Bárbara Goenaga nos representó a muchos y muchas

Lo peor del cruce de tuits entre Bárbara Goenaga e Irantzu Varela es que la primera haya decidido abandonar Twitter (esperemos que temporalmente) por la avalancha de ataques que recibió en esa red social después de cruzar varios tuits con la segunda. Goenaga hizo muy bien parando los pies a Varela, que redujo a la actriz a “la mujer de”, en este caso, Borja Sémper. Varela siguió insistiendo (ella siempre intenta que parezca que nunca pierde y sabe que le favorece la turba tuitera a la que alimenta con habilidad) y Goenaga, que dijo lo que muchos y muchas pensamos, terminó por retirarse a tiempo.

Si anda como un pato y grazna como un pato…

Celebro que Manuel Valls no tenga ningún reparo en llamar a las cosas por su nombre: “Pactos anunciados entre el PP y Vox en muchas ciudades, reuniones de líderes de partidos constitucionalistas con Vox… ¿Normalidad democrática o normalización de un partido de extrema derecha? No es lo mismo y no puedo esconder otra vez mi gran preocupación”. Aunque el político francés no sea uno de mis favoritos y me parezca que siempre hace las cosas pensando en un fin que, de momento, solo conoce él, es necesario que alguien influyente defina a los partidos correctamente.

¿No nos faltará a muchos un hervor?

Nunca me he puesto en el grupo de los listos porque he tenido la suerte de conocer a personas que realmente lo son y poco tengo que ver con ellas. Así que me voy a colocar, como de costumbre, en el pelotón de los que nos falta un hervorcillo, con el debido respeto junto a Alejo Vidal Quadras, que cree que lo que nos falta es otra cosa: “Ante la magnitud de la ofensiva separatista, que amenaza la existencia de España como Nación, lo adecuado sería un Gobierno de concentración para neutralizar al separatismo de forma definitiva, como hizo el Reino Unido en 1940 frente al nazismo. Nos falta un Churchill”.

Ellos sí se juntan

No sé si Dios los criará, pero ellos y ellas, desde luego, sí se juntan: después de la colección de tuits que nos ha regalado Rosa Díez, cada vez más y cada vez más extremados, muchos creían que la ex de UPyD iba a acabar en Vox. No sé si será una meta volante o se quedará ahí, pero de momento ha fichado por OK Diario, el digital sensacionalista de Eduardo Inda, famoso por intentar malmeter más que informar. Desde luego, ese medio parece el más adecuado para ella, que sigue atrayendo a muchos lectores entre los que disfrutan de sus reflexiones y los que se entretienen con su deriva y sus exageraciones.

Así es

Las declaraciones de bienes de los diputados y las diputadas nos sirven a los periodistas para tener algo de lo que hablar hasta que toque hacerlo de pactos de investidura, para que la ciudadanía haga chascarrillos y para que algunas de sus señorías se rían un poco de nosotros, porque como bien tuitea Arredro: “No entiendo que nos traguemos la bufonada de la declaración de bienes de muchos políticos. Rivera declara un Golf de 2011, dos hipotecas y 4500 €; no sé de dónde sacará tan humilde servidor público su parte del alquiler para el chaletarro de la Finca de Pozuelo”. ¿Transparencia? ¿Para esto?

Gobernar para el pueblo

Esta semana es decisiva en política: los partidos tendrán que negociar lo grande pero también lo pequeño. En Euskadi, los territorios y los municipios. En España, desde el gobierno del Estado hasta los ayuntamientos pasando por algunas comunidades autónomas. Pero en algunos pueblos y ciudades ya saben quién será el alcalde, como en Altsasu, donde Javier Ollo ha logrado 10 concejales para GeroaBai y enfrente solo tendrá a los 3 de Bildu. La ciudadanía ha premiado la mesura frente al enfrentamiento y la utilización que han hecho muchos de su municipio. Esta es la política de verdad, estos es lo importante.

