2.0

Ser candidato a lehendakari no es fácil. Serlo con alguna posibilidad de gobernar, aunque necesites tres carambolas, es aún más difícil. Y el número de personas que se prestan a ello es muy reducido. Así que reconozco a Pello Otxandiano su valentía, pero me pareció que quien tenía miedo con la designación era Bildu y no solo por la voz temblorosa de Otegi. Otxandiano no es una apuesta ganadora: demasiado joven y demasiado de Sortu (estuvo en la dirección que dio paso a la actual, con David Pla y Elena Beloki). Y que sea demasiado de Sortu invita a pensar que la nueva deriva de americana sobre camiseta no satisface plenamente.

No pueden esconderse

Las y los fascistas pueden disfrazarse pero nunca dejan de serlo: Santiago Abascal alertaba de que “en un momento dado el pueblo querrá de colgar de los pies a Pedro Sánchez”. Su conocimiento de la historia y su fundamento político puede resumirse en ese entrecomillado de El Independiente. En el mismo digital destacan que “el PP critica a Abascal” (con cuyos votos cuenta para alcanzar al gobierno de España) y que “acusa” a Sánchez “de buscar polémicas”. Porque Abascal tiene delito (si no lo es, debería de serlo), pero quien le critica con la boca pequeña y señala a la víctima tiene también lo suyo.

¿En qué lado estás?

Esto es muy fácil: ¿estás con Ucrania o estás con Rusia? ¿Estás con Gaza o estás con Israel? ¿Estás con la población civil agredida y masacrada o estás con la potencia militar que lanza misiles contra edificios civiles? EE.UU. está contra Rusia y con Israel. Para el gobierno del país (demócrata, no lo olvidemos) tendrá su coherencia, pero para el resto del mundo es una puta (sí, he escrito “puta”) vergüenza. No hablo del veto en la ONU a una resolución formal, es que manda 14.000 proyectiles para tanques y sin aprobación del Congreso. Ya, ni las formas. “Show must go on”, tuitea Mikel Ayestarán sobre la noticia de El País.

18.000 personas muertas

18.000 personas muertas. Lo escribo con horror, con dolor, pero no puedo dejar de hacerlo: 18.000 personas muertas. Solo en Gaza. A manos de Israel. Bomba tras bomba. Disparo tras disparo. 18.000 personas muertas. Por mucho que Hamás controle la comunicación que sale de la franja, hemos visto lo que hemos visto: niñas y niños asesinados por una maquinaria de matar liderada por un gobierno extremista que cuenta con el primo del Zumosol, ahora llamado Joe Biden. Nadie puede justificar este ataque atroz, y quien lo haga formará parte de un nuevo colaboracionismo, esta vez, sionista, sorprendentemente.

¿Esto está bien?

Me lo pregunto de verdad porque yo para estas cosas soy extremadamente cuidadoso y a veces me paso de precavido. Me refiero a la presentación del libro de Pedro Sánchez, ‘Tierra Firme’, en horario laboral de mañana, con el nombre de la editorial bien visible, presentada por Jorge Javier Vázquez y retransmitida por streaming por “la cuenta oficial del Gobierno de España”. ¿Quién saca beneficio de este sarao? ¿Podemos pensar que hay elementos de esta presentación pagados con dinero público, es decir, nosotras y nosotros, o cómo se nos ocurre hacerlo? ¿Podemos criticar lo desacertado de todo lo anterior?

A veces, las cosas son sencillas

Entiendo las ganas de parecer informada e informado, de ser quien descubre los tesoros y enseña los caminos. Pero a veces las cosas son sencillas, mucho más de lo que quieren hacernos creer para parecer interesantes o para buscar el perjuicio ajeno, directamente. El relevo de Iñigo a Imanol, de Urkullu a Pradales (si lo ratifican las bases) es la historia de quien se veía con fuerzas y se había ganado el derecho a postularse, y de quienes consideraban que era el momento de un relevo y podían tomar la decisión. A partir de ahí, la literatura, las intenciones y la venta del tema propio. Todo, absolutamente legítimo.

