No es el modelo, es la seguridad

La izquierda abertzale quiere que hablemos de “un nuevo modelo policial”, y no duda en aprovechar los incidentes en los que esté implicada la Ertzaintza, para conseguirlo. Es un debate evidentemente de parte, interesado y falaz. ¿Qué es “un nuevo modelo policial”? ¿Piensan volver a ponernos de ejemplo a la policía canadiense o la británica, absolutamente mitificadas? ¿Cómo disuelven las manifestaciones estos cuerpos? El debate de verdad es sobre seguridad, y eso implica hablar sobre reforzar la Ertzaintza, o no, y de eso no quieren debatir.

En tromba

Los sindicatos de la Ertzaintza dicen que han adivinado un patrón de provocación y algaradas. A eso podemos sumar otro patrón: manifestación posterior y salida coordinación de Bildu en X con su falso debate sobre el modelo policial. Unos tuits que leen y responden algunos agentes, por lo que vemos, y así el balón se queda colgado en la ya famosa “unidad sindical” y, especialmente, en el movimiento asindical, que también en redes sociales no dejan de presionar al departamento: “Se acaba el tiempo”. ¿Para qué? ¿De verdad creen que un lehendakari de Bildu velaría mejor por la institución? Mejor, ¿para quién?

Respeto a las instituciones

Las instituciones se respetan. Y punto. Me refiero, por supuesto, a instituciones de las que nos hemos dotado en democracia, eligiendo a nuestros representantes para que las pongan en marcha. Así que, por supuesto, considero que están fuera de lugar los insultos, empezando por los más machistas, a María Chivite. Y también creo que hace bien la presidenta de Nafarroa en poner en valor precisamente la institución que personifica: “Por respeto al cargo que represento, por respeto a mí misma y, sobre todo por respeto a todas las mujeres, los insultos machistas no van a quedar impunes”. No hay peor pérdida de respeto que la propia.

Por ejemplo

Isabel Díaz Ayuso no muestra ningún respeto por la institución a la que representa ni por sí misma: la ignorancia que demuestra, o lo que es peor, lo consciente que es de que miente, lía y embarra, es incompatible con la vida política digna. Sus declaraciones sobre que los gobiernos vascos han “euskaldunizado” Euskadi, su denuncia del “afán expansionista hacia otras regiones limítrofes” o de que las instituciones están “promoviendo identidades que garantizan una subvención” (El Diario) deben ser respondidas, sí, pero por Javier de Andrés, que estaba junto a ella cuando hablaba: ¿qué está dispuesto a oír, acatar o imitar?

Correcto

A Yolanda Díaz le gusta mucho hablar de conciliación y derechos laborales. Hace bien, es su área. Pero estaría bien que la ministra ejerciese esos mismos derechos en su entorno laboral. Lourdes Pérez lo escribía en X mucho mejor que yo: “Que digo yo que cada uno podría poner de lo suyo si la cosa es conciliar. Por ejemplo, que el Gobierno y el Congreso no se pongan a decidir, contar y votar asuntos relevantes para la ciudadanía con nocturnidad”. En efecto: quienes nos vemos obligados a seguir la actualidad política de Madrid estamos acostumbrados, también, a tener que hacerlo con horarios poco compatibles con nada.

Una huelga para algunos

Hablemos claro: los cuidados, los servicios públicos y el movimiento feminista, fueron las excusas que se fueron apiñando para montar una huelga general encubierta (que pinchó). Una huelga que sostuvieron, además de los colectivos instrumentalizados, personas que tienen buenos puestos, especialmente públicos o de representación. Bildu paralizó los plenos en los que participa y los ayuntamientos en los que gobierna. Y mientras las tiendas y los pequeños despachos abrieron ayer con normalidad, entes públicos se empeñaron en mostrar un bloqueo que en la calle, esa que tanto pretenden liderar las y los convocantes, no fue real.

¿Qué estamos enseñando?