Es una democracia o no lo es

Seguimos con cosas importantes. Sobre el resultado de las elecciones en Catalunya y cómo unos pocos están decidiendo que candidatos elegibles y electos no puedan representar a sus electores, Iu Forn ha hecho las preguntas adecuadas en El Nacional: “¿Por qué usted y yo podemos votar por una persona y después a esta persona le impiden representarnos? ¿Tan poco valen nuestros votos? ¿Tan poco respeto merecemos? Nosotros y los candidatos. Y la gran pregunta: ¿llegará un día que quien subvierte repetidamente la legalidad tendrá que darnos explicaciones, pedirnos perdón y resarcir el daño provocado?”.

Colaboracionistas de nuestros tiempos

En esta época “líquida” y voluble que vivimos, un colaboracionista a veces es un simple tuitero o tuitera, como Rosa Díez: “Lo de los asquitos a Vox me sigue pareciendo pura hipocresía. Son de derechas, sí, pero no dan golpes de estado, ni queman contenedores ni llaman a levantamientos populares contra lo decidido en las urnas –como hicieron PSOE y Podemos– la noche de las elecciones andaluzas”. No sé cuántas pruebas necesitan algunos y algunas para darse cuenta de lo que es Vox. No sé, tampoco, si lo que pretenden algunas y algunos es que Vox les fiche y les posibilite dejar de ser simples tuiteras.

Igual no toca, pero…

Igual no toca que en una sentencia condenatoria al youtuber que dio galletas rellenas de pasta de dientes a un mendigo se entre en el fondo de la cuestión, pero lo cierto es que era una buena oportunidad. La jueza ha decidido que el youtuber ReSet no pueda usar esta plataforma durante los próximos cinco años, le condena a 15 meses de cárcel (que no cumplirá por ser no tener antecedentes… Hasta ahora) y a pagar 20.000 € por indemnización a su víctima. Pero ReSet puede usar Twitch, Twitter o Instagram, y la prisión y el dinero son intimidatorios, pero no definitivos para que otros youtubers dejen de deshumanizarnos.

Casi todo, sí

Antonio Cartier, al que todavía no conozco en persona pero que es uno de los tuiteros al que más tiempo llevo siguiendo, reflexionaba con acierto hace solo unos días: “¿No os pasa que estáis por aquí, leyendo tuits y lo único que os sale es un ‘pues qué pereza todo, no’?”. A mí sí me pasa. No con todos los contenidos, obviamente, porque les hablo cada día de lo que sucede en esta red social, pero sí con la mayoría de los tuits. Los temas empiezan a ser ya monótonos, y los berrinches, repetitivos, como las lapidaciones diarias y, sobre todo, las lecciones de lo que debemos opinar y conocer. Pero… Mañana, más.

Permítanme que hable de lo mío

Si esta columna fuera sobre las redes sociales y no sobre lo que encontramos en ellas, seguramente sería mucho más repetitiva, pero les aseguro que no andaríamos carentes de temas ni de interés porque “las redes” hoy nos ocupan mucho tiempo, tanto que esta columna sí va a ser monográfica ya que durante la semana hemos leído temas de sobra. Empiezo por recomendarles el post de “Calvo con Barba” sobre “quién maneja las redes”. Habla claro: se trata de empresas que hacen caja con la publicidad y todos sus movimientos se dirigen a generar más rentabilidad. Recordarlo siempre es conveniente.

Y no siempre de la mejor manera

Vivo de observar e intentar explicar cómo funciona el Internet comercial y mis hijos no usan YouTube. Si quieren vídeos en el iPad les pongo una aplicación de Euskaltel para que vean tele lineal. La de toda la vida. ¿Por qué? Porque cuando les dejaba que ellos eligieran los contenidos siempre acababan en vídeos pocos recomendables. Así que me cuadra perfectamente la espiral que describen en New York Times: los famosos algoritmos de recomendaciones acaban siempre en contenido perverso, e incluso inocentes vídeos infantiles, según el medio newyorkino, acaban siendo recomendados a pedófilos.