Y siguen siéndolo

De la misma manera, detrás de la renuncia de Arnaldo Otegi lo que hay es la necesidad de un relevo generacional evidente. ¿Se parte la izquierda abertzale? ¿Otegi carecía de aspiraciones, ambición o energía? No y no. Lo que no entiendo es por qué se empeña Bildu en tratar a la ciudadanía como si fuera idiota, cuando no hacerlo es lo primero que tendría que aparecer en su sobadísimo manual de marketing político. ¿Quién se cree que Bildu inicia ahora la búsqueda de un o una candidata? ¿Alguien cree acaso que el PNV eligió a Pradales del viernes al sábado? ¿Alguien lo ha dicho o sugerido?

Otro globo para pinchar

Además del globo de las crisis de los partidos vascos por relevos bastante naturales y naturalizados por la sociedad vasca, tendríamos que pinchar el globo de la iluminación navideña de récord. Klkautsky hace el cálculo por nosotros en Twitter: “11 millones de luces en Vigo. Unos 330 millones de vatios por hora. Pero tú mejor que sólo tires la cadena una vez a la semana, que hay que salvar el planeta, pobre de mierda”. Porque una cosa es la iluminación navideña, que me parece muy bien porque anima a salir a la calle y comprar, y otra cosa es el exceso. Y lo de Vigo y otras ciudades que buscan empatar es solo eso: un exceso.

El PP sí que pinchó

Seguí en directo el debate en el Parlamento Europeo sobre la amnistía promovido por el PP, y quienes lo hicimos lo vimos claramente: el PP pinchó como el sindicato de Vox y su huelga general. Tenemos que hablar claro, tenemos que contar las cosas como son, sin intenciones políticas permanentes que te llevan a hablar de crisis inexistentes (porque no la hay), sin operaciones de marketing que te obligan a decir que empiezas ahora un proceso (que tienes decidido), y sin maniobras para tapar un pinchazo (que describen bien en El Diario) como el del PP en el Parlamento Europeo. Y por supuesto, de pinchazos no está libre ningún partido.

Para la campaña de Navidad

A Pedro Sánchez no solo le ha dado tiempo a escribir un libro sino que ha escrito dos. Su segunda obra, basada en sí mismo como la primera, sale a la venta a principios de diciembre y para la campaña de Navidad. Pues muy bien. Pero me sorprendo, claro. Unos llevamos persiguiendo una novela durante décadas que se nos escapa y otros tienen tiempo, energía y, ojo, vida como para llenar dos volúmenes con poco más de cincuenta años y, eso, sí, los cadáveres de sus adversarios amontonándose en la orilla. De “Manual de resistencia” a “Tierra firme”. 384 páginas de sanchismo para las y los más sanchistas.

El mismo rasero

Dice Julen Arzuaga en Twitter que la foto de los representantes de los sindicatos de la Ertzaintza (ninguna mujer) en Sabin Etxea demuestra que el cuerpo policial controla al gobierno vasco y al propio PNV. A mí me parece mucho decir, pero él sabrá, claro. Si usamos el mismo rasero, como hace Gorka Mostajo también en Twitter, y empezamos a interpretar fotos, la de Josu “Ternera” Urrutikoetxea marcando el paso a Arnaldo Otegi y a Jone Goirizelaia en el Parlamento Vasco, es mucho más significativa. Desconozco si los sindicatos policiales incluyen a Bildu en la ronda de conversaciones, pero si es así también veremos su foto.

Correcto

El problema laboral en la Ertzaintza no empieza con la respuesta del Gobierno Vasco a sus altas pretensiones, sino con la división sindical, a la que se sumó un movimiento evidentemente jusapolizado con portavoces que leían comunicados de espaldas a la cámara. Entre lo siniestro y lo diestro (políticamente) hemos visto acciones que coaccionaban más a los sindicatos que al propio Erkoreka. Y nadie puede negar esto sin tirar balones fuera. Ahora, por fin, en España han empezado a hacer frente a estos movimientos reaccionarios: “Interior da el primer paso contra la agitación ultra de Jusapol y envía uno de sus tuits a los servicios jurídicos” (El Diario).