Vimos las manifestaciones. Vimos quiénes llevaban las pancartas y los altavoces. Vimos quiénes pegaban los carteles. Vimos cómo hicieron los piquetes: quince personas son suficientes para paralizar un acceso. No es porque lo permita la Ertzaintza: es porque esa modalidad de protesta la instauró la Ertzainzta a cara tapada y ahora permite su imitación. ¿Qué estamos enseñando, especialmente, a las jóvenes vascas? ¿Cuántas de las que se manifestaban sabían de qué iba la huelga más allá de “borroka da bide bakarra” y “gora borroka feminsta”? ¿Que el absentismo laboral o académico lo deciden algunos?

¿Todo vale?

Una cuenta en Twitter que ayer estuvo especialmente activa para mostrar la acción de los piquetes fue Gure Bideoak, donde parecía que la convocatoria había sido un éxito. Unas horas antes, la misma cuenta afirmaba que EAJ-PNV había manipulado un streaming para quitar los primeros segundos de una entrevista a Andoni Ortuzar. Eso, simplemente, es imposible: nadie puede editar un vídeo emitido en directo en Twitter, YouTube ni Facebook. Puedes crear otro y tuitearlo, pero los streamings, como el de las 8:36 en Twitter, siguen ahí. ¿Algunos empiezan tarde? Sí, porque el lanzamiento nunca es inmediato. ¿Todo vale en precampaña? No.

Todo depende de si pasa en la CAV

A mi edad puedo llamar a las y los chavales por lo que pone en sus camisetas (“eh, tú, Crystal Fighters”) y decidir quién quiero que me explique las cosas. También a mi edad, llevo mal que me digan lo que tengo que opinar. Sin ir más lejos: en El Independiente publicaban ayer con normalidad cómo las obras del TAV entre Asturias y Madrid se habían extendido durante 20 años y habían costado miles de millones, mientras algunos en Euskadi aprovechaban la misma noticia para exponer los mismos plazos y las mismas inversiones pero con el consabido tono crítico que parece que todo merece aquí. Qué puta (lo escribo porque tengo mi edad) pereza.

Todo depende de si pasa en Gaza

Lo que no es opinable es que lo que está haciendo Israel en Gaza es una masacre. ¿También un genocidio? Todas las señales lo confirman por grave que resulte la palabra. “Al menos 14.000 palestinos asesinados por Israel y 7.000 bajo los escombros: las cifras del genocidio israelí previas a la pausa humanitaria”, leo en Canal Red y no salgo de mi asombro (y no por la ausencia de lenguaje inclusivo). ¿Todas esas víctimas son miembros de Hamás? Ojo: no hablamos de las personas que han logrado salir, heridas con secuelas para toda la vida o refugiadas donde pueden. Solo hablamos de vidas sesgadas y es una barbaridad injustificable.

Un pueblo sin memoria

Pocas noticias serían tan buenas para Euskadi como la plena integración de la autoproclamada izquierda abertzale en la democracia, y que acabe echando pulsos cara a cara con el partido que sea. Pero no es lo que hace: utiliza subterfugios, sigue colaborando con blanqueadores y no deja de ocultarse en las sombras. Así, resulta oscuro e inmoral que Gorka Elejabarrieta tuitee: “Como indica el Estadio Nacional de Chile, un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”, justo en la semana en la que otras y otros representantes de Bildu nos quieren convencer de que el “amor” a los presos de ETA hoy puede tapar sus delitos de ayer.

El trumpista

Visto lo de Elejabarrieta, visto lo que hemos visto y oído esta semana, no se me ocurre mejor versión del trumpismo en Euskadi que el de la izquierda abertzale. Repasemos: populismo, proximidad reconocida a grupos violentos, posverdad, fake-news y, lo más importante, acusar a otros de ser los trumpistas. Es lo que hace Otegi, todo lo que he descrito, aplicado con precisión milimétrica en la ronda de medios en la que se está ofreciendo como candidato de Bildu a lehendakari. Lo único que me queda por ver es que nos acusen de jugar la carta de ETA a quienes señalemos que celebran la mención a un preso de la banda.

