Que Abascal no lo tape todo

No me importa demasiado que en Andalucía gobierne el PSOE o el PP, sinceramente. No veo cómo eso puede afectarnos a los vascos, incluso a los que veranean habitualmente en el sur. Pero sí es importante que quien acabe en el gobierno lo haga cediendo ante las pretensiones de la extrema derecha, o que aparezca como paladín de la pureza un candidato a presidente que “se estima que el ahora candidato por el PP a la Junta de Andalucía se ha embolsado más de un millón de euros desde que es diputado (2000); de los cuales casi 600.000 habrían sido en sobresueldos”, según El Plural.

El arte es arte

Se llama José Antonio Ramos y ha sido el fotógrafo de Mariano Rajoy mientras éste era presidente. Más allá de los partidos, los nombres y algunas aficiones (Ramos es fotógrafo también de la cosa taurina), lo que ha hecho el malagueño con el político, cámara en mano, se acerca bastante al arte. La política, de hecho, es un arte. La buena. Ya me lo dijo en una ocasión Emilio Olabarria: ser político es fácil, ser un buen político es muy difícil. Y sobre todo, la política es el arte de la puesta en escena, y para eso son necesarios buenos fotógrafos como Ramos.

¡Ay, el algoritmo!

“Hace sólo unos tres años el algoritmo de una red social se podía vender como algo que beneficiaba a los usuarios. Ahora todo el mundo sabe que están orientados a vender publicidad y creo que la palabra ‘algoritmo’ va a ser vetada de la comunicación de las marcas”, tuiteaba Carmen Pacheco hace solo unos días, y creo que daba con una de las claves de 2019, el año en el que apenas oiremos hablar del “algoritmo”, esa fórmula incomprensible para la mayoría cuando buscábamos atención en las redes sociales, y fácilmente identificable ahora que solo sirve para colocarnos anuncios.

2019, el año de Blade Runner

No tengo excusa: 7 de enero y les hablo por primera vez de que este es el año en el que se situaba Blade Runner. Para un aficionado a la ciencia ficción como yo, este retraso es imperdonable. Pero aprovecho el tuit de Ana Méndez que me lo ha recordado para poner el acento en dos cuestiones. La primera, técnica: 2019 es el año que elige Ridley Scott para la acción de la película. El autor de la novela, Philip K. Dick, allá por 1968 la situó primero en 1992 y, después, en 2021. La segunda, teórica: no hace falta que les recuerde las enormes diferencias entre ficción y realidad.

Las explicaciones de Urzaiz

Ha tenido que ser también en 2019 cuando Ismael Urzaiz ha dado las explicaciones sobre aquel verano en el que se despidió del Athletic para volver a firmar por los de Ibaigane. Lo ha hecho en Twitter y lo ha hecho así: “Yo no me quería ir del Athletic, fue un tema de mis entonces agentes que marearon la perdiz. Lo demás ya lo sabéis todos: con 36 años decidí hacerlo yo, fui al Ajax”. Varios tuiteros, entre otros Aner Gondra, ponían el acento en lo que contenían ese par de frases, como la excesiva importancia de los agentes. Urzaiz además siguió dando más explicaciones a otros tuiteros. Uno de los nuestros.

El verdadero rey mago

El mismo que convirtió una herencia franquista en un liderazgo democrático, el mismo que convirtió un golpe de Estado en un ejercicio de refuerzo, el mismo que convirtió ser mujeriego e infiel en ser campechano, el mismo que convirtió sus negocios con dictaduras en Oriente Medio en una cuestión de Estado para que no pudiera ser investigado, el mismo que convirtió la buena vida de un rey en una mejor de un rey emérito, convierte ahora 24 actos públicos en casi 200.000 eurazos de asignación. Si este del que les hablo, que saben quién es, no es el verdadero rey mago, ¿quién lo será?

¡Qué sorpresa!