La burbuja de los influencers se pincha

No me subo a ninguna ola: si siguen mis columnas sabrán que siempre he recelado del fenómeno de los influencers. Sí creo que existen unos pocos usuarios que son capaces de colocar productos en sus cuentas de Instagram. Pero funciona la excepcionalidad, así que la mayoría de los “influencers” influyen poco porque aportan poco. Las cuentas son prácticamente iguales entre sí y muy poco pegadas a un contexto local, justo los dos ingredientes imprescindibles para influir de verdad: personalidad y proximidad. Ante estas evidencias empieza a pasar lo obvio: la burbuja se pincha.

Todos tenemos culpa

Todos tenemos pecado, es cierto: he llamado a influencers y volveré a hacerlo, pero siempre de un modo muy medido. O eso creo. Puedo haberme equivocado como se han equivocado algunas agencias haciendo un uso abusivo de este recurso y trabajando, además, de un modo muy opaco: carecemos de un caché y un modo de fijar el contenido patrocinado normalizados. Y los soportes, que solo son agencias de publicidad, tampoco han jugado ni juegan con transparencia: “Ahora verás publicaciones de influencers en Instagram aunque no les sigas”, leemos en Trecebits. Es decir: veremos más publicidad.

¡Dejen de hablarme de algoritmos!

Pero si algo me cansa en especial es que intenten convencerme constantemente de la bondad del “algoritmo”, el “big data” y el “machine learning”. Hasta para cosas que solo necesitan contar con los dedos: unos investigadores han desarrollado aplicado todo esto a IMDB, la base de datos de cine. Y han concluido cosas interesantes sobre la recurrencia de algunos actores y brechas entre mujeres y hombres (conclusiones que por medio de un conteo salían igual), pero también han calculado si los mejores años de actrices y actores ya ha pasado. Yo me quedo con la intuición de directores y directoras para rescatar interpretaciones.

Este año sí hay mundial de fútbol

No, no las conozco a todas, no me las voy a dar de experto, pero sí voy a empeñarme en hacerlo porque me gusta el fútbol y ellas lo juegan exactamente igual que los chicos. Otra cosa es que lo que pase a su alrededor no sea igual: el mundial de fútbol femenino en Francia no recibe ni la atención de los medios ni la de los patrocinadores que recibirá el de fútbol masculino. Eso se traduce en menos recursos, menos dinero, menos primas y una situación de desigualdad flagrante. Si de verdad estamos por la labor de cambiar este desequilibrio injusto podemos empezar este fin de semana.

La nueva política

Es evidente que esto sí es nueva política: la novia del director general de la Agencia Pública Andaluza de Educación de la Junta, Manuel Cortés, de Ciudadanos, acudió al despacho de su pareja para grabarlo en Instagram y anunciar que harían unos retoques en la decoración mientras Cortés saludaba a la cámara moviendo los dedos cuando se lo indicaba Virginia Moreno, aspirante a influencer, por lo que se desprende de su cuenta en Instagram que, pese al lío que ha montado, no alcanza los 10.000 seguidores. En la cuenta en Twitter de Villa Diestra califican este sainete con acierto como “la banalidad de lo público”.

La vieja fascistada

Mientras el mundo avanza hacia la despatologización de la transexualidad, un hito parcial que hemos celebrado recientemente, algunos trogloditas quieren arrastrarnos a su caverna: “Rocío Monasterio y otros diputados de Vox, a favor de la ‘libertad’ para llevar a terapia a los hijos gays. Suscribieron un manifiesto contra las ‘leyes que prohíben someterse a una reorientación de la inclinación sexual’”. Este titular de El Español es gravísimo y no admite margen para la explicación o la contextualización: en ocasiones los ogros parecen ogros, y esta es una de ellas. Ellos no se esconden, no sé por qué se empeñan otros en taparles.

No es el chalet, es la vida resuelta

Cada vez que hablemos del patrimonio de los políticos alguien sacará el chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero. Es uno de los temas que les desgastan y, por desgracia para ellos, es recurrente. Pero no maten al mensajero, que la culpa la tienen los compradores. En cualquier caso, lo grave no es el chalet, sino el modo en el que Iglesias y Montero han demostrado que ellos cuentan con que les va a ir bien y van a poder pagar un crédito de más de medio millón de euros durante muchos años. Eso, junto a cómo Iglesias desliza que cuenta con que Montero le suceda en los ámbitos de poder que toque, es lo que les lamina.