La riqueza no la generan las huelgas

Según Arkaitz Rodríguez, “es fácil: si tiene los mejores sueldos del Estado es, precisamente, porque está a la cabeza de las huelgas”. Su respuesta al lehendakari (“¿alguien entiende que el país con mejores sueldos del Estado esté a la cabeza de las huelgas?”) deja claro que la estrategia de ELA y LAB cuenta con su respaldo, cuando menos. Pero también exhibe un reduccionismo pasmoso para quien dirige el partido que manda en Bildu. ¿Las huelgas generan riqueza? La respuesta me lleva a una proyección: ¿son sostenibles esos sueldos en un país paralizado por interés político? ¿Quién invierte bajo una espada de Damocles?

Una familia socialista de toda la vida

Estoy convencido de que Nadia Calviño no “colocó” a su hijo en un banco. De hecho, en Vozpópuli no tienen ningún motivo para aseverarlo, como hacen en el titular. En el texto se limitan a escribir que el hijo de la ministra e Ignacio Manrique de Lara, ahora consultor en todo tipo de materias vinculadas con la transformación digital, “trabaja en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo”, que le ha contratado después de terminar sus estudios en Southampton. Lo que me llama la atención es, por un lado, la licenciatura del chaval: “Filosofía, Política y Economía”, y por otro, cómo han cambiado las típicas familias socialistas.

La democracia

Tiene su guasa que las Nuevas Generaciones del PP celebren el Día de la Democracia con un vídeo y este mensaje: “En España más que celebrar hay que lamentar que el gobierno está dispuesto a liquidarla. El PP estará siempre del lado de la libertad y la igualdad. ¡Viva la democracia!”. Y obvien, al mismo tiempo, que el PP ha pactado y alzado a varios gobiernos a la extrema derecha, que es lo más antidemocrático que ha hecho un partido español desde la Transición. Ser demócrata no es jugar con las reglas que te beneficien sin mirar quién es tu pareja. Ser demócrata es negarse a jugar con la fascistada. Aquí y allí.

Fenómenos meteorológicos

Supongo que Arkaitz Rodríguez no lee mis columnas,  así que no habré podido influirle y será solo fruto de la casualidad, pero cuando Arnaldo Otegi y él hicieron aquella afectada lectura en Aiete escribí que se referían a la violencia de ETA como un fenómeno meteorológico. Casualmente, insisto, el de Sortu dice que Eneko Andueza habla del GAL de la misma manera, y le pide que se responsabilice, como PSOE, de lo que sucedió. Entre los mensajes cruzados yo me quedo con el comentario de Pello Salaburu a su tuit: “Demasiados años de fenómenos meteorológicos. Y de cinismo ni te cuento”.

La memoria no le importa a nadie

José Luis Martínez-Almeida acaba de inaugurar un monumento para homenajear en Madrid a la legión española. Lo ha hecho, según el relato en El Diario, de esta manera: “Ha hecho repaso a los homenajes que hay en Madrid a la Legión y ha reivindicado la calle dedicada a Millán-Astray, que él mismo restituyó en el callejero de la ciudad, en 2021, en el distrito de Latina. La mención ha sorprendido incluso a los presentes, que al final del acto han pedido vivas para el militar mutilado y para el dictador Francisco Franco”. Después de tantos años reivindicando la memoria y su valor para el futuro, al final, no le importa a nadie. Ni allí, ni aquí.

Correcto

Después de la condena a un agente de la Guardia Civil por difundir un bulo para dañar a las y los menores extranjeros no acompañados, una nueva noticia nos reconforta con la idea de que ser una mala persona no queda impune: “Casado comparecerá en un juzgado por decir que algunos niños catalanes no pueden ir al baño si hablan castellano. Un juez de instrucción de Barcelona admite la querella por presuntas injurias, calumnias y delito de odio que presentó la Generalitat contra el expresidente del Partido Popular y le cita a declarar por videoconferencia desde Génova” (El Independiente).

No cabe un tonto más

El planeta ha alcanzado la cifra de los 8.000 millones de habitantes y podemos aseverar que ya no cabe un tonto más: “El embajador del Mundial de Qatar califica la homosexualidad de ‘daño mental’”. Khalid Salman, exfutbolista del país dice que ‘tolerarán’ a los visitantes del colectivo LGTBI, pero que ‘tendrán que adaptarse a las normas’” (República). Pero el problema no es el Mundial, por mucho que lo señalemos, el problema es que hemos regalado la riqueza a esa banda de trogloditas a cambio de sus recursos naturales y ahora, con nuestro dinero, se han comprado un Mundial y los focos, que tenemos que usar para señalar sus bajezas.