Callad, que opina Odón Elorza

Odón Elorza ha opinado: “La amnistía tiene que tener un coste para todas las partes. Puigdemont no puede irse de rositas” (El Confidencial). Él lo tiene claro, él está en el equipo de Emiliano García-Page, en el de ese PSOE al que la amnistía no le convence ni por conveniencia, en el de ese PSOE que considera que es correcto judicializar la política, en el de ese PSOE que clama venganza. Ojo, que ese PSOE es el mismo que el de Pedro Sánchez y Salvador Illa hasta hace una semana, dos, como mucho. Pero bueno, la mayoría del PSOE ha virado, haciendo, literalmente, virtud de la necesidad. Pero algunos, ni por esas.

El 5% bueno

Según El Nacional, “Jaume Roures ha creado una nueva empresa inmobiliaria de la que es el administrador único”. También leemos que tras su adiós de Mediapro, “el expresidente y CEO confirma la decisión de vender su participación del 5% valorada en más de 100 millones de euros”. ¿Qué le parecerá todo esto a Pablo Iglesias, su gran defensor en público? En el mismo digital explican que Roures no es nuevo en este negocio: “En la etapa de la alcaldesa Ada Colau, el Ayuntamiento de Barcelona recurrió a inmobiliaria administrada por Roures y Tatxo Benet, para la construcción de vivienda”.

La mayoría mala

Decía un amigo que las personas muy guapas, como las muy feas, son excepcionales, que la mayoría estamos en el montón, y que lo más importante es estar en el montón bueno y no en el montón malo. Pues aquí el que escribe se empeña en estar siempre en el montón malo, en lo físico y en lo laboral: “Los autónomos, sin recorte de jornada: trabajan 43 horas a la semana, 7 más que los asalariados. Los datos de la EPA muestran que los empleados por cuenta propia están muy lejos de la jornada que propone el acuerdo entre PSOE y Sumar”, publican en Economía Digital para sorpresa de nadie que trabaje por cuenta propia.

Otegi se reafirma

Arnaldo Otegi se reafirma, vía X, en lo dicho junto a Arkaitz Rodríguez en Aiete tal día como ayer hace dos años. Eso fue por la mañana. Por la tarde, en Eibar, el mismo Otegi se reunió con la afiliación de Sortu y explicó que por los 200 presos de ETA aprobarían los PGE y seguirían facilitando la vida al gobierno español. Los hechos desde aquel día de su doble intervención hasta hoy reafirman, como dice, lo que dijo: Bildu (manejado por Sortu) ha seguido siendo amable y posibilista con España, y la afiliación ha seguido tragando por el interés de “los presos” y el de los políticos para superar al PNV, con un discurso bonista como crujiente.

La puta guerra

Hamás acusa al ejército de Israel y el gobierno israelí señala a un misil de Hamás que se ha desviado. De momento, no sabemos quién dice la verdad, pero sí sabemos que más de quinientas personas han fallecido en un hospital de Gaza sobre el que ha caído una bomba. Más de quinientas personas que ya habían sido heridas por ataques indiscriminados de Israel, motivados por un ataque previo de Hamás que buscaba agitar el tablero árabe por medio del dolor. Este es el resultado de la guerra: seres humanos y la verdad son las primeras víctimas. Ante los hechos, por mí, pueden irse a la mierda quienes buscan hoy un único culpable.

A un estado debemos exigirle más

Se lo leí a Paul Ríos en X: a Israel, como estado que es, debemos exigirle que sea pulcro en el cumplimiento de la legalidad internacional y los derechos humanos. Y lo que estamos viendo, claramente, es que ese país se está pasando por el forro todo eso, en esta operación de aplastamiento militar sobre Gaza y en los últimos 70 años. ¿Cómo no vamos a pensar que el ataque sobre el hospital puede venir del ejército israelí con lo que llevamos visto y leído? Un país que “prepara una ley que permita detener a periodistas y civiles que ‘dañen la moral nacional’” (EPE). Escrito esto, me pregunto: ¿cómo actúa Hamás contra sus críticos en Gaza?

Usar la muerte para tus mierdas

Quien saca un corte de 4 segundos del lehendakari en el que menciona la legítima defensa de Israel pero obvia los otros 41 segundos en los que el mismo Urkullu habla de la necesidad de que esa defensa sea ejercida sin vulnerar los derechos humanos, está utilizando el dolor para sus mierdas. Está utilizando la muerte allí (más de 4.000 personas) para sus votos aquí. Está usando con sorna el sufrimiento. Que lo redifunda un profesor de Derecho Constitucional en la UPV/EHU tiene que abrir un debate: ¿debe actuar la institución? ¿Puede utilizar el docente el anclaje institucional para legitimar sus fobias? Hizo bien Gorka Mostajo en denunciarlo.