Igual es usted uno de los afortunados que ha encontrado junto a sus zapatos un iPhone nuevo. Eso quiere decir que ha sido buenísimo, porque para pagar el precio que tienen los reyes magos habrán empeñado sus camellos. No exagero: tan alocado es el desembolso que no se vende y, sorprendentemente, en Apple están estupefactos ante la caída: ¿cómo puede ser que no les quiten de las manos un móvil que supera los 1.000 euros? Este es un buen momento para recordar que además Apple es la marca que más margen saca por cada teléfono, según asegura la propia empresa a sus accionistas.

Tecnología a precio de saldo

Si han preferido ahorrarse la pasta del iPhone pidiendo a los Reyes Magos un móvil más barato, pueden invertir lo ahorrado en tecnología para la famosa “minería” de bitcoins… Siempre que la usen para otras cosas, claro. La burbuja de las criptomonedas generó una demanda de equipos muy potentes cuyos precios se dispararon dada su escasez. Ahora, este hardware se oferta pero no hay demanda, y empieza a coger polvo en stocks porque, ¿quién va a gastarse tela en equipos para generar monedas virtuales que han caído “desde los 17000 dólares hasta los 3900”, según Hardzone?

Un regalito de mi parte

No tengo nada en contra de Facebook. Al contrario, sin su aparición no estaría escribiéndoles esta columna ni podría hablar a quien quiera escucharme sobre identidad digital. Tampoco me preocupa qué información mía hayan proporcionado a quien haya pagado por ella, pero sé que muchos de ustedes estarán preocupados por este tráfico de sus propios datos. En Hipertextual han listado las aplicaciones de sus smartphones que conectan con Facebook para cruzar datos: Spotify, Shazam, TripAdvisor, Kayak, My Talking Tom, contadores de calorías o de la menstruación, la del tiempo y hasta la linterna. No es broma.

Uno que pido yo

A los Reyes Magos les pido fuerza para resistir esta temporada que nos va a dar el Athletic, y para fijar en mi memoria el recuerdo de Urrutia como futbolista, por los motivos que bien tuiteaba Eduardo Ranero: “Josu Urrutia jugó con esta camiseta su último partido en Vigo. Era muy fan suyo, siempre me pareció un futbolista espectacular. Le voté para presidente, con los años me decepcionó. No pasa nada: nosotros somos más de memoria que de vitrina. Sabemos quedarnos con lo bueno”. También lo haremos con Amorrortu, víctima de la política de hermetismo de la era Urrutia.

Cuando avanza el fascismo

Cuando el fascismo avanza todo lo demás retrocede: no es ninguna casualidad que Vox haya puesto como condición para su apoyo al pacto entre PP y Ciudadanos en Andalucía que se retroceda en materia de violencia de género o en materia de memoria histórica, como publicaba también OK Diario, el diario de Inda que pasa de pepero a voxero con pasmosa facilidad. El fascismo avanza, decía, y retrocede la seguridad de las mujeres y llamar al franquismo por su nombre, pero esto es solo el principio. Vox va a pedir mucho más, porque el fascismo es un monstruo que solo avanza devorando.

Pero, Pablo, ¿qué dices?

Reconozco que la primera respuesta de Pablo Casado a la exigencia de Vox de retirar el pacto contra la violencia de género me gustó. Pero poco tarda el que más manda en el PP en ponerse en su sitio y, de paso, en ponerme a mí (la estupefacción permanente ante tanto atrevimiento) y a Borja Sémper, que no puede ir de guay cuando pertenece a un partido así. Casado finalmente aprovechaba la violencia machista para hablar de independentismo, kale borroka, y el gobierno socialista. Decía Casado que no admite lecciones, y se nota: tanto atrevimiento solo puede ser fruto de una ignorancia ambiciosa.

