alguna explicación para que en RTVE tomaran la decisión de denominar “bloque de centroderecha” al que está encabezado por el fascismo de Meloni y está apoyado por el fascismo de Salvini y la momia neocón de Belulsconi. Pero no podemos permitirnos ni una justificación ni un desliz: el enemigo es el fascismo (el de allí y el de aquí). Es un enemigo declarado. Es más, es un enemigo autodeclarado. Y todos los pasos tienen que ir en el mismo sentido para señalarlo, identificarlo, desnudarlo y apartarlo de los partidos que apuestan por la política como negociación y entendimiento entre diferentes.

No, Europa no está dormida

No, Europa no asiste como si nada al ascenso de la ultraderecha, como sugiere Julio Ocampo en Público. Europa está ahí, vigilante, y es nuestra garantía para que los errores que cometen medios, partidos y votantes en algunos países no sean debacles continentales. Asegurar que Europa está “dormida” es hacer el caldo gordo a los partidos antieuropeístas (extrema derecha e izquierda despistada). Es ver la realidad con el enfoque que ellos quieren. Y es no entender qué es Europa y qué puede hacer (o no). Por eso gana también la extrema derecha, porque quienes tienen que hacer contrapeso empujan sin querer.

Pero no es inmediata

Europa es un tanque lento. No podemos pedirle que llegue primero a los conflictos ni que sea la institución más ágil. Pero sí debemos exigirle, como a los futbolistas que marcan la diferencia, que cuando lleguen a la jugada la empiecen de nuevo. Lordo en Twitter pega un buen repaso a cómo la ayuda europea a Ucrania está posibilitando las derrotas de Rusia, y a los agoreros que aseguraban que la institución no estaba mostrando cintura ni fuerza suficiente. Ahora, meses después, la balanza está inclinándose hacia el lado que nos protege a todas y todos, y que genera zozobra a agoreros y Putinofilos.

Que hable, que hablen

Con todo, solo puedo hacerme la misma pregunta que Almudena Ariza en Twitter sobre las mujeres que están jugándose la vida en Irán: “¿Dónde están las declaraciones de los líderes mundiales a favor de estas mujeres? Ni las veo ni las oigo”. Y es necesario que se den, en Europa a nivel institucional y en el mundo país a país, estado a estado, gobierno a gobierno. Y la crisis de suministros no es una excusa porque por salir de las garras de Putin no debemos caer en la de otro sátrapa o dictador. Pero caemos como si no pudiéramos evitarlo porque, realmente, hasta que no cambiemos el modelo de consumo no podremos evitarlo.

Galimberti ya lo vio

El hilo de Joey Johnson con fotografías de Gabriele Galimberti ha sido retuiteado por más de 20.000 usuarias y usuarios y le ha gustado a casi 30.000. El fotógrafo italiano publicó en 2021 un fotolibro con personas anónimas en EE.UU. y sus respectivas colecciones personales de armas. Una serie de fotos angustiosa porque la luz es estupenda, la puesta en escena es amable y el ambiente resulta hasta familiar mientras abundan en cada imagen rifles y pistolas que hieren y matan. Y quienes protagonizan las fotos son solo una muestra, tampoco creo que especialmente exagerada, del polvorín, literalmente, que es aquel país.

La mancha de la bandera

Soy nacionalista: para mí la Ikurrina es un símbolo de lo que soy y de lo que quiero ser, y no permito por ello que nadie la manche (y en este país la han manchado quienes decían atentar en su nombre) ni se me ocurre hacerlo. En Israel, durante la marcha de la bandera, sin embargo, solo consiguen mancharla con odio, con ansias de venganza y hasta con la sangre que salpica durante los enfrentamientos directos. El paseo triunfal de ciudadanos israelíes en barrios palestinos, provocando mientras son protegidos por el ejército, resulta injustificable para cualquiera que tenga una mínima sensibilidad y experiencia vital.

Qué desnortado estaba Casado

El PP de Núñez Feijóo deja mucho que desear: sigue siendo el de Cospedal, Bárcenas y Villarejo. El de Fraga, Aznar y Rato. El de los juicios, acusaciones y condenas. El de la nula sensibilidad con quien es español por imperativo. El que compite con Vox en romper consensos básicos sobre igualdad y respeto al diferente. Y aún así, parece mucho más moderado que el de Pablo Casado, hasta en los detalles menores: la decisión del gallego de no desprenderse del ya histórico edificio de la calle Génova ha sonado hasta lógica. No es que el edificio no tenga culpa, como dice Feijóo, es que otros sí la tienen.

Un mundo profundamente injusto

Sé que son ya varios los párrafos que he titulado de un modo similar, pero es que no dejo de encontrarme tuits y noticias que me impulsan a escribirlo, por desgracia, una y otra vez. Por ejemplo y aunque últimamente no esté muy de acuerdo con Pedro Vallín, este: “Así que no era la subida del SMI sino la codicia de los consejos de administración. Mira tú”. El periodista comentaba esta otra noticia de RTVE: “Los márgenes de beneficio: la causa de la espiral de inflación. Para Isabel Schnabel, del Banco Central Europeo, las ganancias empresariales ‘fueron un contribuyente clave de la inflación’”. Más claro y más alto, imposible.

Sin vergüenza

Luis Rubiales anunció que zanjaría las polémicas que le han sobrevenido en la Asamblea de la RFEF que él preside. Pues bien, lo ha hecho de esta manera que tan gráficamente resumen en el Twitter de El Partidazo de la COPE: “La Asamblea General de la RFEF aprueba el nuevo sueldo de Luis Rubiales: 675.761,87 € anuales, sin variables, y 3000 € al mes de ‘ayuda para vivienda’. Resultado de la votación: a favor, 83; en contra, 0; abstenciones, 1”. De esta manera, cubriéndole de oro, eliminan el porcentaje de ganancia por beneficios. Pero los mensajes con su amigo “Geri” siguen ahí, y la Supercopa sigue en Arabia, con todo lo que significa.