Faltaba Piqué

Me ha gustado mucho que la despedida definitiva de Piqué de los campos de fútbol sea expulsado sin haber salido a jugar. La tarjeta roja que le sacó Gil Manzano nos representa a todos los que se la sacaríamos en la vida por arrogante y soberbio. Por principios, es necesario estar en contra de ese tipo de personas. El acta arbitral recoge los insultos del exjugador: “¡Es una p… vergüenza, me cago en tu p… madre!”, transcriben en el Sport. Y nuestra memoria recogía, al mismo tiempo, ese momento en el que Piqué solo estaba haciendo lo que ha hecho toda su vida. Por cierto, como se retira, esta vez también le ha salido gratis.

«Grandes amigos»

¿Han hecho Arnaldo Otegi, Pernando Barrena y Arkaitz Rodríguez algo que no hayan hecho antes otros políticos? No. ¿Han hecho estos tres hombres lo mismo que cualquier representante neocón al reunirse con afines, empresarios ambiciosos y círculos influyentes, como relatan en El Confidencial (“Empresarios catalanes sondearon a Otegi y Pernando Barrena para dar un pelotazo urbanístico en Vitoria”)? Por supuesto. Y esto no es malo si no cobran comisiones por ello o les ayuden a financiar campañas. Pero lo que tampoco pueden Otegi, Barrena y Rodríguez es señalar o censurar a quien haga lo mismo que hacen ellos.

Caso archivado

Solo con ver que las noticias versaban sobre lo que soltaba un tipo que respondía al nombre de “Pollo” Carvajal y que, como se ha ido viendo sobre la marcha, estaba más preocupado de no volver a Venezuela que de las consecuencias de sus otros actos (como las acusaciones de financiación irregular de Podemos), era posible barruntar que el tema iba a tener tanto recorrido como cada medio quisiera darle. Así que el archivo de la causa que ha decretado la Audiencia Nacional es una buena noticia: cierra todos los culebrones y, de paso, la sangría del crédito de la política española, que es lo más importante. El combate político es a ideas.

Caso reabierto

Lo sucedido durante el fin de semana en EE.UU. es gravísimo: el paso atrás dado por la justicia de aquel país negando a las mujeres la posibilidad de abortar es un ataque a nuestro avance como civilización. Un ataque que hay que combatir frontalmente. La periodista Rocío Vidal lo tuiteaba muy bien y muy clarito: “No os confundáis, lo que está pasando en EEUU no va de ‘proteger la vida’. Si así fuera, promoverían la sanidad universal, el control de armas o las medidas contra pobreza y la brecha social. Esto va del control y poder sobre los cuerpos de las mujeres. Y nos tendrán enfrente”. Así tiene que ser.

Todo esto nos pasa por querer follar

Somos unos promiscuos y por eso mandamos a nuestras mujeres a abortar mientras nos dedicamos al fornicio, al placer egoísta, y con ello, a la despoblación: porque si no hay niños y niñas en los pueblos de España y, por extensión, en los de Euskadi, es porque lo hacemos con condón. O peor: a pelo pero después abortamos. Porque el sexo, amiguis, ya lo dice en unas jornadas sobre despoblación el vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo, tiene un objetivo: “Su finalidad es la de la procreación”, y su “banalización lleva a que sea un fin en sí mismo”. La culpa es de quienes dedican “su existencia a satisfacer sus deseos sexuales” (EPE).

Una vida de sufrimiento

Si la extrema derecha fuera tan “pro-vida” como pretende hacernos creer, sería mucho menos xenófoba y sentiría como suya también la masacre a inmigrantes en la frontera entre Marruecos y España que hemos visto recientemente. Personas que solo decidieron huir de un horror atravesando otros y que han dejado en el camino hasta su vida. Quique Peinado lo describía con trágico acierto en Twitter: “Muchos de los migrantes que trataban de saltar la valla de Melilla provenían de Sudán del Sur, huían de una guerra y allí nadie te saca ni hay corredores humanitarios. No sé si alguien puede imaginar cómo ha sido su viaje”.