Vox dice que solo les hagamos caso a ellos

El problema, según los de Vox, es que no les hemos entendido cuando han puesto como condición para el apoyo al cambio de gobierno en Andalucía abandonar un pacto contra la violencia de género. Los de Vox también dicen, vía Twitter, que cuando queramos saber algo de Vox les hagamos solo caso a ellos porque los medios solo manipulamos. No cabía otra explicación, claro. ¿Se imaginan diciendo eso al PNV, Bildu, PSE o PP? Bueno, alguno de Podemos dijo algo parecido. Lo que tiene narices es que Vox esté haciendo que parezcan moderados los de Ciudadanos.

La verdad no va con ellos

Tiene gracia que precisamente en el Twitter de Vox alerten del peligro que tienen los medios, que manipulamos, y al mismo tiempo Cristina Seguí, destacada miembro de este partido desde su creación, haya usado OK Diario (otra vez) para intentar colocarnos un bulo: un Guardia Civil, al parecer, borracho, había montado una trifulca en un bar de Almería. Según la versión de Seguí, le habían agredido por llevar una camisa con la enseña de España y, por supuesto, el bar es un nido de “podemitas”. El periodista Fermín Grodira cuenta cómo llamó a Seguí para informarle y ésta le despreció.

De aquellos polvos…

Estoy muy de acuerdo con la teoría que explica el crecimiento de Vox con el modo en el que algunos medios han usado enfoques irresponsables en temas como la inmigración o la inseguridad. Pero no solo se trata de las noticias: ficciones históricas más ficciones que históricas han ayudado a fijar ese relato de la España que Dios creó al octavo día. Y gracias por ejemplo a Isabel, Vox ha podido ilustrar su españolismo en el aniversario de “la liberación de Granada” según su propia versión del mundo. El profesor de Historia, Miguel Martínez, denunciaba en Twitter esta utilización.

Viven de la venganza ajena

Uno de los tuits que más me ha impactado en este cambio de año es el de Maria Jauregi, hija de Juan Mari Jauregi, asesinado por ETA en Tolosa en el año 2000. Maria escribía: “Os agradecería que no utilizarais el nombre de mi aita. Está claro que no tenéis ni idea de cómo era. Mila esker”, en respuesta al tuit que Vox Guipúzcoa (así, con “u” y tilde) había lanzado asegurando que Pedro Sánchez e Idoia Mendia traicionaban la memoria de los socialistas vascos asesinados por ETA. Por desgracia para Jauregi, a los de Vox no les importa no saber cómo era su padre.

Y viven de los bulos

Son varios los periodistas y expertos en comunicación política y/o on-line que coinciden: Vox ha crecido como opción de voto gracias a los bulos en Internet. Bulos que cuesta desactivar y que se generan mucho más rápidamente que lo que se neutralizan, bulos que necesitan de perfiles que los muevan, y por eso aparecen constantemente usuarios en Twitter incluso sin nombre que, simplemente, meten cizaña y dinamizan el bulo, bulos que tocan lo que a la ciudadanía le mueve porque políticos, medios y agentes sociales poco responsables lo han colocado en las agendas.

Un ejemplo

No hay policía, juez, animalista ni periodista que haya dado con el perro que, según uno de los últimos bulos que mueve la extrema derecha, va a ser sacrificado por orden judicial después de haber mordido a un ladrón de origen rumano que había sido detenido más de 20 veces y ha perdido varios dedos por ese ataque del animal. La policía de Huelva, donde sitúan el hecho webs de origen sospechoso y dinamizadores de bulos de extrema derecha, ni siquiera tiene constancia de la existencia de ese delincuente habitual. Pero mientras los medios hacen pesquisas, el bulo crece imparable.

Cuestión de coherencia

Llevo meses repitiéndolo en esta columna: se es antifascista o no se es. Y no hay nada mejor para el fascismo (y peor para el antifascismo) que el postureo. Porque quien finge que se opone al fascismo y, al mismo tiempo, le ha dado aire, le alimenta dos veces. Miquel Roig, que acaba de abandonar la corresponsalía en Bruselas y nos deja a muchos huérfanos, pide coherencia a esos partidos que, como Podemos, sostienen un discurso contrario pero luego votan con las formaciones de extrema derecha o buscan fotos con Tsipras, que desde el primer momento gobierna con el Salvini griego.