La mejor chuleta de 2019

En el blog La Mejor Chuleta de Bilbao, al que reconocimos el año pasado en los premios de DEIA, ya se puede votar por los mejores restaurantes para comer este manjar. Entre los elegidos, ya no solo de Bilbao, ya que aparecen algunos de otros municipios de Bizkaia, el jurado que compondrá Markos Ramas decidirá dónde preparan la mejor chuleta en 2019. Pero la primera fase es abierta, y son los lectores de la web los que decidirán qué locales pasan a la sabrosa fase de la cata. De paso, uno puede aprovechar y tomar nota de qué sitios son los más recomendados por el autor… O los propios participantes.

La política de los tuits

Si Pablo Iglesias no ha destituido a Pablo Echenique para que ruede la cabeza de su “número tres” (adivinen la madre de los hijos de quién es la “número dos”) y no la del propio Iglesias, sino que su plan es promoverlo a otro espacio, que lo explique, y que se deje de tuits con imágenes de Heidi tirando por el barranco a Clara mientras Echenique responde con un GIF y el Secretario de Comunicación de Podemos, Juanma del Olmo, con la rana Gustavo. Todo esto sucedía el día que Coalición Canaria anunciaba que no apoyará un gobierno del PSOE con Podemos, pero para ellos lo importante es el tuit y el “meme”.

Y la política de Abascal

Cuando leí que Santiago Abascal había advertido a Albert Rivera de que: “Entre la espada y la pared, cojo la espada, da igual las consecuencias”, lo primero que pensé es que el de Vox se piensa que vive en una cena de temática medieval y que todo se resuelve con duelos y una dosis de violencia diaria. Pero estuvo más afinado el dibujante de El Jueves, Ivanper, que intentaban explicarle: “Santi, que el dicho no quiere decir que te den a elegir entre las dos, es que… Mira, déjalo”. Hace bien este tuitero en no esforzarse, porque Abascal no está por la labor de entender… Ni de hacer política.

Solo ellos se creen la independencia

Por cierto, no sé quién llevará la cuenta en Twitter de El Jueves pero a veces tiene un tecleo muy afilado: “Son más indepes los de la Fiscalía que los políticos del procés” (sic) tuitean sobre la noticia de que la fiscalía concluye que el 27 de octubre se proclamó la independencia de Catalunya. Una independencia que a estas alturas solo defienden Puigdemont y sus más aguerridos. ¡Si ni siquiera bajaron la bandera española! Por supuesto, defiendo que no lo hicieran y que esa declaración fuera simbólica, igual que defiendo que los presos políticos catalanes vuelvan a sus casas pese a un fiscal que parece el malvado de un cómic.

El PP neoliberal practica con el ejemplo

El PP siempre ha sido un partido de derechas y tradicional. Fraga, Aznar y Rajoy se movían bien en esas aguas con olor a rancio. Pero el PP de Pablo Casado es otra cosa: ha batallado por ser tan tardofranquista como Vox y tan neoliberal como Ciudadanos, y ahí se ha quedado atascado. Hasta el punto de que está despidiendo a trabajadores de toda la vida como si fueran eventuales para ahorrarse, como explica Javier Ruiz en Twitter, el 96% de la indemnización, en esta época de apreturas que le está tocando vivir después de haber perdido muchísimo poder por culpa, precisamente, de los errores de Casado.

No, no estamos preparados

Yo por lo menos reconozco que no estoy preparado para vivir una vida conectada plenamente a Internet, con todo domotizado y centralizado en el teléfono, y eso que estoy pendiente de las novedades e incluso tengo amigos que trabajan en el sector. O igual precisamente por eso creo que es peligroso que todos lo fiemos todo a la nube y a nuestro dispositivo. El último ejemplo de lo que puede salir mal es que ha habido viviendas conectadas a los sistemas de seguridad y domótica de Google que, durante la caída de los servidores de esta empresa, no podían abrirse o conectar la calefacción, según Xataka.