Legitimando discursos

Hemos hablado de cómo Sonsoles Ónega ha ganado un premio Planeta al que la propia editorial ha restado valor. Como sugería Víctor Lenore, en una época en la que los escritores no salen por le televisión, quienes salen por la televisión ganan los premios literarios. Sin embargo, el finalista no aparece en la pantalla, es historiador y ha accedido al reconocimiento con su segunda novela. Además, Alfonso Goizueta ha escrito dos ensayos y ha publicado en su blog ideas neoliberales y su apoyo a las políticas de Isabel Díaz Ayuso. Así, y por otros medios, como vemos en Euskadi, se legitiman discursos nocivos que debemos atajar.

«La complicidad»

Me parece bien, sin matices, que la izquierda abertzale siga avanzando para integrarse plenamente en la democracia: “Lo quieran o no, la foto con Sánchez abre otra fase política, la de la complicidad”, dice Arnaldo Otegi y recogen en El Independiente. Lo que no dice es por qué él mismo y quienes le rodean han despreciado hasta ahora esa “complicidad” con los gobiernos españoles. Casi nadie airea sus debilidades por iniciativa propia, pero prensa y ciudadanía debemos presionar y exigir una explicación de por qué la izquierda abertzale ha perdido tanto tiempo, nos lo ha hecho perder y cuáles son los motivos de su rectificación.

La coherencia

Arnaldo Otegi sabe que no tiene que dar ni media explicación (aunque es evidente que podemos y debemos exigírselas) porque la sociedad vasca premia largamente en las urnas cada paso que la izquierda abertzale da alejándose de la violencia. Hubo un tiempo en el que la coherencia también era un valor que premiaban las y los votantes, no solo en Euskadi, también en España. Pero ese tiempo ya pasó: “El PP celebra que Donald Tusk forme gobierno en Polonia sin haber ganado las elecciones, pero critica que Sánchez lo haga en España”, titulan en Infobae. Para colmo del descalabro, Tusk va a arrebatar el gobierno al Vox polaco.

Hablemos de ello

José Andrés se lía, es evidente, en su largo tuit de respuesta a Ione Belarra. Pero está claro que lo que quiere denunciar es la falta de coherencia de la ministra. La de Podemos hace bien en pedir, como personaje público que es, que cesen los ataques israelíes sobre la población civil. Pero el chef le reclama que vaya más allá, que también condene a Hamás, y que alce la voz con la misma firmeza contra la agresión rusa sobre Ucrania. No olvidemos que el cocinero asturiano ha actuado con su ONG humanitaria en el país que ha decidido invadir el Kremlin, y ha visto sobre el terreno sus consecuencias. La templanza solo va bien frente a los fogones.

Fallos en los protocolos

El fallecimiento de Álvaro Prieto ha abierto varios debates. Empiezo por el que podía haber salvado su vida: con la excusa del ahorro de recursos y de la comodidad en la compra, los tickets en papel han desaparecido. Muy bien. Pero eso implica que la responsabilidad ante las incidencias tendrá que ser compartida por usuarias, usuarios y compañías: si el joven hubiera sabido que podía cargar su teléfono en el tren que le correspondía, tal vez nos habríamos ahorrado una tragedia. Sin embargo, la tendencia en las estaciones es quitar los enchufes e incluso cobrar por cargar el móvil cuando te empujan a mostrar el billete en una pantalla.

No, los periodistas no hicieron nada mal

Los periodistas que mostraron, según lo veían, el cuerpo que podía ser del joven Álvaro Prieto no hicieron nada mal. El tiempo de reacción es perfectamente explicable y el medio, RTVE, ha eliminado las imágenes de su web. Quienes las difunden, incluso para acusar a quienes las grabaron de malos periodistas y malas personas, mueven un archivo que no puede sacarse del programa original. Mr. Insustancial explica en X muy bien lo que yo quiero decir: “El compromiso de un periodista es con la información. Cuanto antes se entienda esto menos falsos debates, menos maniqueísmo y, por supuesto, menos fariseísmo”.