Sí, es esta gente

También llevo semanas recordándoles que los votantes de Vox en Andalucía no son todos de extrema derecha. Muchos indignados que siguen sin respuesta le han dado una oportunidad a quien promete ahora ira y fuego. Pero entre los votantes de Vox, por supuesto, es probable que estén quienes han arrancado por cuarta vez la placa que en Aluche, Madrid, colocaron en recuerdo de Yolanda González, bilbaína asesinada por la extrema derecha en 1980. Iñaki García Arrizabalaga tuitea con bastante acierto: “Hay que tener la sangre muy envenenada” para atacar repetidamente la memoria de una víctima.

¿Feminismo?

Cada año Cristina Pedroche enseña más su cuerpo y cada año yo lo entiendo menos. Para empezar, no veo las campanadas en la cadena en la que se exhibe. Para seguir, me sorprende que ella y algunos más sigan vendiendo su carnaza como una muestra de feminismo, pero estupefacto me deja que haya quien compre semejante argumento. Todos y cada uno de los presentadores y presentadoras que trabajan en Nochevieja, en todas las cadenas, lo hacen por la tradición o por ser destacados en sus canales durante al año, salvo Cristina Pedroche, que lo hace por el destape.

Algunos ya lo habíamos descubierto

No soy ningún descerebrado: me he leído el artículo de público titulado “2018, el año que abrimos los ojos al feminismo”, y entiendo a lo que se refiere. Es innegable que el feminismo ha entrado en la agenda mediática, política, social y hasta familiar con fuerza durante el pasado año. Pero no creo que el feminismo pueda considerarse un “descubrimiento” a menos que alguien quiera imponer su modelo feminista aunque algunos llevemos librando nuestras pequeñas batallas desde mucho antes que las manifestaciones de marzo pasado, o a menos que alguien haya descubierto en 2018 un modo de atraer la atención.

¿Quién busca la violencia?

El grupo que ha eliminado varias banderas independentistas catalanas y ha acabado por serrar una metálica de cien kilos, está provocando una reacción entre quienes, cansados de ver eliminadas sus telas, optaron por el metal. Exactamente igual que si fuera al revés. Y no hay excusas, justificaciones ni explicaciones lógicas a un atentado que busca enfrentamiento y crispación. El que pone una bandera solo la impone si usa una fuerza directa o estructural (una ocupación, consideración absolutamente legítima). Quien arranca una bandera se impone siempre y lo sabe.

La madre del atrevimiento

Pablo Casado es un atrevido: lo sabíamos desde que era uno de los portavoces del PP, pero ahora, como secretario general, se ha empeñado en confirmarlo con aseveraciones que, si tuviese un poco de sentido común o conocimiento, le sonrojarían. Pero para lograr mantener su tono de convencimiento Casado sabe que necesita no saber: así que, por un lado, lamento que el esfuerzo de Aitor Esteban, que intenta darle una lección de historia sobre la bandera navarra, sea baldío, y por otro celebro que, por lo menos, unos cuantos en Twitter (empezando por mí) se hayan enterado de su origen.

El tipo más buscado es un guionista

He empezado contándoles que no vi a “la Pedroche” durante las campanadas, pero sí acabé cayendo, como tantos otros (tercera opción después de las 0:00 del nuevo año), en “Cachitos”, el programa de La2 que ya está empezando a convertirse en un clásico contemporáneo de la Nochevieja. El de este año, como siempre, ha sido el mejor, y el responsable es el autor de los rótulos o “chyrons”, Antonio Vicente, “sociólogo, periodista y escritor de cuentos infantiles” que “trabaja actualmente en Hoy empieza todo de Radio3”, según la web Eslang, que ha acertado dando con él.